Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Shmini     20 de Adar Bet 5771     Shabat Para     No 811

Entusiasmo productivo y entusiasmo destructivo
Rav Zeev Karov
(reimpresión)

“Y aconteció en el día octavo” (Vaikrá 9:1), en los festejos de la construcción del Mishkan (Tabernáculo). Ese día, “fue tan jubiloso como el día en que fueron creados el cielo y la tierra”, y Am Israel (el Pueblo de Israel) se elevó a un encumbrado nivel, en el que “apareció la gloria del Eterno frente a todo el pueblo” (Vaikrá 9:23).
En ese sublime momento, llegaron Nadav y Avihu y ofrecieron su sacrificio frente a D’s. Por un lado, su actitud es una expresión de bajeza, ya que “ofrecieron ante la presencia del Eterno un fuego extraño, que a ellos no les había ordenado D’s” (Vaikrá 10:1), lo que es muy severo. También la reacción fue muy dura; “y de la presencia del Eterno brotó un fuego que los devoró” (Vaikrá 10:2). Pero por otro lado, a continuación es escrito respecto a ellos que “esto mismo es lo que habló el Eterno, diciendo; He de ser santificado por los que se Me acercan” (Vaikrá 10:3). También en la descripción
del castigo, es utilizada la expresión “y de la presencia del Eterno brotó un fuego que los devoró”, la misma expresión que fue escrita anteriormente respecto a las ofrendas: “Y de la presencia del Eterno brotó un fuego que consumió de sobre el altar el holocausto y los sebos” (Vaikrá 9:24).
Entonces, ¿cómo debemos juzgar la acción de Nadav y Avihu?

El estrecho sendero para llegar a ser meritorio de la cercanía Divina, es muy delicado y complejo. A diferencia de lo que se acostumbra a pensar, no se trata de un camino en el que hay sólo “blanco” y “negro”. De la misma forma que la realidad es muy compleja, también lo es el camino para llegar a la kdushá (santidad) de la vida. Los límites entre lo permitido y lo prohibido, pueden ser muy sutiles. La Parashá de nuestra semana trata pormenorizadamente ese tema, la importancia de discernir entre ellos. Existen muchos niveles en la realidad, y por ello también muchas diferenciaciones. Se necesita una profunda sabiduría para discernir y diferenciar entre lo santo y lo profano, entre lo puro y lo impuro. Ya dijeron nuestros sabios: “Si no se es poseedor de sabiduría, ¿cómo se puede discernir?”.
Con facilidad la persona puede dejarse llevar, y enturbiar los límites que diferencian y separan. Hay dos razones principales de esa equivocación: La primera, la soberbia. Quien se enorgullece, necesita justificar sus tendencias y sus deseos, y por ello confunde los campos. Así le ocurrió a Koraj, que anhelaba el poder, y su soberbia lo confundió hasta tal punto que no fue capaz de reconocer las diferencias que existen dentro de Am Israel.
La segunda, es la falta de control racional. La persona se entusiasma hasta tal punto que su raciocinio no es capaz de controlar sus acciones y tendencias. Por su entusiasmo, él no es capaz de identificar las sutiles diferencias en sus actos.
Entre los comentaristas, encontramos dos explicaciones básicas de la razón por la cual Nadav y Avihu ofrecieron un “fuego extraño”: Una de ellas, es que fijaron la halajá en presencia de Moshé, nuestro Rav. Nadav y Avihu se enorgullecieron, hasta tal punto que no fueron capaces de diferenciar entre el nivel de Moshé y el de ellos. También en nuestros días, vemos personas que se creen muy importantes, y no son capaces de reconocer que ellos no son “profesionales”. Hay quienes se sienten capaces de fijar halajot, y criticar a los grandes talmidei jajamim (eruditos del estudio de la Torá), incluso si no tienen muchos conocimientos en la materia. Y hay quienes se sienten “médicos”, a pesar que sólo leyeron algunos artículos de medicina, y nunca la estudiaron.

