Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Bahar - Bejukotai     24 de Iyar 5777     No 1119

Ierushalaim del cielo y de la tierra
Rav Iaacov Filver
(reimpresión)

Una antigua leyenda cuenta: "Cuando fue destruido el Beit HaMikdash (El Templo), se reunieron los clanes de Cohanim (Sacerdotes) novicios, con las llaves de los portones del Eijal (Sacrosanctorum). Se subieron al techo del Eijal y dijeron: 'Señor del Mundo, de momento que no fuimos merecedores de ser buenos custodias, Te devolvemos las llaves'. Tiraron las llaves al cielo, salió como una mano y las recibió" (Taanit 29A). Junto con las llaves del Eijal que se elevaron al cielo, también abandonó el mundo la independencia de Am Israel (el Pueblo de Israel). Am Israel fue exiliado de su tierra, y la idea de la gueulá (Redención) fue atesorada en el cielo, hasta que llegue el momento adecuado y Am Israel renovará sus días como antaño. Así fue con la destrucción del primer Beit HaMikdash durante 70 años, y así fue nuevamente con la destrucción del segundo Beit HaMikdash, cuando salimos a la larga galut (exilio).
Ya hace casi cien años que el Pueblo Judío se bate entre galut y gueulá, entre destrucción y renacimiento: ¿Cómo terminará la galut, y cómo comenzará la gueulá? El Rav Eliahu Gutmajer ya escribió que hubo muchos que se equivocaron, y pensaron que cada uno se quedará sentado en su lugar apaciblemente, hasta que "de pronto, se abrirán los Portones de la Misericordia, y habrán grandes maravillas, en el cielo y en la tierra" – y con grandes milagros y maravillas llegará la gueulá de Am Israel. También el Rav Kalisher en su libro "Drishat Tzion" (Maamar Alef) niega esa posición, y escribe: "La gueulá de Am Israel que esperamos, no pienses que de pronto descenderá D's del cielo a la tierra, y le dirá a Su pueblo '¡marchaos!', o enviará Su Ungido del cielo, y tocará el gran Shofar (cuerno) para reunir a los exiliados, y los reunirá en Ierushalaim, y les hará una muralla de fuego, y el Beit HaMikdash de D's descenderá del cielo, como prometieron los profetas. No será así. Por supuesto que los vaticinios de los profetas se cumplirán al Fin de los Días, y nada de lo que dijeron dejará de cumplirse. Pero no marcharemos apresuradamente, ni en un solo día, sino que lentamente llegará la gueulá de Am Israel".
Tal parece que la Providencia Divina resolvió esa discusión, y dirige la gueulá de Am Israel en forma natural, no apresuradamente sino que gradualmente. Y lo que es más, no se comienza con el kodesh (lo santo) y después lo secular, de lo más selecto a lo más numeroso, sino que de lo secular se eleva al kodesh, de la cantidad se llega a la calidad.
