Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Iom Kipur     10 de Tishrei 5768     No 635

El camino al arrepentimiento pleno
Rav Azriel Ariel

Se encuentra el judío en Iom Kipur (el Día del Perdón), con la espalda encorvada, golpeando con su puño sobre su corazón, y confiesa sus pecados: “Por el pecado que hemos cometido frente a Ti obrando insensiblemente... por el pecado que hemos cometido frente a Ti por aberración de los sentidos”, y concluye pidiendo: “Perdónanos todos nuestros pecados, y concédenos expiación” (Rezo de Iom Kipur). Pero todo eso no lo conforma: Acaso realmente me he arrepentido sinceramente?. Acaso mi arrepentimiento fue bien recibido por D’s?.
Por supuesto, nunca hemos estado entre los ángeles del cielo para contar qué sucede allí en lo alto. Pero podemos aprender algo de la comparación del arrepentimiento en el campo de los pecados para con el prójimo, con el arrepentimiento en el campo de los pecados para
con D’s.
Cuando una persona le dice a su prójimo: “No te lo perdono”, “no lo olvidaré, y no lo perdonaré” – a qué se refiere exactamente?. Por lo general, cuando se trata de una afrenta seria, se trata de varias cosas: “No perdono” – quiere decir que las relaciones entre ellos no son correctas, que la actitud es negativa (odio, distanciamiento). El daño que fue producido no fue corregido en el plano de los hechos, y por supuesto que no en el plano sentimental – la sensación de dolor, de ofensa y de humillación todavía se encuentran en el corazón, la persona que lo hirió todavía es valorada negativamente, y en relación al futuro hay mucha desconfianza. En el corazón de la persona que fue herida hay mucho enojo, e incluso aspiraciones a llegar a vengarse – en el caso más severo – o anhelo que D’s lo vengue – en el caso menos severo. A veces hay también demandas de indemnización – monetarias, o de otro tipo. Y por sobre todo, el que fue herido pretende que la agresión le pese sobre la conciencia al agresor, y lo haga sufrir hasta su último día - y también después.
Si el agresor desea ser merecedor de un perdón auténtico, debe pasar por un largo y duro proceso: Debe reconocer el dolor que le produjo a su prójimo. Debe valorar lo que pasó entre ellos desde el punto de vista del agredido. Debe hacerse responsable por todo lo que hizo, e incluso reconocer su culpa. Debe prometerse a sí mismo y a su prójimo que su personalidad sufrió un profundo cambio, que le permite garantizar que algo así no volverá a ocurrir. Y por sobre todo, le debe devolver el respeto perdido al agredido – lo que será logrado cuando se presente, con sumisión y rebajándose, mirando directamente a los ojos del agredido pidiéndole perdón.
Por supuesto, no todo tipo de agresión exige todos esos componentes: Agresiones de nimiedades pueden ser perdonadas de una forma mucho más simple. Pero cuando se trata de una grave ofensa – no hay “atajos”. Quizás se puede sonsacarle algún perdón de la boca para afuera, pero en el corazón quedan heridas, y las relaciones no podrán volver a ser las mismas. Y cuando el agresor junta coraje y pasa por todo el proceso – desde el principio hasta el final – se hace merecedor de llegar a un nivel de “Tshuvá MeAhava” (arrepentimiento por amor), en la que los pecados se transforman en méritos, y las relaciones se hacen amigables y mucho más estrechas de lo que eran antes.
Del “Reinado de la Tierra” podremos aprender algo respecto al “Reinado del Cielo”. La persona que se arrepiente frente a D’s, quiere corregir las relaciones entre ellos. “Restitúyeme el gozo de Tu salvación, y el espíritu de gracia me sustente” (Tehilim 51:14). Desea sentir la cercanía “no me eches de Tu presencia, y no me quites Tu espíritu santo”(Tehilim 51:13). Desea corregir lo que fue arruinado en el aspecto moral de su personalidad, “crea en mi, oh D’s, un corazón puro, y renueva un espíritu recto dentro de mi” (Tehilim 51:12). Esta dispuesto a “indemnizar” a D’s por lo que hizo en contra de Él. Si bien “no quieres el sacrifico que yo Te lo daría, en holocausto no Te complaces” (Tehilim 51:18), pero “los sacrificios de D’s son el espíritu contrito, el corazón contrito y afligido, oh D’s, no lo despreciarás” (Tehilim 51:19). Y sobre todo, desea limpiar su conciencia del pecado que lo aflige: “Hazme oír con Tu perdón gozo de alegría, regocíjense los huesos que has quebrantado...  Restitúyeme el gozo de Tu salvación, y el espíritu de gracia me sustente” (Tehilim 51:10-14).
Para ello, debe pasar por un duro y penetrante proceso, hasta lo profundo de su alma. Debe reconocer su pecado. “Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre presente delante de mi” (Tehilim 51:5). Debe intentar comprender de qué forma hirió el Reinado de D’s, y el mundo de D’s. “Contra Ti, contra Ti solo, he pecado y he hecho lo malo delante de Tus ojos” (Tehilim 51:6). Debe asumir la responsabilidad por lo que hizo, y reconocer su culpa, diciendo “pequé para con D’s”, sin intentar justificarse y sin esconderse detrás de excusas como “la mujer que pusiste conmigo, ella me dio del árbol...” (Bereshit 3:12). Y de acuerdo a ello, decir: “Hemos obrado culpablemente, agresiva y calumniosamente. Hemos obrado presuntuosamente, viciosamente y fraudulentamente. Hemos obrado arbitrariamente, desdeñosamente y obstinadamente...” (Rezo de Confesión). Debe pasar por toda una revolución interna, que garantice que no volverá a pecar. Y sobre todo, debe presentarse frente a D’s en forma personal y directa, enmendar la ofensa que cometió al honor del Rey de Reyes – lo que se encuentra en la base del pecado – y decir frente a él con vergüenza y sumisión: “Por el pecado que hemos cometido frente a Ti...”.
No es fácil pasar por todo ese proceso, con todos sus componentes. El arrepentimiento de la persona - por lo general - es parcial. A veces, nos merecemos una actitud parcial – “perdón”, o “absolución”, que es más bien un aplazamiento del castigo, en forma parcial y provisoria, o plena y fija. A veces, nos merecemos también limpiarnos realmente – “purgación”. Por ello, pedimos: “Perdónanos todos nuestros pecados, oh D’s del perdón, y concédenos expiación”.
Pero no nos conformamos con ello. Queremos una “Tshuvá” plena, con la pureza que corrige nuestra personalidad por dentro, y no sólo una “purgación”, que es sólo como una limpieza externa. Ella es la más difícil de alcanzar, y también la meta más elevada. “Porque en este día hará expiación por vosotros” (Vaikra 16:30) – para que? – " para purificaros de todos vuestros pecados quedaréis puros delante del Eterno" (Vaikra 16:30). Respecto a esa pureza que anhelamos – la pureza que corrige el pecado de raíz, una Tshuvá por amor que convierte los pecados en méritos – dijo Rabí Akiva: “Bienaventurados sois, Israel!. Frente a quién sois purificados?. Y quién os purifica?. Vuestro Padre en el Cielo, como dice el versículo ‘y rociaré sobre vosotros agua pura, y seréis purificados’ (Iejezkel 36:25). Y el versículo dice también ‘oh Eterno, la mikve de Israel’ (Irmya 17:13). En forma similar a la mikve que purifica a los impuros, también D’s purifica a Israel” (Ioma 8:7).
A la Tshuvá plena, a la Tshuvá que purifica, se puede llegar sólo con la ayuda de D’s. "Y rociaré sobre vosotros agua pura, y seréis purificados..." (Iejezkel 36:25). “Y el Eterno, tu D's, circuncidará tu corazón y el corazón de tu simiente, para que ames al Eterno, tu D's, con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas” (Dvarim 30:6). 

