Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Naso     7 de Sivan 5780 

Nuevamente a los pies del Monte de Sinai
Rav Ioram Eliahu
(reimpresión)

“De la misma forma que la Torá kdoshá (santa) es eterna, también su recibido es eterno. En cada año, en este día se vuelve a recibir la Torá” (Netivot Shalom, Pág. 334). En esa noche y en ese día santos no debemos pensar solamente en agradecerle a D’s por la maravillosa Torá que nos entregó, sino que también nos encontramos nuevamente a los pies del Monte de Sinai y volvemos a escuchar las voces y ver los relámpagos, y volvemos a recibir la Torá en este año y para esta generación. Y eso nos eleva, y nos hace crecer. Como escribió el Rav Kuk zt”l: “En cada año, cuando ese día kadosh (santo) llega, el Día de la Entrega de la Torá, vuelve a revelarse en Am Israel (el Pueblo de Israel) la grandeza eterna que se renueva dentro de él. Y nos encontramos listos para escuchar otra vez la voz de D’s con fuerza, la voz de D’s con esplendor, como la escuchamos en aquel entonces en el desierto, antes de llegar a Eretz Israel (la Tierra de Israel)” (Maamarei HaReaya, Pág. 175).
Y esa grandeza que se renueva dentro de nosotros nos recuerda nuestro papel y nuestra meta. Por ello, continúa el Rav y le dice a Am Israel “en este día, prepárate para el encuentro con tu D’s, Israel. Debes saber que la responsabilidad de toda la creación se encuentra sobre tus hombros. Debes saber que nunca serás otra nación, con otro carácter, sino que ‘un reinado de sacerdotes y una nación santa’, y tienes la obligación eterna de alumbrar tus propias sombras y todas las tinieblas del mundo, con el resplandor de la Torá y con la vela de la mitzva” (Maamarei HaReaya, Pág. 175).
Esa es nuestra meta, como fue determinado desde el principio de la creación, cuando toda ella estuvo esperando 2448 años hasta que Am Israel reciba la Torá. Y si no la hubiese aceptado, D’s no lo permita, todo el mundo hubiese vuelto al caos inicial (Shabat 88A). Am Israel recibió la Torá, y salvó a toda la creación de la falta de sentido. Y por ello, D’s les dice: Ustedes han hecho una bondad con Mi mundo, que recibisteis la Torá (Ein Aya, Shabat 88A). Y de acuerdo con ello, podemos entender la diferencia de la recompensa entre una persona de Am Israel que cumple las mitzvot y una persona de otro pueblo que cumple las 7 mitzvot de los hijos de Noaj: “Israel, aparte de recibir recompensa por el cumplimiento mismo de las mitzvot, también recibe recompensa porque garantizan la existencia del mundo con ello” (HaAmek Davar, Vaikra 26:3).
Y no sólo Am Israel como pueblo, sino que toda persona individual es capaz de darle vida a todos los mundos con su Torá y con sus mitzvot. Así nos enseña el libro “Nefesh HaJaim” (Shaar 1:84). Y así nos enseña el Rav Kuk en su maravillosa carta (Iguerot HaReaya, Igueret 301), donde dice que “toda la holgazanería y la falta de entusiasmo que siente la persona cuando cumple una mitzva, son generadas por la falta de fe en la gran bondad que se hace para todo el mundo cuando nos ocupamos de la Torá, las mitzvot y el cultivo y purificación de las virtudes”. Los trasmisores de la tradición auténtica nos enseñan que “en nuestras manos se encuentra la posibilidad de añadir luz en nuestra alma a través de la Torá, la sabiduría, las mitzvot, el cultivo de las buenas virtudes en todo momento. Y en toda ocasión que añadimos luz en nuestra alma – completamos las carencias y agregamos vida en todo. El tzadik (justo) agrega a través nuestro vigor en su labor, el malvado endulza su maldad en alguna medida, y siente algún arrepentimiento…”. La persona tiene la gran responsabilidad de corregir el mundo, a través del estudio de la Torá y el cumplimiento de las mitzvot.
El
Admo”r (dirigente de una corriente jasídica) de Salonim nos enseña más aún la grandeza de ese día cuando escribe que “si en Rosh HaShaná son juzgados en lo que respecta al aspecto material en ese año, la fiesta de Shavuot es el Día del Juicio espiritual, en el que determinan todo el aspecto espiritual de la persona para todo el año”.
Entraremos en esta fiesta
kdoshá (santa), y recibiremos el resplandor de la Torá singular nuestra de este año, y seremos merecedores de ser contados con los que actúan con D’s en la edificación del mundo, su elevación y corrección plenas. 

