Beahavá   Ubeemuná

Majón Meir
El centro de estudios judaicos en Israel
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Parashat Vaiakhel     22 de Adar Alef 5771     No 807

El amor por Israel
Rav Ioram Eliahu

“Y estaban los querubines con las alas extendidas hacia arriba, cubriendo con sus alas por encima de la cobertura,  teniendo sus caras vueltas la luna a la otra, hacia la cobertura estaban dirigidas las caras de los querubines” (Shmot 37:9). Así está dicho en nuestra Parashá en cuanto a los querubines. Mientras que en la construcción del Beit HaMikdash (El Templo) de Shlomó se dice que “las alas de los querubines se extendían por veinte codos, y ellos estaban de pie, con sus caras vueltas hacia La Casa” (Divrei HaIamim Bet 3:13). Nuestros sabios notaron esa diferencia, y dijeron que “no es una contradicción, en este caso se habla cuando Israel cumplen con la voluntad Divina, y en el otro caso se habla cuando Israel no cumple con la voluntad Divina” (Baba Batra 99A). Explica el Rashba”m “en este caso, cuando Israel cumple con la voluntad Divina, los querubines orientan sus caras el uno frente al otro, como señal del cariño entre un hombre y una mujer que se aman, e insinúa que D’s ama a Israel. Y en un principio así fueron hechos, con sus caras una enfrente de la otra, para que la Shjina (manifestación de la Presencia Divina) se revele en Israel e Israel hagan la voluntad de D’s. Y cuando no cumplen con Su voluntad, orientan sus caras en dirección a La Casa, por milagro”. Es decir, en el Mishkan (Tabernáculo) los querubines siempre se encontraban en una situación de “sus caras vueltas la luna a la otra” (Shmot 37:9), pero en el Beit HaMikdash dependía de la situación de Israel: Si cumplía con la voluntad Divina, sus caras estaban orientadas una enfrente de la otra, y si no, sus caras se daban vuelta y miraban a La Casa.
Y nuestros sabios agregaron en cuanto a ese cariño de D’s por Israel, que tiene su expresión en la situación de los querubines (Ioma 54): “Cuando los miembros de Am Israel (el Pueblo de Israel) subían a pie a Ierushalaim, les levantaban el Parojet (cortina) y les mostraban los querubines, que estaban enlazados el uno con el otro, y les decían; vean cuán amados son por D’s, como el cariño de un hombre y una mujer”.
Y el Ramba”n en su famosa carta (Igueret HaKodesh) aprende de ello el gran valor del vínculo entre marido y mujer, y dice que “si acaso fuese algo vergonzoso, el D’s no habría ordenado construirlos [a los querubines], y colocarlos en el más santo y puro lugar [Kodesh HaKodashim], y eso está relacionado con un principio muy profundo”.
Nuestros sabios compararon el Reinado del Cielo con el Reinado de la Tierra, y dijeron que “como el Reinado del Cielo, así es el Reinado de la Tierra”. Y quizás en base a todo lo que hemos dicho podemos aprender también algo respecto a la conducta correcta conducta en la vida cotidiana, entre las personas y entre marido y mujer. Porque la Torá, para enseñarnos respecto a la esencia del vínculo entre Israel y D’s utiliza la expresión “cara a cara”: Esa es la expresión del vínculo correcto y profundo entre dos amados, entre dos personas y entre marido y mujer. Podemos aprender de ello cuál debe ser la correcta forma de vida de un vínculo sano, bueno y deseable: Un vínculo y una conversación “cara a cara”. Tal parece a veces que ya nos acostumbramos a utilizar los sofisticados medios de comunicación: Se puede hablar por teléfono, se puede enviar un mensaje escrito o una carta electrónica, y quizás así se ahorra tiempo – pero se pierde el vínculo, la conversación cara a cara, un vínculo que expresa realmente toda la potencia necesaria, y esos medios a veces también generan una separación y distanciamiento inconciente.
Y por ello, nos dice el Rav Kuk que “nuestra obligación es abrir brechas en esa separación entre los hermanos, de corazón a corazón se hablará, y de alma a alma. Y seguramente las cosas serán escuchadas atentamente, y un elevado espíritu volverá al campamento de Israel en la Tierra del Renacimiento, un encumbrado y sublime espíritu, que unirá a los que advierten y a los advertidos” (Moadei HaReaya, Pág. 380). Y a través de esa buena y profunda vinculación, “de corazón a corazón se hablará”, cara a cara, seremos merecedores pronto de ver el fulgoroso rostro Divino para nuestra gueulá (Redención) plena, reconstrucción del Beit HaMikdash y la manifestación de la Shjina dentro nuestro. 

