Beahavá   Ubeemuná

Majón Meir
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Parashat Vaera     25 de Tevet 5771     No 799

Las plagas y su mensaje
Rav Ioram Eliahu

Las Parashot semanales que leemos cada Shabat no tienen por cometido sólo contarnos los hechos históricos que nos acontecieron desde que nos convertimos en pueblo, sino que también tienen por objetivo enseñarnos los principios de la Emuná (fe) de Am Israel (el Pueblo de Israel) y la Torá. Por lo tanto, debemos profundizar en nuestra lectura y entender qué es lo que cada Parashá nos enseña, qué principio básico de la Torá surge de nuestra Parashá, del que nos muñimos después de haberla leído en Shabat.
En nuestra Parashá comienzan las plagas que recayeron sobre los egipcios, y según un punto de vista superficial tal parece que sólo tienen por objetivo castigar a los egipcios y vengarnos por todas las penurias que ellos nos hicieron sufrir. Pero según un punto de vista más profundo “las plagas no fueron sólo un castigo, sino que sobre todo una revelación. Las plagas castigaron y también enseñaron, todo el sistema de las plagas fue un conjunto de estudios para Paró (El Faraón) y los egipcios, para hacerles saber lo que no les era sabido hasta ese momento. Y para los Hijos de Israel tenían por objetivo plasmar los principios  básicos de la fe que recibieron a través de la tradición transmitida de generación en generación” (Min HaBeer, Rav Bar Shaul, Pág. 53).
Según ello, explica el Ramba”n al final de la Parashá Bo ¿por qué en tantas mitzvot fuimos ordenados recordar la salida de Egipto? Así lo hacemos en el kidush de Shabat y Iom Tov, diciendo “en recuerdo de la salida de Egipto”. Así también en los rezos de Shabat y las festividades, así también todos los días en el rezo por la mañana y por la noche, en Kriat Shmá.
Escribe el Ramba”n: “De momento que comenzó el culto a otros dioses en el mundo, en la época de Enosh, empezaron a corromperse los conceptos básicos de la Emuná. Hay quienes no creen en D’s, y dicen que el mundo siempre existió, y hay quienes niegan que Él tenga conocimiento de los detalles, y dicen: ‘¿Acaso sabe el Eterno, y hay conocimiento en lo alto?’ (Tehilim 73:11). Y hay quienes reconocen que D’s tiene conocimiento, pero niegan la Providencia y dicen ‘el Eterno ha abandonado la tierra’ (Iejezkel 8:12). Y cuando D’s elige una comunidad o una persona, y les hace maravillas que son ajenas al orden natural del mundo, queda claro para todos la falsedad de esos argumentos, porque la maravilla indica que el mundo tiene un Señor que lo renueva, y tiene conocimiento, y existe la Providencia, y Él tiene la capacidad. Y sobre todo cuando a esa maravilla la antecede la advertencia del profeta, de lo que queda claro también la autenticidad de su profecía, que D’s habla con las personas y les revela Sus secretos a sus siervos, los profetas”. Y de esa forma dice el Ramba”n “será constatada toda la Torá, siendo las maravillas y los milagros los testigos fieles de la fe en el Creador y en toda la Torá”.
Y continúa el Ramba”n que de momento que no en toda generación D’s realiza milagros y maravillas de ese tipo, nos ordenó que siempre recordemos lo que vieron nuestros ojos, y lo transmitamos a nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos, hasta la última generación y así “no podrá el hereje desmentir la fe en D’s”.
Las diez plagas fueron divididas por Rabí Iehudá en tres grupos, y les dio una señal según sus siglas: “Datzaj, Adash, Beajav” (Hagada de Pesaj).
Una de las razones para esa división es que en la primera plaga de cada uno de los tres grupos, es mencionado un versículo en cuyo eje central se encuentra la palabra “sabrás”. Y profundiza el Rav Bar Shaul y nos explica que cada versículo de ese tipo revela otro principio de los principios básicos de la fe.
Mencionamos las concepciones herejes que citó el Ramba”n, que se dividen en tres. Hay quienes no creen en la existencia de D’s mismo, y dicen que Él no existe. Hay quienes reconocen Su existencia, pero no creen en su conocimiento de lo que ocurre en la tierra y la Providencia. Y hay quienes reconocen que Él existe, y supervisa, pero arguyen que hay otros dioses como Él – D’s no lo permita. Entonces, explica el Rav Bar Shaul, en la plaga de la sangre – la primera del primer grupo – fue dicho “de esa forma sabrás que Yo soy el Eterno” (Shmot 7:17). Para enseñarnos “la fe misma en la existencia de D’s. Aquí se encuentra el concepto puro de la fe en D’s mismo, sin ninguna confusión idólatra”.
En la plaga de las bestias salvajes – la primera del segundo grupo – está escrito “para que sepas que Yo soy el Eterno en la tierra” (Shmot 8:18). Es decir, “a pesar que Mi morada se encuentra en el cielo, Mi decreto se cumple en la tierra – en el bajo mundo. D’s es el gobernante y el que supervisa en la tierra”.
Y al principio del tercer grupo, con la plaga del granizo, llega el tercer fundamento, “para que sepas que no hay otro como Yo en toda la tierra” (Shmot 9:14). Es decir, la fe en la unicidad del D’s, bendito sea, y el consentimiento con el yugo Divino. Y como fue definido en el “Sefer HaJinuj” (Mitzva 417): “Fuimos ordenados  creer que el D’s, bendito sea, es Él el que actúa en la realidad, el Señor de todo, el único sin ninguna asociación, como dice el versículo ‘escucha Israel, el Eterno es nuestro Señor, el Eterno es único’ (Dvarim 6:4). Es decir, el Eterno – que es nuestro Señor – es único”.
Aprenderemos a observar esos principios básicos de la fe, fortalecernos con ellos y en ellos, hasta que seamos merecedores del cumplimiento de la promesa “y será el Eterno rey sobre toda la tierra, en ese día el Eterno será uno y su nombre uno” (Zjaria 14:9). 

