Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Shmot     25 de Tevet 5781     1291 

“Y su hermana fue mantenida de lejos”
Rav Ziv Rave

Las palabras de nuestros sabios nos exigen profundizar mucho. Por ello, el que se encuentra con sus palabras superficialmente, no se detiene ni intenta llegar a su profundidad, es como quien mira al mar desde la ventana de un avión. En contraste con un buceador que nada entre peces y esponjas bellas que ensanchan el corazón. Un ejemplo de ello traeremos de dos ideas respecto a cierto versículo en nuestra Parashá:
“‘Y su hermana fue mantenida de lejos para saber qué sería de él’ (Shmot 2:4). ¿Por qué fue mantenida Miriam de lejos? Dijo Rabí Amram citando a Rav, porque Miriam profetizaba y decía, mi madre dará a luz un niño que salvará a Am Israel (el Pueblo de Israel). De momento que nació Moshé, la casa se llenó de luz. Su padre la besó en su cabeza y le dijo, mi hija, tu profecía se ha cumplido. Eso es lo que insinúa el versículo ‘entonces la profetiza Miriam, hermana de Aarón, tomó la pandereta en sus manos’ (Shmot 15:20). ¿Acaso ella es la hermana de Aarón y no es la hermana de Moshé? Es que dijo su profecía cuando era hermana de Aarón y todavía no había nacido Moshé. Y de momento que lo tiraron al río, su madre le palmeó la cabeza y le dijo, mi hija, ¿qué será de tu profecía? Eso es lo que insinúa el versículo diciendo ‘y su hermana fue mantenida de lejos para saber qué sería de él’, para saber qué será de su profecía” (Shmot Rabah 1:22).
Según las reglas de la ortografía, a primera vista lo correcto sería que el versículo diga que su hermana permaneció a lo lejos, y no “fue mantenida”. Pero es que hay una profunda razón por la cual la Torá utilizó ese término. La profecía de Miriam en cuanto al nacimiento del Redentor es la que actuó en Miriam, y ese conocimiento Divino la impulsó (según Gvurot Hashem del Mahara”l de Praga). A pesar de que ella tenía sólo siete años (Seder HaDorot), el futuro se encuentra frente a ella con certeza absoluta. ¡Su hermano salvará a Am Israel! Todo lo que le queda ahora es sólo contemplar los acontecimientos a través de los cuales D’s, bendito sea, plasmará Su palabra en la realidad, de qué forma será llevado a la práctica.
Una persona que vive en nuestra generación observa de lejos esos maravillosos episodios y siente que son parte de los esplendorosos días antiguos de la nación, de las generaciones en las que la profecía fluía con potencia del Cielo. Pero si descenderemos a la profundidad de las cosas, veremos que nuestro gran pueblo así vive su vida también hoy en día. La certeza de las profecías respecto a los Días del Meshiaj (Redentor), la reconstrucción del tercer Beit HaMikdash (El Templo) y la redención del mundo es muy fuerte dentro nuestro, y estamos totalmente seguros de que todo lo que dijeron los profetas se cumplirá. Los sueños proféticos de los gigantes espirituales de la nación son la fuente de toda nuestra seguridad y optimismo incluso en las épocas más complicadas. Incluso si nuestro presente está envuelto en espesas nieblas, no es menos brumoso que el conocimiento de Miriam de cómo se darán las cosas con su hermano el bebé que yace en la pequeña arca en el río. No sabemos cómo se plasmarán las profecías, pero lo que sucederá en el futuro, por la gracia Divina, bien sabemos. Eso nos da certeza, como la certeza de Miriam a la orilla del río. Los vaticinios de los profetas de Am Israel nos obligan a “mantenernos de lejos”, como personajes en una película cuyo final bien conocemos, pero la trama depende en gran medida de nuestro esfuerzo.
