Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Jaiei Sara     25 de Jeshvan 5777     No 1095

Pragmatismo y valores
Rav Zeev Karov
(reimpresión)

Hay dos episodios en nuestra Parashá que son relatados con gran detalle y extensión. Muchos comentaristas explicaron el por qué.
El primer relato, es la adquisición de Mearat HaMajpelá (la cueva de Majpelá) por Avraham, y el entierro en ella de Sara. ¿Qué necesidad hay de relatar tan pormenorizadamente las negociaciones entre Avraham, Bney Jet (los pobladores del lugar) y Efrón? Hay quienes dicen que la extensión del relato nos quiere enseñar la importancia de Eretz Israel (la Tierra de Israel) para los vivos y para los muertos, y hay quienes lo explican de otra forma.
Cuando leemos los versículos, es notoria una gran diferencia entre Avraham y Efrón: Efrón cambia su posición de un extremo al otro, en un corto lapso de tiempo. Pero Avraham, es "obstinado". ¿Por qué Avraham no "aprovecha" la generosa proposición? ¿Por qué no trata de discutir respecto al exorbitante precio? La Torá quiere mostrarnos la diferencia entre un comerciante - no sólo en su profesión, sino que también en su forma de vivir - y una persona de valores. Avraham llega frente a Bney Jet con un claro propósito: Enterrar a Sara en Eretz Israel, y está dispuesto a pagar el precio de ello. No puede ser que un tzadik (justo) sea enterrado en un lugar que no le pertenece. Avraham no irá a un lugar lateral para enterrar a Sara, ni tampoco estará dispuesto a recibirlo como obsequio, ya que es una persona de valores y las dificultades de la realidad no lograrán apartarlo de su meta ni cambiarán su forma de ser. Efrón, sin ninguna dificultad puede hablar de entregar un obsequio a Avraham, y unos cuantos minutos más tarde es capaz de exigir un precio exorbitante. Avraham guía su vida de acuerdo a ideales absolutos, que no pueden ser alterados.
También en la búsqueda de una esposa para Itzjak es notoria esa virtud de Avraham. Avraham le dice a Eliezer: “No tomarás mujer para mi hijo de las hijas de los knaanitas” (Bereshit 24:3). Eliezer comprende la exigencia de Avraham, pero objeta: ¿Qué deberá hacer si aparecerán dificultades según esa condición? ¡Es una pregunta muy lógica, y legítima! ¿Acaso Itzjak no se casará si no se encontrará una esposa según las exigencias de Avraham?
Pero Avraham no cambia de opinión: “Y si la mujer no quisiere seguirte, entonces estarás libre de este mi juramento, pero no hagas volver a mi hijo allí” (Bereshit 24:8).
Avraham comprende que para fundar una familia en Am Israel (el Pueblo de Israel) hay que tomar en cuenta las virtudes correctas y sanas. La razón por la cual Avraham no desea que sea tomada un de las hijas de Knaan no es económica o estereotípica. Esa exigencia está fundada en los valores, y no es posible renunciar a ella.

Pero ¿qué será si no encontrará una mujer como esa?, pregunta Eliezer. “El Señor, D’s del cielo que me tomó de la casa de mi padre... Él enviará Su ángel delante de ti” (Bereshit 24:7). Avraham no se amedrenta por objeciones pragmáticas, no renuncia a los valores.
La forma de ser de Efrón y la pregunta de Eliezer expresan cierta forma de pensar que rige hoy en día en nuestro país: El pragmatismo es el que dirige la vida. Los “límites rojos” fluctúan cada día, en cada momento. La línea roja del Kineret, los límites de nuestra actitud frente al terrorismo, la línea roja respecto a Ierushalaim, todos ellos y sus semejantes cambian en todo momento, todos los días. Lo que era correcto y básico ayer, al otro día es considerado falto de importancia.
Hay quienes arguyen: Los ideales son el origen de todas las luchas y los problemas entre las personas y los pueblos. Para terminar con las luchas, hay que renunciar a los ideales. Pero la realidad demuestra que cuando no hay valores, cuando “no hay temor a D’s” se multiplican las luchas y el libertinaje, y muchas de las guerras no estallaron sobre la base de un conflicto de valores o religioso. Una vida sin valores no es vida. Incluso si renunciásemos a los ideales y los conflictos desaparecerían de la faz de la tierra, no lo vale. El pragmatismo mata el sentido de la vida y su meta. Es preferible vivir una vida con sentido y dificultades, que vivir una vida tranquila sin sentido.
Cuanto más avanzamos y nos acercamos a los Iemot HaMashiaj (la época del Mesías), de la misma forma crece el conflicto entre la concepción pragmática y la concepción de valores, y exige que esta última sea aclarada con detenimiento.
Dicen nuestros sabios en nuestra Parashá que hay tres lugares respecto a los cuales los pueblos del mundo no pueden argumentar que los robamos - Mearat HaMajpelá, Har HaBait (El Monte del Templo) y Shjem, que fueron comprados con dinero contante y sonante, y está claro que le pertenecen al pueblo judío. Pero en nuestra época, es justo lo contrario: ¡Los tres lugares donde más luchan contra nosotros, son los que compramos con dinero contante y sonante! ¿Cómo es posible entenderlo? ¿Acaso nuestros sabios se equivocaron? Está claro que Eretz Israel nos pertenece, a pesar que no fue comprada con dinero. Es nuestra tierra porque D’s eligió a Tzion, y Él eligió a Am Israel para asentarse en Su tierra. Hay épocas en las que los argumentos prácticos simples alcanzan para dirigir la vida. En el transcurso de las generaciones, muchos gentiles llamaron a Eretz IsraelLa Tierra de los Judíos”. Pero en la época de la gueulá (Redención) hay que redimir a Eretz Israel de esa actitud pragmática, y basar nuestra actitud frente a ella en el vínculo profundo y auténtico de los valores. El hombre de valores Avraham, es el gran farol que a su resplandor debemos andar.

