Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Bo     8 de Shvat 5773     No 902

Moshé y Aharón
Rav Iehudá Ben Ishai

Las Parashot de las últimas semanas son las Parashot de la Salida de Egipto, Parashot de la gueulá (Redención).
En nuestra Parashá figura la primera mitzva que fue ordenado Israel como pueblo, la mitzva de Kidush HaJodesh (determinación del principio del mes en el calendario judío), como lo indicó Rashi ya en su primer comentario al Jumash (Pentateuco).
A primera vista, nuestro Rav Moshé es el enviado para esa gueulá, y es él que la efectúa desde la revelación de D’s frente a él en el episodio de la zarza ardiente. Pero también en estas Parashot figura en forma fija un dúo especial, Moshé y Aharón, dos hermanos que nacieron de Amram e Iojeved – Aharón el mayor, y Moshé el menor.
También al principio de la mitzva de Kidush HaJodesh aparece la pareja de hermanos, “y el Eterno habló a Moshé y Aharón en la tierra de Egipto” (Shmot 12:1). ¿Qué necesidad había de mencionar a Aharón, de momento que a nuestro Rav Moshé le fue revelado el secreto de las mitzvot, y justamente a través de él le fueron entregadas a Am Israel (el Pueblo de Israel)?
Rashi explica que “de momento que Aharón actuó y se esforzó junto con Moshé en las maravillas que hicieron, lo honró D’s cuando entregó la primera mitzva, y le habló junto con Moshé”.
Pero todavía debemos preguntar, ¿cómo puede ser incluida una otra persona cuando es ordenada una mitzva? ¿Sólo para honrarlo?
Por lo visto, la Torá santa nos está enseñando algo valioso.
Ya en la Parashá anterior fueron mencionados los dos hermanos juntos, a veces Aharón y Moshé (Shmot 6:26), a veces Moshé y Aharón (Shmot 6:27). Al respecto escribió Rashi “hay lugares donde antecede Aharón a Moshé, y hay lugares en los que antecede Moshé a Aharón, para hacerte saber que son equivalentes”.
La gueulá fue hecha por hermanos, es decir, a través de la hermandad. Moshé y Aharón aceptaron actuar juntos, en forma equitativa, sin enaltecerse el uno más que el otro. A veces eran necesarias las aptitudes de Moshé, y a veces las de Aharón – ambos eran necesarios.
Cuando D’s le habla a Moshé respecto a su misión, el hermano menor temió que su hermano mayor se ofenda. Entonces, le dijo D’s que “tu hermano Aharón, el leviita, Yo sé que él puede hablar bien, y he aquí que sale a recibirte, y al verte se alegrará” (Shmot 4:14). Y Rashi aclara: No como tú piensas, que se ofenderá porque tú llegas a una encumbrada posición.
La hermandad genera gueulá, el odio genera destrucción.
Esa hermandad dio a luz algo maravilloso: De acá en más, Moshé será partícipe de las mitzvot que Aharón cumplirá como si él mismo las hubiese hecho. Como cuando le habló a Paró (El Faraón), y las plagas que cayeron sobre Egipto. Y Aharón será partícipe de las mitzvot que le fueron ordenadas a Moshé, como la mitzva de Kidush HaJodesh que es mencionada en nuestra Parashá.
Y en forma semejante, en esta gueulá: Hay quienes se ocupan de la edificación material, y hay quienes se ocupan de la edificación espiritual - y hay quienes se ocupan de ambos. Y así acostumbraban a decir los sabios de Yavne: “Yo estoy bien, y mi amigo está bien. Yo tengo mi oficio en la ciudad, y él tiene su oficio en el campo. Yo madrugo a mi trabajo, y él madruga a su trabajo. De la misma forma que él no se enorgullece de su tarea, tampoco yo me enorgullezco de mi tarea. Quizás tú digas: ¡Yo hago mucho, pero él hace menos! Hemos aprendido: Ya sea que hace mucho, ya sea que hace poco, lo principal es que oriente su corazón al cielo” (Brajot 17A).
¡Nadie está de más! Nuestros sabios le dijeron al ilustrado: “Ama la labor” (Avot 1:10). También si tú no te ocupas de la labor, ámala, porque ella es de provecho para todos, también para ti. Y también dijeron: “Si no hay Torá, no hay harina” (Avot 3:17), porque la Torá es la fuente de la bendición de todos, también los que traen la harina. Para tener éxito, todos son necesarios.

