Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
Parashat Bereshit 24
de Tishrei
5772
Comenzar
desde el principio
Rav
Ioram Eliahu
Los discípulos de Shamai y los
discípulos de Hilel discrepan en cuanto a qué fue creado
primero: ¿La tierra o
el cielo? Los discípulos de Shamai dicen: El cielo fue creado
primero, y luego
la tierra. Los discípulos de Hilel dicen que la tierra fue
creada primero, y
más tarde el cielo. Los discípulos de Shamai citan el
versículo “en el
principio creó D’s el cielo y la tierra” (Bereshit 1:1), y los
discípulos de
Hilel demuestran su posición basándose en el
versículo “en el día en que hizo
D’s, el Señor, tierra y cielos” (Bereshit 2:4) (Ierushalmi,
Jaguiga 2:5).
Esa discusión que también es citada
en el midrash (Midrash Rabah) es comentada por el autor del
libro “Iefe
Toar”, que explica que la posición de los discípulos
de Shamai es que “la
base de la creación y su meta es el Trono de Honor de D’s y los
ángeles del
cielo, y por ello D’s creó primero los cielos, que son la meta y
lo principal…
y los discípulos de Hilel piensan que la meta de la
creación es el hombre, y
por ello creó D’s en el principio la tierra y todo lo que se
encuentra sobre
ella, que le es necesario al hombre, y al hombre mismo. Luego, el cielo
y las
criaturas celestiales, que son conceptuados como un segundo plano en
relación
al hombre”. En la cita anterior fueron mencionados otros
versículos para
demostrar cada una de las posiciones. Hasta que Rabí
Shimón Bar Iojai dijo que
se extraña, ¿cómo puede ser que haya diferencia de
opinión en cuanto a la
creación del mundo? Es que el cielo y la tierra fueron creados
como una olla y
su tapa, como dice el versículo “Mi mano fundó la tierra,
y Mi derecha extendió
los cielos” (Ishaya 48:13) – es decir, ambos fueron creados al mismo
tiempo. Y
así también dice Rabí Elazar, el hijo de
Rabí Shimon Bar Iojai que de momento
que hay dos versículos contrarios - uno antecede la tierra al
cielo, y el otro
antecede el cielo a la tierra - eso nos enseña que ambos son
equivalentes.
Y es sabido lo que dijo el Rebe
(director de una corriente jasídica) de Kotzk respecto al
versículo “los
cielos, los cielos son del Eterno, mas la tierra la ha dado a los hijos
de los
hombres” (Tehilim 115:16) – la tierra fue entregada para los hombres
para hacer
de ella un cielo, es decir, elevar y santificar todo lo terrenal y
mundano
hasta que llegue al nivel del cielo, para expresar la kdushá (santidad) que se
encuentra en toda la tierra y lo material.
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Rosh HaShaná e Iom Kipur) y los días de alegría en
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Rav
Shlomó Aviner (Reimpresión)
¿Acaso debemos liberar
terroristas “sin sangre en las manos” a cambio de nuestros queridos
rehenes?
Dijeron nuestros sabios: “No se libera rehenes pagando un rescate
exagerado,
para la corrección del mundo” (Guitin 45A). ¿Por
qué? En
Ambas razones deben ser
aclaradas: ¡¿Acaso para salvaguardar el dinero del
público no rescataremos una
persona que está sufriendo?! Y ¡¿acaso por la
probabilidad que en el futuro
haya algún peligro nos desentenderemos de un peligro palpable,
en el presente?!
La respuesta a ambas preguntas es la misma: Según
Nuestros sabios toman
en cuenta las necesidades del público, y también toman en
cuenta el futuro.
Ellos miran la realidad desde un punto de vista amplio, toda la
situación a lo
largo del tiempo. No siempre es posible solucionar todos los problemas
de una
vez, y es necesario determinar un orden de prioridad – como aprendemos
de la
“Doctrina de Recursos Limitados”. Por ello, nuestros sabios
determinaron en
este caso que lo más importante no será el bien del
individuo particular, sino
que la corrección del mundo.
Por supuesto, en nuestra situación no se está hablando de
dinero, sino que
liberar terroristas, con el peligro que ellos vuelvan a asesinar. Ya
que toda
la diferencia entre un terrorista “con sangre en las manos” y un
terrorista
“sin sangre en las manos” - es arbitraria: Ese terrorista no ha
ensuciado sus
manos con sangre no por ser una persona delicada o por haberse
arrepentido,
sino que nuestras fuerzas de defensa, el ejército, la
policía y el Servicio de
Inteligencia han logrado detenerlo a tiempo. Y gracias a D’s, ellos
lograron
evitar muchos atentados – pero lamentablemente no todos. Por ello,
también en
esta situación se está hablando de una carga muy
engorrosa para el público,
cuando el país se llene de asesinos. Y también hay
peligro que haya más
secuestros, para liberar a todos los terroristas.
