Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Bamidvar     27 de Iyar 5779     1221

Aún no hemos llegado a Ierushalaim
Rav Iony Lavi
(reimpresión) 

No tiene un paisaje fabuloso, y no hay en ella recursos naturales preciosos. Se encuentra en una zona problemática desde el punto de vista de los caminos y su abastecimiento de agua es difícil y cansador. Y a pesar de ello, hay un encanto misterioso en esa ciudad, que palabras y pensamientos no logran describir. Los psicólogos saben incluso caracterizar una perturbación relacionada con ella, llamada “síndrome de Ierushalaim” – hay personas que llegan a esa ciudad, y comienzan a comportarse en forma extraña. Ellos ven visiones y se imaginan que tienen poderes Divinos y mesiánicos. Eso fue divulgado cuando en el año 1969 un turista de Australia intentó incendiar las mezquitas sobre el Har HaBait (Monte del Templo) y explicó que intentó permitir la nueva construcción del Beit HaMikdash (El Templo) y traer la Redención para el mundo. Pero él no fue el primero que produjo un embrollo alrededor de esa ciudad. Desde siempre, los más grandes imperios lucharon para poner sobre ella sus manos, también pagando un precio enorme de sangre. A todos los guio la intuición interna y la fe poderosa que en esa ciudad se encuentran los portones del Cielo. El vínculo con lo que está por encima del “ahora” y la realidad presente. Les era claro que asirse en la Ciudad Santa es un bien precioso, que no se puede medir según ningún criterio común.
Pero no menos de lo que Ierushalaim es un lugar geográfico, es también un lugar profundo en el ser. La raíz de origen, pura y limpia, que queda siempre íntegra, en toda situación. Los envoltorios sucios y las deficiencias siempre se quedarán afuera, pero ella permanecerá limpia, inmaculada.
Cada uno tiene su Ierushalaim interna. En momentos de flaqueza y dificultad, decaído y dolor, cuando la realidad se ve desesperante y sin futuro, el judío será capaz de cerrar sus ojos y vincularse con el origen de su energía interna, el alma que aspira elevarse a lo alto todo el tiempo. De ella él se imbuirá de fuerzas para levantar la cabeza y comenzar de nuevo, también desde los abismos más oscuros.
Ese profundo vínculo recibe un recuerdo y un alimento diario. En todo lugar en el mundo, cuando un judío se para para rezar, se orienta a Ierushalaim. En la cumbre de la Noche del Seder y el último rezo de Iom Kipur (Día del Perdón), surge la potente declamación: “El año que viene, en Ierushalaim reconstruida”. Incluso en los momentos maravillosos de la jupa, cuando un hombre y una mujer judíos eligen enlazar sus vidas, se cuidan de recordarse a sí mismos frente a los fragmentos rotos el juramento “si te olvidare, oh Ierushalaim, que se seque mi diestra”. ¿Cómo puede un pueblo salvar un río de miles de años de persecuciones, aniquilaciones, pogromos y Holocausto terribles? Todo eso tiene una misma respuesta: ¡Ierushalaim!
La mayoría de Am Israel (el Pueblo de Israel) festeja con alegría Iom HaAtzmaut (Día de la Independencia). Muchos menos recalcan el Día de la Liberación de Ierushalaim. Es más fácil comprender la necesidad de independencia estatal y de un ejército judío que nos proteja. Es más difícil asimilar e internalizar el valor del lugar espiritual y la kdushá (santidad) en nuestras vidas. Todo eso es cierto también en el plano particular, cuando cada uno de nosotros vive su Iom HaAtzmaut particular de él con su nacimiento, cuando recibe cuerpo y alma, fuerzas y aptitudes para actuar en el mundo. Pero pocos se hacen merecedores también de festejar su Iom Ierushalaim particular: El vínculo con el lugar espiritual, con la misión Divina singular de ellos en el mundo.
Cuando subamos en la próxima semana a Ierushalaim, cuando marchemos por sus calles coloreadas con banderas y jóvenes alegres, nos recordaremos de nuestra misión. No dejaremos a las apariencias confundirnos. No nos conformaremos con poco, y no renunciaremos. Ierushalaim nos espera con paciencia ya hace muchas generaciones, pero hoy estamos mucho más cerca de lo que estuvimos durante dos mil años. Tal parece que la declamación “Har HaBait se encuentra en nuestro poder” continúa siendo cierta sólo en el nivel más básico, pero al Har HaBait realmente no hemos regresado… El camino hacia allí se hace con pasos nacionales valientes, como así también pasos delicados y recatados de cada uno en su vida interior – en la vida de pareja, en el trabajo, en los estudios, en el culto a D’s. Más fe, más amor, más atención, ser más nosotros mismos, quieren decir estar más cerca de casa. ¡El año que viene, en Ierushalaim reconstruida! 

