Beahavá   Ubeemuná

Majón Meir
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El Sacrificio de Itzjak
Rav Iaacov Ariel

A veces se escucha en el público cierto disfavor en cuanto a la idea del Sacrificio de Itzjak según como es conceptuado por Am Israel (el Pueblo de Israel). Eso es acompañado con la profunda herida de los sentimientos de las familias que han perdido algún pariente cercano en el país en nuestras guerras, que ven en ese episodio un poco de consuelo de su tan preciado sacrificio. La verdad debe ser dicha, la idea del sacrificio en Am Israel - que tiene un lugar tan central sobre todo en las vivencias de los Días Grandiosos (Rosh HaShaná e Iom Kipur) - no nos enseña a ofrecer sacrificios humanos, D’s no lo permita, sino que por el contrario, eso es una de las cosas que aprendemos a no hacer.
“No lo
mandé, ni hablé de ello, y ni siquiera vino a Mi pensamiento” (Irmya 19:5) – que una persona sea degollada como parte del culto a D’s. Nuestra Torá es una Torá de vida, y su principal cumplimiento es aquí, en este mundo. Pero una vida de valores espirituales se puede dar sólo cuando se es capaz también de sacrificar la vida en situaciones críticas. Hay situaciones – que son muy extraordinarias – en las que la persona debe renunciar a su vida particular, física, por los ideales elevados, absolutos y generales. Sin esa capacidad, nuestra vida aquí no tiene ningún sentido y ningún valor. Sólo después de esa certeza volvemos a nuestra vida terrenal y plasmamos la idea del sacrificio aquí, en la vida. Es interesante que justamente los demás pueblos valoraron ese episodio y lo convirtieron en un motivo artístico y literal central. A través de ese sacrificio expresaron lo más elevado de sus sentimientos y pensamientos.
En la filosofía existencialista moderna el Sacrificio de Itzjak tiene un lugar central. Según Rabí Itzjak Arama en su libro “Akedat Itzjak” el sacrificio es la fe, que llega a su cima en ese episodio – por encima del raciocinio humano común. A ese nivel llegan unos pocos. Avraham es un ejemplo de confrontación de la persona con sus valores y creencias sólo, sin alguien que lo ayude. En contra de su propio raciocinio.
Cuando Avraham se dirigió al monte de Moria él sabia que volverá a una casa vacía – su hijo será sacrificado, su esposa falleció, sus vecinos se burlarán de él y lo despreciarán. Todos sus planes serán anulados, su aspiración de edificar un pueblo que corrija al mundo será descartada. Él se queda sólo con su fe. Y debe enfrentar esa situación tan especial, cuando su fe por encima del raciocinio es su único apoyo. Ese es el secreto del hombre de fe solitario frente a un mundo hostil, que se burla y lo desprecia. Pero sin fe no tiene existencia, no tiene apoyo.
Su consentimiento a entregar lo más preciado por su fe y estar él de una orilla y todo el mundo de la otra, con todo lo paradójico, es lo que entrega un significado auténtico a su vida. Sin esa fe su vida no es vida. No puede apoyarse sólo en su raciocinio, porque el intelecto no es un soporte firme. Pero con eso, él desea ser lógico, para consigo mismo y para con los demás, que puedan entenderlo. En esa compleja y singular situación vive el hombre de fe, hasta que se hace merecedor de una revelación esplendorosa que ilumina toda su vida con otro resplandor, sin confusiones ni dudas. Pero antes de ello, se tambalea del raciocinio a la fe, y viceversa.
Es difícil ser creyente, pero más difícil aún es no serlo. Sin su fe es sólo polvo y cenizas, otra criatura que pasa sobre la tierra y se desvanece sin dejar rastro, como viene así se va, sin tomar ni entregar. No es el degüello de Itzjak el mensaje del Sacrificio, sino que la existencia del hombre de fe en el universo. 

Midreshet Majón Orá

Centro de estudios de Torá para chicas en
español y portugués.
¡¡Están todas invitadas!!
Para más detalles llamar al 052-4621830
o escribir a anachman2@walla.com, editorial@alumbrar.org
Para las interesadas, hay dormitorios en el lugar.

