Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Noaj     1 de Jeshvan 5772     Rosh Jodesh     No 840

Lluvia de bendición
Rav Ioram Eliahu

En la Parashá “Bereshit” (Génesis) está dicho “y ningún arbusto del campo se hallaba aún en la tierra, y ninguna hierba del campo había brotado todavía, porque el Eterno D’s no había hecho llover sobre la tierra, y no había hombre para labrar el suelo” (Bereshit 2:5). Rashi en su comentario a ese versículo explica la relación de las distintas cosas mencionadas: Cuando fue culminada la creación del mundo en el sexto día, y antes de haber sido creado el hombre, todavía no habían brotado las hierbas. Pero, ¿en el tercer día fue dicho que “produzca la tierra planta, hierba” (Bereshit 1:11)? Dice Rashi que las plantas no brotaron, sólo quedaron bajo la superficie, y allí se quedaron hasta el día sexto. ¿Por qué? Porque D’s no hizo llover todavía sobre la tierra. ¿Y por qué no? “Porque no había hombre para labrar el suelo, y no hay quien pueda reconocer la bondad de las lluvias. Cuando llegó el hombre, y entendió que la lluvia es una necesidad para el mundo, rezó por ella, y entonces descendió y brotaron los árboles y las hierbas”.
El Malbi”m profundiza en los versículos y dice que la creación de las hierbas dependía del hombre, porque “la mayoría de las plantas no crecen de por sí, sino que a través de la labor del hombre, que debe arar y sembrar. Y también los árboles necesitan de la labor del hombre, que los plante y los trabaje. Y no crecerán sin rocío, y el rocío depende de la Providencia Divina, y desciende por mérito del hombre y sus rezos”.
El Malbi”m nos enseña que hay dos tipos de lluvias: “Hay un rocío natural, que es producto de los vapores que se elevan de la tierra, y es llamado lluvia, y no trae abundancia. Y hay un rocío de la Providencia, que cae del cielo, de las aguas elevadas, que es llamado rocío, y ese trae abundancia. Y ese rocío no cayó, sólo a través del mérito del hombre y sus rezos… Y por ello dijo el versículo ‘ninguna hierba del campo había brotado todavía, porque le Eterno D’s no había hecho llover sobre la tierra’, es decir, el rocío Providencial, de las aguas elevadas que es llamado rocío de D’s… porque el hombre no existía para hacerlo descender a través de su mérito y rezo”.
En base a ese comentario de Rashi y el Malbi”m aprendemos que las lluvias de bendición que tanto necesitamos llegan a través de nuestro reconocimiento de su necesidad, y de acuerdo a ello debemos rezar e implorar y pedir la lluvia – eso es lo que desea D’s. Y desde la creación del mundo D’s no hizo caer la lluvia, y esperó que llegue el hombre para reconocer la necesidad de la lluvia, que sepa agradecer cuando cae, lo sacia y hace brotar los campos. Sólo entonces D’s entregó al mundo la bendición de la lluvia.
Pronto comenzaremos a pedir la lluvia, “y entréganos lluvia y rocío para bendición sobre la tierra”.
La falta de agua en Israel ha llegado a una de sus duras épocas. El nivel del agua en el Kineret se encuentra por debajo de la línea roja y se acerca a la línea negra, cuando no podremos bombear más agua de él – D’s no lo permita.
Este año debemos esforzarnos en el pedido de las lluvias, rogar y rezar. Alegrarnos y agradecer por cada gota de lluvia, como cuenta el Midrash que nuestros sabios agradecían en forma especial por las lluvias. “Rabí Iehudá dijo, es correcto como bendice Iejezkel Aba; que se bendiga, se eleve y se santifique Tu Nombre por cada gota que Tú nos entregas…”. Y Rabí Iosi Bar Iaakov fue a visitar a Rabí Iehudá y escuchó una voz que bendice “miles de millares y decenas de miles bendiciones y gracias debemos agradecer a Tu Nombre por cada gota que Tú nos entregas” (Midrash Rabah, Bereshit 13:15).
Pediremos la lluvia, agradeceremos por cada gota, nos alegraremos por cada centímetro que suba el nivel del agua en el Kineret, y esa será también la regla para el nivel de nuestra alegría. Y seremos merecedores de lluvia de bendición y bondad para siempre. 

Midreshet Majón Orá

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El arca salvadora
Rav Zeev Karov
(reimpresión)