“Dijo Raba, cuando introducen a la persona al juicio le dicen: ¿Fuiste recto en el comercio? ¿Fijaste horas de estudio de la Torá? ¿Te esforzaste por tener hijos? ¿Anhelaste la salvación? ...” (Shabat 31A). La certeza que la persona en el futuro será preguntada si anheló la salvación genera una exigencia doble: ¿Acaso has anhelado que los vaticinios de los profetas se cumplan en tus días? (véase Rashi y Ra”n allí). ¿Acaso tu vida generó o adelantó la posibilidad de que esos vaticinios se cumplan?
Otro estudio del Midrash también vincula el futuro con el complicado presente, pero en otro plano. “Y los sabios dicen, todo ese versículo fue dicho en cuanto al espíritu Divino. ‘Fue mantenida’ – como ‘vino el Eterno y se presentó’ (Shmuel Alef 3). ‘Su hermana’ – como ‘dile a la sabiduría, tú eres mi hermana’ (Mishlei 7). ‘A lo lejos’ – como ‘de lejos el Eterno se me reveló’ (Irmya 31). ‘Para saber qué sería de él’ – como ‘el Señor de las ideas, el Eterno’ (Shmuel Alef 2)” (Midrash Rabah).
Explica el Mahara”l (según Gvurot Hashem) que cuando Moshé fue colocado en el río había una razón Divina por la cual D’s lo cuidó para que no sea dañado. Y respecto a esa razón que cuida de Moshé fue dicho “fue mantenida”, es decir, estabilidad y vigor. ¿Y qué es esa razón? ¡La Torá! Ella es la sabiduría de D’s, que es llamada en forma insinuada “hermana”, como “dile a la sabiduría, tú eres mi hermana”. Y el versículo dice “a lo lejos”, porque en relación con la persona, una razón Divina es como si estuviese alejada, mientras que una razón material es cercana. “Para saber qué sería de él”, porque D’s es llamado “el Señor de las ideas”, y quería saber qué se le hará para que sea cuidado del daño.
La Torá que será entregada a través de Moshé, lo cuida. El resplandor futuro es el que genera la Providencia del presente. Hay una necesidad Divina que Moshé se salve del decreto de Paro (el faraón), y su vida se desarrolle en forma puntillosa exactamente como se desarrolló.
El resplandor futuro que surgirá a través de la nación de Israel es el que genera la Providencia de todos los acontecimientos de nuestra generación y de todas las generaciones, que nos hicieron llegar hasta aquí. Dentro de toda esa complejidad y distracciones, D’s se ocupa de crear el fulgor del rey Meshiaj (Redentor) (según Bereshit Rabah, 85:1). Somos impulsados con fuerza por los niveles Divinos que desean revelarse, y recibimos en el presente grandes fuerzas que no necesariamente somos merecedores de ellas en estos momentos, como Moshé que todavía no cumplió ni una sola mitzva. Como quien compra fiado en el almacén y sólo en el futuro pagará por lo que recibió, así también “el almacenero fía” (Avot 6) en el presente, y nuestra situación espiritual futura lo justifica.
Nos colmaremos de certeza, seguridad y optimismo, y ellos nos fortalecerán para hacer avanzar con toda nuestra fuerza la gueulá (Redención) plena, por Su nombre con amor, y D’s, bendito sea, nos ayudará. 

