Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir


Parashat Naso     7 de Sivan 5769     No 719

Nuevamente a los pies del Monte de Sinai
Rav Ioram Eliahu

“De la misma forma que la Torá kdoshá (santa) es eterna, también su recibido es eterno. En cada año, en este día se vuelve a recibir la Torá” (Netivot Shalom, Pág. 334). En esa noche y en ese día santos no debemos pensar solamente en agradecerle a D’s por la maravillosa Torá que nos entregó, sino que también nos encontramos nuevamente a los pies del Monte de Sinai y volvemos a escuchar las voces y ver los relámpagos, y volvemos a recibir la Torá en este año y para esta generación. Y eso nos eleva, y nos hace crecer. Como escribió el Rav Kuk zt”l: “En cada año, cuando ese día kadosh (santo) llega, el Día de la Entrega de la Torá, vuelve a revelarse en Am Israel (el Pueblo de Israel) la grandeza eterna que se renueva dentro de él. Y nos encontramos listos para escuchar otra vez la voz de D’s con fuerza, la voz de D’s con esplendor, como la escuchamos en aquel entonces en el desierto, antes de llegar a Eretz Israel (la Tierra de Israel)” (Maamarei HaReaya, Pág. 175).
Y esa grandeza que se renueva dentro de nosotros nos recuerda nuestro papel y nuestra meta. Por ello, continúa el Rav y le dice a Am Israel “en este día, prepárate para el encuentro con tu D’s, Israel. Debes saber que la responsabilidad de toda la creación se encuentra sobre tus hombros. Debes saber que nunca serás otra nación, con otro carácter, sino que ‘un reinado de sacerdotes y una nación santa’, y tienes la obligación eterna de alumbrar tus propias sombras y todas las tinieblas del mundo, con el resplandor de la Torá y con la vela de la mitzva” (Maamarei HaReaya, Pág. 175).
Esa es nuestra meta, como fue determinado desde el principio de la creación, cuando toda ella estuvo esperando 2448 años hasta que Am Israel reciba la Torá. Y si no la hubiese aceptado, D’s no lo permita, todo el mundo hubiese vuelto al caos inicial (Shabat 88A). Am Israel recibió la Torá, y salvó a toda la creación de la falta de sentido. Y por ello, D’s les dice: Ustedes han hecho una bondad con Mi mundo, que recibisteis la Torá (Ein Aya, Shabat 88A). Y de acuerdo a ello, podemos entender la diferencia de la recompensa entre una persona de Am Israel que cumple las mitzvot y una persona de otro pueblo que cumple las 7 mitzvot de los hijos de Noaj: “Israel, aparte de recibir recompensa por el cumplimiento mismo de las mitzvot, también recibe recompensa porque garantizan la existencia del mundo con ello” (HaAmek Davar, Vaikra 26:3).
Y no sólo Am Israel como pueblo, sino que toda persona individual es capaz de darle vida a todos los mundos con su Torá y con sus mitzvot. Así nos enseña el libro “Nefesh HaJaim” (Shaar 1:84). Y así nos enseña el Rav Kuk en su maravillosa carta (Iguerot HaReaya, Igueret 301), donde dice que “toda la holgazanería y la falta de entusiasmo que siente la persona cuando cumple una mitzva, son generadas por la falta de fe en la gran bondad que se hace para todo el mundo cuando nos ocupamos de la Torá, las mitzvot y el cultivo y purificación de las virtudes”. Los trasmisores de la tradición auténtica nos enseñan que “en nuestras manos se encuentra la posibilidad de añadir luz en nuestro alma a través de la Torá, la sabiduría, las mitzvot, el cultivo de las buenas virtudes en todo momento. Y en toda ocasión que añadimos luz en nuestro alma – completamos las carencias y agregamos vida en todo. El tzadik (justo) agrega a través nuestro vigor en su labor, el malvado endulza su maldad en alguna medida, y siente algún arrepentimiento…”. La persona tiene la gran responsabilidad de corregir el mundo, a través del estudio de la Torá y el cumplimiento de las mitzvot.
El
Admo”r (dirigente de una corriente jasídica) de Salonim nos enseña más aún la grandeza de ese día cuando escribe que “si en Rosh HaShaná son juzgados en lo que respecta al aspecto material en ese año, la fiesta de Shavuot es el Día del Juicio espiritual, en el que determinan todo el aspecto espiritual de la persona para todo el año”.
Entraremos en esta fiesta
kdoshá (santa), y recibiremos el resplandor de la Torá singular nuestra de este año, y seremos merecedores de ser contados con los que actúan con D’s en la edificación del mundo, su elevación y corrección plenas. 