El Gaón Rabí Ovadia Iosef
Rav Shlomó Aviner

El Gaón (genio del estudio de la Torá) Rabí Ovadia Iosef zt”l cumplió con lo que todo talmid jajam (erudito del estudio de la Torá) debe cumplir: “No se amedrenten ante ningún hombre” (Dvarim 1:17). Él dijo lo que pensaba, sin temor alguno, sin recelo por las críticas. Por supuesto que no tenía ningún temor de perder puntos frente a la opinión pública, y con mucha razón, porque los talmidei jajamim no deben ser influidos por la opinión pública sino que por el contrario, la opinión pública debe ser orientada por los talmidei jajamim.
Por supuesto, siempre se podía no coincidir con él, pero todos sabían que él no determina la halajá según intereses ajenos o por miedo a alguien, sino que dice lo que piensa y lo continuó afirmando frente a todas las presiones.
Por ello a veces se expresó en forma tajante, también para con otros talmidei jajamim, también para públicos determinados, pero todo el que lo conoció sabe que todo eso era acompañado de amor, critica dura en base al amor profundo, “corrige al que ama” (Mishlei 3:12), parecen enemigos cuando discuten en la Torá, pero en realidad se aman. Es como las personas que se acercaban al Rav y él quería expresar amor por ellos, y le daba una suave bofetada…
Su enorme genialidad y su gran valentía las utilizó para ayuda a Am Israel (el Pueblo de Israel), en dos formas: Facilitando y uniendo.
Facilitando: En efecto, el Gaón se esforzó por determinar la halajá en forma poco rigurosa cuando era posible, porque sabía que una determinación demasiado rigurosa finalmente provocará menosprecio de las bases de la Torá mismas, y por supuesto que no hay que innovar decretos. Por supuesto, no siempre determinó en forma poco rigurosa, por el contrario, a veces fue muy riguroso, y de esa forma también salvaba prohibiendo lo que otros habían permitido cuando lo estimó necesario, según su comprensión de la Torá. Y cuando lo vio necesario, fue menos riguroso. Y por supuesto, no según lo que le parecía, ya que en su humildad no determinó la halajá en base a sus innovaciones, sino que siempre basándose en la mayoría de los Poskim (eruditos que determinan la halajá). Por supuesto, él bien sabía que a veces en la minoría que determina la halajá en forma más rigurosa hay un gran Posek que es equivalente a todos los demás, pero tomo sobre sus hombros la responsabilidad, y determinó la halajá según la mayoría.
Y también a través de la unión: El Gaón se esforzó en unir a todos los sfaradim (provenientes de comunidades del norte de África) y las comunidades orientales, renunciando a costumbres locales, sobre todo basándose en el libro “Beit Iosef” (el comentario de Rabí Iosef Karo en cuanto a la halajá del Tur), “Iosef era el gobernador del país, él era el proveedor de toda la gente de la tierra” (Bereshit 42:6) – Rabí Iosef Karo, y también Rabí Ovadia Iosef. El Gaón no temió y determinó en temas que eran debatidos, porque las dudas y las diferencias de opinión confunden y debilitan. Por ello enseñó una Torá clara, y una halajá clara. Por supuesto, también en ello no todos coincidieron con él, pero él era fuerte como un pedernal.
Y en efecto, el Gaón logró en gran medida su meta, elevó mucho el público sfaradí que era despreciado, en la Torá y en la sociedad. Tuvo éxito a través de su dirección en una halajá unificadora, también una prolífera producción literaria, también institutos de enseñanza y también en la política. Por ello es llamado con razón por los sfaradim: “Nuestro gran Rav”.
Nuestro gran Rav siempre trabajó duro. Empezó a trabajar cuando era joven, siendo hijo de una familia pobre. Y toda su vida continuó trabajando en el campo de la Torá. Su primera obra fue la escritura de acotaciones al libro “
Reshit Jojma” a la edad de 9 años. Y toda su vida trabajo duro para elevar y refinar sus virtudes.
Tres cuentos personales cortos respecto a nuestro gran Rav:
Hace 40 años fue atacado en la prensa por algo que dijo. Los que lo atacaron, que eran unos ignorantes en cuanto a la Torá, en su atrevimiento lo presentaron como si no supiese nada. Yo escribí un corto artículo de 10 renglones al diario, donde cité las sencillas fuentes de nuestro gran Rav. Al otro día me llamaron al único teléfono que había en el
Kibutz y escuché su suave y delicada voz, diciendo: “Muy bien, mi honrado”.
Después de muchos años me llamó, me sentó cerca de él y me susurró en tono paternal: “Usted debe cuidarse de esos, ellos buscan dañarlo”.
Y por último, ocurrió una vez que un alumno mío me comunicó alegremente que se comprometió con una muchacha que hizo
aliá (inmigración a Israel) de Etiopía. “Pero tú eres Cohen”, le dije, “y la muchacha no puede hacer una conversión por rigurosidad”. Mi alumno me contestó que no se dio cuenta que es proveniente de Etiopía… Le pregunté a varios talmidei jajamim grandes, que yo conocía su opinión positiva al respecto, pero temieron expresarla por escrito. Finalmente le pregunté a nuestro gran Rav: Al día siguiente recibí una carta de su puño y letra, donde les permite casarse. “Toma”, le dije a mi alumno, “un papel que vale un millón de dólares…”.
En efecto, un gran salvador.
El gigante ha callado, pero su grandioso y claro espíritu, su valeroso y recto aliento continúa sobre nuestras cabezas, y en las bocas de las grandes personas del pueblo y en la boca de las personas sencillas del pueblo.
Ese fue un valiente salvador, que atestiguó respecto a sí mismo: Yo duermo todas las noches preocupado, ¿cómo haremos para que otros diez mil niños digan Kriat Shmá?
Que su alma esté unida a la Fuente de la Vida, junto con las almas de los grandes talmidei jajamim de Am Israel.
 

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
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