Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Shmini     20 de Adar Bet 5774     Shabat Para     No 961

Aún no se habrá perdido nuestra esperanza
Rav Azriel Ariel

Esas palabras nos son conocidas a todos del canto “HaTikva”, que atestigua con evidente desdicha que también si la situación es casi insostenible, “aún no se habrá perdido nuestra esperanza”. Son pocos los que se dan cuenta que la fuente de esas palabras se encuentra en la Visión de los Huesos Resecos del profeta Iejezkel, en la boca de los Hijos de Israel que se encuentran en la galut (el exilio): “He aquí que dicen; se han secado nuestros huesos, y ha perecido nuestra esperanza” (Iejezkel 37:11). En la próximas líneas intentaremos explicar que esa es la idea básica y profunda de la mitzva de la Para Aduma (vaca roja). Y para ayudarme, utilizaré el artículo de Rabí Itai Elitzur (que fue publicado en Tzohar 19, Elul 5764).
Hay una diferencia esencial entre la Para Aduma y los demás sacrificios. Todos los sacrificios son degollados en el Beit HaMikdash (El Templo), mientras que la Para Aduma es degollada fuera de él. La sangre de todos los sacrificios es derramada sobre el altar (la mayoría en el altar externo, y unos pocos en el altar interno), mientras que la sangre de la Para Aduma es rociada afuera, “hacia el frente de la Tienda de Reunión” (Bamidvar 19:4). La carne de la mayoría de los sacrificios, su lugar es en el Beit HaMikdash, es ofrecida sobre el altar o es comida por los  Cohanim (sacerdotes), mientras que la carne de la Para Aduma es quemada totalmente afuera. La mayoría de las personas que se ocupan de cada sacrificio permanecen puros, mientras que los que se ocupan de la Para Aduma y su ceniza son impurificados. Todo eso expresa un punto muy profundo. El korvan (sacrificio), como su nombre lo indica, se acerca al kodesh (lo santo) y acerca a los que lo ofrecen también [en hebreo, acercar es lekarev. N. del T.]. En contraste, la Para Aduma es distanciada, es impura, no expresa sino que el estar alejado. “Porque enfrente podrás mirar la tierra, mas no podrás pasar allí” (Dvarim 32:52).
Es más. No hay nada que exprese la muerte como la ceniza de la Para Aduma. Sólo hace pocas horas era una vaca viviente, llena de carne, llena de sangre, llena de vida, roja y colorada. Y ahora – sólo queda de ella un poco de ceniza negra. No sólo que fue degollada y matada, no solo que su sangre fue derramada, sino que tampoco quedó ningún recuerdo de vida, ni siquiera materia orgánica. Sólo queda ceniza, sin ningún síntoma de vida. Totalmente distinto del korvan, cuyo ser, que se expresa en su sangre, se eleva siendo vertida en la pared del altar, y su carne se eleva a lo alto en la fogata sobre el altar o se convierte en parte del cuerpo puro y santo de los Cohanim, que le rinden culto a D’s. La Para Aduma murió totalmente, y es distanciada del Beit HaMikdash.
Ese es el punto donde se encuentran la Para Aduma con la impureza del muerto. También el cuerpo muerto es alejado. El alma, pura y santa, lo ha abandonado. La vida lo ha abandonado. Todo lo que queda es carne muda que es llevada a la tumba, a la inexistencia, al cero absoluto. Todo el que lo toca, todo el que entre al lugar donde se encuentra, se adhiere a la impureza que hay en la inexistencia de vida, la vida pura y santa. Ese es el papel de la ceniza de la Para Aduma, mostrar que es posible purificarse de la impureza de la muerte. Hay vida después de la muerte. Hay vida en la muerte. Hay vida que nace de la muerte. “Ved ahora que Yo, Yo solo soy, y no hay dioses conmigo, Yo hago morir, y hago vivir, Yo hiero, y Yo curo, y no hay quien libre de Mi mano” (Dvarim 32:39).

