Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Balak     17 de Tamuz 5775     No 1025

“Lo estoy viendo, mas no es ahora”
Rav Iaacov Filver
(reimpresión)

Balak le pidió a Bilam que lo salve maldiciendo a Am Israel (el Pueblo de Israel) ya que se sentía amenazado por él en ese momento. Pero Bilam sabía que la contienda con Am Israel no se limita a una generación o un líder determinado; Am Israel es un fenómeno histórico, y por lo tanto, él debe procurar atacar el trayecto histórico del pueblo judío - "de las bendiciones que dijo ese malvado, aprendemos qué maldiciones pretendía decir" (Rashi). Es por eso que las bendiciones de Bilam se refieren al trayecto histórico del pueblo judío, desde los patriarcas hasta los días del Meshiaj (El Redentor). Dejaremos de lado la cuestión si Bilam era profeta - como él mismo dice, "la palabra profética del que oye los dichos de D's, y entiende la ciencia del Altísimo" (Bamidvar 24:16) - o si era un adivino - como es apodado en el libro Ioshua (13:22); "Bilam, hijo de Beor, el adivino". De una forma u otra, está claro que tenía poderes sobrenaturales, y supo predecir lo que ocurrirá hasta el fin de los días. De acuerdo a esa orientación comenta el Ramba”n (Comentario a la Torá, Bamidvar 24:14) las cuatro alegorías que Bilam vaticinó, en las que describe la historia de Am Israel, desde su comienzo hasta el fin de los días. En la primer alegoría (Bamidvar 23:7-10), Bilam habla de la elección de Am Israel; "al principio, dijo que son los elegidos de D's, y su heredad" (Ramba”n, Bamidvar 24:14). En la segunda alegoría (Bamidvar 24:18-24): "Agregó la conquista de la tierra, y la muerte de los reyes que en ella gobernaban", es decir, la conquista de Eretz Israel (la Tierra de Israel) y el asentamiento en la época de Ioshua. En la tercera alegoría (Bamidvar 24:3-9): "Vio su asentamiento en la tierra, y su multiplicación en ella, la institución del rey (Shaúl) que vencerá a Hagag, y el engrandecimiento del reinado, con David que se encumbrará y alzará". Y en la cuarta alegoría (Bamidvar 15-24): "Agregó lo relacionado al Meshiaj". Y vaticinando el futuro lejano, dijo que será dentro de mucho tiempo: "Lo estoy viendo, mas no es ahora, lo estoy mirando, mas no en tiempos cercanos; de Iaacov ha salido una estrella, y de Israel se ha levantado un cetro" (Bamidvar 24:17).
Rabí Arie Leiv, el hijo del
Jafetz Jaim, relata en su libro "Mijtavei Jafetz Jaim" (en el capítulo de las charlas con el Jafetz Jaim, Pág. 28): "Cuando el gobierno de Inglaterra declaró la Declaración Balfour, el Jafetz Jaim z"l se alegró mucho, y dijo que, a su entender, es una señal de itaruta deleila (comienzo de lo alto) respecto a la gueulá (Redención). Y cito entonces al santo Or HaJaim, en su comentario al versículo ‘y de Israel se ha levantado un cetro’. Pero agregó que teme que los jofshim (seculares) lo arruinen, D's no lo permita, al llegar allí. Y dijo muchas