Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Beaalotja     18 de Sivan 5781     1310 


Rav Eial Vered

“Como ojos para nosotros”
Rav Eial Vered

Libre albedrío. La base de toda la esencia nuestra como personas. La capacidad de elegir el bien y evitar el mal. Pero la capacidad de elegir comprende dentro de ella necesariamente también la posibilidad de caer. No hay elección sin precio, no hay bien sin mal a su lado, que también propone su mercadería. Y se debe saber elegir. Esa es la madurez.
Un niño, su elección es limitada. Y por ello también sus caídas casi no existen. Pero desde la edad de Bar Mitzva le es entregado a la persona el Ietzer HaTov (buen instinto). ¿Ietzer HaTov? ¡Pero justamente la edad de la adolescencia está colmada de ascensos y descensos y crisis! ¿Dónde está el dulce niño que todos le pellizcaban las mejillas? Y de todas formas – Ietzer HaTov. Porque desde esa edad le es entregada la capacidad de elección. Discernir para bien. Junto con esa capacidad llega también la posibilidad de caer. Y a pesar de ello decimos que el libre albedrío, la capacidad de elegir, es muy buena.
La Parashá Beaalotja pasa a Am Israel (el Pueblo de Israel) en cierta forma de la niñez, incluso de la tierna infancia, a la madurez. La niñez – a los pies del Monte de Sinai. Como un bebe que mama de su madre, así Am Israel recibe la Torá, mama. Como un bebe que no puede estar ni un segundo sin su madre. Y la madurez, plena de libertad, de elección, y por lo tanto de peligros.
La Parashá Beaalotja es el comienzo de la madurez de Am Israel. Comenzamos el camino. Empezamos a andar. Y por lo tanto, llega la elección. Al principio, la elección entre bien y mal. Entre permanecer estáticos o andar. Entre quedarse a los pies del Monte de Sinai o marchar a Eretz Israel (la Tierra de Israel). Tampoco eso es sencillo. También eso es una prueba, incluso si está claro qué es bueno, todavía es difícil elegirlo. “Bastante ha sido para ustedes permanecer en esta montaña, den vuelta y emprendan el viaje, y vengan a la montaña del emori y a todos sus vecinos” (Dvarim 1:6-7). Es necesario que Moshé los aguijonee para que elijan el bien. Pero ese libre albedrío del que hablamos va siendo más y más complejo.
Porque también cuando se trata de algo que es bueno, se puede elegir el mal dentro de él. Ese es el episodio del Man de nuestra Parashá. ¿Acaso el Man es seco y “nuestra alma está seca y no hay nada, salvo el Man que está ante nuestros ojos” (Bamidvar 11:6)? ¿O acaso es sabroso “como semilla de cilantro, blanca, y su sabor era como hojuela con miel” (Shmot 16:31)? Depende qu
é se elige mirar. El que quiere, puede elegir ver lo malo incluso en el Man, que es dulce y blanco. Y eso ya es más complejo. Porque hay peligro que la elección nos conduzca por un camino equivocado y veamos las parte menos resplandecientes de la realidad. Y es aclarado que todo depende de nuestra elección. Y se puede ver algo malo en lo bueno. Y también al revés, encontrar un poco de bien tal que “no es un malvado íntegro, y puede arrepentirse”.
Y a veces la elección es realmente creadora. Esa es la elección de los que estaban impuros, y no podían ofrecer el sacrificio de Pesaj. Ellos podrían haber elegido permanecer en esa situación que les fue impuesta por haberse impurificado. Pero ellos eligieron cambiar, preguntar, pedir – y fueron merecedores que fue innovado un día festivo gracia a ellos. “Aguarden y yo escucharé lo que el Eterno ordene para ustedes” (
Bamidvar 9:8) – gracias a ustedes. Fueron merecedores que fue innovado todo ese tema por ellos, gracias a su elección. Gracias a su deseo y pregunta. Gracias a que no se conformaron con los que les sucede, sino que eligieron cuestionar. Una elección creadora.
