Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Sucot     15 de Tishrei 5781     Sucot     1278 

El momento de nuestra alegría
En la actualidad

En las tres fiestas llamadas Shloshet HaRegalim mencionamos en el rezo la característica de cada una: En Pesaj - el momento de nuestra libertad. En Shavuot – el momento de la Entrega de la Torá. Y en Sucot – el momento de nuestra alegría.
Esas tres fiestas insinúan el proceso por el que pasan las generaciones de la nación de Israel, desde el principio hasta el final, desde la salida de Egipto hasta Ierushalaim. En Pesaj nació Am Israel (el Pueblo de Israel), salimos de la esclavitud a la libertad. En Shavuot recibimos la Torá y salimos a la libertad espiritual, como dicen nuestros sabios “no leas grabado, sino que libertad”. Y en Sucot, el momento de nuestra alegría, llegamos a la plasmación de la meta de Am Israel. Revelación de las nubes de honor, del resplandor Divino en el mundo, en Ierushalaim y en el Beit HaMikdash (El Templo), que es acompañado con una alegría enorme, y “el que no vio la alegría de Beit HaShoeva no vio alegría en sus días”.

En la actualidad, en nuestra generación, la generación de la reunión de los exilios y el renacimiento nacional, nos encontramos cerca del fin del trayecto de las generaciones. Hemos llegado a Ierushalaim. La clara señal se va revelando, según las fases y los niveles como lo aprendemos de las fiestas. Después de dos mil años hemos salido de la esclavitud de los gentiles a nuestra independencia. Es cierto que todavía somos influidos por la cultura de los gentiles en cierta forma, lo que borronea nuestra identidad, pero más y más judíos regresan a sus raíces, a la tradición judía y la Torá, y no está lejano el día en que seremos merecedores de ver con nuestros propios ojos la plasmación de la profecía: “Y el Redentor vendrá a Tzion y a los que se vuelven de la trasgresión en Iaacov, dice el Eterno. Y en cuanto a Mí, éste será Mi pacto con ellos, dice el Eterno, Mi espíritu que está sobre ti, y Mis palabras que he puesto en tu boca, no se apartarán de tu boca, ni de la boca de tu simiente, ni de la boca de la simiente de tu simiente, dice el Eterno, desde ahora en adelante y para siempre” (Ishaya 59:20-21).
En la tercera etapa, cuando la tierra se colmará del conocimiento de D’s como el agua cubre el mar, todos seremos merecedores, Am Israel y toda la humanidad, de anular el mal del mundo, y en base a eso también la tristeza, y la alegría será el patrimonio de todos y cada uno, en Am Israel y en la humanidad. Como dice el versículo “alégranos conforme a los días en que nos has afligido” (Tehilim 90:15), y “entonces habrá una época de alegría para Am Israel como no hubo nunca antes, y el mundo será corregido con el descanso y el silencio, y no habrá más desgracia ni tristeza en el mundo en absoluto” (véase Ramja”l, Maamar HaGueulá). Pronto, en nuestros días, amén.