veces: Ya hubo momentos de gracia Divina, pero las generaciones lo arruinaron". ¿Qué hay en el comentario del Or HaJaim, que el Jafetz Jaim relacionó con la Declaración Balfour, la declaración que reconoció el legítimo derecho de Am Israel de una Casa Nacional en Eretz Israel? El Or HaJaim en su comentario explica que cuando Bilam dice "lo estoy viendo, mas no es ahora, lo estoy mirando, mas no en tiempos cercanos", y también "de Iaacov ha salido una estrella, y de Israel se ha levantado un cetro", esta vaticinando la llegada del Meshiaj, según lo que dijeron nuestros sabios en la Gmará (Sanhedrin 98A). Respecto al versículo "Yo, el Señor, Me apresuraré a hacer esto a su tiempo" (Ishaya 60:22), dicen en la Gmará: “Si son meritorios, ‘Me apresuraré’, y si no son meritorios, ‘a su tiempo’”. Y Bilam habla en forma paralela: Con respecto a la posibilidad que la gueulá llegue a través de nuestro mérito, dijo "lo estoy viendo". Pero "no es ahora": Si bien ocurrirá en el futuro, pero no tan lejano, ya que dijeron nuestros sabios que si Am Israel se arrepintiesen como corresponde, instantáneamente serían redimidos, incluso si sólo estuviesen un día en la galut (exilio), como dice el versículo "respóndete el Señor en el día de angustia" (Tehilim 20:2). Pero en un proceso de gueulá "a su tiempo" no es así: Será en un futuro muy lejano, y por eso dijo "lo estoy mirando, mas no en tiempos cercanos", como una persona que vislumbra a lo lejos. Porque el momento de "a su tiempo", es muy lejano, desgraciadamente. Y también la continuación debe ser interpretada así: "De Iaacov ha salido una estrella, y de Israel se ha levantado un cetro". Hay dos posibilidades de gueulá: La primera, si llega a través del mérito de Am Israel, será de un nivel prodigioso. La gueulá se revelará del cielo, con milagros y maravillas, como dice el Zohar, y respecto a ella dijo "de Iaacov ha salido una estrella", en la que fulgurará El Redentor del cielo. Pero hay otra posibilidad: Cuando llega en el momento que fue fijado, cuando Am Israel no es meritorio de ella. Entonces será de una forma distinta, semejante a "humilde, y cabalgando sobre un asno" (Zjaria 9:9), lentamente, en forma natural. Y respecto a esa posibilidad, dijo Bilam: "Y de Israel se ha levantado un cetro", es decir, será instituido un gobernador de Am Israel, como ocurre en forma natural, semejante a "y ensalza sobre él al más bajo de los hombres" (Daniel 4:14). El Redentor llegará como una persona “humilde, cabalgando sobre un asno”, será instituido como rey, y tendrá éxito.
De las palabras del
Jafetz Jaim aprendimos, entonces, dos cosas: En primer lugar, que la gueulá puede revelarse también en forma natural, y lo segundo, que los acontecimientos que ocurren en nuestra época están relacionados a la gueulá "en su momento", de la que habló el Or HaJaim en su comentario a nuestra Parashá, que el Jafetz Jaim relacionó con la Declaración Balfour.

