Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Shlaj Leja     19 de Sivan 5779     1224 

"Pongamos un cabecilla y volvamos a Egipto"
Rav Eial Vered

El Pecado de los Espías, al respecto al cual fue dicho “pero en este asunto ustedes no tienen fe en el Eterno, su D’s” (Dvarim 1:32) es sin dudas la crisis más severa en el desierto. Pero debemos prestar atención a una pregunta que lo antecede: ¿Qué fue tan severo en ese pecado? En el Pecado del Becerro de Oro, los Hijos de Israel participaron en forma activa e hicieron un becerro – y el purgado fue relativamente rápido. Mientras que en este caso, en el Pecado de los Espías, si nos fijamos un poco – veremos que a fin de cuentas se está hablando de un pecado pasivo: No quisieron subir a Eretz Israel (la Tierra de Israel). ¿Desde cuándo se castiga tan categóricamente por no hacer algo?
La respuesta profunda es que no se trata sólo de algo pasivo, sino que es lo contrario. Es la primera vez que hay algo activo. No se trata sólo de falta de voluntad de subir a Eretz Israel, sino que algo mucho más severo.
La severidad del Pecado de los Espías es que los conceptos cambiaron. Egipto hasta ahora era el lugar que quedó atrás. También cuando añoraron volver a Egipto y comer allí gratis los cohombros y melones, todavía era considerado volver atrás. Mientras que en el Pecado de los Espías los espías y el pueblo utilizan expresiones totalmente distintas, “pongamos un cabecilla y volvamos a Egipto” (Bamidvar 14:4). Y agrega el Midrash: “Pidieron nombrar a Datan en vez de Moshé, y Aviram en vez de Aharon”.
Hay un liderazgo recto en Am Israel (el Pueblo de Israel), es el liderazgo de Moshé y Aharon. Y ese es un liderazgo que conduce en una dirección, de Egipto a Eretz Israel.
Pero hay un liderazgo alternativo, y es el liderazgo de Datan y Aviram, que lo singular en él es que cambia el mundo de los conceptos. Ellos no intentan persuadir al pueblo a hacer el mal. Ellos intentan cambiar los conceptos, trocar la luz por la oscuridad y la oscuridad por la luz, trocar lo amargo por lo dulce, y lo dulce por lo amargo.
De pronto, Egipto es la cabecera, la dirección hacia la cual se debe dirigir, y Eretz Israel es lo que queda atrás. En la Parasha Koraj continuarán Datan y Aviram y llamaran a la tierra de Egipto “una tierra que mana leche y miel”, y Eretz Israel “una tierra que devora sus habitantes”. Es increíble.
En el Pecado de los Espías fue la primera vez que no fueron persuadidos a pecar, si no que eligieron pecar. El Pecado del Becerro de Oro fue la consecuencia de dejarse llevar, también el Pecado de la Avidez. También el Pecado de los Espías comenzó dejándose llevar de cierta forma, pero en cierto momento se convirtió todo él en intencional, en elección de Egipto y orientación en esa dirección. Semejante pecado no puede ser perdonado. Es una herida demasiado profunda en la conciencia nacional de las generaciones. Esa generación, en la que algo interno profundo fue quebrado, es necesario cambiar.
Y el corregimiento es eligiendo a Eretz Israel. No como un refugio, no como el lugar lógico, sino que volviendo la cabeza y orientándonos a la tierra. En un principio.
Y cuanto más nos asentamos en lugares que expresan esa elección, así corregimos y borramos de a poco el Pecado de los Espías. Y nuestra generación lo corrige. Con los que cayeron desecando los pantanos, con los que asentaron las colinas, con los que marchan al frente del campamento en lugares que no es lógico vivir en ellos, y marchan en base al anhelo de Eretz Israel, y en base a la promesa: Volvamos la cabeza y regresemos a la tierra.
Yo siempre busco las alabanzas de la tierra.
En los últimos tiempos me di cuenta de una pequeña calcomanía en los grandes tachos de basura verdes en Petaj Tikva. La empresa que las vacía es Tzvi Cohen, y en cada tacho hay una gran calcomanía en la que está escrita: “Para D’s la tierra y toda ella”. Muy bien, me dije.
Pero por debajo, hay otra frase bien clara: “Juntos cuidaremos y edificaremos nuestra tierra”. ¿Escucharon? Juntos cuidaremos y edificaremos nuestra tierra. ¿Y dónde está escrito? ¡En los tachos de basura! Incluso allí. Hasta allí debe llegar el amor por la tierra, para corregir el Pecado de los Espías. Ellos tomaron frutos buenos de la tierra, frutos dulces, y los calumniaron. Y nosotros, en nuestra generación, corregiremos todo eso de raíz, escribiremos sobre los tachos de basura cuán buena es esta tierra, y juntos cuidaremos y edificaremos nuestra tierra.

