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Majón Meir
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Parashat Matot-Masaei     26 de Tamuz 5769     No 726

Los asentamientos de las dos orillas
Rav Iaacov Ariel

La guerra contra Sijon y Og no tenía la intención de ser una guerra de conquista. Sus territorios no tendrían que haber sido anexados en ese momento. Es cierto que las dos orillas del Iarden son parte de Eretz Israel (la Tierra de Israel), pero hay diez niveles de kdushá (santidad) en Eretz Israel, y la orilla oriental del Iarden tiene un nivel distinto de la orilla occidental. La parte occidental del Iarden tiene un nivel superior de kdushá, allí se manifiesta la Shjina (Presencia Divina), allí debe ser construido el Beit HaMikdash (El Templo). La parte oriental será asentada sólo en el futuro lejano, y si no hubiese sido por la oposición caprichosa de Sijon y Og, Am Israel (el Pueblo de Israel) hubiese seguido su camino a la margen occidental de Eretz Israel sin haberles tocado ni un pelo. Por ello, se trató de una guerra de defensa necesaria, y no de una guerra de conquista.
La razón por la cual la tribu de Gad y Reuben desean asentarse en esa zona, es económica- existencial, y no idealista. No es la obligación del asentamiento de Eretz Israel la que los impulsa, sino que la necesidad de cuidar de sus pertenencias. Es cierto que el ganado necesita un lugar apropiado donde pueda ser cuidado, pero el hecho es que por sus pertenencias ellos estaban dispuestos a separarse de Clal Israel (la totalidad genérica del Pueblo de Israel) y asentarse en un lugar con un nivel de kdushá menor, y esa es la raíz del asunto. Es por ello que Moshé se enoja y los compara con los espías – que también su actitud frente a Eretz Israel era como la de unos turistas o comerciantes, que cuando sopesaron las ganancias del asentamiento de la tierra y las dificultades prefirieron quedarse en el desierto.
Es cierto que las tribus de Gad y Reuben eran guerreros temerarios: Estaban dispuestos a enrolarse en las unidades de elite del Ejército de Israel. Eran capaces de asentarse en la frontera, con sus mujeres e hijos. Pero su actitud frente a las necesidades de seguridad, de asentamiento, de la tierra y el pueblo era puramente nacional-existencial. No es la elevada aspiración de elevarse con D's en la tierra sagrada y la redención de todo el mundo lo que los impulsa – sino que el ganado, las ovejas, las vacas y sus necesidades. Moshé – el fiel pastor – bien sabe escuchar las voces ocultas en lo profundo de su ser. Él es responsable también de las generaciones futuras. Cuando llegue el momento de redimir también la margen oriental del Iarden, lo correcto será que no sean las aspiraciones de la tribu de Gad y Reuben las dominantes sino que las aspiraciones idealistas. Por ello, él les junta la mitad de la tribu de Menashe. Él fue el hijo de Iosef que fue llamado así por el anhelo de la patria: Iosef no dejó que su éxito en una tierra ajena lo haga olvidar a Eretz Israel. Él se presenta como el que fue robado "de la tierra de los hebreos" (Bereshit 40:15), y es a ella donde ordena enterrar sus huesos cuando el pueblo salga de Egipto (Bereshit 50:25). Su vínculo con la tierra es un vínculo íntimo y profundo. Moshé quiere evitar una forma de pensar de diáspora dentro de Eretz Israel misma. Por ello, las dos márgenes del Iarden serán unidas a través de los hijos de Menashe Ben Iosef.
La concepción existencial-práctica tiene consecuencias educativas. Los hijos de Gad y Reuben dicen: "Edificaremos aquí rediles para nuestro ganado y ciudades para nuestros hijos" (Bamidvar 32:16) – anteceden la preocupación por el ganado a sus hijos. Moshé invierte el orden: "Construyan ustedes ciudades para sus hijos, y rediles para su ganado" (Bamidvar 32:24) – los hijos anteceden al ganado. Esa escala de valores invertida no es por casualidad: El que todo su vínculo con Eretz Israel se basa en las necesidades existenciales del "ahora", también su concepción educativa se torcerá. Él será capaz de sacrificar la educación de sus hijos sobre el altar de las conveniencias económicas - incluso si edificará magníficos centros de estudio - porque los factores de logros y practicidad le serán más importantes que los factores educativos y los valores. La cantidad de horas de estudio, las notas de los exámenes, los premios y los títulos de honor – todo eso hará preferir las materias prácticas con logros inmediatos, y las materias más espirituales y de valores serán dejadas de lado. Porque una sociedad de ganado y pertenencias, necesita "pastores" – y no "dirigentes espirituales".
En las generaciones futuras, las consecuencias serán evidentes también en el plano de la seguridad. Los descendientes de esos valerosos guerreros de unidades de elite, después de haberse asentado en la margen oriental del Iarden, serán capaces de quedarse pastando tranquilamente su ganado cuando en la otra orilla se encuentran sus hermanos luchando contra el enemigo, y no vendrán a socorrerlos (Shoftim 5:16). Los descendientes más lejanos – que se apartaron más aún de las ideas de sus antepasados – serán los primeros en ser exiliados cuando llegue la desgracia y el imperio Asirio conquiste esa zona.
A pesar de ello, debemos hacerle justicia a las tribus de Gad y Reuben y no presentarlas sólo con matices negativos: Ellos no están interesados en provocar una escisión dentro del pueblo, a través de una división artificial entre dos tipos distintos de asentamientos. Ellos se preocupan,
¿quizás los colonos de los asentamientos de la orilla occidental le digan a sus hijos: "Ustedes no comparten nuestra fe"? Por ello, ellos construyen un gran altar a la orilla del Iarden, que será testigo de la unidad de Am Israel, con todos sus asentamientos. El Iarden debe ser un puente entre dos tipos de asentamientos – los asentamientos prácticos, y los asentamientos idealistas – y no debe separar entre ellos.
Eretz Israel plena, con las dos márgenes del Iarden, es un espejo de Am Israel pleno, con todas sus tribus. También los asentamientos idealistas necesitan los asentamientos prácticos-económicos, y viceversa. No se debe separar esa unidad, el pueblo y la tierra los necesitan a todos. "Juntas, todas las tribus de Israel" (Dvarim, 33:5). 