La Para Aduma es alejada, es quemada. Pero todo eso se hace en un lugar muy preciso: “Hacia el frente de la Tienda de Reunión” (Bamidvar 19:4). La Mishná en el tratado Midot describe las medidas de los portones y las murallas, que le permiten al Cohen que degüella la vaca mirar directamente al portón del Eijal. No ha quedado vida en la vaca, tampoco kdushá (santidad), pero algo sí ha quedado: La aspiración, la esperanza, la mirada “hacia el frente de la Tienda de Reunión”. Mientras haya esperanza, mientras haya aspiraciones, todo lugar donde todavía hay un sueño – hay un poco de fuerzas de vida, y en base a ellas todo volverá a renacer.
En efecto, tiene razón el poeta, porque mientras “dirigiéndose hacia el Oriente un ojo aviste a Tzion” (HaTikva) – “aún no se habrá perdido nuestra esperanza… regresar a la tierra de nuestros antepasados, la ciudad donde David descansó” (estrofa  del poema HaTikva original, que mas tarde fue omitida).
Y estas son las palabras del profeta al pueblo desalentado, que ha olvidado la esperanza y ha perdido el sueño de volver a la buena tierra: “Estos huesos (resecos) son toda la Casa de Israel, he aquí que dicen; se han secado nuestros huesos, y ha perecido nuestra esperanza, somos enteramente cortados. Por tanto profetiza y diles: Así dice el Señor D's, he aquí que voy a abrir vuestras sepulturas, y os haré subir de vuestras sepulturas, oh pueblo Mío, y os traeré a la tierra de Israel… Y pondré Mi espíritu en vosotros, y reviviréis, y os estableceré en vuestra tierra, y conoceréis que Yo, el Señor, lo he dicho y lo he hecho, dice el Señor” (Iejezkel 31:11).

Devolviendo la corona
Rav Azriel Ariel
(reimpresión)

