Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Shoftim     7 de Elul 5775     No 1032

Religión y estado
Rav Eran Tamir

Muchas veces surge en discusiones públicas el tema de si acaso ha llegado el momento en que se debe separar entre la religión y el estado, entre la Torá y la política. Ya que la religión, la Torá, a primera vista es algo puro y limpio, que expresa el vínculo espiritual entre la persona particular y su Creador. Mientras que el estado es una organización práctica para dirigir un sistema social-nacional en los distintos planos de la vida material del público, un mecanismo que por naturaleza cumple su función en forma “sucia” e interesante ya que “así es la política”. Y si así es, ¿quizás lo más correcto es vivir la regla de “se judío en tu casa (vida particular), y nacional (público y laico) en tu gobierno”?
Esa  pregunta se agudiza más cuando vemos que muchas veces justamente la actitud “religiosa-espiritual” en cuanto a cuestiones vitales en asuntos del estado, ya sea asuntos internos dentro de la sociedad israelí, ya sea asuntos externos en cuanto a las relaciones entre Israel y los demás pueblos, “complica” mucho al Estado de Israel en sus resoluciones en temas críticos que, a primera vista, ponen en peligro su existencia.
La respuesta a esa pregunta crítica la encontramos en nuestra Parashá, que se ocupa de las organizaciones públicas en Am Israel (el Pueblo de Israel), en el aspecto religioso – Cohanim (sacerdotes), Mikdash (El Templo), Sanhedrin, juicio, etc. – y en el aspecto nacional práctico material – como rey y gobierno, etc.
Y así escribió el Rav Kuk (Maamarei HaReaya, pág. 173-4) en cuanto al sentido de la escritura del Sefer Torá (libro de la Torá escrito sobre pergamino) del rey con el que siempre debe andar, aparte del Sefer Torá que toda persona como particular tiene la mitzva de escribir para sí mismo: “La Torá y el reinado en Am Israel están ligados el uno con el otro en un vínculo indivisible. Cuando el rey se sentaba en su trono, se escribía un Sefer Torá especial de él, Mishné Torá, una escritura singular como rey que gobierna sobre el pueblo y dirige la vida social del público, aparte del Sefer Torá común que cada uno de Am Israel tiene la obligación de ‘escriban este canto para ustedes’ (Dvarim 31:19).
¿Qué podemos aprender de esa obligación real? Que el recibimiento de la Torá por parte de Am Israel es un recibimiento doble, el recibimiento de la obligación del individuo particular como parte del Clal (la totalidad genérica del Pueblo de Israel), la totalidad de la nación en su kdushá (santidad), y el recibimiento de la Torá como nación, que dirige su vida social como pueblo”.
Es más. El vínculo esencial en Am Israel entre la religión y el estado, entre la Torá y la política, es el gran ideal que puede revelarse sólo en Am Israel, y no en los demás pueblos del mundo. En su caso la división entre religión y estado es correcta, porque no son capaces en su esencia de dirigir un país, un reinado y la vida pública, según los valores del kodesh. Lo que no es así en nuestro caso, Am Israel. Esa es nuestra gran innovación y nuestra función histórica más plena y más elevada. Y así escribió el Rav Kuk en sus cartas (Iguerot HaReaya Alef, carta 164): “El espíritu de la religión… en la cristiana Europa y en la islámica Asia no podía vivir en un mismo lugar con el renacimiento social (nacional, político, etc.)… que para poder perfeccionarlos bien es necesario justamente el resplandor Divino auténtico dentro del alma colectiva (del pueblo), y eso no se halla sino que en Am Israel. La separación entre la religión y la sociedad es correcta y buena para ellos, lo que es dañino para nosotros…”.
Gracias a D’s, luego de dos mil años de galut (exilio) hemos vuelto a nuestro hogar, a nuestra tierra, hemos edificado nuestro reinado, nuestro estado, y marchamos paso a paso – en forma evidente o también interna oculta – hacia la revelación de nuestro reinado en su plenitud, religión y estado, de la forma más sana y auténtica, en base al consentimiento y la identificación interna auténtica a través de todas las complicaciones y tribulaciones, pronto, en nuestros días, Amén.