Respecto a la concepción de la gueulá - que cuando fue plasmada descendió de su nivel de grandeza y pureza  - escribió el Rav Kuk en su libro "Orot HaTshuva" (Cap. 12, inciso 12): La razón de ese descenso es "porque cuando fue plasmada en la práctica las personas que lo hicieron no eran dignas, y por ello oscurecieron su brillo". Pero agrega allí: "Ese descenso no es eterno, porque el bien espiritual no puede transformarse en algo malo, es sólo un descenso momentáneo". Y ese descenso momentáneo tiene por cometido volver a elevarse, porque el concepto de la gueulá en toda su grandeza sólo unos pocos elegidos podrían haberse unido a él. Y ahora que descendió hasta el suelo, se juntan alrededor de él muchas personas, que si bien no son las más selectas, su número unido a los pocos elegidos es como una corona para ella. En estos momentos, el proceso de la gueulá fue tirado al suelo, los hacendados hijos de Su pueblo profanan su santidad, pero más tarde – nos cuenta el Rav Kuk – despertarán las personas de corazón sensible y exhalarán un aliento de vida en el movimiento de renacimiento judío, y lo devolverán a la cima de su origen.
Nos encontramos hoy en día al límite, entre el renacimiento físico y el renacimiento espiritual. Es una situación que nos recuerda la "Visión de los Huesos Resecos" del profeta Iejezkel (Cap. 37), que describe los huesos del Pueblo Judío que vuelven a reunirse y conformar un solo cuerpo: "Y observé que había nervios sobre ellos, y surgió la carne, y fueron cubiertos de piel, pero no había aliento en ellos" (Iejezkel 37:8). También nosotros somos como "tizón salvado del fuego" (Zjariá 3:2), los pocos que se salvaron y se reunieron de las cuatro puntas del mundo. Y también muchos de los reunidos en nuestros días, se puede decir respecto a ellos que "no había aliento en ellos". Y tenemos la certeza que también como en la Visión de los Huesos Resecos se cumplirá finalmente "y pondré Mi espíritu en vosotros, y viviréis y os pondré en vuestra propia tierra, y sabréis que Yo, el Eterno, he hablado y lo he cumplido, dice el Eterno" (Iejezkel 37:14). Porque así es la gueulá de Am Israel: Al principio una gueulá física, y sólo más tarde llega la gueulá espiritual. Ese orden es insinuado en dos grandes obsequios que recibimos en nuestra generación, gracias a la Providencia Divina: Primero, Iom HaAtzmaut (el Día de la Independencia), la base física de nuestra independencia que nos permite cumplir la mitzva del asentamiento de la tierra. Como fue definido por el Ramba"n (acotaciones al Sefer HaMitzvot, precepto positivo 4): "Que no la abandonemos [a la Tierra de Israel] en manos de otra nación, o desolada". Y después, fuimos merecedores de Iom Ierushalaim (el Día de la Liberación de Ierushalaim), la Ciudad del kodesh y del Beit HaMikdash, que fue unificada en ese día. Y no sólo en la redención de la tierra primero llega el turno de la redención física y después la redención espiritual, sino que también en la redención de Ierushalaim así es, como dicen en la Gmará (Taanit 5A): "Dijo D's, no entraré en Ierushalaim del Cielo, hasta que primero entre en Ierushalaim de la Tierra". Y la Ierushalaim de la Tierra nos fue descrita por el profeta Zjariá (Cap. 8, versículos 4-5): "Así dice el Eterno de los Ejércitos, se sentarán los ancianos y las ancianas en las plazas de Ierushalaim, cada uno con su bastón en su mano. Y las plazas de la ciudad estarán llenas de niños y niñas jugando…".

