Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Haazinu     12 de Tishrei 5769     N^o 688

“Engordó Ieshurún y pateó”
Rav Iaacov Filver

Una de las reprimendas que fueron escritas en la Torá, se encuentra en nuestra Parashá. Según el Ramba”n en su comentario a la Torá, ella habla de nuestros días: “Y está muy claro, que vaticina la gueulá (Redención) futura”. La reprimenda de la Parashá “Haazinu” describe el abatimiento de Am Israel (el Pueblo de Israel). Ese decaimiento no llega de pronto, sino que se trata de un proceso, que según el comentario de “Sforno” (Dvarim 33:15) comienza con los sabios de la generación – que le dan importancia a los placeres materiales – y termina con el populacho que abandona a su D’s. Y así explica el Netzi”v (Rav Naftalí Tzvi Iehudá Berlín) en su comentario “HaAmek Davar” al versículo “engordaste, engrosaste y te recubriste” (Dvarim 32:15): Se comienza a caer cuando la persona persigue los placeres materiales – “engordaste” – que finalmente lo transforman en una persona grosera – “engrosaste” – lo que termina encegueciéndolo – “te recubriste”, los ojos son recubiertos – y ya no "ve" su obligación como siervo de D’s. El derrumbamiento que comenzó con el rechazo del yugo Divino, pasa también al plano de las relaciones con el prójimo, y finalmente no reconoce sus obligaciones incluso como persona. También en su libro “Orot HaTshuva” (Cáp. 6, inciso 4) el Rav Kuk habla de que la generación se complicará por un tiempo - toda o parte de ella - con la "ceguera", hasta tal punto que no sentirá en absoluto el derrumbamiento moral que encierra el abandono de las leyes de D’s - un abandono que finalmente repercute también en el plano de la moral básica natural.
El versículo “engordaste, engrosaste y te recubriste” fue comentado en el Midrash (Sifri, Haazinu 318): “Esas son tres generaciones antes de los Días del Meshiaj (El Redentor). Como dice el versículo: ‘Y se colmará su tierra de plata y oro... y se colmará su tierra de ídolos’ (Ishaya 2:7-8)”. Según nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk, es ese Midrash sobre el que se basó su padre, el Rav Avraham Itzjak Kuk cuando escribió: “Sabemos que habrá una insurrección espiritual en Am Israel en Eretz Israel (la Tierra de Israel), cuando comience el renacimiento de la nación. El sosiego material que alcanzará parte de la nación – que pensará que ya ha llegado a su meta – empequeñecerá el alma, y llegarán días en los que dirás que no tienes anhelos. La aspiración a ideales elevados y santos cesará, y el espíritu descenderá, hasta que llegue una tormenta y hará una revolución, y mostrará en forma clara que el vigor de Israel se encuentra en el kodesh (santidad) eterno, en el resplandor Divino y en Su Torá” (Orot 84). Según las palabras del Rav Kuk debemos diferenciar tres etapas en el proceso de la gueulá de Am Israel: La primera etapa es el despertar de la nación, su renacimiento y edificación – en la que por un lado habrán ideales y sacrificio, pero será acompañada por una insurrección de los valores judíos y de la Torá de Israel. Después del éxito inicial llegará una segunda etapa, en la que los ideales decaerán y habrá un abatimiento moral. Y después llegará una tercera etapa, una revolución espiritual y un regreso a la fe y la Torá de Israel. Esas palabras del Rav Kuk fueron escritas hace cien años, cuando la revolución Sionista se encontraba en su apogeo. La primera etapa del proceso de la gueulá continuó hasta la Declaración de la Independencia. Después, cuando las personas comenzaron a sentir que el Sionismo cumplió su cometido, empezó a decaer la aspiración a ideales elevados y santos, y el espíritu decayó – esa es la segunda etapa, en la que nos encontramos hoy en día. Y anhelamos cada día la llegada de la tercera etapa, la tormenta que producirá una revolución que hará reconocer a toda la nación que su vigor y su futuro se encuentra en el resplandor Divino y en Su Torá.
Pero esa revolución no se dará de por sí sola, sino que será fruto del esfuerzo de “los de tierno corazón, que están armados de la justicia Divina, que profundizaron en el estudio de la gueulá e introdujeron en ella la pureza de sus almas” (Orot HaTshuva, Cáp. 12, inciso 12). Quiénes serán los que generarán esa revolución, los que mostrarán que “el vigor de Israel se encuentra en el kodesh (santidad) eterno, en el resplandor Divino y en Su Torá”?. No lo hará el público que se aleja de la Torá y de sus caminos - pero tampoco lo hará el público creyente que se desentiende del renacimiento de Am Israel en su tierra. Sólo el público que unifica la Torá y la nacionalidad - que es fiel a la Torá de Israel y sus mitzvot, pero también sabe apreciar el renacimiento de Am Israel en su tierra, a pesar de todas las dolencias y carencias, el comienzo de la plasmación de los vaticinios de los profetas de Am Israel respecto a la gueulá en la tierra - ese es el grupo que es llamado a aliviar el quebrantamiento de nuestro pueblo, y renovar sus días como antaño. 

