Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir


Parashat Beshalaj     13 de Shvat 5769     Shabat Shirá     No 704

Eretz Israel  y sus frutos
Rav Ioram Eliahu

En Tu BiShvat (el día 15 del mes de Shvat) nos encontramos con las alabanzas de los frutos de Eretz Israel (la Tierra de Israel), la importancia y la kdushá (santidad) de la mitzva del asentamiento de Eretz Israel. Se acostumbra a comer frutos de nuestra tierra en la noche de Tu BiShvat y en el día, y hay quienes hacen todo un Seder especial, como está escrito en el libro "Pri Etz Hadar", en el que se come 30 tipos distintos de frutos, cuando cada fruto insinúa algo. Y también se recitan citas de nuestros sabios y del Zohar (el libro de Kabala por excelencia) antes de comerlos. Después de comer de los frutos con los que fue alabada Eretz Israel, decimos la bendición llamada "MeEin Shalosh", en la que le agradecemos a D's "por la deseada, buena y amplia tierra que Tú deseaste entregar por herencia a nuestros patriarcas, para comer de sus frutos y saciarnos de su bondad". Esas palabras fueron analizadas por los eruditos de la halajá, y el autor del libro "Tur" (Orej Jaim 208) escribió que "no se debe decir, porque no debemos anhelar la tierra solamente por sus buenos frutos y para saciarnos de su abundancia, sino que para cumplir las mitzvot de ella". El autor del libro "Bait Jadash" acota, y dice que "la kdushá de la tierra, que recibe su abundancia de la elevada kdushá de la tierra espiritual, también se esparce en sus frutos. El origen de ello es la kdushá de la Shjina (manifestación de la presencia Divina) que reside en Eretz Israel… y por ello, es correcto que digamos en la bendición 'comer de sus frutos, y saciarnos de su bondad', porque cuando comemos sus frutos nos alimentamos de la kdushá de la Shjina y su pureza, y nos saciamos de su bondad". Es decir, hay una tierra espiritual, y ella emana su abundancia de kdushá a la tierra material en este mundo. Y en los frutos de la tierra hay una abundancia de esa kdushá – por ello, pregunta el autor del libro "Bait Jadash": Por qué no le daremos gracias a D's por haber entrado en Eretz Israel, y de esa forma recibir esa abundancia de kdushá que hay en los frutos de la tierra?.
Así podemos entender por qué alabaron tanto nuestros sabios la mitzva del asentamiento de Eretz Israel, cuando dijeron que "siempre se debe vivir en Eretz Israel, incluso en una ciudad en que la mayoría de las personas son gentiles. Y no se debe vivir en el exterior, incluso en una ciudad donde la mayoría de las personas son judías. Porque todo el que vive en Eretz Israel es como si tuviese un D's, y todo el que vive fuera de Eretz Israel es como si no lo tuviese… para decirte que todo el que vive fuera de Eretz Israel es como si le rindiese culto a otros dioses" (Ktuvot 110B).
Y de esa forma podemos comprender un cuento que figura en la Gmará (Ktuvot 111, una página en la que se dicen cosas maravillosas respecto a la kdushá de Eretz Israel). Cuentan que una persona se fue a vivir fuera de Eretz Israel, se casó con una mujer y murió sin tener hijos. Su hermano, llegó a preguntarle a Rabí Janina si debe ir a vivir fuera de Eretz Israel para cumplir la mitzva de Iebum (casarse con la viuda de su hermano, para que sus hijos sean considerados la continuación del difunto). Le contestó Rabí Janina: "Su hermano se casó con una kutit (gentil), bendito sea el Eterno que lo mató!. Y tú irás tras él?!". Pero si la mujer era una kutit, no hay ninguna mitzva de Iebum?!. Explica el Maharsh"a que la llamó kutit según lo que aprendimos anteriormente, que todo el que vive fuera de Eretz Israel es como si rindiese culto a otros dioses: En realidad, ella era judía. Pero Rabí Janina - para enseñarnos cuán severo es marcharse a vivir fuera de Eretz Israel - la llamó así, e incluso justificó el severo castigo que recibió esa persona!.
Según ello, explica mi Rav y maestro, el Rav Uzi Kaljaim zt"l el profundo misterio del vínculo entre Am Israel (el Pueblo de Israel) y Eretz Israel, que es recalcado en el versículo "quién como Tu pueblo Israel, un pueblo único en la tierra". El Zohar escribe al respecto: "Por supuesto, en La Tierra [la Tierra de Israel. N. del T.] son un solo pueblo, sólo cuando están juntos con la tierra son llamados 'uno', y no cuando están separados". Explica el Rav Uzi según las palabras del Talmud Ierushalmi, que dice: "Buscamos en toda la Torá escrita, y encontramos sólo un versículo donde Am Israel es llamado Tzion, 'y por tanto digo a Tzion, pueblo Mío eres tú' (Ishaya 51:16).  "El hecho que Kneset Israel (el alma nacional genérica del Pueblo de Israel) es llamada con el mismo nombre de la tierra, nos enseña que ambos fueron formados del mismo material, y hay entre ellos una identidad de esencia y contenido. De forma que Israel sólo puede ser Israel junto con la kdushá de Eretz Israel, que lo ayuda a expresar en la práctica la Sgulá (esencia espiritual) de su alma" (Shirat HaUma LeArtza, un libro que explica en forma maravillosa el prólogo del Rav Kuk a su libro "Shabat HaAretz", y nos permite entender en profundidad las mitzvot del año de Shmita en nuestra generación).
Profundizaremos en el contenido de la kdushá de la tierra y la kdushá de sus frutos, y de esa forma nos haremos merecedores de profundizar nuestro vínculo y ligamento con la tierra. Y de esa forma nos abandonarán todas las ideas y pensamientos de desconexión de ella - D's no lo permita - y se cumplirá en nosotros "y Yo los plantaré en su propio suelo, y nunca jamás volverán a ser arrancados de su tierra, que Yo le he dado, dice el Eterno, D's tuyo" (Amos 9:15). 

