Beahavá   Ubeemuná

Majón Meir
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Parashat Jukat     7 de Tamuz 5773     No 922

Estudiando con esfuerzo
Rav Ioram Eliahu

Dijo Reish Lakish (Brajot 63:B): “¿De donde aprendemos que las palabras de la Torá sólo persisten en el que se mata por ella? Porque dice el versículo (Bamidvar 19:14) ‘esa es la Torá, cuando un hombre muera en la tienda’”. Explica el autor del libro “Torá Temima” que por lo visto la intención es que la persona debe esforzarse mucho por la adquisición de la Torá, como dicen nuestros sabios “te has esforzado y has encontrado, créelo”. La intención de nuestros sabios es que la Torá persiste en la persona que la estudia y se esfuerza en su estudio, profundizando y entendiendo, y no se contenta con el plano superficial y sencillo de las cosas.
De esa forma explica el Mahara”l de Praga la superioridad del hombre sobre todas las otras criaturas, elevadas y bajas. Mientras que esas criaturas fueron creadas plenas en la práctica, la persona sólo nació con el potencial, un gran potencial, y su papel en la vida es descubrir y expresar ese potencial en la práctica.
En contraste con los animales
- que tienen lo que les fue entregado y nada más, y no pueden desarrollarse y completar sus carencias - la persona fue creada en potencia y en su vida ese potencial es aflorado y expresado. Por ello, su nombre está relacionado con la tierra: Adam [mientras que la tierra es llamada adama. N. del T.]. Porque la tierra es como un potencial para todas las plantas, los árboles y las frutas, y a través de ella ellos llegan a la práctica, y así también la persona, que expresa su contenido que está en potencia. ¿Cómo llegamos a esa expresión plena del potencial? A través del esfuerzo en el estudio de la Torá. Así dijeron nuestros sabios (Sanhedrin): “‘El hombre nació para esforzarse’ (Iyov 5:7). Dijo Rabí Eliezer, ¿esfuerzo con la boca, o esfuerzo con el trabajo? Cuando dice ‘el hombre trabajador trabaja para él, porque su boca le obliga' (Mishlei 16:26) se trata de esfuerzo con la boca. ¿Y todavía no tengo claro si se trata de un esfuerzo en el estudio de la Torá, o de conversación? Dice el versículo ‘este libro de la Torá no se apartará de tu boca, y meditarás en él día y noche’ (Ioshua 1:8) – es decir, esfuerzo en el estudio de la Torá”.
Por ello nos advierte el Mahara”l y dice la persona no debe equivocarse y pensar que alcanzará su plenitud sin esfuerzo, “y se pensará que le irá bien incluso si no se esforzará nada, cuando su nivel lo protegerá… y no necesita adquirir ningún nivel, eso no es correcto pensar, es una equivocación”. La persona nació para completar sus carencias, y la forma de completarlas es a través del esfuerzo en el estudio de la Torá, “pero siempre habrá que esforzarse para plasmar su plenitud en la práctica, y esa será su plenitud”. Es decir, el esfuerzo continuo por completar sus carencias es la plenitud del hombre (Mahara”l, Tiferet Israel, Cáp. 3).

La Gmará anteriormente citada (Brajot 63B) enseña otras cosas importantes para la adquisición de la Torá. “Dijeron en nombre de Rabí Ianai: ¿Qué es lo que quiere decir el versículo ‘batiendo la leche se obtiene la manteca…’ (Mishlei 30:33)? ¿En quién encuentras la manteca de la Torá? En el que vomita la leche que mamó del pecho materno por la Torá”. El Rav Kuk (Ein Aya, Brajot 9:344) explica esa Gmará en forma original, y dice que también en este caso nuestros sabios recalcaron el valor del esfuerzo en el estudio de la Torá: “Muchos son los pedagogos que intentan idear formas de facilitar el estudio, y piensan que así traerán una bendición para el mundo, cuando logren enseñar con facilidad los conocimientos y estudios de la Torá, y la persona no tendrá que esforzarse por adquirirlos”. El Rav dice que ese es un camino equivocado, porque los conocimientos no se deben medir según la cantidad sino que según la calidad, “según la profundidad de entendimiento y la capacidad de utilizarlos cuando lo desee”. Y lo principal en el estudio de la Torá “es la impresión que ellos dejan en el que los estudia, en cualidades morales, buenas acciones y temor a D’s puro, sólo a través del esfuerzo y la labor del pensamiento la persona se eleva a las nobles virtudes, se inclina hacia el raciocinio y todo lo kadosh (santo) con amor y deseo de corazón. Y el estudio influye en él cuando todo él se entrega al estudio”.
“Por ello es justamente a través del estudio con esfuerzo que se obtendrá el profundo entendimiento y el conocimiento claro junto con la acción deseada en el culto a D’s y su temor y toda la pureza de las virtudes. Pero los estudios que son adquiridos con facilidad, sin gran esfuerzo y aplicación, se quedarán superficiales y estáticos, fuera del ser interior de la persona, y su influencia sobre sus acciones y los deseos de su corazón será poca”.
Y esa es la intención de nuestros sabios cuando dijeron “la manteca de la Torá, es decir, lo selecto y claro, lo principal y lo profundo, ¿quién se hace acreedor de ello? El que vomita la leche materna, que es una expresión de que él detesta el alimento fácil y cómodo que recibió en su infancia, de la misma forma que el adulto detesta el alimento del bebé, a pesar que es fácil de ser adquirido y digerido. Así también el que se acostumbra a esforzarse y profundizar detesta los estudios que son adquiridos a través de caminos fáciles, porque carecen de la profundidad y la capacidad de influir fuertemente en su ser”.
Aprenderemos de nuestros sabios – el Mahara”l y el Rav Kuk – la forma correcta de adquirir la Torá, recordaremos que la persona nació para esforzarse y es feliz con el esfuerzo en el estudio de la Torá y los logros que son alcanzados a través de ese esfuerzo, que lo hacen adquirir la Torá en forma auténtica y profunda, e influye en toda su forma de vida a lo largo de los años.

