Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Pinjas     23 de Tamuz 5781     1315 

Cuando el sol se apagó
Rav Jagai Londin
(reimpresión)

El 17 de Tamuz, que cayó esta semana, es parte de una cadena de días que están relacionados con la destrucción del Beit HaMikdash (El Templo): El 10 de Tevet comenzó el sitio a Ierushalaim, el 17 de Tamuz fue abierta la brecha en las murallas, el 9 de Av fue quemado el Beit HaMikdash (también está el Ayuno de Guedalia el 3 de Tishrei, que señala la caída final de la soberanía judía en Eretz Israel (la Tierra de Israel), pero eso ya fue después de la destrucción).
La destrucción del Beit HaMikdash no es sólo una desgracia puntual de la destrucción de un Beit Kneset (Sinagoga) maravilloso. El día de la destrucción del Beit HaMikdash señala en el judaísmo el día en que el mundo cambió, el día en que el sol se apagó.
En el tiempo del Beit HaMikdash el mundo era distinto del que conocemos hoy en día. En la época del primer Beit HaMikdash la vida y la kdushá (santidad) se vincularon en forma natural, y se podía vivir fluyendo en el mundo terrenal sin preocuparse. En la época del rey Shlomó, que es considerada la época dorada del primer Beit HaMikdash, encontramos en el Tana”j (la Biblia) descripciones de una potencia de vida maravillosa: “Y el pan de Shlomó para un día era treinta medidas de flor de harina y sesenta medidas de harina común” (Melajim Alef 5:2). “La plata no era estimada en los días de Shlomó” (Melajim Alef 10:21). Las descripciones son retratos de una potencia terrenal magnífica: Ejército, economía, arte y estética. Capítulos enteros son consagrados a los pormenorizados detalles de la arquitectura monumental del palacio y el Beit HaMikdash, el ejército de Shlomó, sus negociantes y sus establos. El versículo que lo resume todo es: “Los habitantes de Iehudá e Israel eran muchos, como la arena que está junto al mar en multitud, comiendo y bebiendo y alegrándose” (Melajim Alef 4:20). El kodesh (lo santo) se manifiesta en lo laico, y lo laico expresa el kodesh. Las cosas no quedan sólo en el límite nacional, sino que “venían de todas partes gente para oír la sabiduría de Shlomó, de parte de todos los reyes de la tierra que habían escuchado de su sabiduría” (Melajim Alef 5:14). Es dibujada frente a nuestros ojos una influencia espiritual y política maravillosa del imperio de Israel de aquel entonces. Am Israel (el Pueblo de Israel) incluye, santifica y hace avanzar todas las culturas.
Pero todo eso cesó con la destrucción del primer Beit HaMikdash. En el momento de la destrucción surgió “una pared de hierro entre Israel y Su padre en el Cielo” (Brajot 32B), “desde el día en que fue destruido el Beit HaMikdash no hay un día en el que no haya maldición, y el rocío no desciende para ser una bendición, y le fue quitado el gusto de las frutas” (Sota 48A). En otras palabras, la vida pierde su vitalidad. Empezamos una era donde hay una lucha continua entre lo laico y el kodesh, entre lo material y lo espiritual, un combate que continúa hasta nuestros días. El mundo espiritual, que durante la época del Beit HaMikdash
era palpable y se expresaba en forma conjunta con los sistemas materiales, se convirtió en brumoso y dudoso, mientras que la realidad física material es conceptuada como la realidad única.
Los grandes pensadores de Israel acostumbraron a lo largo de las generaciones a decir a medianoche un lamento especial, apodado “Tikun Jatzot”. Ese rezo es un llanto por la situación a la que fue reducida el mundo desde la destrucción del Beit HaMikdash, y como dice el Rav Kuk (Orot, Orot HaMiljama 10): “Se levantan entendedores de corazón a medianoche, sus manos en sus caderas como una mujer con dolores de parto, por las desgracias del mundo, por la desgracia de Israel, de la Shjina (manifestación de la Presencia Divina), la Torá, ellos lloran y se lamentan… saben ellos que todas las desgracias y oscurecimientos, todos los ríos de sangre que son vertidos, todas las tribulaciones y vagabundeos, todo el desprecio y el odio, toda la maldad y la inmundicia son sólo una consecuencia lejana del eco de la voz de ese elevado dolor, el dolor del Cielo, el sufrimiento de la Shjina”. Ese punto de vista profundo nos revela que todas las desgracias que existen en el mundo, la lucha entre las distintas fuerzas que finalmente generan guerras, tensiones y crisis en todos los campos – particulares y públicos – todo emana a fin de cuentas de la falta de equilibrio entre el mundo espiritual y el mundo material, un desequilibrio que surgió desde la destrucción del Beit HaMikdash.
Las tres semanas entre el 17 de Tamuz y el 9 de Av son las semanas más tristes del año. Días en los que practicamos distintas costumbres de duelo. La meta es una: Pensar y asimilar que el mundo en el que nos encontramos es un mundo con carencias. Cuando comprendamos qué es lo que nos falta, hay también esperanzas que subamos al sendero que nos devolverá lo que fue perdido. Y mucho fue perdido…