Y a veces la elección es entre dos posibilidades buenas. Elegir entre el bien o el bien. También eso es un tema. ¿Cuál es el bien adecuado a este momento? ¿Cuál es el punto afín con el corazón ahora? Moshé le propone a Itro ir con ellos a Eretz Israel, “ven con nosotros… has sido como ojos para nosotros” (Bamidvar 10:29-31). Tú serás nuestros ojos, tú nos ayudarás a elegir correctamente, porque tú, Itro, has hecho la elección más grande cuando te convertiste sin tener obligación, sin ser esclavo o sin haber estado a los pies del Monte de Sinai diciendo haremos y escucharemos. Por supuesto algo bueno. Pero Itro se niega, por otra posibilidad que también ella es buena, “no iré, sino que a mi tierra y a mi lugar natal iré” (Bamidvar 10:30) para convertir a su gente. ¿Cómo podrá Itro acaparar todo ese bien sólo para sí mismo? Él debe enseñarle a su familia todo ese bien que le fue revelado. Una elección entre bien y bien. También esa es una tarea que no es sencillo realizar. Elegir y orientarse según esa elección sin quebrarse en la mitad del camino por lo que se ha perdido.
Y a veces la elección es una elección de rebelión. Rebelión santa. El libre albedrío es tan elevado, que hay situaciones en las que como si del Cielo nos mostrasen algo, la elección en este mundo se rebela, se elige distinto, y una gran dicha se eleva en lo alto, cuando el niño demuestra que es suficientemente maduro y sabe empecinarse en su voluntad, también en contra del designio del padre. Y todo es bien visto.
Nuestra Parashá recalca muy claramente la fidelidad y anulación del pueblo frente a la nube que guía el campamento. Todos los tipos de estaciones son descritas en esos versículos. A veces la nube se queda uno o dos días, un mes o más. Todos los tipos de estacionamientos, cuando Am Israel siempre se anula frente a la nube. Salvo una vez. Cuando Miriam es castigada y se ve obligada a permanecer fuera del campamento siete días. La orden Divina es – continuamos adelante. La nube comienza a elevarse – ¿y Miriam? Ella marchara tras el campamento siete días. Entonces el pueblo elige. “Y el pueblo no emprendió el viaje sino hasta que Miriam fue recogida” (Bamidvar 12:15). El pueblo no marchó – es decir, la nube marchó, pero el pueblo no. Y por ello la nube regresó atrás. “Y el pueblo no emprendió el viaje. A pesar de que la nube se elevó por encima de la tienda, y está escrito que cuando se elevaba la nube sobre la tienda los Hijos de Israel marcharán siempre, de todas formas no marcharon…” (Sforno). Sabemos cuánto querían llegar ya a la tierra. Siete días de marcha no es poco. Sobre todo que la nube comenzó a marchar. Pero el pueblo no marchó hasta que Miriam regresó al campamento. Y en este mundo surge la elección, que influye en el Cielo, se consiente con ello y se les responde – Mis hijos me han vencido. Y el pueblo no emprendió el viaje – el versículo dice que fue por el pueblo, que no consintió en andar hasta que Miriam fuese recogida, a pesar de que sus marchas dependían de la nube, y la Torá atestigua que también ellos deseaban demorarse en honor de Miriam (Or HaJaim).
La Parashat Beaalotja que está llena de crisis también es la Parashá de las grandes y pequeñas elecciones, y eso llega junto, porque no hay elección sin consentimiento a pagar precios. Porque la elección a veces es dolorosa, a veces puede hacernos caer, pero puede también ser una elección creadora, e incluso hacer despertar una gran dicha en el Cielo, como una rebelión que es apreciada, que aclara que el hijo ya se para de por sí solo, y tiene voluntad propia, en base a lo que el padre le entregó, e incluso se expresa con potencia, matiz y color propio.