¿Acaso la conclusión cambiará si nuestros cautivos
se encuentran en peligro?
¿Acaso cuando los rehenes se encuentran en peligro se los
rescata pagando
cualquier suma? Los sabios que determinan la halajá
discrepan, de
acuerdo a las dos razones anteriormente citadas: Si la razón es
por tratarse de
una carga demasiado engorrosa para el público, puede ser que
tratándose de
peligro de muerte debemos rescatarlos. Pero si la razón es para
que no
secuestren más, ¡por el contrario, no debemos doblegarnos
y poner en peligro la
vida de muchas personas porque una de ellas está en peligro!
(ver Pitjei
Tshuvá, Shuljan Aruj, Ioreh Dea 252. Y Mahara”m Lublin).
Pero en nuestro caso,
ambas razones nos conducen a la misma conclusión: Si nos
doblegaremos y
aceptaremos sus exigencias, continuarán secuestrando más
y más personas,
poniendo su vida en peligro para alcanzar su meta. Y será
más engorroso para el
público inmediatamente, ¡porque el país se
llenará de asesinos!
Y no digas: “Confiamos
en el ejército, la policía y el Servicio de Inteligencia
que lograrán
desbaratar todo atentado que intenten hacer los terroristas ‘sin sangre
en las
manos’ (¡que están sedientos de sangre en sus manos!)”.
Porque si bien es
cierto que nuestras fuerzas de seguridad se sacrifican y actúan
con eficacia,
aparte de que esas personas son asesinadas a veces, no siempre logran
evitar
los atentados. La experiencia demuestra que la gran mayoría de
los terroristas
que fueron liberados volvieron al círculo del terror. Esta es
una corta lista
de algunos ejemplos de atentados realizados en los últimos
años por terroristas
“sin sangre en las manos” que fueron liberados - y se apresuraron a
mojar sus
manos con sangre:
Penetración y disparo en el puesto militar “África”: 4
soldados muertos.
Atentado en
“C-food-market”: 3 muertos.
Penetración y disparo
en
Atentado en el hotel
“Park” de Natanya: 29 muertos, 155 heridos.
Explosión del ómnibus
en el cruce “Meguido”: 17 muertos, 42 heridos.
Atentado suicida en el
cruce “Um-El-Fajem”: Un policía muerto.
Explosión de un jeep,
al lado de un ómnibus en el cruce “Carcur”: 14 muertos, 42
heridos.
Disparos en Kiriat
Arba: 2 muertos.
Atentado suicida en
Tzrifin: 8 soldados fueron asesinados.
Atentado suicida al
lado del café “Hilel”, Ierushalaim: 7 muertos, muchos heridos.
Disparos en el
asentamiento Noghot, en el Sur de Har Jebron: 2 muertos.
Atentado suicida en el
café “Cafit”, Ierushalaim: 11 muertos, 30 heridos.
En total: 122
muertos y centenas de heridos – ¡por la liberación de
terroristas! Por eso,
podemos entender por qué las
organizaciones de los heridos en atentados se oponen a la
liberación de
terroristas: Porque han sentido en carne propia lo que eso significa.
Pero debemos decir la
verdad: Todo el tema de liberación de rehenes, habla de una
situación de galut
(exilio). Pero si tenemos un ejército – todo debe cambiar.
Cuando Lot fue
apresado, nuestro patriarca Avraham no negoció con los
secuestradores, sino que
salió a luchar contra los cuatro reyes y lo liberó
(Bereshit, Cáp. 14). Cuando
el rey de Arad en el Sur secuestró una sola sirvienta de Am
Israel (el
Pueblo de Israel), nuestro Rav Moshé salió a luchar para
liberarla (Bamidvar,
21:1-3). Cuando Amalek secuestró las mujeres de Tziklag, el rey
David salió a
luchar para liberarlas (Shmuel Alef, Cáp. 36). Así es la
regla en la guerra:
Uno para todos, y todos para uno. Si bien no es un dicho del Talmud,
es
cierto. ¡Sin eso, no hay guerra, no hay ejército, no hay
estado!
Por todo ello, no
debemos doblegarnos por las presiones, debemos fortalecernos con vigor
y
valentía, y de esa forma también protegeremos a nuestro
pueblo.
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