Con bendiciones de una fiesta de Sucot alegre
De quien anhela la salvación plena

Dov Bigún

Tshuvá a la sombra de la corona
Rav Shlomó Aviner

Nuestro gran Rav, el Ramba”m escribe al principio de las halajot del ayuno que en momentos de desgracias hay que hacer Tshuvá (arrepentimiento sincero). La corona es ciertamente una desgracia, y debemos hacer Tshuvá. Es cierto que todo día y en todo momento debemos hacer Tshuvá, pero cuando hay corona debemos hacer una gran Tshuvá.
¿De qué debemos arrepentirnos? Cuenta el Rav Avraham Ben HaRamba”m que una vez le preguntaron eso a su padre: ¿De qué debo arrepentirme? Y contestó: De eso mismo. Es decir, del hecho que no sabes qué debes corregir. Cada uno debe hacer su introspección y se arrepentirá de lo que debe.
Y a pesar de ello, en este momento, hay seis cosas que todos debemos arrepentirnos:
1. Conformarnos con lo que tenemos: Lamentablemente, todos estamos bañados por la cultura de la abundancia, consumimos más y más, nos esclavizamos más y más. Llegó el virus y nos enseña que también con menos de eso se puede vivir y estar contento con lo que tenemos.
2. Familia: Lamentablemente el hombre moderno está ocupado con mil cosas, llama a mil personas, pero con su familia, a su viña, no guarda. Dice la corona: Siéntate más en tu casa, relaciónate con tu pareja, con tus padres, con tus hijos, con tus hermanos.
3. Necesitados: Olvidamos que en Am Israel (el Pueblo de Israel) hay pobres, 35% de los niños se encuentran bajo la línea de pobreza, es decir 800.000, que es la situación más severa de todos los países desarrollados. Lamentablemente, eso empeorará con la crisis económica de la corona. El virus nos recuerda: Abre tu mano en ayuda.
4. Torá: La persona estudia poco la Torá, porque se mueve de aquí para allá y está muy ocupado con todo tipo de cosas, a derecha e izquierda. El virus lo obliga a sentarse en su casa, y así encuentra tiempo para ocuparse de la Torá, que es la obligación más elevada, y el placer más elevado.
5. Humildad: El hombre moderno está inflado de orgullo. Se piensa que lo sabe todo, lo entiende todo. Está ebrio de su potencia tecnológica. Cada uno es Primer Ministro, cada uno es Ramatka”l (Comandante en Jefe), cada uno es un científico, cada uno es médico, cada uno es Rav. Mira, hombre orgulloso, como es que no logras superar una criatura minúscula, que no puede ser vista, ese virus. Aprende a ser humilde.
6. Salud: “Cuiden muy bien sus almas” (Dvarim 4:15), y por supuesto la salud de los demás. No le creas a los que dicen que el encierro es demasiado difícil, y que no hay corona. En el mundo murieron alrededor de un millón de personas, por lo visto hay corona. En nuestro país han muerto 1300, es decir 137 personas por cada millón, cuando el promedio mundial es 124 por millón. Por lo visto, en nuestro país hay corona. Todas las indulgencias del encierro son por presiones políticas o religiosas, pero el virus no es político ni religioso. Cuídate mucho.

Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Melaben
Barro húmedo

Una prenda que se ensució con barro está prohibido tirarle agua para que se limpie de esa forma, por la prohibición de Melaben – es decir, lavado.
También si no tira agua sobre la prenda, a veces nuestros sabios prohibieron limpiarla porque es semejante a Melaben, como será aclarado.

Frotado de la prenda
Cuando desea quitar el barro de la prenda frotándola [sin humedecerla con agua], debe hacerlo por el lado de adentro. Es decir, tomar la prenda por el lado de adentro y frotar la prenda consigo misma, porque de esa forma no es notorio que su acción es para quitar el barro, y no es semejante a Melaben[1].
Pero cuando sostiene la prenda por el lado de afuera [donde el barro está adherido], y frota la prenda consigo misma, está prohibido, porque es semejante a Melaben, de momento que la prenda se verá más limpia de esa forma[2].
Está permitido quitar el barro rascándolo con la uña[3] o con un cuchillo o similar[4], porque cuando lo quita de esa forma no es semejante a Melaben, y por ello está permitido incluso si lo hace del lado de afuera de la prenda[5].
Pero también de esas formas que está permitido, como por ejemplo cuando frota la prenda del lado de adentro, hay que cuidarse que no quite del todo el barro hasta que no quede ninguna mancha sobre la prenda, porque cuando limpia totalmente está incluido en la prohibición de Melaben[6].

Barro seco
Hay poskim (sabios que determinan la halajá) que opinan que cuando hay sobre la prenda barro seco, está prohibido quitarlo frotando, incluso si frota la prenda del lado de adentro. Y también está prohibido rascarlo con la uña o similar, porque cuando quita el barro seco este se desmenuza y está prohibido por ser considerado Tojen (triturado)[7]. Y en un principio es bueno cuidarse de ello[8]. Pero si lo hace un gentil está permitido[9].