Lo lograrás
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: No lograré arrepentirme sinceramente. Para qué esforzarme, si está perdido de antemano?. El arrepentimiento es demasiado difícil para mí. No es para mí ser puro y kadosh (santo) – yo me conozco a mí mismo. Nunca lo lograré. Me ahogo en un mar de dificultades y escollos. Ya lo dije: Es demasiado para mí. Quizás lograré cambiar algo aquí o allí – pero, de qué vale?!. Eso es demasiado sencillo para mí. Una gota en un mar. Es un desperdicio de fuerzas. Me quedaré como soy - así me es bueno.
Respuesta: Tú lo lograrás!. Todo lo que nos ordenó D’s es posible cumplir: Somos capaces. Mira el asunto de la muchacha Ifat Toar (cautiva hermosa), que la Torá permitió bajo ciertas condiciones: A pesar de ser algo negativo, fue permitido porque la persona no podrá vencer su bajo instinto. De ello aprendemos que todo lo demás – que la Torá no permitió – está a nuestro alcance. Incluso el filósofo Kant dijo: “Tú debes - por lo tanto, tú puedes”. No digas “demasiado difícil para mí” – porque tú eres grande, fuiste creado a imagen y semejanza Divina!. Tienes un alma Divina!. Tú eres un gigante!. Sólo inténtalo – y verás que tienes alas, que te permiten volar a lo alto.
No he dicho que será fácil: Será difícil, pero vale la pena. Es lo que más vale la pena en este mundo. Y si tú quieres, tampoco te será difícil: Condúcete lentamente.
Ocurrió una vez que un discípulo habló con su Rav:
- “Yo estoy colmado de pecados, me ahogo en un mar de pecados”.
Le dijo su Rav: "No hables de esa forma, sólo haz una lista de los pecados".
Hizo una lista.
- "Ahora, ordénalos del fácil al más difícil. Es decir: Primero lo que es fácil de corregir, y después lo que es más difícil".
Los ordenó.
- "El más fácil, divídelo en cuatro pasos".
Lo dividió.
- "El primer cuarto, es tu meta en la próxima semana".
- "Y qué hay con el resto?!".
- "En las demás semanas!".
- "Pero ese primer cuarto es demasiado fácil para mí...".
- "No digas 'demasiado fácil'!. Un poco y otro poco - se suma en un gran montón".
En efecto, toda migaja de arrepentimiento es muy preciada. Bienaventurado eres, que tienes pensamientos de arrepentimiento. Todo tu discurso – que a primera vista parece desaliento – está lleno de fe, valentía y vigor. Tú estás diciendo que no quieres resignarte. Tú intentas convencerte que te es bueno en tu situación actual – pero es en vano. Tu gran alma nunca claudicará, "el apetito de su alma no se sacia" (Kohelet 6:7). Es como una princesa que se casó con una persona sencilla, que le entrega todo lo mejor: A sus ojos nada tiene valor, porque ella anhela el palacio de su padre, el rey. En forma parecida, el alma es como una princesa, y todas las riquezas de este mundo no podrán saciarla.
Esfuérzate y refuérzate!. "Roba" todo arrepentimiento que puedas!. Pequeño o grande!. Y verás que lograrás trepar arriba.

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