Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
Parashat Emor 19
de Iyar 5785 No 1509
A
la luz de
la fogata
Rav
Azriel Ariel (reimpresión)
En la
noche de Lag VaOmer (el día 33 de la Cuenta del Omer)
cuando nos sentaremos frente a la fogata, intentaremos entrar junto con
Rabí
Shimón Bar Iojai a la cueva. Y con la ayuda del gran pastor - el
Rav Kuk - y su
libro “Ein Aya”, intentaremos comprender la singular
concepción de Rabí
Shimón - que le hizo esconderse en la cueva y luego salir de
ella.
En la Gmará
(Shabat 33B) relatan una discusión que hubo
entre dos de los más grandes sabios de todas las épocas:
“Comenzó Rabí Iehudá y
dijo; ¡cuán bellas son las acciones de esa nación!
[refiriéndose al Imperio
Romano. N. del T.]. Construyeron mercados, puentes, y casas de
baño. Rabí Iosi
calló. Rabí Shimón Bar Iojai replicó; todo
lo que hicieron, lo hicieron para su
provecho. Construyeron mercados – para poner en ellos prostitutas.
Construyeron
casas de baño – para satisfacer sus bajas pasiones. Construyeron
puentes – para
cobrar impuestos”.
Ellos se
encontraban en una época muy difícil, cuando Am Israel
(el Pueblo de Israel) todavía lame las terribles heridas
producidas por el
fracaso de la revolución de Bar Kojva. Y la pregunta, es:
¿Qué hacemos ahora?
¿Qué actitud debemos tomar frente al malvado gobierno de
Roma? Rabí Iehudá hace
notar lo positivo de ese gobierno: Otra revolución ya no es
relevante, y para
subsistir debemos utilizar todos los recursos a nuestro alcance. La
exacerbación de los sentimientos de ira no tendrá
ningún provecho. Por el
contrario, lo correcto en este momento es aprender cómo mejorar
nuestro nivel
de vida bajo el gobierno Romano - con su potencia económica y
tecnológica –
hasta que pase el mal momento.
Pero
Rabí Shimón Bar Iojai discrepa. Si bien es cierto que a
corto
plazo esa posición es más conveniente, a largo plazo es
nociva. Debemos tener
claro que “de los malvados sale la maldad” (Shmuel Alef 24:13).
También las
acciones del imperio malvado que aparentan ser buenas – provienen del
egoísmo y
de la maldad, y están colmadas por dentro de inmundicia e
impureza. La actitud
correcta frente a las obras de Roma es la deslegitimación total,
“ni de tu miel
ni de tu aguijón” (Tanjuma, Balak 6). Esa es la única
forma de hacerle frente a
la potencia y la influencia cultural y espiritual de ellas.
La
Providencia Divina hizo que los romanos nombren a Rabí
Iehudá
como el Primer Orador en todo lugar. Desde el punto de vista
práctico, “ese es
el camino correcto, llegar a una conciliación con la vida
práctica y la
realidad, y tomar de ellas sólo lo mejor y lo bueno”. Pero
frente a Rabí Iehudá
– que hace el cálculo práctico y justo del presente – se
encuentra Rabí Shimón,
que mira las cosas desde un punto de vista de eternidad, un punto de
vista que
exige la negación total de Roma y todo lo que ella representa.
El sendero
de Rabí Shimón no es adecuado para el público
general -
sólo lo es para unos pocos elegidos, que se encuentran dentro
del Beit
HaMidrash (centro de estudio de la Torá). Por ello,
la Providencia
Divina hizo que él tenga que esconderse por un tiempo en el Beit
HaMidrash.
Allí podrá enseñar su punto de vista a sus
camaradas, y a través de ellos esas
ideas llegarán también al público general.
Pero la
brecha entre el mundo real y la concepción ideal es
demasiado grande. Eso es expresado por el peligro que llegue el
Servicio de
Inteligencia de los romanos al Beit HaMidrash a matar a
Rabí Shimón. No
hay más remedio, él debe esconderse en una cueva -
alejado y desconectado
totalmente de la vida natural y social, con todas sus obligaciones. El
aislamiento, la desconexión de toda la civilización y el
sustento que le era
procurado en forma milagrosa – todo eso es acorde a la situación
en la que se
encuentra Rabí Shimón en ese momento, cuando él
vive el anhelo ideal con todo
su vigor.
Y
finalmente, llega el momento de salir de la cueva. La brecha
entre los grandes anhelos de Rabí Shimón y la realidad es
tan grande, hasta que
“todo lugar que miraba era quemado inmediatamente”. Y una voz se
escuchó del
cielo, que los amonestó diciendo: “¡¿Han salido de
la cueva para destruir Mi
mundo?!”. El mundo – con toda su complejidad, con todo el mal y el bien
que se
encuentran mezclados en él insoportablemente – no es el Mundo
del Diablo, sino
que “Mi mundo”, el mundo de D’s. La deslegitimación
absoluta de todo lo
que no es consonante con las aspiraciones más elevadas - si bien
es necesaria
para que no nos contentemos con el mal y no seamos "aplastados" por
él – no es una actitud acorde con la emuná (fe)
en el Creador y Director
del mundo, responsable de todo lo que ocurre en él. La forma de
corregir no es
construir un mundo correcto sobre las ruinas del mundo existente, sino
que
“descender hasta las profundidades de las bajezas de la vida, como
ellas son, y
purificarlas lentamente, hasta que suban al lugar donde deben
encontrarse,
según la sabiduría del Creador de todo”. Para ello,
Rabí Shimón vuelve a la
cueva por otro año más, en el que adquirirá un
punto de vista más elevado aún,
desde el que podrá ver cómo se puede hacer crecer el bien
partiendo del mal, la
felicidad partiendo del sufrimiento, la dulzura partiendo de la
amargura – la
luz, partiendo de la oscuridad.