Midreshet Majón Orá

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"Porque no saldréis con precipitación"
Rav Shlomó Aviner
(reimpresión)

El Rav Kuk explica que hay una diferencia básica entre la primer gueulá (Redención) y la última. La redención de Egipto, fue precipitada (Shmot 12:11, Dvarim 16:3, Brajot 9A). Pero con respecto a la última redención, dice el versículo: “Porque no saldréis con precipitación” (Ishaya 52:12, Maamarei HaReaya Pág. 164). Es que acaso existe alguna limitación de la capacidad Divina?!. Por supuesto que no!. Pero existen distintos tipos de redención: Un tipo de redención precipitada, y otro tipo gradual, milagrosa, y natural. Una de ellas según la medida de la Justicia, y la otra según la medida de la Misericordia, con bravura, y con bondad. Cada una tiene sus ventajas. Y nosotros “anhelamos la salvación” (Shabat 31A) – sea cual sea la forma que llegue.
Cu
ál es la ventaja de una redención precipitada?. Es obvio. Pero, cuál es la ventaja de que no sea precipitada?. Es que la redención de Egipto, D’s hizo, “comienza de lo alto”. La redención actual, es a través nuestro, iniciada por nosotros mismos, “comienza de abajo”. Lo que D’s hace, lo hace rápido. Pero lo que nosotros hacemos, somos solo seres humanos, ni ángeles ni serafines, y por lo tanto, lleva tiempo. Hay ascensos, y descensos, dificultades y crisis, el ritmo de avance depende de nuestras fuerzas y si somos merecedores o no. La redención de Egipto, fue en contra de nuestra voluntad. Estábamos inmersos bajo cuarenta y nueve grados de impureza, casi pasamos el límite del cual no se puede regresar (Ramba"m, Hiljot Avoda Zara, al final del primer capítulo). Y D’s nos redimió, en su grandeza. Por supuesto, hay que estar preparado para acoger el “comienzo de lo alto”, ser capaz de recibirlo, pero la última redención “comienza de abajo”, a través de nuestra voluntad, entusiasmo, sacrificio y lucha. Y por eso, no es en forma precipitada, hay dificultades y crisis. Pero depende de nosotros, y desde ese punto de vista, es más grandiosa. Es la “Conducción de la Unificación”, de la que habla el Ramja"l (Daat UTbunot), para que sepamos que D’s es uno, y Su nombre uno, y Él hace también a través nuestro, para traer el fin, en su santa magnificencia.
Pero no hay que olvidar, que también el “comienzo de abajo”, es de origen Divino. Todo proviene de
Él, bendito sea. Escuchemos el canto de David: “Porque conTigo embestiré ejércitos” (Shmuel Bet 22:30, Tehilim 18:30). Yo embisto a los ejércitos, pero es conTigo, D’s del mundo. Cuando yo embisto a los ejércitos, es D’s el que embiste a mi lado, y a través mío. “Y con mi D’s saltaré muros” (Shmuel Bet 22:30, Tehilim 18:30). Yo salto el muro, pero lo hago con D’s. “Pone mis pies como los de gacelas”, cuando yo corro rápidamente como una gacela, D’s es el que le da a mis pies esa fuerza. Yo sé luchar, porque Tú, D’s, “adiestra mis manos para la guerra”. D’s es el que hace a través nuestro, es el “comienzo de abajo”, largo y complicado. La salida de Egipto es a través de Moshé, que está por encima de todo, que no come ni bebe cuarenta días, pero en realidad es D’s mismo el que hace. Por eso, en la Hagada de Pesaj nuestro Rav Moshé no es mencionado, salvo una sola vez, “y creyeron en el Eterno y en Moshé, su siervo” - el versículo que recalca que Moshé no es más que el siervo