¿Renovación del Sanhedrin?
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: En un diario fue editado un artículo que propone renovar en nuestros días algo así como el Sanhedrin (Suprema Corte de Justicia, la suprema autoridad en la Torá), y también el Rav figura como uno de los 71 sabios candidatos. ¿Cuál debe ser nuestra actitud frente a esa idea?
Respuesta: Si es cierto, es algo descabellado. Yo en mi humildad por supuesto que no estoy a ese nivel. Ni siquiera se puede pensar en ello. Pero también si figuran allí grandes eruditos del estudio de la Torá de nuestra generación, debemos decir claramente que, a pesar de su grandeza, tampoco ellos se encuentran al nivel de los sabios del Sanhedrin.
Pregunta: ¿Cuál es el nivel del Sanhedrin?
Respuesta: Hace unos 15 años hubo quien intentó renovar el Sanhedrin. Cierto Rav me preguntó si estoy dispuesto a adherirme a la iniciativa. Le contesté: Por supuesto que no, ya que como determina el Ramba”m se debe ser capaz de indicar la halajá en toda la Torá (Ramba”m, Hiljot Sanhedrin 4:8), como menciona el Rav Kuk en su carta (Iguerot HaReaya, carta 402). Y yo en mi humildad no soy capaz de indicar la halajá en un uno por ciento de la Torá, quizás en una parte por mil. Me dijo ese Rav que no hay problema, y con la ayuda del Internet podré indicar la halajá en toda la Torá. Le dije que entonces puede sentar directamente al Internet en su Sanhedrin. Me dejó en paz. Luego de dos años nuevamente me habló, me dijo que abandonó la idea de renovar el Sanhedrin, pero ahora quiere construir el Beit HaMikdash (El Templo) y me pregunta si yo quiero adherirme…
Pregunta: En la época de Rabí Iosef Karo hubo un intento de renovar la smija (autorización rabínica que fue trasmitida de generación en generación, hasta nuestro Rav Moshé).
Respuesta: Es cierto, pero no tuvo éxito. El Rav Kuk lo menciona, y dice que si no tuvo éxito en ese entonces, por supuesto que no lo tendrá hoy en día: “Esta generación, es mucho más pequeña en su entendimiento, es mucho más baja en relación a los sabios de generaciones pasadas” (Iguerot HaReaya, carta 303).
Pregunta: También el Rav Maimón en su momento quiso renovar el Sanhedrin y argumentó que el Rav Kuk sí habló de ello.
Respuesta: Es cierto. En su libro “Renovación del Sanhedrin en nuestro nuevo país”. Pero el Rav Kuk habló de una meta lejana.
Pregunta: El sostiene que también lo insinuó en su discurso de inauguración de la Rabanut HaRashit (Supremo Rabinato).
Respuesta: Él no dijo que la Rabanut HaRashit es el Sanhedrin, sino que es la semilla que entregará frutos en las generaciones futuras (Maamarei HaReaya, pág. 455). Él nunca pensó en la renovación del Sanhedrin como algo actual, y se expresó al respecto a menudo (carta 303, 402, 217, Otzarot HaReaya Bet 872, 1073).
Pregunta: ¿Entonces, seremos como el rebaño que no tiene pastor?
Respuesta: D’s no lo permita. Tenemos un pastor: La Rabanut HaRashit. En vez de hablar de visiones lejanas, hay que fortalecer la Rabanut HaRashit.                                                    

Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Hatmana
Nuestros sabios prohibieron la Hatmana en Shabat incluso con algo que no agrega calor, porque temieron que si envolverá las ollas, verá que el alimento no está lo suficientemente caliente y antes de envolverla la hervirá sobre el fuego, como fue aclarado anteriormente.
Ese decreto nuestros sabios lo determinaron sólo cuando se desea envolver un alimento caliente, pero cuando se trata de un alimento frío no temieron que lo caliente, y no lo prohibieron. Por ello, está permitido en Shabat envolver un alimento frío con prendas o frazadas u otras cosas que no agregan calor, para que no esté tan frío
[1]. Por ejemplo: Una persona que tiene una botella con un líquido muy frío, tiene permitido colocarla bajo frazadas para que esté un poco menos fría[2].
Así también una persona que teme que una corriente de aire frío enfríe demasiado sus alimentos, puede cubrirlos con prendas u otras cosas que no agregan calor, para que no se enfríen más
[3].
Pero todo lo que fue permitido tratándose de un alimento frío, es envolverlo con algún material que no agrega calor. Pero envolverlo con algo que agrega calor está prohibido, incluso cuando su intención es sólo calentarlo un poco para que no esté tan frío, e incluso antes de la llegada del Shabat está prohibido
[4].


[1](Shuljan Aruj, Orej Jaim 257 inciso 6, Lebush allí inciso 6). Y véase Mishná Brurá (allí, inciso 31) y Kaf HaJaim (inciso 34) que también una persona importante lo tiene permitido, y no se teme que aprendan de ella y lleguen a hacer Hatmana también cuando se trata de alimentos calientes, que está prohibido. Pero Kaf HaJaim allí escribió citando al Meiri que una persona importante es conveniente que sea más estricto tratándose de temas que las personas consideran que es más severo, para que no aprendan de ella a ser menos estrictos también en otras condiciones y llegarán a cometer una trasgresión.
[2]Y está permitido envolver algo frío dentro del polvo (si no es muktze, por ejemplo, si lo dedicó a ello), porque a pesar que por lo general el polvo agrega calor (como es aclarado en Shuljan Aruj allí, inciso 3), de todas formas está permitido enterrar en él algo frío, porque sólo cuando se trata de algo caliente el polvo agrega calor, pero cuando se trata de algo frío, por el contrario, el polvo lo enfría (véase Biur Halajá allí, comienza aval bedavar. Y Kaf HaJaim allí, inciso 35).
[3](Shuljan Aruj, allí).
[4](Allí).

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