Dos veces estuvo el mundo a punto de ser destruido. La primera, en la época de Noaj, cuando D's se dispuso a hacer caer el Diluvio, y el mundo estuvo a punto de ser destruido desde el punto de vista material. La segunda vez fue en la época de Paró (el Faraón egipcio), cuando este decretó que "todo hijo que naciere lo echaréis al río" (Shmot 1:22). De esa forma pretendió extinguir a Am Israel (el Pueblo de Israel), el mundo estuvo a punto de ser destruido desde el punto de vista espiritual. En ambas oportunidades, fue el arca que salvó al mundo: En la época de Noaj, el arca de Noaj, y en la época de Paró, el arca de Moshé (donde fue depositado para ser escondido).
¿Qué hay en el arca, que la hace tan importante para la salvación del mundo?
En el mundo está grabada la aspiración por la unidad. Existe un ansia oculta de ver el mundo agrupado, como una sola unidad. Ese anhelo, de elevarse por encima de todas las diferencias que separan, se encuentra en la base de nuestra Torá, "y afluirán a él todas las naciones" (Ishaya 2:2), "la humanidad se merece unirse toda en una sola familia, y entonces cesarán todas las luchas y todas las malas virtudes que emanan de la división en pueblos" (Rav Kuk, Orot). No sólo la humanidad se unirá, sino que también "y habitará el lobo con el cordero" (Ishaya 11:6). Pero ese anhelo universal tiene que ser aclarado y edificado por un largo y profundo camino, que no es posible acortar.
Noaj vivió en un mundo en el que todavía no existía un "pueblo elegido", un mundo que - a primera vista - es más equitativo y más unido, y a pesar de ello, Noaj era un tzadik (justo) particular, para sí mismo. Pero Avraham vivió en un mundo en el que había un pueblo elegido, había una persona que fue elegida de entre los demás y se encuentra bajo un título separatista. Y él, a pesar de ello, es el que es sensible a toda la creación, y se preocupa incluso de las personas de Sdom y Amora.
En la concepción universalista hay algo que borronea y corrompe, desde el punto de vista moral. Borronea, porque le permite a la persona escaparse de su esencia y su misión particular en el mundo. Cuando las personas dicen "yo soy como todos", no piensen tanto en cuanto a su vida, sus acciones y su responsabilidad, y esa concepción les permite justificar todo fracaso o inmoralidad en el ambiente general. Corrompe, porque no se pude vivir como si no hubiese ninguna diferencia, como si "toda la congregación, todos ellos son santos" (Bamidvar 16:3): Todos saben y tienen claro que existen diferencias entre los animales y los hombres, y también está claro que existen diferencias entre las personas. El intento de desentenderse de las diferencias entre las distintas criaturas y hablar de igualdad, nos conduce forzosamente a discriminaciones antojosas y falsas, no a discriminaciones basadas en ideales y en la moral, producto de la aclaración de la realidad e identificación de la verdad.
Por eso encontramos que en la Torre de Babel, cuando intentaron producir una unión y universalidad ficticias, llegaron a la máxima perversión: Cuando una persona caía y moría, ni siquiera era lamentada, pero si un ladrillo caía, ellos lloraban. Así dice el Rav Kuk: "El sentimiento de amplitud de corazón, que quiere contener todo el mundo... necesita ser aclarado... a veces, ese amplio amor es producto del entumecimiento del sentimiento y el palidecer de la luz del kodesh (santidad)... y entonces, es venenoso, y el contenido de sus acciones está colmado de terrible destrucción".
También en nuestros días, podemos ver y escuchar quienes ensalzan la universalidad en sus bocas, pero es una universalidad estrecha y sumamente limitada. Por ejemplo, hay quienes hablan de querer vivir en armonía con los árabes, escucharlos e identificarse con su angustia, ¡pero no están dispuestos a hablar con mitnajalim (judíos que viven en los asentamientos) o jaredim (ultra-ortodoxos)! Eso es un borroneo y perversión que emanan de la falta del recogimiento profundo dentro del arca personal y nacional.
Por un lado, no es posible unificar el mundo de forma que todos sean iguales, y por otro lado, no es posible crear separaciones según los caprichos humanos, sean cuales sean. Para llegar a un mundo auténticamente unificado, hay que aclarar con detenimiento y certeza qué es el factor de unión auténtico del mundo, y cuál es la particularidad de cada criatura. Esa aclaración, sólo puede lograrse con la ayuda del Creador, que creó al mundo y todos sus detalles. Ese es el recogimiento en el arca. El encuentro con el mundo debe ser producto de la profunda aclaración de la raíz del hombre y de la nación, y sólo sobre la base de ese recogimiento es posible abrir un ventanal a todo el mundo. Justamente el recogimiento en el arca es lo que salvó al mundo de su destrucción: Sólo cuando seamos lo que tenemos que ser, podremos vincular y unir toda la humanidad.
Por eso, la fiesta de Sucot - que expresa la unión ente Am Israel y los demás pueblos del mundo, cuando nosotros ofrecemos 70 reses, equivalente a los 70 pueblos del mundo - es el último de los Shloshet HaRegalim (las tres fiestas en las que se debe llegar a Ierushalaim). Para llegar a Sucot con plenitud, es necesario pasar antes por la fiesta de Pesaj y la fiesta de Shavuot, que expresan la singularidad de Am Israel. En Pesaj, Am Israel fue apartado de Egipto y de los pueblos del mundo, y en Shavuot recibió su Torá, la Torá particular de él - la Torá que es llamada Torat Moshé (la Torá de Moshé). Y sólo entonces, al final de ese proceso, podemos hablar de la materialización de las profecías de la unión, "y afluirán a él todas las naciones".
 

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
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