de D’s, en la anulación total (comentario del Gaón de Vilna a la Hagada). “Yo, y no un ángel, Yo y no un serafín, Yo y no un enviado” (Hagada de Pesaj). Es que Moshé no fue un enviado?!. No: Él es como el hacha en manos del leñador, como la pluma en manos del escriba. El Señor del mundo lo hizo todo, y nosotros fuimos pasivos, contemplamos sus milagros y maravillas. “No temáis, estad firmes, y veréis la salvación que el Eterno obrará para nosotros hoy... El Eterno luchará por nosotros, y vosotros guardaréis silencio” (Shmot 14:13-14). Ustedes no tienen que hacer nada, solo estar firmes y contemplar - y D’s hará todo el trabajo. Solo tienen que creer, y de esa forma ser capaces de acoger Su grandiosa bondad.
Pero actualmente, es a través nuestro. Nosotros tomamos la iniciativa, nosotros luchamos, y por supuesto, recordamos que “conTigo embestir
é ejércitos, y con mi D’s saltaré muros”.
Cuando comenz
ó a despertar el anhelo por Tzión, empezó la polémica de nuestros Rabinos. Unos decían así, y otros decían asa. "No hay que tomar ninguna iniciativa", dijeron los Rabinos de la Agudá, "D's prometió que va a traer la redención, y Él lo va a hacer, sólo tenemos que esperar en silencio, sin hacer nada, y cuando D's traiga la salvación, correremos tras Él". Los Rabinos de la Mizraji dijeron: "Nosotros tenemos que tomar la iniciativa, y D's acudirá a nuestra ayuda y nos salvará". Hasta que llegó la tercer opinión, el Rav Kuk, y concluyó: Por supuesto que D's hace, como sabemos a través de nuestras más profundas fuentes, pero lo que sucede es que si bien D's hace, Él hace a través nuestro, desde las profundidades de Kneset Israel (el alma nacional genérica del Pueblo de Israel): “La naturaleza de la redención que llega, que sentimos sus pasos, surge de las profundidades de Kneset Israel” (Orot, Orot HaTjiá 32). “ConTigo embestiré ejércitos, y con mi D’s saltaré muros”. “Comienza de abajo”, surge de nosotros mismos, lentamente, en forma progresiva: Tierra, pueblo, lengua, ejército, independencia, estado.. como una planta, que crece, “la planta de David, Tu siervo” (Plegaria diaria), “el hombre-planta haz crecer” (Plegaria a la salida del Shabat), “la voz de la planta, el hombre-planta es su nombre, es David mismo, anuncia y dice” (Hoshanot).
El Se
ñor del mundo hace crecer una planta, y es imposible obligar a una planta  a crecer más rápido; se estropeará y marchitará. Ella tiene su propio ritmo de crecimiento, y hay que ser paciente. El carpintero, marca con fuerza su huella sobre la madera, a su voluntad acorta o alarga. Pero el agricultor, trabaja lentamente, “tiene fe en D’s y siembra” (Tosafot, Shabat 31A, citando el Talmud Ierushalmi).
“La planta de David, Tu siervo, haz crecer pronto”, lo m
ás rápido posible. Pero hay un límite, ya que a fin de cuentas, es una planta.
En la redenci
ón de Egipto, todo fue en forma precipitada. De pronto, salimos de Egipto. De pronto, nos instituimos en pueblo. De pronto, recibimos la Torá. Una generación grandiosa, gigantesca, en  pasividad suprema: “AcuérdoMe de tu cariño a Mí, en tu juventud, del amor de tus desposorios, cuando Me seguiste por el desierto, en una tierra no sembrada” (Irmya 2:2).
Pero ahora, no. Nosotros hacemos, en forma natural. En aquellos d