Rav Shlomó Aviner

¿Subir al Har HaBait?
Rav Shlomó Aviner

1. No está claro que haya alguna mitzva de visitar en nuestros días el Har HaBait (Monte del Templo), y por supuesto que no hay ninguna obligación.
2. No hay ninguna fuente clara de que haya alguna mitzva de rezar en nuestros días en Har HaBait, y por supuesto que no que haya alguna obligación de ello.
3. No hay ninguna fuente que haya que visitar el Har HaBait para conquistarlo. Todo lo largo y ancho de nuestra tierra hay una mitzva de asentamiento, de edificar asentamientos, y hay una mitzva de vivir en ella. Pero no en cuanto a Har HaBait que está bajo gobierno absoluto del ejército, no menos que todo otro lugar en nuestra tierra e incluso mucho más. No es cierto que la presencia allí es la que determina nuestra pertenencia de ese lugar. Por el contrario, si la entrada en él es la demostración de posesión, entonces cuando se entra sólo a un lugar lateral es, D’s no lo permita, una renuncia a todo el resto.
4. Durante todas las generaciones los grandes sabios de Am Israel (el Pueblo de Israel) no subieron al Har HaBait. No porque allí gobernaban los gentiles, sino que por la halajá. Y así también después de la Guerra de los Seis Días (salvo argumentos poco claros en cuanto a algunos que lo hicieron). No somos más tzadikim (justos) que ellos, ni más sabios que ellos, ni más sionistas que ellos.
5. Los límites exactos del Har HaBait están en discusión entre muchas opiniones. Hay 11 teorías arqueológicas distintas, cuando cada una discrepa con las otras, y no se puede aclarar nada.
6. También en nuestros días existe la mitzva de temor del kodesh (lo santo): Está prohibido hablar allí una conversación laica, hablar por teléfono, comer o beber, pasear para mirar, y por supuesto que está prohibido un paseo familiar con los niños, fotografiarse a sí mismo, y por supuesto tratándose de personas famosas que llegan para fotografiarse. En cuanto a ello, nuestro corazón se parte de la situación allí.
7. Har HaBait no es una sinagoga particular de algunos pocos tzadikim, sino que es genérico. Hay que llegar allí junto con todo Clal Israel
(la totalidad genérica del Pueblo de Israel), y en consentimiento de todo Clal Israel.
8. El que anhela la Shjina (manifestación de la presencia Divina) y desea que more en él, debe ir al Kotel (Muro de los Lamentos), como lo hicieron a lo largo de todas las generaciones, y “la Shjina no se aparta del Kotel occidental”.
9. El que discrepa con la Rabanut HaRashit (Supremo Rabinato de Israel) y los grandes sabios de Am Israel, de esta generación y de las generaciones anteriores, es un atrevimiento y una presunción, allí no mora la Shjina.
10. Para cumplir “como un ciervo anhela las corrientes de aguas, así anhela a Ti el alma mía, Señor. Sedienta está mi alma del Señor, del D’s vivo, ¿Cuándo vendré y me presentaré frente al Señor?” (Tehilim 42:2-3), “mi alma anhela y aun desfallece por los atrios del Eterno, mi corazón y mi carne cantan al D’s vivo” (Tehilim
84:3), escribe el “Mesilat Iesharim” que se debe cumplir las mitzvot con entusiasmo.


Shabat

Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Construcción
La Melaja de “Bone” (construcción) es una de las 39 Melajot tipo que está prohibido hacer en Shabat. Esa Melaja era necesaria en el Mishkan (Tabernáculo), cuando lo construían y edificaban.
La prohibición de construir en Shabat no se refiere sólo a una persona que edifica una construcción o agrega a una construcción que ya existía, sino que también toda acción con la que construye algo, incluso si es una acción muy pequeña, está prohibida según la Torá escrita[1].

Cerrado de un orificio
Cuando hay un pequeño orificio en la pared de la casa, está prohibido cerrarlo con yeso o similar en Shabat, y el que así hace trasgrede la prohibición de construcción según la Torá escrita. Porque en el Mishkan a veces era necesario hacer algo así, cuando uno de los maderos tenía algún orificio [por algún gusano o similar], y lo cerraban con plomo[2].
También una acción que no agrega algo a una edificación existente, si ayuda a la corrección de ella es considerada construcción. Por ejemplo: Una edificación cuyo piso no está pavimentado, está prohibido según la Torá escrita enderezar el piso en Shabat, ya sea quitando una elevación o llenando un pozo en el piso[3].

Perforación de un orificio
Así también si hay una casa que está inundada, está prohibido en Shabat perforar un orificio en el suelo o la pared para que el agua salga, y el que así hace en Shabat comete una trasgresión de construcción según la Torá escrita[4]. Porque un orificio para dejar salir el agua contribuye al uso de la casa.


[1](Shabat 102B. Ramba”m, Hiljot Shabat 10:12).
[2](Allí, Gmara). “Como el dueño de una casa que tiene un orificio y lo tapa, como en el Mishkan cuando un tablón tenía un orificio de un gusano le ponían plomo y lo tapaban”.
El que clava un clavo o estaca en la pared para colgar algo, en el Shuljan Aruj HaRav (314 inciso 2) escribió que se hace acreedor de un sacrificio por haber trasgredido la prohibición de construcción. Fue citado por Kaf HaJaim (inciso 12). Y así escribió Kalkalat HaShabat (inciso 34). Pero Mishná Brurá (allí, inciso 8 al final) escribió que se hace acreedor por Make BePatish.

[3](Ramba”m, allí).
[4](314, Mishná Brurá inciso 8). Y así también cuando hace un orificio o entrada para que entre luz o aire a la casa, se hace acreedor por haber trasgredido la prohibición de construcción (Ramba”m, allí 14. Y véase Mishná Brurá allí).
El que hace un orificio en una pared edificada, trasgrede la prohibición de perforación, que es derivada de la prohibición de construcción (314, Mishná Brurá inciso 52).