Midreshet Majón Orá

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Lo que antecede a la Torá
Rav Shlomó Aviner

Nos sorprendemos: ¿Por qué la Torá no le fue entregada enseguida al Primer Hombre, y sólo fue entregada después de muchas generaciones, a Am Israel (el Pueblo de Israel) cuando salió de Egipto, después de 2448 años? Si la Torá es la luz que alumbrará todas las tinieblas del mundo, ¿por qué deberá faltar una época tan larga?
La razón, es que la moral antecede a la Torá. O como lo formularon nuestros sabios: “Derej Eretz antecede a la Torá”. El sentido de Derej Eretz es muy amplio: Buenos modales, rectitud, relaciones correctas entre marido y mujer, bondad. Derej Eretz es la normalidad básica moral humana, y ella es la base de la elevada y noble espiritualidad kdoshá (santa) de la Torá. En la Mishná está escrito: “Si no hay Derej Eretz, no hay Torá. Y si no hay Torá, no hay Derej Eretz” (Avot). Es decir: Si falta la base, no se pueden edificar los niveles más elevados. Pero si nos quedamos sólo con la base, sin edificar nada sobre ella – lo más importante está faltando.
Si la espiritualidad no está basada en la moralidad, es una espiritualidad torcida que finalmente se desmoronará. Si la moralidad no es alumbrada por la espiritualidad, finalmente se corromperá. Por ello, fue necesaria una preparación de más de dos mil años para que la humanidad sea merecedora de buenas virtudes básicas de justicia, rectitud, verdad y bondad – y entonces, podrá recibir el nivel de la kdushá de la Torá. Es semejante al niño pequeño, que en una primera etapa aprende buenas virtudes, que son la preparación apropiada para la kdushá de la Torá que estudiará más tarde.
Todo eso lo aprendemos de nuestro patriarca Avraham, la raíz de Am Israel. El profeta Ishaya – que vivió en los últimos días del Reinado de Iehudá – nos indica analizar el testamento de ese gigante: “Mirad a Avraham, vuestro padre, y a Sara, que os dio a luz” (Ishaya 51:2).
Todavía cuando apenas era un niño pequeño, Avraham se preguntó complejas preguntas respecto al mundo y a su origen. Llegó a la conclusión que hay un Creador del Mundo, y comenzó a divulgar esa fe entre los pueblos idólatras -  así empezó a alumbrar las sombras.
Nuestro patriarca Avraham entendió que la vinculación con D’s no puede ser sólo algo metafísico abstracto, sino que el amor por D’s debe expresarse en el amor por las criaturas de D’s. Dentro de esas criaturas hay un destello Divino, y por ello el que no ama a las criaturas en realidad no ama a D’s. Así dicen nuestros sabios: “Ama a D’s, ama a las criaturas” (Avot 6).
Por ello, a pesar que luchó toda su vida contra el culto a otros dioses, cuando pasaron al lado de su tienda tres personas – él corrió a recibirlas, y las invitó a comer.
Y también adoptó a su sobrino huérfano, a Lot. Y también después que este lo abandonó - porque codiciaba la riqueza de Avraham - y se fue a vivir a Sdom – que era un lugar corrupto – cuando fue tomado cautivo en la guerra, Avraham juntó a sus discípulos y luchó poniendo su vida en peligro para liberarlo.
Y cuando D’s le dijo que la maldad de la ciudad de Sdom sobrepasa todo límite, y no hay remedio, debe ser destruida – Avraham se pone a rezar por esa ciudad, y arguye que si hay en ella algunos tzadikim (justos), todavía hay esperanzas que sea corregida y no debe ser destruida.
Esa persona fue un gigante de sabiduría y fe en D’s - y al  mismo tiempo un gigante de bondad…

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
E-mail:
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