Hambre
Rav Shlomó Aviner

¿Acaso habrá hambre en nuestro país? La verdad es que ya hay hambre, lo que es llamado con palabras hermosas: “Falta de seguridad nutritiva”. Y habrá más hambre por la corona. Y también sin corona habrá más hambre, por la automatización que anulará muchas profesiones, y habrá millones de personas sin trabajo.
Por supuesto, es un problema mundial que todos los países deben resolver, o decidir desentenderse de él. Pero ahora no hemos venido a solucionar todos los problemas del mundo, sólo los nuestros.
La solución es sencilla: Es el deber del país de pagarle impuestos a los ciudadanos, para que tengan lo qué comer. No recaudar impuestos, sino que pagarles. Se acostumbra a hablar de derechos humanos, pero mejor es hablar de obligaciones humanas, como escribió el filósofo Simone Weill. Hay que tazar cuánto cuesta el alimento, y entregar esa suma a cada ciudadano. No sólo el que recibe seguro social, lo que es llamado “entrada básica universal”.
En estos momentos hay en nuestro país alrededor de un millón de desocupados, y no debemos engañarnos diciendo que surgirán nuevos puestos de trabajo. Ahora, el gobierno no se preocupa de los pobres, salvo sumas ínfimas, sino que entrega millares a las corporaciones empresariales, pensando que si ellas se fortalecerán habrá producción, los ciudadanos comprarán y toda la economía continuará andando. Pero ¿cómo comprarán si no tienen dinero para comer? Por el contrario, si la capacidad de compra de los ciudadanos crecerá, también las corporaciones empresariales se fortalecerán. Y no entramos ahora en el tema de la economía keynesiana o anti keynesiana. El problema es que los que deciden son parte del eje gobierno-riqueza-bancos-directores, que todos ellos se unen en un solo grupo. No se necesita ser comunista para entender eso.
A nivel mundial el problema del hambre es terrible. Los productos alimenticios son caros. Lamentablemente, muchos morirán. Es cruel decirlo, pero hay que ser realista. Hay antinatalistas que proponen limitar la natalidad. No es así, “multiplicaos y sed fecundos”. Hay suficiente alimento en el mundo, el problema es que no es repartido justamente.
Y también el millón de desocupados que tenemos ahora en el país no son holgazanes, ellos quieren trabajar. Pero no hay trabajo. Tal parece que en EE. UU., el país capitalista, entregan subvenciones más generosas. Ellos no están preocupados por ello, porque a fin de cuentas el dinero queda en el país y no pasa a otro lugar. Gracias a D’s también nuestro país tiene mucho dinero, pero las personas no están convencidas que esa es la solución.
La mayoría de los gastos de las familias pobres – que en palabras hermosas son llamadas “con pocas posibilidades” – es comida. Por supuesto que necesitan electricidad, agua, alquiler, locomoción, educación de los hijos. Pero antes que nada: Comida. “No sólo del pan vive la persona”, pero antes que nada del pan.
La corona hoy en día es un ventanal al futuro, una advertencia de lo que sucederá. Por ello el principio básico debe ser proporcionarle a todo ciudadano sustento. El problema es que la mayoría tiene dinero, pero no está interesado en repartirlo. Pero lentamente el problema impactará a todos. En estos momentos no les importa de los demás, pero finalmente también ellos se quedarán sin trabajo, porque gracias al desarrollo tecnológico sectores de trabajo enteros van desapareciendo.
Por ello la solución primordial es entrada básica para todos, sin condiciones. Es cierto que las personas estarán menos interesadas en trabajar, pero las personas tienen otras razones para trabajar aparte de procurarse el sustento. Por supuesto, no todos estudian en ieshivot o kolel (centros de estudio de la Torá para jóvenes o casados). No debemos desentendernos de las consecuencias problemáticas que eso puede generar, pero no debemos olvidar que la pobreza es mucho más peligrosa. Por el temor económico las personas se permiten a sí mismas acciones muy poco morales. La pobreza enloquece a la persona y le hace perder su fe.
Es cierto que una entrada básica para todos es una suma enorme, y hay al respecto duras discusiones que no detallaremos ahora. Pero hicieron cálculos que realmente es posible en nuestro país. Pero dejemos de lado por ahora todos los otros gastos, y hablemos sólo de la comida. Veremos qué sucederá y aprenderemos.
Y otra vez, la pobreza es muy peligrosa. Vean lo que ocurre en un barrio de criminales. Vean cómo se apoderan del lugar, recaudan dinero por todos lados, y pobres necesitados encuentran allí resguardo, que D’s se apiade.
La preocupación por los pobres, aparte de ser una obligación moral, también genera estabilidad nacional, seguridad para los ciudadanos y prosperidad económica. Ese es el interés egoísta de los ricos y los medianos.
Por supuesto, por encima de todo se encuentra la obligación moral.

Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Pintado
Preparación de pintura en Shabat

Está prohibido preparar pintura en Shabat. Por lo tanto, está prohibido en Shabat introducir en agua hojas o distintos tipos de plantas de las que se prepara pintura o tinta, y también está prohibido introducir en agua polvos u otro tipo de materiales concentrados para preparar pintura[1].
En la prohibición de preparación de pintura hay diferencias de opinión entre los poskim (sabios que determinan la halaja). Hay Rishonim que opinan que la prohibición de preparación de pintura es un derivado de la Melaja de pintado, y también está prohibida según la Torá escrita[2].
Y hay Rishonim que opinan que introducción de tinturas en agua está prohibida por ser Lash (amasado) [de la misma forma que está prohibido introducir harina en agua por ser Lash], pero la prohibición de pintado no es relevante, ya que se refiere sólo cuando se pinta otras cosas con la pintura y se termina de esa forma la Melaja. Pero la preparación de la pintura para pintar otros objetos no está prohibida por ser pintado[3].

Pintado de alimentos
Escribió el Shuljan Aruj: “Está permitido poner azafrán en la comida, y no se teme que sea considerado pintado, porque el pintado no es relevante tratándose de alimentos[4]”. Es decir, está permitido en Shabat agregar algún condimento en un alimento para mejorar su sabor, como azafrán en la sopa [de forma que no haya prohibición de cocinado]. Y a pesar de que la sopa cambia su color por ello, está permitido, porque no hay prohibición de pintado tratándose de alimentos.
Así también está permitido en Shabat servir vino rojo sobre vino blanco para mejorar su sabor, a pesar de que el vino blanco se vuelve rojizo por ello. Y no se debe temer porque sea pintado, ya que no hay pintado tratándose de alimentos[5].
Está permitido en Shabat mojar el pan en el vino o el jugo, a pesar de que cambia su color, porque no hay pintado tratándose de alimentos[6].


[1](Ramba”m, Hiljot Shabat 9:14. Fue citado por Mishná Brurá 320 inciso 59. Kaf HaJaim inciso 123).
[2](Ramba”m. Fue citado por Mishná Brurá y Kaf HaJaim allí).
[3](Raaba”d, fue citado por Mishná Brurá y Kaf HaJaim allí). Y véase Jaiei Adam (clal 24 inciso 4) que si pone las tinturas en el agua para cambiar el color del agua como algo decorativo, también en opinión del Raaba”d se hace acreedor de sacrifico por ser pintado, porque con ello terminó la Melaja de pintado (fue citado por Kaf HaJaim allí. Véase más adelante).
[4](320 inciso 19).
[5](Allí, Mishná Brurá inciso 56). Y en Ben Ish Jai (segundo año, Pekudei inciso 4) escribió que ponga el vino blanco en el vino rojo, y no al revés. Y véase Shu”t Rab Poalim (tercera parte, inciso 11) que cuando pone algo que pinta en un líquido hay que cuidarse [incluso si su intención no es pintar] porque es semejante a la preparación de pintura. Y así escribió en su libro Ben Ish Jai (segundo año, Pekudei inciso 3). Y algo semejante escribió en Shu”t Lev Jaim (tercera parte, inciso 78). Y véase Kaf HaJaim (inciso 116) que los citó. Pero en cuanto a poner azafrán en una sopa clara no se debe temer, porque la sopa es considerado alimento, y no se confundirán con preparación de pintura porque es un líquido alimenticio, cuando el condimento y la grasa en la sopa demuestran que es una comida (allí, Kaf HaJaim inciso 114 citando Shu”t Rav Poalim).
[6](Allí, Shuljan Aruj inciso 20).

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