Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Jaiei Sara     22 de Jeshvan 5778     No 1143

La adquisición
Rav Mordejai Hershkop
(reimpresión)

La clara, precisa y detallada descripción de la adquisición de Mearat HaMajpela (Cueva de Majpela, en Jebron) en la Torá constituyó en el pasado y también constituye en el presente un testimonio histórico muy significativo para los pueblos del mundo – y también para nosotros mismos.
Pero si sólo se limita a ser un testimonio, no queda claro cuál es el objetivo de la Torá cuando detalla todos los acontecimientos que anteceden a la compra – como la proposición de Efron y la negativa de Avraham. ¿Qué nos faltaría si la Torá se limitase a los dos versículos finales que resumen ese episodio, describiendo la gran suma de dinero que Avraham le entregó a Efron y el traspaso de la propiedad a sus manos?
Tal parece que a través de la detallada descripción de la negociación que antecedió a la adquisición, la Torá nos hereda una de las enseñanzas de Avraham – no menos importante que la herencia de la Mearat HaMajpela misma:
En la descripción de esas negociaciones descubrimos que Avraham – el hombre de la bondad que siempre brinda (Mija 7:20) – es una persona que se comporta en forma sistemática y sin concesiones tratándose de recibir de los demás. A diferencia de la proposición del rey de Sdom que Avraham no aceptó (Bereshit 14:21) – negándose a recibir alguna riqueza que no le pertenece desde un principio – en este caso su negativa es mucho más valiosa, y le cuesta una gran suma de dinero – un dinero que él adquirió con su esfuerzo. La Torá nos describe la generosa proposición de Efron y el educado rechazo de Avraham – acompañados de todas las ceremonias acostumbradas en aquel entonces (Bereshit 23:10-16). La profunda diferencia entre un regalo y una adquisición de la que se adueña pagando todo su precio, le era sabida y le estaba muy clara a Avraham: Un regalo es entregado en forma unidireccional, del que entrega al que recibe – y por ello, el que lo recibe no logra un vínculo de pertenencia auténtico, a pesar que se le dio permiso para utilizarlo. Si Avraham hubiese recibido un regalo, todo el vínculo con Mearat HaMajpela de Avraham se habría reducido a “entierra tu muerto” (Bereshit 23:11). En contraste, tratándose de una compra, el comprador forja un vínculo de pertenencia con el objeto adquirido cuando no sólo recibe, sino que también entrega algo suyo a cambio del traspaso de propiedad: Su dinero, que adquirió con su esfuerzo. Por ello, cuando se trata de la compra de la cueva, no se habla sólo del entierro, sino que de “posesión de sepultura” (Bereshit 23:20) – una posesión auténtica. En la firme actitud del “Padre Vigoroso” – adquirir, y no recibir un regalo – nuestro patriarca Avraham nos hereda el secreto de la existencia del Pueblo Judío: El lazo de pertenencia, que es también un compromiso.
La compra como generadora de un lazo de pertenencia enhebra toda la vida de la kdushá (santidad) judía. El profundo vínculo entre D’s y Su mundo es descrito con el término de “adquisición”: Ya encontramos esa idea en la creación del mundo, con respecto a la cual fue dicho que D’s “adquirió el cielo y la tierra” (rezo de Shabat) – que creó a nuestro mundo y se nos revela en él. Esa misma idea nos es trasmitida en la descripción del vínculo singular de D’s con Su pueblo – “Él es tu padre, que te adquirió” (Dvarim 32:6), nos eligió de entre todos los pueblos como el pueblo que Le pertenece. Y continúa en el vínculo con la Torá, que le pertenece a D’s – “el Eterno me adquirió desde el principio” (Mishlei 8:22). Y nosotros también la adquirimos a través de las 48 formas de “adquisición de la Torá” (Avot 6:6). Y también así es respecto a Eretz Israel (la Tierra de Israel), que es apodada “adquisición” (Ialkut Shimoni, Beshalaj). Y finalmente esa idea también tiene su expresión en la descripción de la Torá del casamiento – lo que demuestra cuál es la intención desde un principio: “Si un hombre adquiere una mujer…” (Dvarim 22:13). No nos sorprende que la Gmará deduzca que una de las formas de casarse es “adquiriendo” la esposa con dinero, justamente en base a la compra de Mearat HaMajpela: El denominador común, es el deseo de forjar un lazo de pertenencia que compromete, edificar algo que continúe para toda la eternidad.
No hay dudas que esa enseñanza de nuestro padre Avraham es muy relevante en nuestra época, cuando se intentan y se prueban todo tipo de cambios que alteran el equilibrio de adquisiciones que nos pertenecen por un lazo de compromiso, en cuanto a Eretz Israel y la célula familiar. A veces parece evidente que el punto de partida del “desfile de la desconexión” y el “Desfile del Orgullo” es un mismo error moral en el plano de los valores. Frente a ello, despierta dentro nuestro la exigencia de dirigirnos por el camino de nuestros patriarcas, enseñar y educar con más claridad el importante significado de una compra que une, que hace pertenecer el uno al otro, que forja un vínculo de compromiso con todo lo que nos es preciado realmente.