La otra, es que entraron al Ohel Moed (Tienda de Reunión) embriagados. El borracho, pierde el control racional, se deja llevar y no es capaz de discernir.
Y a pesar de ello, “He de ser santificado por los que se Me acercan”: El entusiasmo es importante en el culto a D’s. Sus poderosas energías son índices de la anulación de la persona frente al Creador. Toda la esencia de la persona se deja llevar por el entusiasmo, y rinde culto a D’s. Un culto a D’s frío, cuyo cometido es sólo cumplir con la obligación y nada más, es un culto muy falto. Pero el entusiasmo debe ser “dominado” por la discriminación y la diferenciación entre lo prohibido y lo permitido, entre lo impuro y lo puro.
Una forma de vida tan delicada, en un mundo tan complejo, no puede ser constituida sin dificultades y crisis. “Si no hubiese caído, no podría levantarme”. La inauguración del Mishkan exige el estudio de muchas discriminaciones: Qué sacrificio es correcto, y cuál no lo es, quién debe ofrecer el sacrificio, y quién no, y cuando es correcto ofrecerlo.

Ese estudio nos es enseñado a través del episodio de Nadav y Avihu. El fuerte anhelo de vincularse con D’s ardía en su interior. Ellos se entusiasmaron tanto de la edificación del Mishkan, que quisieron ofrecer sacrificios y acercarse a D’s. Ellos eran kdoshim (santos), y justamente a través de ellos todo Am Israel aprendió, que incluso si se es kadosh y se posee un fuerte deseo de vincularse con D’s, se puede fracasar cuando se pierde la capacidad de discernir y diferenciar entre un fuego extraño y un fuego kadosh.
Por un lado, el octavo día fue un día de alegría y elevación espiritual. Por otro lado, fue el día del gran fracaso de grandes personas. Un fracaso que todo él es una lección y una aclaración para Am Israel, cómo debe ser resguardada la elevación espiritual, para todas las generaciones. 

Midreshet Majón Orá

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Soy una trabajadora social
Rav Shlomó Aviner