Midreshet Majón Orá

Centro de estudios de Torá para chicas en
español y portugués.
¡¡Están todas invitadas!!
Para más detalles llamar al 052-4621830
o escribir a anachman2@walla.com, editorial@alumbrar.org
Para las interesadas, hay dormitorios en el lugar. 

El que carga el yugo con su amigo
Rav Shlomó Aviner
(reimpresión)

Pregunta: ¿Por qué los datiim tzionim (religiosos-sionistas) están tan divididos entre ellos mismos?
Respuesta: Lamentablemente, no hay respuesta a esa pregunta. Es una enfermedad, y en general, es una situación enfermiza que Am Israel (el Pueblo de Israel) esté dividido. Es lamentable que no haya un gran amor entre datiim (religiosos) y jilonim (seculares), y más aún que no haya amor entre los jaredim (ultra-ortodoxos) y los leumim datiim (nacionalistas-religiosos) - que dicho sea de paso, es un término poco exitoso. Dentro de los leumim datiim mismos hay todo tipo de divisiones, incluso dentro de las ieshivot (centros de estudio de la Torá) mismas, que son la fuerza que le da vida a la nación (en la práctica, los dirigentes del público leumi dati son los Rashei Ieshivot (dirigentes de las ieshivot), ya que tienen masas de discípulos, que aumentan año tras año). Lamentablemente, hay divisiones entre las ieshivot. En promedio, una vez por día alguien me hace partícipe de su dolor por esas divisiones - me habla, me escribe, y llora.
Yo también lloro por eso. No tiene ninguna justificación, ninguna excusa. El Ramba”m escribe que si todos los Rabanim (Rabinos) coincidiesen que un Rav determinado sea el Rav de todos, se podría restaurar el Sanhedrin (Suprema Corte de Justicia). Pero agrega que eso ocurrirá en el fin de los días, cuando la sabiduría abunde (Comentario a la Mishná, al principio de Sanhedrin).
Quizás ustedes digan: "¿Acaso deseas que todos piensen de la misma forma?". Por supuesto que no. Pero hay que discernir entre diferencias de opinión, y distanciamiento de los corazones. Cada uno debe defender su punto de vista, cada uno expresará con firmeza su forma de ver, y la aclarará hasta el fin. Así se estudia Torá. Cuando Tosafot no coincide con Rashi, lo cuestiona y ataca, y a nadie se le ocurre decir: "Renuncia a tu posición, por la unidad". Pero es necesario amor y compañerismo.
Una muchacha estaba concertando citas con un muchacho, con el objetivo de casarse, pero el Rosh Ieshiva le dijo a su alumno que la abandone, ya que la muchacha pertenece a otra corriente. ¡Qué escándalo! Hay también dirigentes de institutos de enseñanza para muchachas, que les aclaran a sus alumnas: “Si te casas con un muchacho de tal o cual ieshiva, no vendré a tu casamiento”. ¡Qué espantoso! Incluso Beit Hilel (los discípulos de Hilel) y Beit Shamai (los discípulos de Shamai), a pesar de las grandes diferencias de opinión que tenían, se prestaban utensilios unos a otros, y se casaban unos con otros, para cumplir: "Amad, pues, la verdad y la paz" (Iebamot 14B). No porque se lucha por la verdad se debe arruinar la paz, y tampoco por el amor a la paz se debe encubrir a la verdad. “¡Amad, pues, la verdad y la paz!”.
Quizás tu digas: "No es lo mismo; Beit Hilel y Beit Shamai representaban cada uno un punto de vista de la Torá, es una discusión dentro de la Torá, y por eso todos se amaban. ¡Pero yo, que pertenezco a la corriente A, te informo que el que pertenece a la corriente B, es un apikores (hereje)!". - ¡Justamente, ese es el método!: ¡Es posible despreciar a cualquiera, basta definirlo como apikores! Es una artimaña sofisticada y despreciable. ¡¿Cómo te atreves a despreciar un talmid jajam (erudito del estudio de la Torá)?!. - "¡Él no es un talmid jajam!".
Exactamente de eso habla el
Natzi"v (El Rav Naftali Tzvi Iehudá Berlín) en su prólogo a su comentario "Emek Davar" a la Torá: En la época de la destrucción del segundo Beit HaMikdash (El Templo), las personas eran talmidei jajamim, tzadikim (justos)... entonces, ¿cómo llegaron a odiarse gratuitamente? ¡Es que cada uno decidía inmediatamente que si su amigo no pensaba exactamente como él en cuestiones de emuná (fe), era un apikores!
Y también preguntarás: "¿Entonces, debo callar y asentir con todo lo que arguya el prójimo?". Por supuesto que no. Debes luchar por tu punto de vista, pero no debes determinar que él es un