Amor
Rav Shlomó Aviner

Toda persona necesita un vínculo, necesita sentirse amada.
No sólo que la amen, sino que le expresen amor. Y por supuesto que no alcanza con expresiones de amor, se necesita amor interno que irradia en las expresiones de amor.
Eso es cierto para la persona, por supuesto para el niño, y mucho más para el bebe. Es más importante para él que la comida. Es realmente una necesidad vital.
Privación materna produce daños a corto plazo y a largo plazo: Reacciones exageradas frente a presiones, daño de la capacidad de estudio y comportamiento social, hiperactividad,
trastorno por déficit de atención e hiperactividad, miedos, demoro del desarrollo. En resumen, privación materna daña el cerebro, el sentimiento y el socialismo.
Es cierto que a veces el bebe fastidia, recarga, y a pesar de ello no se le debe irradiar de ninguna forma que es una molestia. “Momento de amar” (Kohelet 3:8). Amar sin condiciones.
Así nos enseñó nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá que el principio de la educación es lo que dice la Gmará: “El bebe mama del pecho de su madre” (Brajot 3A). Es decir, vínculo cercano.
Debemos recordar que en el vientre materno el bebe se encuentra en un paraíso. Y de repente es echado del paraíso a un mundo extraño, enemigo, ajeno, con todo tipo de criaturas y fenómenos atemorizantes. Y finalmente mama de su madre. La leche tiene un sabor de paraíso, la cercanía tiene un sabor de paraíso… Él vuelve al paraíso.
También nos dicen nuestros sabios que “David vivió en cinco mundos y cantó alabanzas… mamó del pecho materno… y cantó alabanzas” (Brajot 10A).
Esa es la regla, expresar amor: La mirada en dirección al bebe, la voz materna e incluso el canto, un contacto físico de ternura – abrazo, beso, caricias.
Por supuesto, no se habla sólo de la madre, también del padre y toda figura que tiene un vínculo con el bebe.
Gracias a D’s, Él hizo que el bebe sea adorable, y por ello despierta dentro nuestro el deseo de abrazarlo y besarlo.
Una vez organizaron un fin de semana para niñeras, cuando las mesas eran de dos metros de altura, las sillas un metro, y les sirvieron la comida en soperas con cucharones – para insinuarles: Así se siente un bebe en el mundo de los adultos.
Ocurrió una vez que un estudiante de educación que tenía que presentar un trabajo sobre niños con dificultades de aprendizaje en vez de realizar un estudio actual, busco un estudio que fue echo hace 20 años, e intentó averiguar qué pasó con esos niños. Para su sorpresa encontró que todos terminaron siendo muy exitosos según los conceptos de ese país: Médicos, abogados y similares. Los entrevistó y les preguntó la razón de su éxito. Todos contestaron que fue por mérito de la maestra fulana. El estudiante logró ubicar a la maestra, y le preguntó cómo lo logró. “Muy sencillo”, contestó ella, “los amé…”.
Y otro cuento de mi hija, que es pastora, que me contó: ¿Tú ves ese cabrito, tan nervioso, que no cesa de moverse? Es hiperactivo. La razón es que cuando nació, su madre estuvo enferma mucho tiempo, y él sufrió de privación sentimental.
Y D’s no lo permita, que no le demos a entender al bebe que es una molestia para nosotros. Eso puede generar miedo de abandono, como en el cuento de Hansel y Gretel.
Por ello me alegré mucho cuando vi un artículo de una investigadora neuróloga de comportamiento donde ella explica que el tratado de la madre de sus hijos también genera cambios genéticos y fisiológicos: El fenómeno de afigenetica, es decir, la influencia del medio ambiente a la genética. Como silenciado de genes determinados, abrazo del padre o la madre que alivia dolores, amor materno que mejora la elasticidad del cerebro, y también el cuento del niño que vio sin ojos por mérito del amor materno, y muchos más fenómenos maravillosos. Yo recomiendo invitarla a impartir una disertación – por supuesto, sólo para mujeres: Dr. Shulamit Mizraji, directora del laboratorio de investigación del cerebro y del comportamiento en el Tejnion. 054-524-0974
Todo eso, para nuestros niños.                                                              

Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Las comidas de Shabat
Se debe cuidar mucho de cumplir la tercera comida de Shabat[1]. E incluso si está saciado, comerá por lo menos lo necesario para que sea considerado una comida[2], como fue aclarado anteriormente.
Se debe prestar atención y cuidarse en el almuerzo de no comer demasiado, para que pueda comer la tercer comida. Y si se llenó demasiado, a veces si se obliga a comer en la tercer comida es “ajila gasa” [cuando se come estando saciado y sin sentir ningún placer de ello], que no es considerado comer[3].
El momento en el día en que se debe comer la tercer comida comienza cuando llega el momento del rezo de Minja, es decir, media hora zmanit después del mediodía[4].
De momento que se ocultó el sol está prohibido comer o beber hasta que se haga Habdalá sobre la copa de vino[5], por lo tanto debe comenzar la tercer comida antes de la puesta del sol[6].
Si comió la tercer comida antes del momento en que se puede rezar Minja, no cumplió con la mitzva de la tercer comida[7].
Pero si comenzó a comer antes del mediodía, y continuó comiendo también después que llegó el momento de Minja, cumplió con su obligación, si comió la cantidad necesaria luego de media hora después del mediodía[8]. De todas formas, en un principio no lo hará, sino que comenzará la comida luego de haber llegado el momento de Minja[9].


[1]Porque con esa comida es notorio el honor del Shabat, ya que en todo día común se come por la noche y por el mediodía, pero cuando come una tercer comida [que no hay todos los días] añade honor al Shabat. Por ello, se debe cuidar de cumplir con esa comida, y recibe recompensa por la cena y el almuerzo como si también ellos los hubiese hecho en honor del Shabat justamente (Kaf HaJaim 291 inciso 3, citando a Majzik Braja inciso 1).
[2](291 inciso 1, Mishná Brurá inciso 2).
[3](allí inciso 1, Mishná Brurá inciso 4, Kaf HaJaim inciso 3).
[4](allí inciso 2).
[5](299 inciso 1, Mishná Brurá inciso 1).
[6]Y de momento que comenzó a comer antes de la puesta del sol, puede continuar también después (Shuljan Aruj, allí).
Y véase más (267, Mishná Brurá inciso 5) que de momento que la obligación de las tres comidas se aprende del versículo que dice “cómanlo hoy”, hay que cumplirla justamente en el día de Shabat.
Si se demoró y no comenzó la tercer comida antes de la puesta del sol, véase Mishná Brurá (299 inciso 1) que cierto tiempo después de la puesta del sol todavía debe comenzar, a pesar que se puso el sol. Y véase allí (Shaar HaTziun inciso 2, Biur Halajá comienza mishetejshaj) que escribieron por qué es así. Una de las razones es que de momento que es para cumplir una mitzva, se puede fiar en la opinión de Rabí Iosi que “bein hashmashot” no comienza con la puesta del sol sino que más tarde [según ello, cuando todavía no pasaron diez minutos luego de la puesta del sol, debe comenzar a comer].

[7](291, inciso 2).
Cuando vísperas de Pesaj cae en Shabat, escribieron los poskim que se debe dividir el almuerzo en dos para cumplir con la obligación de la tercer comida, según la opinión de los que dicen que se debe comer pan en ella. Y luego de Minja comerá carne y pescados o frutas, y de esa forma cumple con todas las opiniones (444, Mishná Brurá inciso 8).

[8](Shuljan Aruj HaRav allí, inciso 2. Mishná Brurá allí, inciso 7. Kaf HaJaim allí, inciso 10). Y en ese caso no se determina según el principio de la comida (allí, Mishná Brurá).
[9](Shuljan Aruj HaRav allí).

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