No se abandona un soldado en el campo de batalla
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: ¿Cuál debe ser nuestra actitud frente a nuestros soldados - Hadar Goldin y Oron Shaul - que cayeron en la operación “Tzuk Eitan” y el enemigo todavía no nos ha devuelto sus cuerpos?
Respuesta: No hay lo qué preguntar. Es un muerto que es mitzva enterrarlo. Hay que exigir su devolución, de inmediato.
Pregunta: ¿Hablarle al enemigo al corazón?
Respuesta: No. No tienen corazón. Se los debe obligar. Ese es el único lenguaje que ellos entienden. Es más, es una tradición de Tzaha”l (Ejército de Defensa de Israel) desde la Guerra de la Independencia que se rescata todo soldado que cae, incluso bajo fuego. Así acostumbró el Gaón (genio del estudio de la Torá), el Rav Shlomó Goren él mismo varias veces, y otros Supremos Rabinos del ejército.
Pregunta: ¿Por qué? ¿Acaso el peligro de muerte no aplaza la mitzva de traer su cuerpo a ser enterrado como corresponde según la halajá?
Respuesta: Así determinó el Gaón, el Rav Zalman Nejemia Goldberg (HaMaayan, Tamuz 5764). Pero él se refirió a situaciones de la vida civil. Pero tratándose del ejército es distinto. Está relacionado con la moral nacional, el amor y la hermandad de armas que se acostumbra en Tzaha”l. Como también se pone en peligro diez soldados para salvar uno. Uno para todos, y todos para uno.
Pregunta: ¿Esa es una innovación del ejército del Estado de Israel?
Respuesta: No. Los habitantes de Iavesh Guilad se expusieron al peligro para rescatar los cuerpos de Shaul y sus hijos (Shmuel Alef 31:8-13). Rashi explica que ellos se sacrificaron por Shaul, que les hizo un bien cuando los salvo del amonita Najash (Rashi, Divrei HaIamim Alef 10:12. Y véase también Shu”t Meshiv Miljama del Gaón, el Rav Shlomó Goren, 2:217).
Pregunta: ¿Entonces debemos liberar terroristas a cambio de los cuerpos de nuestros soldados?
Respuesta: ¡D’s no lo permita! ¡Es una locura! La familia de Hadar Goldin repitió muchas veces que ellos se oponen a ello terminantemente, hay que valorar mucho su cuerda posición. Como es sabido, no se canjea cautivos a cambio de un precio mayor que ellos. En la Gmará hay dos razones: Para no oprimir al público, y para no estimularlos a apresar más cautivos (Guitin 43A). Y también en nuestro caso, la liberación de terroristas oprime mucho al público, porque la mitad de los terroristas liberados reinciden y vuelven a estar involucrados en atentados asesinos. Los mil terroristas que fueron liberados a cambio del soldado Shalit están involucrados en el asesinato de siete judíos, entre ellos los tres muchachos, y eso acarreó la operación “Tzuk Eitan” con decenas de muertos, entre ellos Hadar Goldin y Oron Shaul. Y también según la segunda razón, si se libera terroristas a cambio de secuestrados, eso incita más secuestros. Luego del acuerdo de liberación de Shalit los árabes prometieron un premio de un millón de dólares al que secuestre algún soldado.
Pregunta: ¿Entonces, cuál es la forma de que nos devuelvan los cuerpos?
Respuesta: Evitar todo gesto humanitario para con la organización Hamas. Ellos se encuentran en nuestras cárceles en las mejores condiciones. ¡No debe ser así! Por supuesto, debemos acatar las convenciones internacionales, pero no más que eso. Los americanos encarcelaron a los involucrados en el atentado de las torres gemelas en una cárcel en Guantánamo, donde las condiciones son muy duras. No está claro si es legal, pero ellos se fían en que esa cárcel se encuentra fuera de EE.UU., y por ello hay un agujero legal, y también en que ellos no son definidos como soldados enemigos cautivos que son protegidos por las convenciones, sino que combatientes ilegales. Nosotros no iremos tan lejos, pero por supuesto que no se les debe dar todas las mejores condiciones, y por supuesto que no se debe devolverles los cuerpos de sus muertos.
Pregunta: ¿Acaso no hay que temer que nuestros esfuerzos por devolvernos cuerpos o parte de los cuerpos sean interpretados como una debilidad sentimental, como está escrito “no sea que se alegren las hijas de los plishtitas, no sea que se regocijen las hijas de los incircuncisos” (Shmuel Bet 1:20)?
Respuesta: No. No nos debemos rendir frente a las exigencias de Hamas sino que atacarlos de todas las formas posibles, legales y morales. Como hemos dicho, ese es el lenguaje que ellos entienden. Es un lenguaje de vigor y valentía. Es un lenguaje de amor por los camaradas. No se abandona un soldado en el campo de batalla, ya sea vivo, herido o muerto. Él se sacrificó por nosotros, nosotros nos sacrificamos por él.
Nos fortaleceremos y vigorizaremos por nuestro pueblo y las ciudades de nuestro D’s.

Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Encendido de las velas
Todos los hombres y todas las mujeres tienen obligación que en su casa haya una vela encendida en Shabat[1].Incluso un pobre que vive de la limosna tiene la obligación de cumplir esa mitzva, y tiene que pedir limosna para poder comprar una vela para Shabat, porque el encendido de las velas de Shabat es parte del deleite del Shabat[2].
Las mujeres tienen más obligación que los hombres, y por ello si el ama de casa se encuentra, ella tiene prioridad sobre su esposo en el cumplimiento de esa mitzva. Incluso si el esposo desea encender, su esposa tiene el derecho de hacerlo[3].
En cuanto al punto que las mujeres tienen más obligación que los hombres, escribió el Ramba”m que de momento que la ama de casa se encuentra la mayoría del tiempo en el hogar y se ocupa de las tareas de la casa[4], esa obligación recae más sobre ella[5].
En el Midrash se agrega otra razón: La mujer apagó la vela del mundo – ya que el Primer Hombre era como la luz del mundo, y de momento que Java lo hizo pecar y le dio de comer del fruto del Árbol del Conocimiento, oscureció con ello su alma que es llamada “vela” y produjo su muerte, y por ello le fue entregada la mitzva del encendido de la vela de Shabat, para que corrija con ello lo que deterioró[6].
El que es soltero y vive en una casa solo, debe encender velas de Shabat en su casa, recitando la bendición correspondiente[7]. También si un hombre es casado pero su esposa no se encuentra en la casa, o se encuentra en la casa pero por alguna razón ella no enciende las velas, él tiene la obligación de encender las velas por sí mismo, recitando la bendición correspondiente[8].


[1](Shuljan Aruj 263, inciso 2).
Una mujer ciega, D’s no lo permita, puede encender velas de Shabat recitando la bendición, ya que también ella tiene provecho de la luz de las velas, en forma similar al ciego que bendice por las mañanas “bendito sea… que creó los astros”, ya que también él tiene provecho de los astros, porque los demás pueden verlo e indicarle el camino por donde debe ir, gracias a la luz del sol y la luna. Pero si ella está casada y su esposo no es ciego, él bendecirá al encendido de las velas de Shabat (allí, Mishná Brurá inciso 14. Kaf HaJaim inciso 28, 29B). Y cuando ella enciende velas en un lugar donde ya encendieron velas, véase más adelante.

[2](Allí, Mishná Brurá inciso 9). En efecto, la obligación del pobre de pedir limosna es sólo para encender una vela, y no más (allí, Mishná Brurá inciso 10. Kaf HaJaim inciso 19).
[3](allí, inciso 3. Mishná Brurá inciso 11. Kaf HaJaim inciso 22. Kitzur Shuljan Aruj Klal 75, inciso 5).
[4](Ramba”m Hiljot Shabat 5:3).
[5](Aruj HaShuljan 263 inciso 7).
[6](Ialkut Shimoni Bereshit 3 remez 32. Majatzit HaShekel 263 comienza mipnei. Mishná Brurá allí inciso 12. Aruj HaShuljan inciso 7).
Véase en el Zohar (Bereshit 48B), que dice: La vela de Shabat le fue entregada a las mujeres del pueblo santo para encender, y los compañeros dijeron que la razón es porque la mujer apagó la vela del mundo, etc. Y bien dijeron. Pero la razón profunda, es que la Shjina es la reina del mundo, y las almas son llamadas velas  que son enraizadas en ella, y por ello justamente la mujer que es la reina de su casa tiene que encender las velas, porque ella está vinculada y enraizada en su lugar, y debe hacer como hace la Shjina (encender las velas de Shabat, como la reina alumbra las almas del Pueblo de Israel).
Y la mujer debe encender la vela de Shabat con alegría en el corazón y buena intención, porque es un gran honor para ella ser semejante a la Shjina, y le es un gran mérito para ser merecedora de hijos kdoshim (santos), que alumbren al mundo con la Torá y con el Temor a D’s, y añadirán paz en el mundo, y también le da larga vida a su marido, por ello debe cuidarse mucho del encendido de las velas.

[7](Eliha Rabah allí, inciso 5 citando Mate Moshé).
[8](Shuljan Aruj 263 inciso 2).

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