Cuando
sale de la cueva por segunda vez, es justo vísperas de Shabat,
entre la puesta de sol y la salida de las estrellas. En ese momento,
Rabí
Shimón encuentra un anciano que corre velozmente con dos ramas
de mirto
aromático. Ese es el momento y ese es el lugar en el que se
encuentran el kodesh
(lo santo) y lo secular, lo eterno y lo fugaz, lo espiritual y lo
material. Es
en ese momento cuando es notorio cómo la kdushá
(santidad) del Shabat
influye sobre el día secular - que es la preparación del kodesh
- y cómo
influye lo eterno sobre lo fugaz. El Shabat le otorga al
anciano las
fuerzas para correr a su encuentro, y lleva dos ramas de mirto en su
mano: Una
que insinúa “cuidarás el día de Shabat”
(Dvarim 5:11) – cuida a lo santo
de todo contacto contaminador con lo laico y la maldad. Y la otra rama,
insinuando “recordarás el día de Shabat” (Shmot
20:7) – actúa dentro de
la realidad actual, con toda su maldad e impureza, para hacernos llegar
a “un
día que todo él es Shabat y descanso, para toda
la eternidad” (Birkat
HaMazon de Shabat). Ambos aspectos son necesarios: El anhelo ideal -
que no se
doblega ante nada - y la capacidad de avanzar poco a poco, para plasmar
ese
anhelo en la compleja realidad, utilizando para ello todos los medios y
oportunidades que se nos presentan, a través de la
identificación de todos los
destellos de luz que se encuentran diseminados en las profundidades de
las
tinieblas.
Eso es un
poco del resplandor de Rabí Shimón Bar Iojai, que nos
llega a través de los destellos de las llamas de la fogata de Lag
VaOmer.
El
duelo de Sfirat HaOmer
Rav
Shlomó Aviner
Pregunta:
En los
días de Sfirat HaOmer (desde el primer día de Pesaj
hasta
vísperas de Shavuot) acostumbramos el duelo de los
discípulos de Rabí
Akiva que murieron. ¿Pero en el correr de los
años murieron cientos de
miles y millones?
Respuesta:
1.
El duelo es por la razón de su muerte, “no respetaron unos a
otros” (Iebamot
62B). Y es también la razón de la destrucción del Beit
HaMikdash (El
Templo) - es decir, odio gratuito.
2.
Por ello, acostumbramos el duelo para recordarnos ello y corregir,
respetando
unos a otros, como dijeron nuestros sabios que Rabí Akiva les
dijo a sus nuevos
discípulos: “Mis hijos, los primeros murieron porque
tenían envidia, presten
atención que no hagan ustedes lo mismo” (Bereshit Rabah 61:3).
3.
Pero Rabí Akiva enseñó “amaras a tu prójimo
como a ti mismo es una gran regla
de la Torá” (Ierushalmi, Nedarim 9:4).
¿Cómo puede ser que sus
discípulos pecaron justo en ese punto? Rabí Akiva
sabía que hay cierto odio,
por ello recalco eso. Pero no logro completar la corrección, ya
que la persona
tiene libre albedrio
4.
Por
supuesto, no es una innovación de Rabí Akiva, ya que su
maestro, Rabí
Eliezer Ben Orkenus ya dijo: “Que el honor de tu compañero te
sea importante
como el tuyo” (Avot 2:10). Pero Rabí Elazar Ben Shamua, el
discípulo de Rabí Akiva
recalcó más aún: “Que el honor de tu
compañero te sea como el temor a D’s”
(Allí, 4:12).
5. Uno de
los discípulos de Rabí Akiva fue Rabí Shimon
Bar Iojai. Y así cuentan en el Zohar (Ki Tisa, 190:2):
“Cuando llegaron
los discípulos de Rabí Shimon, él les
demostró cariño porque ellos se ocupaban
del tema del amor de D’s por Am Israel (el Pueblo de Israel).
Les dijo,
vengan hijos santos de D’s, vengan los amados por el rey, vengan mis
amados,
vengan los que aman unos a otros”.
“Porque
dijo Rabí Aba: Todos los compañeros que no aman
unos a otros, serán quitados del mundo antes de su momento (esos
son los
discípulos de Rabí Akiva que no respetaron unos a otros),
todos los compañeros
en los días de Rabí Shimon amor profundo había
entre ellos, y por ello la
generación de Rabí Shimon fueron merecedores que se les
revelen los secretos de
la Torá”.