Midreshet Majón Orá

Centro de estudios de Torá para chicas en
español y portugués.
¡¡Están todas invitadas!!
Para más detalles llamar al 052-4621830
o escribir a anachman2@walla.com, editorial@alumbrar.org
Para las interesadas, hay dormitorios en el lugar. 

¿Qué innovaremos?
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: ¿Qué debemos innovar el próximo año en nuestra comunidad? ¿Qué es adecuado hacer, fortalecer y dar prioridad?
Respuesta: Por supuesto, debemos cumplir toda la Torá, “todo lo que dijo El Eterno, haremos y escucharemos”. Y ya acotó el Radba”z en su responsa (inciso 344) que él se opone a la idea de “principios básicos de fe”, ya que todo es un principio básico. Y a pesar de ello, se puede determinar principios básicos – como explicó el Rav Kuk en su artículo “Los Principios Básicos” (Maamarei HaReaya, Pág. 14): Cuando una persona es sana, se deben cuidar todos sus miembros y órganos, pero cuando se encuentra en peligro de muerte, se trata de salvar lo principal. Y también es aclarado al final del tratado de “Makot” (Makot 24B) respecto a los grandes talmidei jajamim (eruditos del estudio de la Torá) que hablaron de un número determinado de principios básicos.
De acuerdo a ello podemos entender que esos principios básicos no cambian de año en año. Ellos deben ser fijos a lo largo de todos los años, porque sólo algo continuo tiene influencia, como dice el Mahara”l  de Praga, que lo que influye es lo sistemático, y no lo pasajero (Netivot Olam, Netiv HaTorá 18, Netiv Gmilut Jasadim 4).
Por eso mismo, lo sistemático no puede ser sectorial, comunitario – porque si así fuese no estaría orientado según lo más básico, que es la pertenencia a Am Israel (el Pueblo de Israel). Debe comprender a toda la nación de la que somos parte.
Ese sistema es determinada en el libro “Orot” por el Rav Kuk, y fue aclarado en detalle por su hijo, nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk: Amor y fe. El amor por las criaturas y la fe en D’s. Y el amor debe anteceder a la fe.

El amor por Israel, el amor por todos, los cercanos y los lejanos, los parecidos y los distintos, en la familia, en la comunidad y en la nación, amor de los cónyuges, amor por los padres, amor por los hijos, amor por los vecinos, amor por los religiosos y por los que no son, amor por los derechistas y por los izquierdistas, amor por los ashkenazim, sfaradim, teimanim (provenientes de distintas comunidades) y etíopes, amor por el que coincidimos con él y por el que no tenemos la misma opinión, amor por el que luchamos en contra de sus ideas y amor por el que no luchamos en contra de sus ideas. Ese amor no es sólo un sentimiento, sino que resultado de una forma de pensar, un pensamiento que es capaz de aclarar que el común denominador es mucho más importante que lo que nos separa. Un amor que es una purificación moral, una elevación por encima del egoísmo, el individualismo, el amor propio y la subjetividad exagerados. Amor – esa es la palabra, ese es el remedio.
Fe en D’s, vinculación con D’s, sentir que Él es parte nuestra, una fe que todo lo que D’s hace es para bien – incluso si no lo entendemos. Fe en que el estado es obra de D’s, que el gobierno y el ejército es algo bueno – a pesar de los muchos defectos.  Fe en que Moshé es auténtico y su Torá es la verdad, cada palabra de la Torá escrita y oral es verdad, y es ella la que nos confiere felicidad y vida. Fe en que el contenido de nuestras vidas es rendirle culto a D’s – en el plano de la persona y D’s y también de la persona y su prójimo. Fe en que ese es nuestro papel, consagrar toda nuestra vida al culto de D’s, para enaltecer Su honor y santificar Su Nombre. 

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
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