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Parashat Balak     14 de Tamuz 5773     No 923

El dinero y el honor
Rav Eran Tamir

La coalición de Balak y Bilam que es descrita en nuestra Parashá merece ser estudiada desde diferentes puntos de vista. Uno de ellos es el encuentro entre el honor que le era tan importante a Balak con el dinero, que le era algo central para Bilam. Como dice el versículo al principio de su relación (Bamidvar 22:16-18): “Así ha dicho Balak… te honraré mucho… y le contestó Bilam; aún si me diera Balak su casa llena de plata y oro…”. Y también cuando están por separarse (Bamidvar 24:11-13): “Y Balak se enfureció mucho… dije que te honraré… y le dijo Bilam, aún si me diera Balak su casa llena de plata y oro…”.
¿Por qué? ¿Cuál es el secreto del vínculo entre el honor y el dinero? ¿Por qué son tan importantes, no sólo para Balak y Bilam, sino que también para nosotros? ¿Y cómo debemos cuidarnos del peligro que se esconde en ellos?

El honor. Una de las tendencias más importantes que se encuentran en lo profundo del ser es la tendencia al honor. La persona desea sentirse relevante, con valor e importante. Esa necesidad - de sentir que tiene peso - es una expresión de la vida misma de la persona, la existencia de su ser. No hay nada más básico y existencial que esa sensación, sentir y saber que el mundo me necesita. Se me necesita, y si yo no existiese el mundo tendría alguna carencia. ¿Qué le queda a la persona en su vida si se siente de más, sin importancia, sin valor, sin peso en el mundo? Por ello, la tendencia misma al honor es muy importante.
Pero debemos distinguir entre dos tipos de honor: Honor externo, y honor propio.
El honor externo es cuando la persona se “agrega peso” a través de los aspectos exteriores y secundarios de la vida – como su vestimenta, estilo de expresión, posición económica, posición social y similares. Todo eso es importante, pero de ninguna forma son lo principal en la vida, son sólo la envoltura externa de ella.
En contraste, el honor propio esa dignidad, peso, valor e importancia que emanan de la esencia misma de la persona. Es decir, su conducta, sus valores morales y los ideales que se revelan en su vida y la vida de la sociedad. En esa situación la persona se ocupa de la esencia, del sentido, de los valores auténticos y propios de la vida, y a ellos les confiere el centro de gravedad de su vida – sin desdeñar por supuesto las condiciones externas de ella.
Está claro que cuando la persona no tiene autoestima, honor interno, necesita como el aire para los pulmones complementar con el honor externo falso, lo que no sólo que no lo edifica auténticamente por dentro, sino que lo hace adoptar una apariencia ajena y genera en él un mundo de imaginaciones y mentiras. Y como dice el Rav Kuk (Midot HaReaya, Kavod): “Cuanto más falta la plenitud interna, la naturaleza busca completarse en el plano exterior. Sólo cuando se encuentra en esa bajeza puede despertar el deseo de adornarse frente a los demás ya sea con lo que tiene, o lo que no tiene. Y por ello la persona debe engrandecer dentro suyo la impresión de la plenitud interna…”.
Ese fue el error de Balak. Él persiguió el honor externo, que por supuesto no se reveló, y resultó ser falso, y como le dijo Bilam “el Eterno te ha privado de honor” (Bamidvar 24:11).

El dinero. En contraste con el honor que la persona necesita como expresión de todo su ser, el dinero está relacionado con la segunda tendencia central en la persona, el deseo de continuar y desarrollarse, agregar a lo existente, avanzar hacia un futuro mejor. No se quiere estancar en su situación, sino que desea más, más y más… Pero también aquí hay un gran peligro, el peligro que el deseo de agrandar y desarrollar se exprese en los planos superficiales de la vida, que con toda su importancia no son el contenido de la vida y su meta auténtica. Y por ello, orientará sus fuerzas en agregar dinero sólo por la preocupación de sus necesidades económicas y nada más. Ese fue el error de Bilam, que lo que realmente le importaba – a pesar de sus “profecías” espirituales – era la plata y el oro, el dinero y el capitalismo que finalmente no alcanzó, porque “para maldecir a mis enemigos te he llamado, y he aquí que has bendecido tres veces…” (Bamidvar 24:10).
¿Y nosotros?
La coalición del honor y el dinero – que expresa dos cualidades básicas dentro nuestro, el honor interno y el deseo de avanzar y desarrollarse – es una coalición de vida, de la que depende el éxito y la edificación, cuando las expresemos en forma correcta. O – D’s no lo permita – al contrario, lo que generará destrucción y ruinas. Aprenderemos de Balak y Bilam lo que no se debe hacer, continuaremos por el camino de nuestros patriarcas que fortalecieron y ampliaron el honor auténtico, y desearon y aspiraron e hicieron lo que es correcto y deseable - y con la ayuda de D’s lo lograremos.