Midreshet Majón Orá

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Come poco, come lento
Rav Shlomó Aviner

Un 40% del pueblo que habita en Tzion sufre de obesidad. Hay distintas definiciones de "sobrepeso", pero de todas formas, la situación debe ser remediada – y más entre los hombres que entre las mujeres. No estamos hablando de estética: Quién dijo que una persona delgada es más linda que una obesa?. Por lo visto, Rembrandt no pensaba así, a juzgar por sus dibujos. Hay mucha variedad en la forma de las personas, la belleza es algo subjetivo, y no hay lo qué discutir al respecto. Pero la obesidad es también uno de los más grandes peligros para la salud de la persona moderna: Enfermedades cardíacas, diabetes, cálculos, artritis, hernia, etc. No te decimos que debes hacer una dieta extrema, utilizando productos que eliminan el apetito – hay peligro de deficiencias nutritivas o deshidratación, y también otros efectos secundarios. Es más: Cuando cesan, casi todos vuelven a sus viejas costumbres y engordan el doble!.
Tampoco te decimos que debes comenzar una actividad física obsesiva: Incluso una actividad esforzada elimina muy poco peso, y también refuerza el apetito. Por supuesto, una actividad física regular tiene un valor enorme en lo que sea cuidar de la salud, pero no precisamente ayuda a bajar el peso (aunque de mi propia experiencia, también es muy buena para eso).
Tampoco te decimos que debes mortificarte, sentirte siempre hambriento y estar deprimido todo el tiempo por tu sufrimiento. La Torá es una Torá de vida!. Te proponemos comer un poco menos, y abstenerte de alimentos que no son sanas. No es difícil, es agradable y también es muy bueno.
Así escribe nuestro Rav, el Ramba"m: "No debe comer todo lo que su paladar desea – como un perro o un burro – sino que los alimentos que le son buenos" (Ramba"m, Hiljot Deot 3:2). Y también en la Torá está escrito que no se debe ser glotón.
Es cierto que a veces hay otras causas de obesidad - relacionadas con el metabolismo - pero son muy excepcionales. Casi siempre, la razón es muy simple: Demasiadas calorías. Incluso si solamente tú comes 10 gramos de más por día, eso te agregará 4 kilos por año, 40 kilos en diez años, 80 kilos en veinte años...!. Y la solución, es muy sencilla: Reducción sistemática del consumo de calorías. Por supuesto, no estamos hablando de una persona que tiene un problema médico singular, que tiene que consultar con un médico. Estamos hablando de una persona común y corriente, que va engordando. El mismo cálculo de gramos, es cierto al revés.
Siempre hay que cuidar un menú variado y equilibrado: Carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas y minerales. D's no creó nada en vano. "La persona rendirá cuentas en el futuro frente a D's por todo lo que sus ojos vieron y no quiso disfrutar de ello, a pesar que le estaba permitido" (Mesilat Iesharim, Cáp. 13) – y se refiere a todo lo que le era necesario para su salud (allí).
Pero debes evitar los alimentos que engordan, que no son saludables: Grasas – come carne de pollo y pescados magros. También productos lácteos magros. Evita comer alimentos fritos. Azúcar – golosinas, helados, refrescos, tortas, mermeladas y chocolate.