El mejor de los médicos, al infierno
Rav Shlomó Aviner

“El mejor de los médicos, al infierno” (Kidushin 82A), a primera vista es una frase muy ofensiva para con todos los muchos y buenos médicos que se sacrifican por Am Israel (el Pueblo de Israel), e incluso ellos mismos se contagiaron de corona.
Llega Rashi a nuestra ayuda: “A veces mata, y también puede curar al pobre, pero no lo cura”. Por supuesto, no todo médico es así, hay muchos médicos tzadikim (justos) e idealistas que no diferencian, D’s no lo permita, entre ricos y pobres. Pero en forma general, el sistema de salud en nuestro país discrimina entre pobres y ricos.
De lo contrario, ¿alguien puede explicarme por qué en la periferia hay tres veces tanto de mortandad natal comparado con el centro? ¿Por qué en la periferia el promedio de vida es tres años menos que en el centro? Por lo visto, se invierte menos en la medicina de la periferia. ¿Y por qué en la medicina pública las colas son largas, y en la medicina particular son cortas? ¿Y por qué los hospitales particulares son mucho más sofisticados y cómodos que los hospitales públicos? La respuesta es muy sencilla: “El dinero lo contestará todo” (Kohelet 10:19).
Pero ¿qué será de las personas pobres? Hay dos millones de pobres por debajo de la línea de pobreza, y también el que no es tan pobre, no siempre tiene reservas monetarias o se encarga de un seguro médico complementario.
Por supuesto, entendemos que hay ricos y pobres, a pesar de que no es justo. Pero en un campo, esa disparidad es intolerable: ¡Vivir o no vivir!
Cada año 300.000 enfermos crónicos renuncian a la compra de remedios porque no tienen plata. Cada año, 300.000 personas renuncian a algún tratamiento médico porque no tienen dinero.
Es algo intolerable. Una gran regla de la halajá: “Tu vida antecede a la vida de tu prójimo”, pero tus lujos no anteceden a la vida de tu prójimo. Entendemos que hay quienes viven lujosamente, y hay quienes viven al vintén. Pero como hemos dicho, vivir o no vivir tiene que estar fuera de ello. Por supuesto, las instituciones del estado se esfuerzan sin descanso para corregir la situación, pero el camino todavía es largo.
Por favor, empujemos al país a la izquierda - pero en el sentido auténtico de amor y hermandad, paz y camaradería con cada uno.

Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Melaben
Ensuciado

Está prohibido remojar una prenda en agua en Shabat, porque “su remojado es su lavado”, como fue aclarado anteriormente.
Escribieron los Rishonim que si el remojado no es de la forma en que se limpia o lava, sino que como se ensucia, está permitido. Por ejemplo, cuando seca sus manos luego de Netilat Iadaim o seca su cuerpo luego de bañarse [cuando el bañado está permitido] [1], o también cuando pasa por un charco de agua o similar vestido con sus predas [cuando se dirige a alguna mitzva] [2].
La razón es que el remojado de una prenda de esas formas no es considerado lavado, porque de esa forma más se ensucia que se limpia o lava[3].

Sacudido de las manos antes del secado
El Shuljan Aruj escribió: “El que lava sus manos, es bueno que las seque frotándolas con fuerza una con otra y quite de ellas el agua todo lo que pueda antes de pasar a secarlas con una toalla” [4].
La razón es que hay poskim que son más estrictos, que opinan que si moja con mucha agua la prenda, incluso si lo hace de una forma que es considerado ensuciado, está prohibido [por la regla que su remojado es su lavado]. Y también escribieron que no sabemos a ciencia cierta qué es considerado poca o mucha o agua. Y para cumplir con todas las opiniones el Shuljan Aruj escribió que antes de secar las manos es bueno que las frote para quitar el agua de ellas todo lo que pueda, y de esa forma quedará sobre las manos sólo poca agua[5].
El Ram”a citó los que opinan que no se debe temer de ello, porque es una forma de ensuciado y no de remojado, y escribió que así se acostumbra[6].

Secado de agua
Hay que saber que todo lo que fue dicho que está permitido mojar una prenda de la forma en que se ensucia es sólo cuando seca las manos de un poco de agua, pero cuando se volcó agua sobre la mesa o el suelo, está prohibido tirar una prenda sobre ellas para absorberlas, a pesar que no es la forma en que se lava sino que se ensucia, porque se teme que luego escurrirá la prenda del agua impregnada en ella [a no ser que se trata de una prenda que por lo general no le importa si está impregnada de agua] [7], como será aclarado más adelante.


[1](Tosafot, Shabat 111A, comienza hai. Zbajim 94A, comienza mekaneaj besmartut. Ro”sh Ioma, cap. 8 inciso 4 citando a Rabeinu Tam).
[2](Tosafot allí). Y al respecto escribieron para explicar la braita (Ioma 73B): “Dijeron nuestros sabios, el que se dirige a recibir a su padre o su Rav o alguna persona grande, pasa por el agua incluso hasta su cuello, y no teme”. Y a pesar de que cuando pasa por el agua sus prendas se mojan, de todas formas de momento que es como se ensucia y no como se limpia, no es considerado que su remojado es su lavado”
Está permitido pasar por el agua con sus ropas sólo cuando se dirige a cumplir alguna mitzva, de lo contrario está prohibido, para que no llegue a escurrirlas (véase 301 inciso 3 – 6 los detalles).

[3](Tosafot Zbajim allí).
[4](302 inciso 10).
[5](Allí, Mishná Brurá inciso 50. Kaf HaJaim allí, inciso 74) Esa es la opinión del HaIrim. Y para cumplir con esa opinión, es bueno que antes del secado quite el agua sobrante de sus manos todo lo que puede.
[6](Allí, Ram”a).
[7](Allí, Mishná Brurá inciso 51. Kaf HaJaim inciso 88).

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