Midreshet Majón Orá

Centro de estudios de Torá para chicas en
español y portugués.
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El Gaón, Shmirat Shabat KeHiljata
Rav Shlomó Aviner

El 3 de Tamuz se elevó al cielo a la edad de 86 años el gran Gaón (genio del estudio de la Torá) Rav Ioshua Ishaya Neuwirth zt"l, luego de muchos años de estudio de la Torá y su enseñanza. Su libro, "Shmirat Shabat KeHiljata" no necesita ser alabado: Se encuentra en casi toda casa de personas temerosas de D's en Israel y lo utilizan talmidei jajamim (eruditos del estudio de la Torá) así como también personas sencillas.
Pero su grandiosa genialidad casi no es conocida. La gente no sabe que escribió otros libros: Kitzur Dine Shmitat Karkaot, Oel Sara (respecto a la pureza de la familia), Jinuj Banim LeMitzvot, una guía halájica para enfermeras en hospitales, y decenas de artículos y centenas de veredictos que son citados en otros libros.
Y también sus virtudes eran las de un talmid jajam auténtico: Recatado, no se hace notar, no se hace fotografiar, no le hacen entrevistas. No habla de sí mismo, sino que entrega todas sus fuerzas para el bien de D's, Su Torá y Su pueblo.
Sólo un detalle sobre sí mismo es insinuado claramente en su libro, Shmirat Shabat KeHiljata: Que él es un fiel discípulo del Gaón, el Rav Shlomó Zalman Oirbaj zt¨l, del que estudió en la ieshiva (centro de estudio de la Torá) Kol Torá desde su juventud, y según él determinó la halajá en su libro. En efecto, la base de un talmid jajam
es ser un fiel discípulo de un sabio, un discípulo sacrificado, que está dispuesto a ensuciarse con el polvo de los pies de su maestro.
Por supuesto, sus discípulos lo conocen bien, los alumnos de la ieshiva Kol Torá y los alumnos de las ieshivot que fundó: Pnei Shmuel para jóvenes, Jojmat Shlomó, Netivot Jojma. También en el hospital Shaarei Tzedek es muy conocido, porque era el que determinaba la halajá allí.
Pero realmente, no es justo por nuestra parte. Antes de conocer la sabiduría de un talmid jajam hay que conocer su temor a D's. "Si no hay temor, no hay sabiduría".
Y ahora fuimos merecedores de la tercera edición de su libro, 45 años
después de la primera edición, en la que el autor esboza su biografía bajo el título: "Es bueno darle gracias a D's". Por supuesto, sin ni una migaja de hacerse notar, sólo para contar las enormes bondades de D´s hizo para con él y su familia, y los grandes milagros que D´s le hizo.
El Rav, hijo del Rav Aharón Neuwirth, creció en Berlín en Alemania, y cuando Hitler – maldito sea su recuerdo – llegó al poder, él y sus hermanos fueron enviados a familias judías de buen corazón en Bélgica. Más tarde también sus padres salieron de Alemania gracias a un permiso especial de la reina de Holanda que le fue otorgado a 42 Rabanim (Rabinos). Entonces, se volvieron a juntar los hijos con los padres en Holanda. Pero Holanda fue conquistada por los Nazis – malditos sean – y tampoco podían conseguir comida porque no tenían tarjetas de comida. El movimiento clandestino les proporcionó tarjetas de comida falsificadas, y así lograron sobrevivir varios años. Pero también el poco dinero que tenían se terminó. Entonces, los judíos del movimiento clandestino les pidieron a sus superiores que nombren algún Rav para ellos – como los gentiles, salvando las diferencias, tienen un cura. Los directores concedieron, y su padre, el Rav Aharón Neuwirth fue nombrado como el Rav del movimiento clandestino, y el movimiento le proporcionó un sueldo – lo que de por sí es un milagro.
Pero un sinfín de milagros les ocurrió. Sólo algunos pocos: Una vez los Nazis irrumpieron en una casa buscando judíos, y descubrieron el Aron HaKodesh (el arca donde se encuentran los rollos de la Torá). Preguntaron qué es. El Rav Aharón tenía mucha fe, no sintió ningún miedo, abrió el Aron