Frutas, se puede comer en abundancia – pero no se debe exagerar, porque contienen azúcar. Toma cada vez sólo un fruto, o una porción. No bebas jugos de fruta, sino que mastica profusamente el fruto mismo.
Verduras, son excelentes, cocidas o crudas, cuanto desees.
Ya ves, no te queremos molestar: Por el contrario, te sentirás mucho mejor.
Es cierto que a veces hay causas sicológicas de la obesidad: Una persona nerviosa y frustrada encuentra una compensación en la comida. Si en tu caso ese problema es severo, te recomendamos la organización "Obesos Anónimos", que es un grupo de ayuda. O para ser más exacto, un grupo de apoyo que se encuentra en todos lados, para hombres o mujeres, para religiosos o no. Todos se encuentran en la misma situación, y se ayudan mutuamente. Gratis. Pide una dirección, en el teléfono 02-5000848 de domingos a jueves, en el horario de 8:30 a 15:00. A veces también hay malas costumbres de alimentación, desde la infancia: No te preocupes, todo puede corregirse. En ese sentido, los judíos que llegaron de Alemania tienen razón: A las 7:00, un buen desayuno. Luego, a las 10:00 algún pequeño bocado. A las 13:00 – un buen almuerzo. A las 16:00, otro pequeño bocado. A las 19:00, una buena cena. A las 22:00, un pequeño bocado. Todo medido. Es muy recomendable.
Y en contraste, no comas todo tipo de golosinas entre comidas: Es realmente una inconciencia. Y también cuídate de no comer demasiado en todo tipo de encuentros sociales, tampoco en la cena de la Bar-Mitzva. Ni siquiera en la Cena de Agradecimiento: Si D's te hizo un milagro, tienes una mitzva de agradecerle, de arrepentirte – y no precisamente de comer. Ojala pudieses no comer en absoluto fuera de tu casa, como escribe el Ramba"m: "La persona sabia come sólo un poco, lo que le es adecuado, y lo come sólo en su casa, en su propia mesa" (Ramba"m, Hiljot Deot 5:2).
Termina tu comida cuando todavía sientes que te queda espacio en tu estómago: No es cierto que hay más espacio!. También lo escribió el Ramba"m: "No debe comer hasta que llene su estómago, sino que debe dejar un cuarto de su saciado" (Ramba"m, Hiljot Deot 4:2). No es necesario medir, sólo es importante el principio básico.
Mastica tu comida profusamente, y no tragues rápidamente. Si comes despacio, también comerás menos, y también lo digerirás mejor.
Por ello, no comas pan fresco – come pan duro, o tostado. Es muy rico. Si!. Y por supuesto, pan integral. Y en general, come alimentos ricos en celulosa (frutas, verduras, alimentos naturales que no fueron procesados industrialmente), que ayuda a la digestión.
Pon en tu plato todo lo que pretendes comer, y no agregues más. Por la noche, antes de ir a dormir, no es necesario comer mucho. Como dijimos antes respecto a la comida de las 22:00 de los alemanes...
Bebe mucha agua – un litro o dos por día. Un vaso descartable, contiene 180 cm3. Si te esfuerzas físicamente - por supuesto, debes tomar mucho más. Dicho sea de paso, el agua es muy sabrosa...
No intentes cumplir con todas estas recomendaciones de una vez, porque puedes llegar a desalentarte: Hazlo lentamente, con delicadeza. No pienses todo el día en la dieta: Piensa en el amor a D's, y en el amor por todas las criaturas.

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
E-mail:
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