Majón Meir
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Un alumno sin futuro
Rav Shlomó Aviner
(Beahava Ubeemuna No595)

“No entiende nada, y nunca entenderá nada en matemáticas” – así escribió el profesor en su carné de calificaciones. Y también en las demás materias: Un alumno pobre, holgazán, etc. Cuando el promedio de sus notas era 4 o 4.5 en una escala de 10. Y hoy en día, mi amigo de la juventud, mi compañero en el movimiento juvenil – Jaim Barzis – es Profesor en Matemáticas a nivel internacional, miembro de la Academia de Ciencias en EE.UU. y Francia.
Mi amigo, el Rav Moshé Higuer – director de la Mejina Kdam Tzvait (marco de estudio de Torá como preparación para el ejército) en Iatir – era el peor soldado de la división en el entrenamiento básico. Cuando desarmaba su arma, sus comandantes tenían que buscar después las piezas que había perdido. Estaba profundamente traumado, y dormía con las botas puestas. Al final del entrenamiento básico, cuando fue aceptado en el Curso de Comandante de Pelotón, su comandante le dijo con desprecio: “Higuer, tú serás comandante?!. Tú eres una nulidad!”. Y hoy en día, es Coronel, vice-comandante de brigada.

La Doctora Orit Alfi – profesora de Sicología en la Universidad del Neguev – les entrega a sus estudiantes un carné de calificaciones de escuela bastante pésimo – sin datos personales – y les pide que predigan el futuro de ese alumno. Y en efecto, ellos presagian un panorama deplorable. Luego, ella les revela que es su propio carné.
Se pueden encontrar muchos casos como esos. Por ejemplo: Albert Einshtein no habló hasta la edad de 4 años, y no sabía leer hasta la edad de 7 años. Fue descrito por sus maestros como una persona lenta de razonamiento, flojo de intelecto y soñador de cosas sin sentido. Tampoco fue admitido en el Politécnico de Zurich.
Charles Darwin – el padre de la Teoría de la Evolución – era conceptuado por todos sus maestros y su padre como un joven sumamente simple, por debajo del nivel de inteligencia promedio. Ellos pensaban que perdía su tiempo coleccionando animales y observando la naturaleza – en vez de estudiar!. También en la universidad no se destacó, ya que amaba coleccionar insectos y leer libros que describían la naturaleza.
Luis Pasteur era un alumno promedio, y en química se encontraba en el 15avo lugar entre 22 alumnos!. Tampoco en la universidad tuvo grandes logros – pero hubo pocos investigadores cuya labor fue de tanto provecho para toda la humanidad.
Isaac Newton – el genio de la física de todos los tiempos – era un pésimo alumno.
El escultor Rodain fue apodado por su padre como “idiota”, por su tío como “imposible de educar”, como “pésimo alumno” por sus maestros, y fue aplazado tres veces en los exámenes de ingreso de la Escuela de Artes.
Los maestros de Liev Tolstói – el gran escritor ruso – determinaron que es un holgazán y carece de aptitud. En la universidad aplazó sus exámenes, y fue descrito como “un alumno que no es capaz - ni quiere - estudiar”.
Thomas Alva Edison – el físico que hizo tantos inventos – fue definido por sus maestros como “demasiado tonto para estudiar”.
Walt Disney fue echado de su trabajo en el diario por... falta de inventiva!.
Beethoven – el compositor genial – no tocaba bien su violín, y su maestro dijo que no hay ninguna esperanza que sea compositor alguna vez.
Henry Ford no tuvo éxito en sus estudios por ser disléxico, y también entró en bancarrota cinco veces hasta que logró convertirse en un millonario.
Winston Churchill era disléxico y también depresivo, comenzó con sus fracasos en sexto año de escuela, y después de una carrera de fracasos uno tras otro, fue Presidente de Inglaterra a la edad de 62 años.