ías, nuestra segunda naturaleza se había estropeado, y era necesario luchar contra ella hasta aniquilarla, desmenuzar todos sus groseros componentes. No dejarse llevar por ella, por supuesto, sino que dominarla, someter la grosera y rústica naturaleza (Orot, Orot Hatjiá 30). "Quien es el valeroso?, el que domina su instinto" (Avot 4:1), su naturaleza (Shmoná Prakim, Cáp. 4). Pero desde ese entonces, pasaron más de tres mil años, y nuestra naturaleza se refinó. Y es por eso que irrumpe, como un fuerte impulso interno, también en planos positivos: El asentamiento de la tierra, el regreso a Tzión, institución del Estado, luchas contra nuestros enemigos, que quieren exterminarnos, y el engrandecimiento de la Torá en la Tierra de Israel. Todo eso no nos es impuesto como “un monte sobre nuestras cabezas” (Shabat 88), no nos es impuesto de lo alto, ni tampoco como un deslumbramiento, a través de ángeles o profetas, sino que por nuestra voluntad. Nosotros queremos.
Y reiteramos: Lo que nosotros queremos hacer, es la mano de D’s. En aquel entonces, “D’s luchar
á por vosotros”, pero ahora, nosotros luchamos. Pero también de esa forma, D’s lucha a través nuestro. “ConTigo embestiré ejércitos, y con mi D’s saltaré muros”. Siempre es la mano de D’s la que hace. Pero así es más grandioso aún: El Señor del mundo tiene “una morada en la tierra” (Tanjuma, Nasó 7:1). Lo que nosotros hacemos en forma natural, es la voluntad de D’s.
Por supuesto, la naturaleza no ha llegado a su perfecci
ón, el camino aún es muy largo, pero ya comenzamos a marchar. Todavía no llegamos al Meshiaj (Mesías). Es el resplandor del profeta Eliahu. El Rav Kuk escribe: “Yo veo el resplandor de Eliahu que comienza a alumbrar” (Orot, Orot Hatjiá 30).El Rav Kuk ve!. Ya no se trata de una grosera naturaleza que debemos someter a la fuerza, sino que la santidad de la naturaleza comienza a manifestarse, y genera imponentes obras, en un “comienzo de abajo”. Es el último redentor, el profeta Eliahu (Orot, Israel UTjiató 28), que trae la armonía entre la naturaleza interna y la sublime luz Divina, de forma que la naturaleza habla en nombre de D’s. Él hace las paces entre los padres y los hijos. Los padres, en los que brilla el resplandor de la Torá, y los hijos, en los que brilla el resplandor de la naturaleza (Orot, Israel UTjiató 29), y anuncia la llegada del Meshiaj, quien es como David. El resplandor Divino, que surge a través de la naturaleza, a través de nuestra voluntad, nuestra iniciativa.
Lleva tiempo, “la realidad no tiene veloces
alas como la imaginación” (Orot, Orot HaTjiá 3). Hay problemas, sufrimiento y derrotas. Se necesita sacrificar. Y al mismo tiempo, hay que alegrarse una alegría sin fin, por todo lo que pasa, que es para bien. Bienaventurados somos, cuan dichoso es nuestro destino, que nosotros vivimos en esta gran generación, una generación maravillosa, sin par en toda la historia, que es totalmente distinta de la generación que salió de Egipto, y al mismo tiempo es tan similar a ella. El mismo D’s que se reveló en ese entonces en un “comienzo de lo alto”, se revela ahora en un “comienzo de abajo”, lo que es más grandioso, para que todos sepan que “Nuestro D’s es uno, en el cielo y en la tierra” (Canto Ejad Mi Iodeá), “en el principio creó D’s el cielo y la tierra”, y sobre todas las cosas “tuyo, oh Señor, es el reino”.

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
E-mail:
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