El Rav Binyamin Elon zt”l
Rav Shlomó Aviner

El Rav Binyamin Elon, bendito sea su recuerdo, fue famoso como político, parlamentario, ministro, director de partido político, director de organizaciones internacionales pro-israelíes - y todo eso es cierto. Pero antes que nada, y por encima de todo, él fue un talmid jajam (erudito del estudio de la Torá).
Durante muchos años su cabeza estaba sumergida toda ella en la Torá, estudiando día y noche. Era también muy profundo, y junto con ello tenía un pensamiento claro y ordenado. Se puede leer la serie de libros “Tov Roi” que ordena las enseñanzas del Rav Kuk de cada tratado de la Gmará, un trabajo que él comenzó, para conocer su profundidad y abarcado de estudio.
Fue Rav en el kibutz (comuna), Rav maestro en varias ieshivot (centros de estudio de la Torá) y también Rosh Ieshiva (director de ieshiva), todo él vinculado con la Torá. No sólo estudiaba Torá y enseñaba Torá, sino que era una persona que toda ella es Torá, raciocinio de Torá, sentimiento de Torá, espíritu y alma de Torá. Por ello, cuando decidió ocuparse de política no fue buscando la gloria o el liderazgo, sino que con gran sacrificio. No sacrificio físico, sino que sacrificio espiritual, sacrificio de su mundo interior por Am Israel (el Pueblo de Israel) y Eretz Israel (la Tierra de Israel). Es más, desde el momento que comenzó a ocuparse de la política estuvo todo él en ese mundo, día y noche, presente en todas las reuniones del Kneset (Parlamento), y renunció a la alegría de su vida – la Torá.
Y a pesar de ello no perdió su frescura, y en Shabat seguía ocupándose de la Torá. Muchas veces me allegué a él, para que me aclare algún párrafo de los escritos del Rav Kuk que no me era claro, ya que tuve el mérito de ser su vecino en Beit El, una casa frente a la otra, y él lograba abrir caminos de luz dentro de la oscuridad.
Pero antes de ser talmid jajam, él era una persona, en el sentido profundo de esa expresión, con buenas virtudes, paciencia, amor a las criaturas, una persona que cuando tú la veías, no podías evitar enamorarte de ella. Y por supuesto que eso es el derej Eretz que antecede a la Torá, buenas virtudes que son la base de la sabiduría Divina. ¡Qué persona delicada! ¡Qué persona paciente, qué persona humilde! ¡Qué persona noble! Hay, se ha marchado un tzadik (justo) de la tierra…
Estamos acostumbrados a tzadikim que viven encerrados en sus cuatro codos. Eso es más fácil. Pero el Rav Beny, mi amigo, se quedó tzadik también dentro de la difícil vida política. El filósofo Platón colocó como modelo el rey – filósofo, como el líder ideal. Pero en la práctica eso no se cumplió en la historia humana. Pero en Am Israel hubo varios: David, Shlomó, Asa, Iehoshafat y otros. Y también el Rav Binyamin Elon, era como un rey – filósofo de nuestra generación.
El Rav Kuk describe con pesar la situación política normal: “Han acabado los grandes valientes, y en su lugar se han multiplicado los prácticos faltos, que juegan con el barro de las ideas pequeñas, que hay en ellas todo tipo de juegos de comercio material y espiritual” (Orot 114). El Rav Beny no era un práctico falto, él era un visionario, un líder creativo y valiente, combatiente auténtico por Eretz Israel, sin ninguna concesión, pero con una visión real, con un planeamiento inteligente a largo plazo, con silencio y seguridad.
De momento que era un talmid jajam auténtico, una persona auténtica de Torá, en base a ello era un político auténtico. Es sabido el refrán: El gobierno corrompe, gobierno total es una corrupción total. Pero el gobierno no corrompió al Rav Beny, mi hermano y amigo, él siempre se quedó una persona de verdad, de paz, sensible, paciente, sonriente.
También cuando la enfermedad lo atacó y le produjo mucho sufrimiento, físico y espiritual, él aceptó el sufrimiento con amor, y quedó lleno de vitalidad, de humor.
Me apena mucho por ti, mi hermano y amigo, el Rav Beny, me fuiste muy agradable. Quién podrá detener la fuente de mis lágrimas.
Descansa para la eternidad nuestro amigo, y continúa desde lo alto con tus acciones por la Torá y la tierra, por la moral y la nación.
Que tu alma esté atada con la fuente de la vida, junto con todos los tzadikim.

Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Kidush
En el rezo de Arvit en la noche del Shabat mencionamos el alabado del Shabat y su kdushá (santidad). Luego, antes de la cena hacemos Kidush con una copa de vino, y también en él mencionamos las alabanzas del Shabat y su kdushá, como dijeron nuestros sabios “recuerda el día de Shabat para santificarlo – recuérdalo sobre el vino”[1].
Hay quienes opinan que la obligación del Kidush según la Torá se cumple con el mencionado de las alabanzas del Shabat y si kdushá incluso sin vino, pero nuestros sabios instituyeron la obligación de hacerlo con la copa de vino, e incluso una persona que ya mencionó el Shabat nuestros sabios lo obligan a hacer kidush sobre la copa de vino[2].
Según ello, hay poskim (sabios que determinan la halajá) que opinan que una persona mayor que ya mencionó el Shabat en su rezo, cumplió con su obligación de la Torá, y a partir de ese momento su obligación de hacer Kidush con el vino es sólo de nuestros sabios, y por lo tanto puede cumplir su obligación escuchando un pequeño que ha llegado a la obligación de educación y hace Kidush, ya que también él tiene obligación de Kidush según nuestros sabios[3].
El Mishná Brurá escribió que no se debe fiar en ello por varias razones[4], y por ello también cuando el mayor ya rezó Arvit y mencionó el Shabat en su rezo, no debe cumplir su obligación de Kidush con el vino escuchándolo de un pequeño[5].


[1](Gmará, Psajim 106A, Shuljan Aruj 271, Mishná Brurá inciso 2, Biur Halajá comienza miad).
[2]Y hay quienes opinan que la obligación del Kidush sobre la copa de vino es de la Torá, y también si ya mencionó el Shabat en su rezo, todavía tiene la obligación de cumplir la mitzva de la Torá de mencionar el Shabat sobre la copa de vino (allí, Biur Halajá comienza miad). Y citó lo que escribió Rabí Akiva Iguer que la opinión del Ro”sh y del Ra”n es que el Kidush con la copa de vino es según la Torá, y según el Ro”sh es más, incluso si el Kidush sobre la copa de vino no fue recitado en donde se come enseguida, no cumplió con su obligación según la Torá.
Y según la opinión de los que sostienen que cumple con su obligación de Kidush según la Torá con el rezo, escribieron los Ajaronim cómo es que el hombre que ya rezó Arvit y según la Torá cumplió su obligación de Kidush puede recitar el Kidush en su casa y con ello cumplen con su obligación su esposa y sus hijos que todavía no rezaron, y su obligación es de la Torá.

[3](fue citado allí, Mishná Brurá inciso 2). Y escribió en Derej HaJaim que justamente cuando el pequeño no rezó aún Arvit, pero cuando ya rezó, también según esa opinión el mayor no puede cumplir su obligación escuchando al pequeño, porque la obligación del pequeño es “dos de nuestros sabios” [en primer lugar toda su obligación es de nuestros sabios, y en segundo lugar ya mencionó al Shabat en su rezo], mientras que el mayor es “uno de nuestros sabios” [mencionó el Shabat en su rezo]. Pero el Jaiei Adam en la regla 5 inciso 23 no coincide con ello, y opina que incluso cuando el pequeño ya rezó, el mayor que rezó puede cumplir su obligación escuchando al pequeño (allí, Shaar HaTziun inciso 2).
[4]En primer lugar las mitzvot necesitan intención, y por lo general las personas no piensan cumplir con la obligación de Kidush en el rezo. En segundo lugar, en el rezo no recuerda la Salida de Egipto en el Kidush. En tercer lugar en un principio hay que tomar en cuenta la opinión de grandes sabios que no se cumple la obligación de Kidush de la Torá con el rezo, solamente con la copa de vino (allí, Mishná Brurá y Biur Halajá comienza miad).
[5](allí, Mishná Brurá y Biur Halajá comienza miad).
Y véase Kaf HaJaim (allí, inciso 9) que si es posible, es preferible que el pequeño no recite el Kidush para que el mayor cumpla con su obligación, incluso cuando el mayor
 ya rezó, porque en un principio hay que tomar en cuenta las opiniones que el Kidush con la copa de vino es según la Torá. Y en Ben Ish Jai (segundo año, Bereshit inciso 12) escribió que el pequeño no puede cumplir con la obligación del mayor que ya rezó, e incluso si el pequeño tiene 13 años y un día, si no es sabido que ya tiene dos pelos no puede cumplir con la obligación del mayor.

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