Midreshet Majón Orá

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Plegaria y música
Rav Shlomo Aviner
(reimpresión)

Pregunta: La plegaria debe supuestamente darnos fuerzas. Es la mejor forma de “meditación”. Pero, ¿de qué modo puedo sentirme completamente compenetrado en la plegaria con todo mí ser? Para despertar mis sentimientos, ¿acaso no conviene escuchar una buena música que ayude a abrir los senderos de D’s? Después de todo, antes de la plegaria necesitamos estar preparados y tener las intensiones apropiadas.
Respuesta: Indudablemente, una música apropiada despierta al hombre hacia las alturas. Acerca del profeta Elishá está escrito que pidió que le trajeran un tañedor: “Y fue así que mientras tocaba el tañedor, estuvo sobre el profeta la mano del Señor” (Melajim Bet 3:15). De aquí, nuestros sabios aprendieron que “la Shjina (manifestación de la Presencia Divina) se posa… sólo donde hay alegría por el cumplimiento de la mitzva” (Shabat 30B). Es también sabido que en el Beit HaMikdash (El Templo) se tocaba música durante el servicio divino, y los músicos eran personas sagradas, los Levitas.
Sin embargo, no encontramos que nuestros sabios en distintas épocas nos hayan aconsejado prepararnos para la plegaria a través de la música o acompañar la plegaria con música. Cuando el movimiento reformista introdujo el órgano en la sinagoga, se despertó entonces un terrible escándalo en su contra, porque era visto como una forma de asemejarse a los cristianos.
Pero realmente: ¿Por qué no acompañar nuestras plegarias con música? Aparentemente, las melodías utilizadas en el Beit HaMikdash y las del profeta Elishá se perdieron. Según parece, los senderos que conducen hacia D’s a través de las experiencias artísticas no son los apropiados para nosotros. Son convenientes para los cristianos, puesto que sus plegarias constituyen una experiencia estética y también sus iglesias están construidas para impresionar a quien las ve.
En cambio, para nosotros, la plegaria significa servir a D’s. Sin duda, no se trata de una “meditación” que está dirigida hacia el interior de la persona y es un culto de sí mismo. No nos oponemos a que el individuo disfrute de placeres estéticos ni que adopte métodos para alcanzar una calma interna; pero estas actividades no constituyen un culto divino sino un culto personal. Se trata aquí de “me he puesto a mi mismo delante de mi”, en lugar de “Al Señor he puesto siempre delante de mi” (Tehilim 16:8). Ese versículo abre el "Shulján Aruj", el código de ley judía, y se encuentra muchas veces ante el oficiante o inscrito en la primera página del Sidur (libro de rezos).
Toda plegaria está incluida en la fórmula: “Dá lifnei mi atá omed" - sabe ante quien te encuentras. Esto significa que debemos detenernos por un instante, pensar un poco, contemplar y preguntarnos: “¿Qué somos y qué es nuestra vida?”. Debemos sentir y comprender que toda nuestra vida tiene un valor solamente a través de su encuentro con la palabra de D’s. No debemos dedicarnos a nosotros mismos sino que debemos liberarnos de nosotros mismos.
Si lográsemos hacerlo, cumpliríamos lo que está escrito en el "Shulján Aruj" en las directivas para la preparación para la plegaria:
“Quien reza debe concentrarse en el significado de las palabras que emite de sus labios y debe pensar así como si estuviera ante la Shjina. Debe desentenderse de todos los pensamientos que puedan molestarle, hasta que su pensamiento y concentración estén purificados en su plegaria. Debe pensar que si se encontrase ante un rey de carne y hueso, arreglaría sus palabras y se concentraría en ellas para no equivocarse. Cuanto más, ante D’s, el Rey de los Reyes, quien examina todos nuestros pensamientos. Esto es lo que hacían los piadosos y justos: se aislaban y dirigían su plegarias hasta llegar a separar lo material, permitiendo triunfar a su intelecto hasta que llegaban cerca del nivel de profecía” (Shulján Aruj, Oraj Jaim, 98:1).
Lamentablemente, no hemos alcanzado ese mérito. Por lo tanto, debemos esforzarnos lo máximo que podamos, incluso si no tenemos éxito. Puesto que ese esfuerzo y aspiración constituyen en sí mismos el culto a D’s.
Otra gran bondad nos hizo D’s: la conducta exterior del individuo influye y estimula su mundo espiritual. Como dijo Rabí Moshé Jaim Luzzato: “El movimiento exterior despierta al interior, y sin duda el exterior está más bajo su control que el interior” (Mesilat Iesharim, final del Capítulo 7).
Si nos movemos durante la plegaria, si rezamos con una voz dulce y agradable y recitamos salmos, adquiriremos el mérito que se cumplan en nosotros los versículos: “Como el ciervo anhela las corrientes de las aguas, así anhela a Ti mi alma, ¡oh D’s! Sedienta está mi alma del D’s vivo” (Tehilim, 42:2-3).
 

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
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