apikores, no lo clasifiques tan rápido. Hay que discernir entre el argumento y quién lo arguye. Lucha de opiniones - Si, pero lucha de corazones - ¡No!
Al Rav Kuk y a nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá no
les agradaban esas divisiones. Una vez le presentaron un programa de trabajo al Rav Kuk, y él propuso participar también ciertas personas en el programa. Le dijeron: "¿Pero ellos no son de los nuestros?". Contestó: "¡No me hagan 'Kukistas', yo trabajo con todos!" (Le Shlosha Ve Elul). Hay que apreciar el común denominador, que es mucho mayor que lo que separa.
Es posible luchar por las diferencias, pero sin olvidar el gran denominador común, y todos los partícipes de él tienen que trabajar juntos, como está escrito en "Pirkei Avot": "Carga el yugo con su amigo" (Avot 6:6). Es posible entenderlo de dos formas distintas: Que lo principal es que "carga el yugo", o "con su amigo". La segunda es la correcta, ya que allí se habla de talmidei jajamim, que seguramente cargan el yugo, pero es recalcado que lo hace "con su amigo". El problema surge cuando cada talmid jajam tiene su grupo, su Beit HaMidrash (centro de estudio de la Torá), su ideología, y no está dispuesto a trabajar con los demás. Él carga el yugo sólo, con gran sacrificio, junto con su corriente, pero no colabora con las otras corrientes.
Hay que aprender a trabajar juntos con personas con las que no coincidimos. Hay que desarrollar modelos flexibles de trabajo conjunto, ya que el yugo es muy pesado, por encima de la capacidad de un grupo sólo, y sólo juntos - todos los talmidei jajamim, todas las corrientes- podrá ser cargado,  y también así no será fácil. Hay tareas que cierto grupo no es capaz de realizar, y otro si. No eres capaz de resolver todos los problemas de Am Israel, por lo tanto, debemos cargar el yugo juntos. Así explicó nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá: A pesar de la severa crítica a las otras corrientes, debemos cargar juntos el yugo (Kinian Torá). Por supuesto que es una ardua tarea, y la persona prefiere vivir con su grupo restringido, en el que todos piensan exactamente como él: No hay peleas, no hay altercados, todos se entusiasman, y todos se aman. Pero es una solución imposible.
El Jafetz Jaim utilizó un ejemplo: En el ejército, hay muchas fuerzas distintas, y cada una se enorgullece, y dice: ¡Yo soy la mejor! ¡Y la rivalidad llega hasta trifulcas en los bares! Pero no tiene sentido: ¡Por supuesto que todos son necesarios, en colaboración plena, porque de lo contrario, le dispararemos a nuestras propias fuerzas!
Está permitido discutir con firmeza, pero se debe trabajar juntos, casarse mutuamente, y cuidarse del peligro del extremismo que acecha a toda corriente: Toda corriente que tiene fe en su forma de pensar y lucha por ella, puede llegar a dañarse a sí misma. Toda corriente debe saber que también las otras tienen valor, mérito y son necesarias, ya que realizan tareas que las demás no son capaces. Hay que amar, unirse y casarse unos con otros. Cuando se encuentran juntos, charlan juntos, se alegran juntos - se salvan del extremismo.
Al principio, había una contienda pública entre los jasidim y los mitnagdim. Después, la contienda pasó a las filas mismas de la jasidut, entre las distintas corrientes. ¡Y en forma similar, al principio había una contienda entre los jaredim y los leumim datiim, y ahora entre los leumim datiim mismos!
¡No! El amor, la armonía, la paz y el compañerismo son lo más importante, lo indispensable y lo más necesario. Para eso, se requiere un cultivo interior; aprender a trabajar con los otros.
“Carga el yugo con su amigo”. Ese yugo, es una responsabilidad enorme. Es imposible que cada uno toque con su
pequeña corneta. Es necesario un gran shofar (cuerno), de todos los leumim datiim. Y un shofar más grande aún, de todos los temerosos de D's. Y un shofar gigante, de todos los judíos.
¡Esa es la tarea! Hay muchas otras tareas, pero la tarea de la unión es la central.
Todos los devotos de la unión, todos juntos nos uniremos, y con la ayuda de D's triunfaremos.
 

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
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