[1](Shuljan Aruj, Orej Jaim 302 inciso 7. Mishná Brurá inciso 32. Shuljan Aruj HaRav inciso 17. Kaf HaJaim inciso 48).
[2](Allí, Shuljan Aruj y Mishná Brurá inciso 32).
Pero Melaben propiamente dicho no es, porque no tira agua sobre la prenda (allí, Mishná Brurá inciso 33. Kaf HaJaim inciso 50). Y no es similar a la prohibición de quitar polvo de la prenda, porque en ese caso lustra la prenda quitándole el polvo, y es el corregimiento de la prenda. Lo que no es así en nuestro caso, que sólo quita el barro y la mancha queda en la prenda, y se acostumbra a limpiar barro con agua (allí, Shaar HaTziun inciso 41).

[3](Allí, Shuljan Aruj).
[4]Es decir, con el contrafilo del cuchillo. Y puede que incluso con el filo está permitido (allí, Mishná Brurá inciso 34). Y Kaf HaJaim (allí, inciso 52) escribió que está permitido con el filo del cuchillo.
[5](Allí, Mishná Brurá).
[6](Allí, Mishná Brurá inciso 36. Biur Halajá comienza deavi tojen. Shaar HaTziun inciso 41).
[7](Allí, Shuljan Aruj citando comentaristas. Mishná Brurá inciso 35. Shaar HaTziun inciso 43. Y véase Drisha inciso 3). Esa prohibición es de nuestros sabios, porque esa acción es similar a Tojen – que desmenuza un cuerpo en muchos pequeños trozos. Pero según la Torá escrita no está prohibido, porque no está interesado en los pequeños trozos del barro, y se acostumbra a triturar sólo cuando se necesita lo triturado (allí, Shuljan Aruj HaRav inciso 17).
[8](Allí, inciso 6. Biur Halajá comienza o al minalav).
El Shuljan Aruj determinó como la primera opinión, que no se debe diferenciar entre barro húmedo o seco, y de todas formas está permitido quitar el barro de la forma que fue aclarada. Y la opinión de los que lo prohíben cuando el barro está seco citó como “hay quien comenta”. Y escribió el Jid”a (Majzik Braja, inciso 3) que la opinión del Shuljan Aruj en la práctica es como los que lo permiten también cuando está seco. Y citó otras opiniones que lo permiten, como Rabinos de Ierushalaim y Maar”i Abuab.
Pero Kaf HaJaim (inciso 49) escribió que también en opinión del Shuljan Aruj hay que tomar en cuenta los que lo prohíben en un principio cuando el barro está seco, que todo lugar donde el Shuljan Aruj cita una opinión sin comentar y luego dice “hay quienes prohíben”, a pesar de que su opinión es determinar como la primera, de todas formas, en un principio se debe tomar en cuenta la opinión de los que lo prohíben.
Cuando el barro está adherido a su cuerpo, incluso cuando está seco, hay que permitir limpiarlo con la mano o con agua, porque cuando el barro se encuentra sobre su cuerpo eso le hace sufrir, y se debe ser menos estricto (allí, inciso 6. Biur Halajá al final de o al minalav). Y no está prohibido tirar agua sobre el barro por Megabel, porque no es de la forma acostumbrada, y de momento que lo hace sufrir no fue prohibido.

[9](Allí, Mishná Brurá inciso 36. Kaf HaJaim inciso 49). El rascado del barro de la prenda es una Melaja que no necesita su producto [ya que no está interesado en el barro que quita], y por el respeto de las criaturas que se avergüenzan de andar con las prendas sucias hay que permitirlo cuando lo hace un gentil (allí, Shaar HaTziun inciso 44 citando Ajaronim).

Es posible leer la publicación de esta semana y las anteriores en www.alumbrar.org. Para recibirla directamente a su casilla de correo electrónico, escríbanos a suscribame@alumbrar.org