Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Haazinu     13 de Tishrei 5776     No 1037

El canto de Haazinu
Rav David Landau

El Ramba”n (Rabí Moshe Ben Najman) es llamado “el padre de Israel”, un término que figura en el libro “Shaagat HaArie” y también en “Iguerot HaReaya”, una expresión que es muy exacta, por parte de la grandeza del Ramba”n en la Torá, en el plano sencillo y en el plano esotérico. El Ramba”n dice que en el canto de Haazinu no hay ninguna condición de arrepentimiento, sino que hay una promesa categórica en cuanto a la Gueulá (Redención).
Y así también está escrito en forma explícita en el libro Iejezkel: “No por vosotros Yo haré, Casa de Israel” (Iejezkel 36:22) sino que por Mí, porque es un oprobio y una profanación del Nombre de D’s. “Pobre del padre que expulsó a sus hijos”. No se puede soportar más esa situación de profanación del Nombre de D’s “diciéndoles, estos son el Pueblo del Eterno, que han salido de su tierra” (Iejezkel 36:20). Por ello, “santificaré Mi gran nombre que fue profanado entre las naciones… y os traeré a vuestra propia tierra” (Iejezkel 36:23-24). Y entonces sanarán. Antes que nada vengan a casa, a
Eretz Israel (la Tierra de Israel). Como determina el Ramba”n, el “padre de Israel”, que es necesario que Eretz Israel se encuentre en nuestras manos y no “en manos de otra nación” (Agregados al Sefer HaMitzvot del Ramba”m, precepto positivo 4). Como dice el versículo “tomarán posesión de ella y se asentarán en ella” (Dvarim 11:31). Es necesario que tengamos un país. Una tierra que se encuentra en manos de una nación, en forma de gobierno estatal, no tiene otra explicación salvo “país”.
Entonces, el
Ramba”n dice que no hay ninguna condición. La Gueulá de Israel es forzosa, y su regreso a su tierra. Y en base a ello, “y expiará su tierra a su pueblo” (Dvarim 32:43). En base a “el aire de Eretz Israel colma de sabiduría” y sanea, en base a “vida de almas es el aire de Tu tierra”, Am Israel saneará. Antes que nada, la ducha: “Y rociaré sobre vosotros agua pura” (Iejezkel 36:25). Y luego, “y os daré un corazón nuevo y un espíritu nuevo” (Iejezkel 36:26), un proceso que se continuará una generación o dos, hasta que se revele “y haré que marchéis por mis leyes” (Iejezkel 36:25-27).
El “Jafetz Jaim” contó que una vez le preguntó Rav Jaim de Volozin al Gaón (genio del estudio de la Torá) de Vilna: Todas las virtudes son aprendidas de D’s, marchando tras Sus caminos, como dicen nuestros sabios “de la misma forma que Él es misericordioso, tú también serás misericordioso”. Debemos preguntar: ¿Dónde se revela en cuanto a D’s la virtud de “alegrarse con lo suyo”, de la que aprendemos la obligación de estar contentos con lo que nos toca? Le contestó el Gaón: Del versículo “porque la porción del Eterno es Su pueblo” (Dvarim 32:9) del canto Haazinu. Porque Am Israel “de una forma u otra son llamados hijos”, incluso cuando ellos se rebelan frente a D’s. D’s se alegra con sus hijos, incluso si ellos no se comportan como tales. No hay ninguna condición para el amor de D’s por Israel, no hay ninguna condición en el canto Haazinu (según Sijot HaRav Tzvi Iehudá, Dvarim, pág. 506-508).