Entre los animales impuros se destaca el más impuro de todos - el cerdo. Es tan impuro, es tan abominado, que Am Israel (el Pueblo de Israel) acostumbró a lo largo de las generaciones evitar llamarlo por su nombre, y sólo insinuarlo diciendo "esa otra cosa". Nuestros sabios dilucidaron qué idea expresa ese animal impuro, y revelaron su singular papel en la edificación del mundo.
Los cuatro animales que son mencionados en nuestra Parashá por su nombre - el camello, el conejo, la liebre y el cerdo - son paralelos a los cuatro imperios: Babilónico, persa, Griego y Edom (Romano). El cerdo es Edom, como figura en el versículo: "El cerdo de la selva la roe, y la devora la bestia del campo" (Tehilim 80:14). Y al respecto agrega el Midrash (Vaikra Rabah 13): "'Y el cerdo' (Vaikra 11:7)- ese es Edom. 'No rumia' (Ídem.) - que no acarrea ningún imperio tras él. ­ ¿Y porqué se lo llama 'jazir' [cerdo, en hebreo]? Porque 'majzir' [devuelve, en hebreo] la corona a su dueño. Eso es lo que insinúa el versículo: 'Y subirán salvadores al monte de Tzion para juzgar la serranía de Esav [que también se llama Edom], y del Eterno será entonces el reino' (Ovadia 1:21)".
El reinado de Edom es el más temible de los otros tres que lo antecedieron. Y la generación anterior - la generación del Holocausto - es testigo de sus horrores: Unas atrocidades que no tienen ninguna similitud con nada que hayamos visto desde la creación del hombre sobre la faz de la tierra. Pero justamente los agobios de ese imperio son los que nos dan esperanzas - ya que se trata del último imperio, que debe devolver la corona a su dueño original: A D's y a sus emisarios en la tierra - Am Israel.
Y en base a ese principio explica el Mahara"l de Praga (Gvurot HaShem, Cáp. 18) la Gmará (Sanhedrin 98A) que relata respecto al Meshiaj (Redentor) que se encuentra en los portones de Roma, y dice: "De momento que la carencia en sí se encuentra ligada al reinado de Edom, el mundo toma el reinado del rey Meshiaj como si estuviese unido con él totalmente. Y por ello la mano de Iaacov asía el tobillo de Esav, insinuando que Iaacov está vinculado con la carencia de Esav que es sugerida por su tobillo, la punta de su cuerpo…".
En el mundo existen dos concepciones relativas al valor del "reinado" - o en términos modernos, el estado: Una de ellas ve al reinado como una herramienta técnica para regular y ordenar la vida. "Debéis orar por el bien del reinado, porque de no ser por el temor a él las personas se comerían vivas las unas a las otras" (Avot 3:2). Y la otra ve al reinado como un valor en sí. En la conciencia de toda persona coexisten y se alternan ambas concepciones. ¿Cuál es el origen del valor en sí del "reinado"? - el reinado Divino: "El reinado terrenal es semejante al reinado celestial" (Brajot 58A). El gran respeto que siente el ciudadano en Iom HaAtzmaut (Día de la Independencia) de nuestro estado - tiene allí su origen. Pero sólo un reinado fue elegido por D's para expresar el suyo: El Reinado de Israel, como fue plasmado plenamente por el rey David y su hijo Shlomó. Como dice el versículo: "Y se sentó Shlomó en el Trono del Eterno como rey" (Divrei HaIamim Alef 29:23). Todos los cuatro imperios - robaron la corona Divina, y coronaron a un hombre de carne y hueso con ella. Ese también es el origen de la veneración extremista del reinado, hasta tal punto que se le confiere un carácter divino al estado, se lo transforma en el máximo valor que justifica el pisoteo de todos los otros valores - como por ejemplo, en la ideología Nazi y en la sociedad Fascista.
La gueulá (redención) de Am Israel, entonces, no es sólo el retorno a la tierra anhelada, no es sólo la reunión de los exilios, ni siquiera es solamente independencia y liberación del yugo de los demás pueblos. Hay otra etapa en la "carrera de postas" de los imperios del mundo: El reinado pasa en forma directa del cuarto imperio - el reinado de Edom - al Reinado de Israel.
"Debes comprender que el Reinado de Israel en su renovación, como en la salida de Egipto cuando comenzó el gobierno de Am Israel… y en el futuro el reinado del Meshiaj… surge del reinado que lo antecede. Porque el santo Reinado de Israel, que tiene un nivel Divino interno, crece de un reinado impuro, porque así es correcto que sea tratándose de un reinado que tiene un nivel Divino interno" (Mahara"l, allí).
Cuando el Mahara"l dice "un reinado impuro" no se refiere al presente Estado de Israel, sino que al reinado del que este surge: El mundo occidental, el Mandato Británico y también su camarada, EE.UU. Y en efecto, en nuestra época somos testigos de distintos procesos que se suceden, uno tras del otro. En el plano moral, la concepción europea ha llegado a su bancarrota total en el Holocausto, cuando en nombre del estado y sus leyes se cometieron los crímenes más terribles. Y como resultado a largo plazo, la divinización del estado decae en todo el mundo occidental, cuando el estado es concebido como una gran "empresa de seguros", cuyo cometido es proporcionarle a cada ciudadano sus derechos - y nada más. Y en el plano político, en paralelo, el Mandato Británico - con el apoyo del mundo cristiano y occidental - entrega Eretz Israel (la Tierra de Israel) en manos del Estado de Israel. Y así comentó el discípulo del Ramba"n en su comentario a Shir HaShirim (Cantar de los Cantares): "Y con el permiso de los reyes del mundo y con su ayuda se dirigirán a Eretz Israel, y ese reinado se continuará y no cesará". Y ahora, cuando el concepto de reinado en Edom comienza a llegar a su fin, y el Reinado de Israel se levanta del polvo del exilio y de las cenizas de los crematorios, este reinado debe comprender su singular papel. El Reinado de Israel - es kodesh (santo). No se trata de una divinización del estado en sí mismo, tampoco se lo convierte en una "empresa de seguros", sino que en un emisario y un representante del Reinado de D's en la tierra - lo que lo compromete a plasmar todos los valores morales Divinos. Ese es su cometido, ser la base del Trono de D's en el mundo, cuando el "cerdo" - Edom - devuelve finalmente la corona a su dueño original.