Midreshet Majón Orá

Centro de estudios de Torá para chicas en
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¡¡Están todas invitadas!!
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Sin fidelidad no hay ciudadanía
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: ¿Acaso la ley que fue propuesta – que todo gentil que desea recibir la ciudadanía en nuestro país debe jurar su fidelidad, “declaro que seré un ciudadano fiel al Estado Judío, y me comprometo a respetar las leyes del país” – es adecuada?
Respuesta: Como es sabido, no nos ocupamos de la jurisprudencia sino que de la Torá.
Según la Torá así son las cosas:
1. Un gentil puede vivir en Eretz Israel (la Tierra de Israel). La Torá permite la existencia del Guer Toshav (poblador extranjero). Los poskim (sabios que determinan la halajá) escriben que también en nuestros días se le puede entregar a un gentil un status semejante al Guer Toshav (Ramba”m, Rahaba”d, Kesef Mishné) – es decir, tiene la posibilidad de vivir en Eretz Israel. Pero hay dos condiciones: Una de ellas moral, y la otra nacional.
2. La primera condición moral es que acepte las 7 mitzvot de Bney Noaj. Ellas son los principios básicos de la moralidad humana, gracias a las cuales la persona es digna de ser llamada "ser humano". Pero hay quienes opinan que alcanza con que no le rindan culto a otros dioses, y así determina el Rav Kuk (Mishpat Cohen), y nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk (Sijot HaRav Tzvi Iehudá, Eretz Israel). Esta es la tierra que le fue entregada a nuestro patriarca Avraham, que luchó contra el culto a otros dioses, y por lo tanto no puede ser que viva en ella alguien que viva en forma contraria a ello. Por lo tanto, no es un lugar donde puedan vivir cristianos de todo tipo, y personas que profesan todo tipo de religiones del lejano oriente. En contraste, el Islam no es culto a otros dioses.
3. La condición nacional es que acepte la soberanía del estado (Ramba”m, Hiljot Melajim). Eso es algo sobreentendido y lógico, que existe en todo país del mundo. Por supuesto que no podrá vivir aquí una persona que se ocupa de destruir el país y matarnos. Es una premisa básica.
4. Solo debemos aclarar que todo eso no tiene nada que ver con el racismo. El racismo es una concepción biológica, que diferencia entre razas, pero dentro de Am Israel (el Pueblo de Israel) hay judíos de casi todas las razas, ya sea que nacieron así o se convirtieron.
5. Y ahora llegamos a la expresión estatal judío democrática. En primer lugar judía, y después democrática. Es decir, hay lugar para la democracia a condición que no sea contraria al judaísmo. Y realmente, así debe ser. Se trata del Estado de Israel, o como dijo Hertzel: “El Estado de los Judíos” según la traducción al hebreo y alemán. O “El Estado Judío”, según su traducción en Idish y francés. Este es un estado judío, y no el estado de sus ciudadanos.
Por supuesto que la democracia – es decir, la voluntad de la mayoría – no puede imponer una ley que no sea moral o antinacional. Por ejemplo, una ley que obligue a los soldados a transgredir el Shabat. O por ejemplo una ley que decida borrar el estado independiente y transformarlo en un estado más de EE.UU.
Incluso el filósofo Platón describe una democracia ideal que está orientada al provecho del público general, como un organismo, y no un conjunto de individuos particulares que procuran su provecho individual. Por supuesto que hay ideales eternos por encima de la ley. La nación no se basa sólo en economía y seguridad, sino que también en ideales e historia.
Desconectar una nación de su historia, de su alma, es la acción más inmoral y antidemocrática que puede haber.
Apoyaremos una democracia auténtica y elevada: Responsabilidad y fidelidad para con la nación a lo largo de todas sus generaciones históricas.

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
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