Y muchos otros que presentaron grandes dificultades de aprendizaje en su infancia, y después tuvieron gran éxito: El escritor Hans C. Andersen, el físico Graham Bell, el artista Leonardo Da Vinci, el general Patton, el millonario Nelson Rockefeller, el presidente de EE.UU. Thomas Wilson.
Y salvando las grandes diferencias, también en el campo de la Torá: El Netzi”b (Rav Naftali Tzvi Iehudá Berlín) de Voloshin cuando estudió en su infancia en el Jeder  (marco de estudio de Torá para niños pequeños) no veía fruto de sus esfuerzos, y decidieron enviarlo a estudiar algún oficio. Pero él irrumpió en amargo llanto, y pidió que le den otra oportunidad (Gdolei HaDoroto Bet 801, del Rav Shtern).
El Gaón
(genio del estudio de la Torá) Rav Iosef de Lutzk era un niño travieso que no quería estudiar en absoluto, y fue echado de todos los marcos de estudio de la Torá (Shaal Abija VeIaguedja Alef 127, del Rav Shalom Mordejai Shbedron. Y ver también mi libro Ani Lo Shave 125).
El Admo”r Rav Tzvi Hirsh de Mirmenov era un niño muy flojo en sus estudios, y sólo con gran esfuerzo logró escalar hasta la cumbre (Sarei HaMea Dalet 113-129 del Rav Maimon. Ani Lo Shave 225).
Al Gaón Mahara”m Sheik en su niñez le era muy difícil entender incluso una hoja de Gmará. Pero hizo caso omiso, estudio con perseverancia, y lentamente fue merecedor de su sabiduría (Gdolei HaDorot Bet 718).
Rabí Najum de Oronda – el Rav del autor del libro “Jafetz Jaim” – por haberse mudado a otra ciudad y haber cambiado de marco de estudios a la edad de diez años, no tenía éxito en el estudio de la Torá. Finalmente, perdió el interés por el estudio, decidió que no es capaz de estudiar, se juntó con jóvenes insolentes y vagabundeaba por las afueras de la ciudad. Decidieron alejarlo - temiendo que influya negativamente sobre otros jóvenes. Él abandonó el Beit HaMidrash (centro de estudio de la Torá), volvió a su casa, dejó de estudiar y se dedicó a recolectar gravilla en el bosque para venderla y ayudar de esa forma a sus padres. Sólo después de mucho tiempo regreso lentamente al camino del estudio.
“El Ramba”m tenía serias dificultades de entendimiento, y muy poca voluntad de estudio” (Seder HaDorot 91, Ramba”m).
Y por encima de todos, a Rabí Akiva le era muy difícil estudiar, y era un ignorante hasta la edad de 40 años. Sólo entonces fue a estudiar Torá con su hijo – y se convirtió en el gran farol de Am Israel (el Pueblo de Israel).
Y también el hijo de Rabí Elazar Ben Rabí Shimón Bar Iojai se descarrió totalmente y cometió abominables pecados. Rabí Iehudá – nuestro santo Rav – le otorgó autorización para ser Rav y le adjuntó un talmid jajam (erudito del estudio de la Torá) para que le enseñe. Pero él no quería estudiar, y todos los días decía que quería volver a su antigua ocupación – pero ese talmid jajam lo alentaba, diciéndole: “Hemos hecho de ti un Rav, y tú quieres volver allí?!. No te es adecuado!”. Finalmente, él abandonó el mal camino, decidió estudiar, y fue creciendo hasta que se hizo un talmid jajam (Baba Metzia 95A). Debemos acotar al margen que Rabí Iehudá le otorgó el título de “Rav” en base a su estimación que se arrepentirá de su mala conducta.
Y también el nieto de Rabí Tarfón se descarrió totalmente, y le dijo Rabí Iehudá: “Si tú te arrepientes sinceramente, te casarás con mi hija”. Él se arrepintió, y se convirtió en un gran talmid jajam (Baba Metzia 95A).
Y seguramente ustedes, queridos lectores, saben de otros casos similares…

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