Midreshet Majón Orá

Centro de estudios de Torá para chicas en
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La Ierushalaim que nos une
Rav Shlomó Aviner

D’s nos hace renacer – en su enorme bondad – y no es algo nuevo.
El Mahara”l de Praga al principio de su libro “Netzaj Israel” explica que un pueblo puede encontrarse en dos posiciones: Natural, o no. Para encontrarse en una situación natural, se necesitan tres condiciones: Que se encuentre en su tierra, que sea soberano en ella, y que sus miembros se encuentren juntos. Y todo nuestro renacimiento es por merito de esa unión, que se revela poco a poco.
El Rav Neria zt”l dijo en su momento que la razón por la cual en la Guerra de la Independencia no logramos conquistar a Ierushalaim es porque en aquel entonces teníamos tres ejércitos distintos - y cada uno habría dicho: “Yo liberé a Ierushalaim” – y eso D’s no lo ama. Pero en la Guerra de los Seis Días teníamos sólo un ejército unificado, como una sola persona con un solo corazón, que irrumpió como un valiente león por el Portón de los Leones.
En efecto, el odio gratuito nos separó e hizo recaer sobre nosotros la destrucción nacional – y en contraste, el amor gratuito es la que nos une y nos hace renacer en nuestra tierra.
¿Qué es odio gratuito? Es cuando se odia al que no piensa como yo en cuestiones nacionales. El Netzi”v (Rav Tzvi Naftali Iehudá Berlín) al principio de su comentario a la Torá explica que la persona se piensa que el que es distinto es un peligro para la nación, y por ello yo lo odio, hablo calumnias de él y le hago toda maldad posible – como si todo fuese por la buena causa.
¿Y qué es amor gratuito? Es el amor por toda persona de Am Israel (el Pueblo de Israel) por el simple hecho que es parte de ese pueblo, incluso si él es distinto a mí, incluso si tengo serios cuestionamientos en contra de él – como escribe el Ramja”l (Rabí Jaim Moshé Luzato) en su libro “Mesilat Iesharim” respecto a la diligencia del mal instinto para encontrar pretextos para odiar. ¡No es así! “Llegó la Torá y formuló una regla general que incluye a todos los demás, ‘amarás a tu prójimo como a ti mismo’, exactamente como a ti mismo, sin ninguna diferencia, sin ninguna división, sin artimañas ni confabulaciones, realmente como a ti mismo” (Mesilat Iesharim, Cáp. 11).
Bienaventurados somos, que el amor gratuito ha vuelto a nosotros. Y la prueba, es el retorno de las diásporas, la reconstrucción de la tierra, la edificación del estado y sobre todo del ejército - ya que si un judío se encuentra en peligro, un millón de judíos vendrán a ayudarlo. Esa es la naturaleza del ejército, “uno para todos, y todos para uno”.
Pero nos espera todavía mucho trabajo para llegar al amor gratuito pleno, muchas conversaciones conjuntas, con gran respeto.
Escribió el Netzi”v que Eretz Israel (la Tierra de Israel) es como el travesaño que aúna la nación, de una punta a la otra. Por mérito de la tierra somos un pueblo unido. “Y quién como tu pueblo Israel, un pueblo unificado en la tierra” (Divrei HaIamim Alef 17:21). Como dice el “Zohar” (el libro de Kabalá por excelencia) que sin la tierra, no son llamados “uno”, y sólo con Eretz Israel nos unimos.
En forma similar a lo que pasó en Egipto, cuando D’s nos introdujo en el crisol de la esclavitud y los suplicios para hacernos un pueblo, así también hoy en día D’s nos introduce en el crisol de nuestra tierra, nuestro estado y nuestro ejército, para nuevamente hacernos un pueblo unido, para juntar el árbol de Iehudá y el árbol de Efraim y transformarnos en un solo árbol (Iejezkel 37:16-19).
Y elevándonos más aún, “Ierushalaim que fue construida como una ciudad unificada” (Tehilim 122:3), que hace a todo Am Israel como amigos (Ierushalmi Jaguiga 3:6).
Como es sabido, “amigo” (Javer, en hebreo. N. del T.) en la terminología de nuestros sabios es también un talmid jajam (erudito del estudio de la Torá). Todo el año, hay cierta separación entre los talmidei jajamim y las personas consideradas Am HaAretz (burdas), porque los talmidei jajamim no pueden fiarse demasiado en ellos en temas como kashrut. Pero cuando todos llegan en las fiestas a Ierushalaim, la situación es distinta, y también un Am HaAretz es considerado un igual. Todo Am Israel se amiga.
Si Eretz Israel es el travesaño principal, que aúna toda la nación de una punta a la otra, entonces Ierushalaim es el travesaño superior que aúna la nación – es decir, es lo que la une con el alma. Ese alma Divina que surca dentro de nosotros. Incluso si no lo podemos ver, un fuego Divino arde en el alma de todo judío.
Cuanto más lo comprendamos, avanzaremos más y más en la reconstrucción de nuestro pueblo y nuestra tierra.
 

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
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