“Decía
Rabí Shimon, todos los compañeros que no aman unos
a otros, hacen que no vayan por el camino recto, y también
producen falta de
plenitud de la revelación de la Presencia Divina, porque la Torá
tiene
amor, fraternidad y verdad”.
“Avraham
ama a Itzjak, Itzjak ama a Avraham, Iaacov ambos
se asen del amor y la hermandad, imbuyen de su espíritu unos a
otros, los compañeros
tienen que ser como ellos, y no generar faltas en la plenitud de la
revelación
de la Presencia Divina”.
Meorot
HaShabat
El cometido
de esta sección es familiarizar a los
lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno
debe aconsejarse
con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los
detalles de las
numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no
limitarse a lo
escrito en esta sección.
Kidush
Recitado
del Kidush
En
el Kidush de la noche, antes de bendecir “bore pri hagafen”
sobre
el vino se recita “vaijulu hashamaim vehaaretz” y otros
versículos[1].
Esos
versículos son considerados como declamación de
testimonio que D’s creó Su
mundo en seis días, y en el séptimo día
descansó de toda Melaja[2],
y ese
testimonio purga todas las iniquidades[3].
Dijeron
nuestros sabios: Todo el que reza y dice “vaijulu” el Shabat
por
la noche, es como si se hiciese participe con D’s de la creación
del mundo[4].
A
pesar de que ya recitó esos versículos en el rezo, vuelve
a recitarlos en el Kidush,
para que cumplan con la obligación su esposa e hijos[5].
Y
también dijeron en el Midrash que esos versículos
deben ser recitados
tres veces, una vez en el rezo, otra vez después del rezo, y
otra vez con la
copa[6].
Si
no dijo “vaijulu” en el Kidush, los dirá en medio
de su cena
sobre la copa de vino[7].
Sexto
día
Se
acostumbra a recitar los versículos “vaijulu” antes del Kidush
desde
las palabras “iom hashishi” [que están escritas en el
versículo
anterior], porque en las siglas de esas palabras esta insinuado el
nombre de
D’s[8].
Y hay
quienes acostumbran a comenzar antes, “vaiehi erev, vaiehi boker,
iom hashishi” [9].
Y las
palabras “vaiehi erev, vaiehi boker” las dicen en voz baja[10].
[1](Shuljan Aruj, Orej Jaim, 271 inciso 10).
[2](Allí, Mishná Brurá inciso 45).
[3](Zohar, Vaiakhel 207. Midrash Shojer Tov).
Y así dice el Zohar: “La persona debe testimoniar con
alegría, buena intención e intención de
corazón, atestiguar frente al Dueño de
la Fe. Y todo el que atestigüe ese testimonio e incline su
corazón y buena
intención a ello, sus iniquidades son purgadas”.
[4](Shabat 119B. 268, Mishná Brurá inciso 1).
[5](271, Mishná Brurá inciso 45 citando al
Tur).
[6](Allí, Mishná Brurá citando al
Rokeaj. Kaf HaJaim allí, inciso 59
citando Shaar HaKavanot).
Y en Or Zarua (segunda parte, Hiljot Erev Shabat inciso
20) escribió que encontramos referencia a esa costumbre en
Shojer Tov como
explica allí, que por ello acostumbran a decir tres veces
Vaijulu porque tres
veces está escrita la palabra “Asher” en ese párrafo, y
tres están escritos en
Para Aduma, de lo que aprendemos que todo el que dice tres veces
Vaijulu purga
todas sus iniquidades, como si hubiese cumplido toda la Torá.
[7](Allí, Mishná Brurá).
[8](Allí, inciso 10 en Ram”a). Y a pesar de que todo
versículo que
nuestro Rav Moshé no dividió no podemos dividirlo, eso es
justamente cuando se
leen los versículos que no se puede dividir un versículo
en dos. Pero cuando se
recitan los versículos como rezo está permitido (Kaf
HaJaim allí, inciso 15). Y
véase en Seder HaIom (en Kidush de Shabat) y también
Maguen Avraham (allí,
inciso 22) que se comienza de “Iom HaShishi” porque con ello se
completan 72
letras del Kidush, que insinúa al nombre de D’s de 72 letras,
que nos hizo
maravillas en la Salida de Egipto y mostró Su fuerza a la orilla
del mar.
[9]No es correcto comenzar con las palabras “Iom HaShishi”
porque la
oración no tiene sentido. Por ello, es mejor comenzar “Vaiei
Erev, Vaiei
Boker…”. Y si propondrás comenzar desde el principio del
versículo, “Vaiar
Elokim En Kol Asher Asa, VeIne Tov Meod”, ya que todo versículo
que nuestro Rav
Moshe no lo dividió no podemos dividirlo, no es correcto
comenzar en la noche
de Shabat así, porque nuestros sabios nos enseñaron que
en ello está insinuada
la muerte. Y de momento que no se puede comenzar desde el principio del
versículo, está permitido comenzar de la mitad (Jatam
Sofer, allí).
[10](Lebush, allí inciso 10).
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