Soy una trabajadora social. Si, y estoy orgullosa de ello. Con toda la modestia, estoy orgullosa. Es un trabajo duro, pero yo lo amo. Ya cuando era una muchacha quería trabajar en esa profesión, porque me gusta ayudar a las personas. Es algo vital para mí. Por ello, a pesar que me es difícil, yo continúo. Vuelvo cargada con todos los problemas que escuché durante el día, que me absorben.
A veces logro ayudar, a veces no. A veces las personas me gritan porque yo no les doy el dinero que necesitan – ellos piensan que tengo tesoros inacabables. Y a veces me gritan y me ofenden solamente porque les es difícil, y yo soy la persona con la que se descargan.  A veces incluso me amenazan que me golpearán o me asesinarán. Y yo continúo, porque los amo, porque quiero ayudar. Trabajo horas y más horas, también sin recibir remuneración, porque no soy capaz de abandonar a las personas en situaciones difíciles. Viajo en mi auto, a pesar que no recibo ningún reembolso, solo me pagan la nafta – porque me siento obligada.
Me duele que yo reciba un sueldo paupérrimo de 4000 shkalim por mes, por un trabajo de jornada completa. Tengo amigas que reciben incluso menos que eso, 3500 shkalim, o menos aún. Mi jefa – que tiene varios títulos, alto rango y agregados – apenas llega a 6000 shkalim. Me duele.
Yo estoy tratando una muchacha que quiere suicidarse, drogadictos, decenas de expedientes. Estoy cargada hasta el límite. Yo me desplomo. Corro de la mañana hasta la noche, a veces no tengo tiempo ni para comer – sólo algún sándwich bien rápido, y me duele la barriga, aparte de todos los otros dolores, porque me tratan con violencia – pero yo continúo.
A veces me quejo a mi madre – trabajo tan duro y recibo un sueldo tan bajo. Ella me sonríe, y me dice: ¿Cuál es tu problema? Habla con alguna trabajadora social…
Yo abrazo mujeres, muchachas, a veces lloro con ellas – a veces también después que ellas se consolaron y dejaron de llorar, yo continúo llorando. Pero a veces me encuentro con una pared impermeable, cuánto debo esforzarme hasta que la muchacha consiente en abrirse – y eso me es más difícil que el llanto. No me quedan lágrimas para llorar por mi sueldo.
No envidio a mi joven hermana, D’s no lo permita, que es terapeuta ocupacional y trabaja jornada completa de 26 horas - mientras que yo trabajo 40 horas. Pero me da pena.
A veces no puedo dormir por las noches, temo que ocurra algún asesinato o tragedia, cuando la responsabilidad se encuentra sobre mis pequeños hombros.
Ustedes pueden comprender por qué no tengo fuerzas para pelear por mi sueldo. Dicho sea de paso, lo que dije que recibo 4000 shkalim bruto no es exacto, porque recibo un seguro de manutención que completa hasta 5000 shkalim. ¡Es decir, yo misma soy un caso social que recibe dinero del seguro social! ¡Eso realmente me ofende! Yo trabajo como corresponde, estudié muy duro y tengo varios títulos muy respetables. Y eso también quiere decir que si me aumentarán el sueldo todavía recibiré lo mismo – solo que no recibiré más el seguro de manutención. Eso seguramente me hará sentir más respetable, pero no solucionará el problema del sustento.
A veces tengo malos pensamientos, pienso en dimitir y buscar otro trabajo. Pero mi corazón se parte pensando en esas familias destrozadas, los drogadictos y los heridos. Yo me esfuerzo tanto, y no siempre veo frutos de mi esfuerzo. Yo entiendo que no es cierto, que toda buena palabra tiene efecto, pero no lo siento. ¿Qué puedo hacer? Yo también soy una persona… Yo quiero sentir satisfacción, quiero verlo con mis propios ojos. Y todo ese esfuerzo a cambio de tan poco… Me indigna. Pero yo continúo, ¿qué culpa tienen esos pobres desgraciados?
¡Si! He decidido consagrarme a los débiles, los desgraciados – ellos también son personas. Pero en nuestro país se olvidaron que también yo soy una persona. Siento que me explotan. Y no sólo lo siento: Realmente, así es. Seguro que me explotan. Y yo, con mi buen corazón, consiento con una carga insoportable a cambio de un sueldo de 4000 shkalim…
¡Yo amo tanto mi trabajo! Es mi misión. No se de donde tengo coraje para hacer una huelga. Me extraño de mí misma. A veces me acuerdo de todos los que me necesitan y sienten mi falta – y me duele el corazón. Pero buenas e inteligentes personas me alientan: “Continúa con la huelga, muy bien. ¿Por qué esperaron tanto tiempo? Buenas personas”.
No piensen que el dinero es lo que más me importa en la vida. Pero no puede ser que mis padres me deban ayudar en mi sustento. Y yo también me voy desgastando. Suerte que yo soy también un poco trabajadora social de mí misma, y me enseño a mí misma todo el tiempo a ser optimista, ver lo bueno, el medio vaso lleno, y no hundirme en pensamientos grises. Mi consuelo es que comparado con las familias que yo ayudo, mi situación es buena. Y a pesar de ello, no es un consuelo.
Pero con todo el optimismo, espero que no llegue el día en que me desplome. Porque con toda la buena voluntad, mi familia va creciendo y yo necesito del sustento. Y ya les dije que no es agradable recibir dinero de mis padres. Yo se que continuaré, porque ¿qué será de todas esas mujeres maltratadas, violadas, ofendidas, preocupadas, que sufren – y todas las demás, y todos los demás? ¡Basta! ¡Debo dejar de pensar en todo eso! Cuanto más pienso, más me siento destrozada.
En general, es una huelga muy extraña, que no incluye casos de emergencia. Todos los días tengo casos de emergencia, a veces en medio de la comida, o cuando duermo, o cuando estoy con mi familia… Me enloquezco del stress. Me ofende que no valoren mi trabajo. Realmente, me ofendo. Me siento herida. Es un problema de dinero, pero también es una ofensa. Me resulta tan difícil hacer huelga, es todo lo contrario a mí. Yo me siento rasgada por dentro – y continúo con la huelga.
No se confundan porque hablo de las trabajadoras sociales, por supuesto que también hay trabajadores sociales que son maravillosos, realmente maravillosos. Se merecen todo el respeto, por haber elegido nuestra profesión… No fue mi intención realmente: Por supuesto que es la profesión de todos.
Y para terminar, un poco de consuelo. Mi hija, de 16 años de edad, me dijo: “Mamá, cuando sea grande quiero ser trabajadora social, como tú…”.
 

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
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