¿Siempre ha de devorar la espada?
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: “¿Siempre ha de devorar la espada?” (Shmuel Bet 2:26). Estamos cansados del conflicto interminable en nuestra región. Estamos cansados de morir y de matar, como está escrito sobre nuestro patriarca Iaacov: “Iaacov, pues, temió mucho, y angustióse” (Bereshit, 32:8). Y Rashi explica, citando a nuestros sabios: “Temió” - por si lo matarían. “y angustióse” por si mataría él a otros. También nuestra situación actual de “guerra - no guerra” nos desgasta.
Siempre hemos relacionado nuestra gueulá (Redención) con el versículo: “Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos, y ellos romperán sus espadas, para hacer de ellas arados, y sus lanzas trocarán en haces, no alzará espada nación contra nación, ni aprenderán más la guerra” (Ishaya 2:4). Actualmente estamos cansados. ¿De dónde sacaremos la fuerza?

Respuesta: La fuerza se saca del espíritu, puesto que el espíritu no se cansa. “… El D’s Eterno, el Creador de los confines de la tierra, no desfallece ni se cansa. ¡Insondable es su entendimiento! Él da al cansado fuerza, y al débil le aumenta el vigor. Aun los mancebos desfallecerán y se cansarán, y los guerreros escogidos caerán por completo. Pero los que ponen su esperanza en el Eterno adquirirán nuevas fuerzas, se remontarán con alas, como águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no desfallecerán” (Ishaya 40:28-31).
En la época de Ishaya pasamos tiempos difíciles. Sufrimos entonces una terrible guerra con Asiria, de la que salimos sólo por milagro. No sólo eso sino que teníamos entonces la esperanza que Jizkiahu, el Rey de Iehudá, fuese el Meshiaj (Redentor) y nuestra expectativa se vio frustrada (Sanhedrin 94A).
Es posible comprender por qué nuestro espíritu ha caído, pero, a pesar de todo, hay que fortalecerse. Los problemas que no se resolverán hoy se solucionarán en el futuro. Es necesario paciencia y fe. En Purim recitamos el rezo Shoshanat Iaacov que dice: “Has siempre sido la salvación de Israel, su esperanza en toda generación….”.
Del espíritu se saca la fuerza porque nuestra guerra es una guerra de supervivencia, una guerra de justicia. Alrededor nuestro la hostilidad de los pueblos es como un mar tormentoso: “¿Por qué se alborotan las naciones?” (Tehilim 2:1). Actualmente, además del antisemitismo, existe el odio al Estado de Israel. Pero no nos preocupemos: “Maldito es Haman, quien intentó destruirnos” (Shoshanat Iaacov). Lo que le sucedió finalmente a Haman le ocurrirá a quienes siguen por su camino.
La guerra no es un ideal para nosotros, pero es una obligación anti natural que nos ha sido impuesta. A veces no existe otra alternativa y ese es uno de los medios para edificar una nación. La guerra es contraria a nuestra naturaleza. Amamos la delicadeza y no la violencia, más cuando el Eterno crea una necesidad, entonces vestimos “las ropas de Esav” por el tiempo necesario y luchamos con toda la fuerza. Pero también entonces, nuestra delicada naturaleza permanece intacta. El Rav Kuk comentó el versículo “Y aun cuando ande por un valle tenebroso, no temeré mal alguno…” (Tehilim 23:4): Incluso cuando tenga que hacer la guerra, no debo temer que mi carácter sea violento (Orot HaMiljama 2).
El soldado israelí es una persona delicada, también el oficial israelí. Nuestro interés es construir, más cuando D’s nos obliga a tomar la espada, lo hacemos con entrega. “Asimismo los que edificaban el muro, y los que llevaban cargas, y los que les cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y  con la otra tenían asida un arma” (Nejemia 4:11). No es nada fácil sino que nos cuesta mucho. Más al igual que la fuerza proviene del espíritu, ésta a su vez influye e intensifica el espíritu. Puesto que nos encontramos ante una guerra de justicia, honradez y verdad, y ella misma nos hace profundizar qué somos y qué es nuestra vida, cuál es nuestro renacimiento y nuestra tierra, nuestro estado y nuestra Torá.
Ésta es una guerra contra la guerra. Nuestra espada anula otras espadas. Nuestros profetas nos anuncian que quienes ciñen espadas serán quienes las desmantelarán. Para traer la paz para nosotros y para el mundo, no alcanza con hermosos sermoneos. No influyen para nada en los malvados y los asesinos. Quienes ciñen las espadas comprenderán sólo el idioma de las espadas. Nuestros sagrados sabios determinaron que está prohibido vender armas a naciones que pueden llegar a utilizarlas para el mal (Avodá Zará 15B. Ramba”m, Hiljot Avodá Zará 9:8). Pero entregar miles de armas a personas que no sólo son sospechosos de asesinato sino que ya hace cien años nos vienen matando - es un crimen moral sin igual en la historia de la humanidad. Sin duda, los responsables deben ser juzgados ante la nación, frente a una comisión de investigación oficial. También de los errores habremos de aprender.
Durante la guerra de Iom Kipur los alumnos del Rav Tzvi Iehudá Kuk le plantearon sus dudas y su frustración. Escuchó atentamente y les respondió con dos palabras: “Anu mitkadmim  - progresamos. A pesar de las dificultades, marchamos adelante.
También en nuestros días, progresamos - y seguiremos progresando.

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