Canto de alabanza al judaísmo jaredi
Rav Shlomó Aviner

De momento que en los últimos tiempos fueron pronunciadas muchas expresiones hostiles en contra del público jaredi (ultra-ortodoxo), ahora en honor a Purim debemos cumplir “ve, reúne a todos los judíos”, recordar que somos hermanos, recordar que el común denominador es mucho más grande que lo que nos separa, recordar que todos los matices de la nación son parte de ella, y cada matiz no debe ocuparse de criticar a los demás sino que a sí mismo. En este artículo no es nuestra intención enseñarle a los jaredim qué deben hacer - eso lo dejamos para sus Rabanim (Rabinos) - sino que aclararnos qué es lo que nosotros, la Nación de Israel, debemos aprender de ellos, poco o mucho. No aclarar qué es lo que les falta, sino que sus virtudes. Y son estas:
1. Fidelidad a la Palabra de D’s: “Escucháis la palabra del Eterno, los jaredim (temerosos) de Su palabra” (Ishaya 66:5). En una época todos éramos jaredim, toda la nación. Pero los reformistas lo desbarataron, y dijeron que hay que adecuar las mitzvot al estilo de la época. Dijo el Jatam Sofer: Lo “nuevo” está prohibido por la Torá [un juego de palabras: La producción de trigo “nuevo” está prohibida según la Torá hasta la fecha en que se ofrecía el sacrificio del Omer. N. del T.] (Shu”t Jatam Sofer 1, Orej Jaim 28, 148, 181. Shu”t Jatam Sofer 2, Iore Dea 19), si es sospechoso que está relacionado con el reformismo. Los jaredim construyeron una alta muralla para protegerse de todo viento dañino.
2. Emuna (fe): Fe en que la Torá escrita es del cielo, y fe en que la Torá oral es también del cielo – una fe poderosa y terminante.
3. Temor a D’s: El ideal de toda persona jaredi es ser un talmid jajam (erudito del estudio de la Torá), y su obligación es ser un judío temeroso de D’s, cuidar de toda mitzva – ya sea más importante o menos – y tener horarios fijos de estudio de la Torá.
4. El estudio de la Torá es lo más importante: Consagrar todas sus fuerzas al estudio de la Torá, incluso viviendo en forma precaria.
5. Educación pura: Educación pura y limpia. En la jardinera, en el talmud Torá (marco de estudio de niños), en la ieshivá ktana (marco de estudio de muchachos), en la ieshivá gdola (marco de estudio para mayores). Todo lo que se pueda de estudio del kodesh, y por supuesto sumándole buenas virtudes, temor a D’s y cuidado de todas las mitzvot. Ese es el ideal: Ser un estudiante de ieshivá, estudioso y con buenas virtudes. Y lo paralelo para las muchachas. También si el precio será vivir en la pobreza.
6. Respeto por los talmidei jajamim: Respeto por ellos, temor por ellos, amor por ellos – y sobre todo obediencia a los grandes talmidei jajamim
de la generación.
7. Cultura limpia: Aversión de literatura corrupta, y diarios corruptos. Repulsión total de la televisión. Sólo usar Internet filtrado con rigurosidad, y si es posible no utilizarlo en absoluto. Y lo mismo respecto a los teléfonos celulares. Abstención de acontecimientos culturales que no son totalmente limpios. Estudio de profesión en centros limpios. Vestimenta según la costumbre jaredi, que los cuida de malas influencias. Dicho sea de paso, el Rav Kuk y nuestro Rav el Rav Tzvi Iehudá Kuk así se vistieron, y muchos de los Rabanim del público sionista así se visten hoy en día.
8. Recato: Vestimenta recatada de las mujeres, vestimenta recatada de los hombres, distanciamiento de hombres y mujeres según lo requiere la halajá, separación de los sexos en los centros de estudio, abstención de las mujeres de puestos que llaman la atención en la sociedad, cuidarse de demostraciones de cariño entre la pareja en público.
9. Organizaciones de caridad: Muchas organizaciones de caridad. 46% trabajan como voluntarios en distintas organizaciones, muchas horas. Es también cierta forma de seguro interno para familias necesitadas.
10. Familia sana: Porcentaje de casamientos muy alto. Porcentaje de divorcios muy bajo. Familias numerosas, con muchos niños.
Y en cuanto a lo que se debe agregar en ese público – la próxima vez.

Es posible leer la publicación de esta semana y las anteriores en www.alumbrar.org. Para recibirla directamente a su casilla de correo electrónico, escríbanos a suscribame@alumbrar.org