¿Qué podemos decir?
Rav Shlomó Aviner

¿Qué podemos decir respecto al nuevo gobierno? Lo que se dice en situaciones similares: Alegrarse con lo que hay, trabajar para completar lo que no hay, y no llorar por lo que no hay. No hay ningún provecho en llorar, frustrarse, maldecir, ofender y estar enojado. No hay ningún provecho en mirar atrás todo el tiempo, ocuparse todo el tiempo de los mismos pensamientos que entristecen y lamer las heridas, sino que debemos mirar adelante.
No nos podemos permitir llorar, tenemos una responsabilidad demasiado pesada en nuestro país: Economía, seguridad y otros. Es semejante a padres que se divorciaron, que es muy triste, pero a pesar de ello, deben quedarse amigos, por el bien de los hijos. Si continuarán peleándose, los que pagarán el precio serán los hijos. Así también nosotros en nuestra situación, debemos estar unidos, todo Am Israel (el Pueblo de Israel).
Una regla de la historia, en cuanto al individuo particular y la vida general: No quebrarse cuando las cosas no marchan como queremos, sino que continuar luchando. En el libro “Kohelet” hay muchas indicaciones en ese sentido. Entre otras, está la lista de 28 momentos: Momento de nacer, momento de morir, momento de plantar, momento de desarraigar, etc. Nosotros no elegimos los momentos, pero elegimos cómo reaccionar en ellos.
Hay quienes arguyen que este gobierno no es legal, no puede ser considerado un gobierno, no expresa la voluntad del pueblo. Eso es un desconocimiento básico de los procesos políticos. Nuestro país no es una democracia directa, como en el Kibutz (comuna) donde todos los miembros votan por cada asunto, o como Atenas en la antigua Grecia. Se trata de una democracia representativa, cuando nosotros elegimos representantes, y después todo marcha según lo que se acostumbra en el mundo político. Por ello, todo el que eligió sus representantes también debe aceptar las consecuencias, todas las implicaciones posibles, incluso la situación de hoy en día. Es semejante a David, que sin duda era mucho, muchísimo mejor que Avshalom, pero este último robó el corazón del pueblo. Entonces, ¿quién es el rey verdadero? Nuestros sabios dicen que era Avshalom, y si David tenía que traer alguna ofrenda en esos días tenía que ser como lo acostumbra un individuo común, y no un rey. Gracias a D’s, después volvió a ser rey.
Y también hay una pregunta central, del campo de la filosofía religiosa: ¿Quién creó esta situación? ¿D’s, o los políticos? O en una formulación más genérica: ¿La realidad es producto de la Providencia Divina, o el libre albedrío de las personas? Respuesta: Ambos. Quizás ustedes digan: Es una contradicción lógica. Puede ser, pero el Señor del Mundo no está limitado por las leyes de la lógica, sino que las creó. La explicación más clara, es que D’s determina la meta, pero los medios se encuentran en mano de la elección de las personas, como dice el Rav Kuk (Ein Aya Shabat) en cuanto a la obligación de hacer un cerco en el techo de la casa.
La división del reinado fue la más grande catástrofe hasta la destrucción del Primer Templo, y fue generado porque Rejavam se negó a escuchar con humildad al pueblo. ¿Pero está escrito que la razón es que D’s así quiso? En efecto, antes que eso ocurriese el profeta Ajia HaShiloni vaticinó que habrá una división, ya sea que lo entendemos o no. Así también muchos acontecimientos históricos debemos decir respecto a ellos: Es de D’s, y no lo entendemos.
En cuanto a la pregunta famosa: ¿Acaso debemos recitar el rezo por el bien del estado? Por supuesto. ¿Qué culpa tiene el estado? Estado es una tierra bajo el gobierno del pueblo. Es una gran mitzva y una gran bendición. Bienaventurados somos que no estamos bajo gobierno turco o británico, o en el exilio bajo el domino de Stalin o Hitler. Pero hay quienes están desilusionados del gobierno, y dudan si decir “envía Tu resplandor y Tu verdad a los directores, ministros y consejeros, y corrígelos con Tu buen consejo”. Por el contrario, el que piensa que ellos son directores equivocados debe recitar dos veces el rezo, para que sean merecedores de ser alumbrados.
La regla: Alegrarse con lo que hay, y luchar por lo que no hay. Pero luchar con amor, hermandad, paz y camaradería, porque somos amigos.
Por supuesto, con todo su valor, la política no es un remedio eterno, sino que primeros auxilios. La cura profunda de la nación llegará en base al añadido de amor y fe.
Muchas gracias, D’s, que nos has dado un estado: Seguridad, economía, Torá, gobierno – renacimiento de la nación en su tierra, según su Torá.

Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Construcción
Roperos

Un utensilio grande, que contiene 40 seot [en opinión del Gaón (genio del estudio de la Torá), el Rav Jaim Nae zt”l es un volumen de 330 litros, y en opinión del Jazon Ish es un volumen de 570 litros] o más, no es considerado un utensilio. Porque por su tamaño es como una “carpa” en sí, y cabe hablar de prohibición de edificación y destrucción según la Torá escrita también cuando no es una acción de ese tipo propiamente dicha[1].
Por lo tanto, un ropero con ropas o similar, que contiene 40 seot o más[2], está prohibido desarmar su puerta o volverla a colocar de cualquier forma, también cuando el ropero se encuentra sobre el suelo y no está unido a la pared.

Puertas de utensilios
Armarios pequeños o baúles [que no contienen 40 seot] son considerados utensilios, y en cuanto a quitar su puerta o su cobertura en Shabat depende de varios detalles. A veces la forma en que están unidos es tal que según la halajá es definido como adherido fuertemente, como ejes o similar, y si así es, está prohibido quitarlas en Shabat, porque es considerada una acción de destrucción propiamente dicha que está prohibida incluso tratándose de utensilios. Y hay formas que están unidos que no son definidas así, como por ejemplo si están atadas con una cuerda, y si ese es el caso estará permitido quitarlas en Shabat[3].
De momento que esas diferencias son sutiles, si es necesario hacer algo así en Shabat, hay que preguntar a algún talmid jajam (erudito del estudio de la Torá) en cada caso particular[4].
Colocación de la puerta tratándose de un armario, de todas formas está prohibido según nuestros sabios, porque temieron que la una adhiriéndola fuertemente[5], como será aclarado más adelante [en cuanto a la colocación de una pata de una silla].


[1](Shuljan Aruj, Orej Jaim 314 inciso 1. Ram”a). Y escribió el Biur Halajá (allí, comienza sheeina majzeket) que la intención del Ram”a es prohibir cuando tiene 40 seot, incluso si es un barril que se quebró y fueron pegados sus trozos. Pero Eliha Rabah citó al Rashb”a que un barril como ese incluso si contiene 40 seot no cabe hablar de demolición. Y así escribió Kaf HaJaim (inciso 2 3) que según lo que es aclarado en Beit Iosef, en opinión del Shuljan Aruj hay que permitirlo [cuando se trata de un barril quebrado que fue pegado]. Y la conclusión de Biur Halajá es que se puede ser menos estricto si lo hace un gentil.
Pero tratándose de un barril entero, véase Mishná Brurá (inciso 11) que tal parece que incluso en opinión del Shuljan Aruj cabe hablar de edificación y demolición. Y véase Shuljan Aruj HaRav (313 inciso 18), que fue citado por Kaf Hajaim (inciso 60). Y véase Shiltei Guiborim (Shabat 61B en las hojas del Ri”f, inciso 1) lo que escribió en cuanto a Rashi, y tal parece que tratándose de un enser grande que contiene 40 seot se hace acreedor según la Torá escrita por trasgredir edificación o destrucción.
Y en cuanto a devolver una puerta a su lugar, está prohibido según nuestros sabios también tratándose de enseres que no contienen 40 seot y no están adheridos al piso, no sea que lo clave fuertemente con un cuchillo o estaca [como fue aclarado anteriormente] (313 inciso 5, Mishná Brurá inciso 38).

[2]Es decir, que tiene un codo por un codo a tres codos de altura, incluyendo el grosor de las paredes, sin incluir los adornos y las patas (314, Mishná Brurá inciso 3).
Un codo según el Gaón, Rav Jaim Nae es 48 cm, y en opinión del Jazon Ish es 57.6 cm.

[3](Véase 308 inciso 9. 314 inciso 7. Mishná Brurá allí. Shuljan Aruj HaRav 313 inciso 16. 314 inciso 17).
[4](Véase Kaf HaJaim 308 inciso 83, al final).
[5](308 inciso 9). Y cuando lo clava con fuerza se hace acreedor por ser considerado edificación. Y en opinión de los que dicen que no hay edificación o demolición en utensilios, incluso cuando es edificación propiamente dicha, se hace acreedor por Make BePatish (allí, Mishná Brurá inciso 37). Y véase Kaf HaJaim (inciso 80) que citó diferencia de opinión entre los Ajaronim en la interpretación del Shuljan Aruj.

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