y les mostró los rollos. ¿Qué está escrito en ellos?, le preguntaron. Contestó, en alemán: "No matarás". ¿Qué más?, preguntaron. "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". (La próxima oración no se encuentra en el libro, pero yo lo escuché decir). Agregó: Yo debo hacer lo que dice la Torá, ustedes deben hacer lo que les corresponde y yo haré lo que me corresponde". Milagrosamente, sus palabras fueron escuchadas por los alemanes que no apresaron a nadie, dijeron buenas noches y se marcharon.
Más tarde todos los judíos fueron detenidos y fueron llevados a un salón enorme de detenidos. Cuando llegó Rosh HaShaná (Principio de
Año) el Rav Aharón tomó un Sohar (cuerno) que tenía escondido en su saco, ellos se taparon con sus sacos, él tocó tres voces, y por milagro no fueron descubiertos. Finalmente fueron liberados por alguna razón que no está clara hasta hoy en día.
El Rav Aharón envió a su hija a trabajar como limpiadora en la casa de una familia Holandesa gentil, porque ella no parecía judía. Pensó que de esa forma ella podrá escaparse, pero en esa casa la obligaron a trabajar en Shabat más duro que todos los días, por los preparativos para el domingo, día de fiesta de los cristianos. Luego de algunos shabatot el Rav Aharón decidió devolverla, a pesar que allí estaba más segura y comía como era debido, pero por el shabat ella no podía continuar así. Ella volvió el viernes, y el domingo escucharon que la casa donde ella trabajaba fue bombardeada en shabat, y todos los habitantes de la casa murieron. El cuidado del shabat la salvó.
Gracias a D´s la guerra terminó. El Rav llegó al puerto de Marsella en Francia para salir en rumbo a Eretz Israel (la Tierra de Israel), pero les ordenaron subir al barco en shabat. Eso lo entristeció mucho: "Todos los duros años de la guerra logré respetar el shabat,
¿cómo puede ser que justamente ahora, cuando logré mi libertad, tendré que trasgredirlo? Pero mi situación era muy difícil, y tal parecía que era muy peligroso quedarse en un lugar extranjero sin dinero, sin comida, sin pertenencias. No tengo a donde ir". Tuvo que subir al barco, pero ese episodio dejó en él una profunda impresión por muchos años. Sobre todo cuando después de mucho tiempo le fue aclarado que en realidad fue una artimaña que tramaron personas que no respetaban el shabat para que los judíos temerosos de D's tengan que trasgredirlo. Entonces le pidió a D's que lo haga merecedor de hacer alguna acción para fortalecer el shabat, y fue así que finalmente tuvo la idea de escribir su libro: Shmirat Shabat KeHiljata.
Cuando llegó al país fue apresado por los ingleses, fue liberado, y las personas le recomendaron ir a trabajar para procurarse su sustento y ayudar a sus padres cuando lleguen. Pero su profunda aspiración era dedicarse todo él al estudio de la Torá. Le preguntó a su padre, que le contestó por carta: "¡El que nos ayudó hasta ahora, continuará ayudándonos! ¡Pasamos cinco años de Holocausto para que nuestro hijo estudie Torá!
Tú sólo estudiarás Torá". Y así escribe nuestro Rav: "Luego de la salvación material durante los años de la guerra, volví a salvarme, esta vez una salvación espiritual".
Que seamos merecedores de estudiar a lo extenso y a lo profundo el libro Shmirat Shabat KeHiljata, y seremos merecedores de continuar por el camino del Gaón zt"l, su recato, su humildad y su gran sacrificio por D's, bendito sea.
Que su alma esté atada al origen de la vida, junto con todos los tzadikim (justos).
 

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
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