La lucha contra el Ietzer
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: Muchas personas preguntan, ¿para qué hacer tshuvá (arrepentimiento sincero) si sabemos que nuevamente caeremos, ya que nuestras trasgresiones son generadas por cualidades de nacimiento que no cambiarán?
Respuesta: No es cierto, por tres razones que cada una es suficiente. Antes que nada, toda persona es capaz de luchar contra su naturaleza. “¿Quién es valeroso? El que conquista su Ietzer (mal instinto)”. Y el Ramba”m explica en su libro “Shmona Prakim” que se trata del que conquista su naturaleza. Por supuesto que exige esfuerzo. Por eso dicen: “¿Quién es valeroso?”. Pero para eso el hombre fue creado hombre y no ángel. El ángel no debe esforzarse, mientras que la persona “fue creada para esforzarse”. Todo lo que la Torá ordenó es posible. D’s no nos exige una obligación que no es posible cumplir. O como dijeron nuestros sabios: “D’s no viene a pelearse con sus criaturas”. O, salvando las diferencias, como dijo el filósofo Kant: Tú tienes la obligación, por lo tanto eres capaz. La única persona que no puede, es una persona enferma mental. En la halajá, el que no es cuerdo está exento de las consecuencias de sus actos. En la ley, la persona está exenta sólo si se demuestra que tiene alguna tendencia que no es posible dominar. Pero gracias a D’s, no somos enfermos mentales. Y por ello, somos capaces de superar nuestra naturaleza.
Pregunta: ¿Realmente las cualidades de la persona son de nacimiento?
Respuesta: Esa es una gran discusión entre los sicólogos, y ese es el segundo punto en nuestro tema. Hay quienes dicen que las cualidades de la persona son de nacimiento, y hay quienes dicen que son adquiridas. A veces la primera posición parece vencer, a veces la segunda. Pero hay también una tercera posición: La cualidad no es de nacimiento, pero hay una tendencia natal a desarrollarla. Pero en nuestro tema, no hay diferencia. Al principio de Hiljot Deot el Ramba”m escribe que hay tres tipos de cualidades: De nacimiento, adquiridas y tendencia a desarrollarlas – y todas pueden ser superadas por la persona. La persona nace con Ietzer HaTov (tendencia al bien) y con Ietzer HaRra (tendencia al mal), o como dice el Baal HaTania en su sicología celestial, un “alma Divina” y un “alma animal”. Pero no es un pretexto para dejarse esclavizar por el Ietzer HaRra, sino que se debe luchar contra él.
Pregunta: ¿Pero es un hecho que las personas realmente luchan contra el Ietzer HaRra, y caen una y otra vez?
Respuesta: Entonces deben luchar nuevamente. Ese es el tercer punto, como escribe Rabí Itzjak Arama en su libro “Akedat Itzjak”, que la persona fue creada como un luchador. Y también en el primer capítulo del libro “Mesilat Iesharim”, que la persona se encuentra en la fuerte guerra por delante y por detrás. Y en la guerra, no siempre se vence. Lo principal es no dejar las armas. Ser vencido en la batalla es difícil, pero no es una tragedia. La tragedia es ser vencido sin luchar. También si se cae, hay que levantarse una y otra vez y continuar luchando. “Siete veces cae el tzadik, y se levanta” (Mishlei 24:16), y no perder la esperanza.
Pregunta: ¿Pero es desesperante?
Respuesta: Dijo el Maguid de Mezritsh: La desesperación es el peor enemigo de la persona. El Ietzer HaRra en vez de esforzarse en que la persona cometa trasgresiones, le susurra: “No lo lograrás, estás perdido, tantas veces lo has intentado y has caído”. Y entonces, la persona deja de luchar - y esa es la peor desgracia.
Pregunta: ¿Pero, de dónde tomará fuerzas para luchar?
Respuesta: De su alma pura. “El alma que me has entregado, es pura”. Incluso si yo peco, ella todavía permanece en su pureza. Ella es de fuego Divino, y anhela a su padre, el Señor del Mundo. La persona debe confiar en sí misma, que tiene un alma pura, como escribe el Rav Kuk en su libro “Orot HaTorá”. En su alma, la persona tiene una fuerza infinita. Y por supuesto, debe pensar y sopesar, a través de la retrospección diaria y el estudio de los libros de musar a diario.
Pregunta: Hay quienes dicen que ocuparse de la retrospección no es el camino del Rav Kuk, porque deprime, sino que colmarse de alegría, abrirse al mundo, ser natural - y todo se arreglará…
Respuesta: Es sabido. Esa es una de las famosas mentiras, y tratando de juzgar para bien, es una de las faltas de comprensión más famosas de su doctrina. Él mismo recalcó un sinfín de veces que la valentía y la alegría no contradicen el temor a D’s. E incluso antes de escribir “Orot HaTshuvá” dudó cómo escribir ese libro, para evitar esa confusión (carta 378, impresa al principio del libro Orot HaTshuvá). Por el contrario, cuando se hace tshuvá, también si es amargo al principio, al final colma a la persona de alegría. Por supuesto que no se debe rendir culto a la naturaleza. Esa es una concepción idólatra. Volvimos al primer tema: Hay que luchar contra la mala naturaleza en el hombre, y volver a la buena naturaleza escondida en su alma, a través de la tshuvá.
Pregunta: ¿En resumen?
Respuesta: Todo el tiempo hacer tshuvá, con fortaleza y valentía.

Es posible leer la publicación de esta semana y las anteriores en www.alumbrar.org. Para recibirla directamente a su casilla de correo electrónico, escríbanos a suscribame@alumbrar.org