Ser estricto en la Shmita
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: ¿Acaso es correcto buscar ser más estricto en el año de Shmita (séptimo año de descanso de la tierra)?
Respuesta: Como en todo tema, no es obligación buscar ser más estricto, y el que lo haga será bendecido. Hay también condiciones para ser más estricto, véase “Mesilat Iesharim” capítulo 20, Mishkal HaJasidut. No cualquiera le es adecuado hacerlo, y también hay que sopesar si el ser más estricto en ese tema no daña por otro lado.
Pregunta: ¿En qué es adecuado ser más estricto, y bajo qué condiciones?
Respuesta: Hay que ser más estricto, y comprar sólo producción agrícola de judíos. Eso también es cierto en todos los años. Aprenden del versículo “compren de la mano de su prójimo” (Vaikra 25:14) que hay que comprar de judíos, y no de gentiles. Y no hay razón para no cumplir esa mitzva en el año de Shmita.
Pregunta: ¿Pero hay supermercados y restaurantes donde presentan como si consumir producción de gentiles es ser más estrictos?
Respuesta: ¡D’s no lo permita! Hay una famosa carta del Rav Kuk que comienza “mi pluma tiembla por la villanía que le fue hecha ahora a nuestros hermanos, los habitantes de los asentamientos” (Iguerot HaReaya Alef, 316) – es una villanía comprar de gentiles, y no de judíos.
Pregunta: ¡¿Hasta tal punto?! ¿Pero hay objeciones al Heter HaMejira [venta provisoria de la tierra al gentil en el año de Shmita, que permite ciertas labores. N. del T.]?
Respuesta: Toda determinación de la halajá tiene demostraciones a favor y objeciones. Y al final, se sopesa y se determina. Ya hace 126 años – es decir, 18 Shmitot – que los grandes sabios de Israel, incluso los Rabanim HaRashim (Supremos Rabinos), determinaron que el Heter HaMejira es auténtico. Ojalá que muchas determinaciones de la halajá en las que nosotros nos apoyamos fuesen tan claras como él.
Pregunta: ¿Y Otzar Beit Din [nombramiento de emisarios que permite ciertas labores en el año de Shmita. N. del T.]?
Respuesta: Por supuesto que es bueno. Lo principal, es que sea producción judía. Pero hay que saber que también a la solución de Otzar Beit Din hay objeciones de la halajá, ya sea en cuanto a su vigor como también los problemas de qué hacer con las sobras. Pero también en este caso, los grandes sabios de Israel determinaron que es válido. Es cierto que el Rav Tzvi Iehudá Kuk no vio en eso gran cosa, y también no es adecuado para todo tipo de producción, pero por supuesto que se puede fiar de él. Lo principal: ¡Producción judía!
Pregunta: ¿Entonces, cuál debe ser nuestra actitud frente a los que prefieren producción gentil?
Respuesta: Que D’s se apiade de ellos. Estuve en un casamiento, y el abuelo del novio dijo que no comerá: “¡No quiero comer comida con sangre!”. Él se refirió a que en forma indirecta, al comprar de gentiles se fortalece a los terroristas. Lo dijo en forma muy aguda.
Pregunta: ¿Acaso es una tragedia si en general se compra de judíos, y sólo durante un año se compra de gentiles?
Respuesta: Por supuesto que es una tragedia. No se puede arruinar un mercado y más tarde volver a él. Ese mercado se desmoronará, la agricultura judía en nuestra tierra se desmoronará, es una destrucción general de la tierra. Está prohibido dañar al agricultor judío. ¡Prohibido!
Pregunta: Eso es lo que hacen los jaredim (ultra ortodoxos)…
Respuesta: No solo ellos. También religiosos sionistas que piensan que eso es ser más estricto. Ellos no son conscientes de que en realidad se adhieren al boicot árabe en contra de la producción de Israel, y sobre todo de la producción de Iesh”a (Iehudá y Shomrón).
Pregunta: ¿En resumen?
Respuesta: El que quiere ser más estricto, que compre producción judía. En realidad no es ser más estricto, es la obligación básica.

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