Colonos en Ierushalaim
Rav Shlomó Aviner

Vi el asentamiento judío en el Monte de los Olivos, y me calentó el corazón. Personas idealistas llegaron para vivir en condiciones difíciles, pero gracias a D’s tuvieron éxito. Y ese barrio ya existe 15 años, se va desarrollando, y es el asentamiento judío más grande en Ierushalaim Oriental.
¡Cuántas luchas para conseguir los permisos, cuántas revueltas y ataques, cuántas piedras y gritos! Pero ellos se mantuvieron firmes, y de un puñado al principio ahora hay más de 1000 pobladores.
Se va edificando un lugar hermoso, con la colaboración del estado de Israel, del ejército de Israel, de la policía de Israel. Por supuesto, todas las casas fueron compradas con el dinero de los pobladores.
Gracias a D’s se cumple “que no abandonemos nuestra santa ciudad”. Hay allí talmidei jajamim (eruditos del estudio de la Torá), centros de estudio y cientos de niños encantadores. Hay allí jaredim (ultra ortodoxos) y datiim tzionim (religiosos sionistas). Llegan de todo el país a escuchar clases que allí son impartidas.
Gracias a D’s, el corazón se abre en par. “Y veréis y vuestro corazón se regocijará y florecerán vuestros huesos como hierba tierna” (Ishaya 66:14).

Iyar 5779

Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Hatmana
Hatmana parcial:
Los Rishonim discrepan en cuanto a una Hatmana parcial si acaso es considerada Hatmana y también está prohibida, o no es considerada Hatmana y está permitida[1].
Una Hatmana parcial es cuando no se envuelve y se cubre la olla de todos lados, sino que parte de la olla está cubierta y parte queda descubierta [de forma que la parte que está descubierta disminuye la acción del cubierto].
En opinión del Shuljan Aruj, Hatmana en forma parcial está prohibida y también ella es considerada como Hatmana común[2].
El Ram”a citó las opiniones que Hatmana en forma parcial no es considerada Hatmana, y escribió que así se acostumbra[3]. Por ejemplo: El que baja del fuego una olla para usar el alimento en la comida, y desea cuidar el alimento caliente hasta más tarde, puede cubrir parte de la olla para que no se enfríe. Y a pesar que Hatmana con algo que no agrega calor está prohibida en Shabat, de todas formas, de momento que no cubre la olla por todos lados, sólo parte de ella, no es considerada Hatmana.
Así también según las opiniones que Hatmana en forma parcial no es considerada Hatmana, está permitido cubrir las ollas que se encuentran sobre el fuego con una toalla o similar, de forma que parte de ellas queda descubierta, porque de esa forma no es considerada Hatmana, y está permitido hacerlo incluso en Shabat[4] [cuando el alimento está cocinado todo lo necesario[5]].


[1]En Sefer HaIashar de Rabeinu Tam (inciso 235) escribió que Hatmana parcial no es considerada Hatmana. Mientras que el Rashb”a (al principio del capítulo Bame Tomnim) opina que Hatmana parcial es considerada Hatmana.
[2]En Shuljan Aruj, Orej Jaim 253 inciso 1 escribió el Shuljan Aruj que está prohibido dejar en vísperas de Shabat una olla sobre las brasas. Porque de momento que la base de la olla se encuentra sobre las brasas, es considerada Hatmana. Por ello, se debe colocar la olla sobre algo que lo sostenga por encima de las brasas (allí, Mishná Brurá inciso 46).
[3](Allí). Y véase Jazon Ish (37 inciso 19) que citó las distintas opiniones de los Rishonim al respecto, y determinó la halajá como el Shuljan Aruj, que Hatmana parcial está prohibida.
Y véase allí (comienza katav beMishná Brurá siman 253) que citó al Mishná Brurá que en opinión del Ram”a Hatmana parcial no es considerada Hatmana, y entonces está permitido cubrir en Shabat una olla con materiales que no agregan calor, si la olla no se cubre de todos lados. Y escribió el Jazon Ish que hay que pensar mucho lo que dice, y determina que no hay que ser menos estricto con ninguna Hatmana que cuida del calor, incluso si la olla no está cubierta por todos sus lados.

[4]A pesar que fue aclarado que ollas que se encuentran sobre el fuego si son cubiertas con una toalla o similar es considerado como Hatmana que agrega calor, y está prohibido incluso el viernes antes de la entrada del Shabat, de todas formas, según esa opinión que Hatmana en forma parcial no es considerada Hatmana, cuando deja una parte notoria de la olla descubierta, está permitido en vísperas de Shabat como en Shabat mismo.
[5]Pero si el alimento no está cocinado todo lo necesario, está prohibido porque acelera su cocción (véase anteriormente).

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