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Un pueblo normal en su tierra
Rav Shlomó Aviner
(Beahavá Ubeemuná No519)

Pregunta: Yo opino que debemos comportarnos como todo pueblo normal en su tierra; debemos mirar televisión, navegar por el Internet y sacar provecho de los demás medios de comunicación. No niego que hay problemas en esos medios, pero de los problemas no se escapa, sino que se enfrentan y se lucha. La solución no es excomulgar, sino que mirar en forma controlada.
Respuesta: No comprendo lo que usted dice. Acaso usted traerá a la mesa una porción de carne de cerdo y luego luchará?!. Acaso usted organizará en su casa una profanación del shabat, y luego luchará?!. Es cierto que si una persona se encuentra - en contra de su voluntad - en una situación de prueba, debe luchar con todas sus fuerzas para no pecar en lo más mínimo, pero acaso el que entra en la jaula de los leones de los pecados se lo puede llamar "normal"?!.
Es cierto que también en la calle las personas no se visten normalmente, y por ello dijo el Gaón (genio del estudio de la Torá) de Vilna: "Cuando se dispone a salir a la calle, debe rezar e implorarle a D's que no cometa el más mínimo pecado ni incurra en malos pensamientos" (Orjot Jaim, Keter Rosh, 135). Y también dijo: "De los malos pensamientos, tampoco los Rishonim lograban salvarse... y si se obliga a sí mismo a pensar en otro asunto, de esa forma subyuga las fuerzas del mal. Pero si continúa pensando en ello, es una gran maldad" (allí, 136).
Pero cómo se le puede ocurrir a alguien procurarse una actividad cultural que excita los bajos instintos con el pretexto que luchará?!. Así fue determinado en la halajá: "...los libros que incitan los bajos instintos como el libro "Emanuel" y relatos de guerras, está prohibido leerlos... y transgrede la prohibición de 'no os volváis a los ídolos'... e incita su mal instinto, y quien los escribió, y quien los copió, y por supuesto quienes lo imprimieron, hacen pecar al público" (Shuljan Aruj, Orej Jaim, 307:16). Y por supuesto películas.
En efecto, según el Rambam la prohibición de la Torá "no os volváis a los ídolos" (Vaikrá 19:4) no se refiere solamente al culto a otros dioses, sino que incluye el interés por todo campo que aleja la persona de las bases de la Torá (Hiljot Avoda Zará 2:3). Y así resumió el autor del Sefer HaJinuj (213): "Eso incluye todo pensamiento que induce a la persona a desbaratar algún principio básico de la Torá", y él lo relaciona con el versículo "no os dejéis llevar tras las codicias de vuestros corazones y de vuestros ojos" (Bamidvar 15:39).
Y también él escribe respecto a ese versículo: "Esa mitzva es una base importante de la religión. Porque los malos pensamientos son la fuente de la impureza, y las acciones son sus engendros... el pecado genera otro pecado, y una mitzva genera otra mitzva (Avot 4:5), ya que si una vez pensarás satisfacer tu baja pasión, te dejarás llevar por ella otras veces... toda persona que se ha acostumbrado a satisfacer sus bajas pasiones, el mal instinto se apodera de él más y más cada día. Mientras que cuando evita satisfacerlas, cada día se alegrará más" (Sefer HaJinuj 387).
Mirar en forma controlada es un falso sortilegio, una mezcla de pecados, lo contrario de lo que nos ordenó D's: "No os dejéis llevar tras... vuestros ojos". Acaso en medio de la película - cuando aparezca una mala escena - el espectador apagará la televisión?!. No nos hagamos los inocentes!. Tampoco debemos ignorar el terrible daño que la televisión, el Internet - y ahora también los teléfonos celulares sofisticados - producen a la familia y la sociedad. Hay tantas familias y tantos niños que han sido arruinados por ellos!.
Acaso no sabemos que en todos los países del mundo existe una correlación entre películas violentas y la violencia en la sociedad?!. Es cierto que hay quienes arguyen que esa correlación no indica que hay una relación causa-efecto - mirando esas películas las personas se vuelven más violentas - sino que esas personas que tienden a la violencia, prefieren ese tipo de películas. Lamentablemente, la verdad es que ambas conclusiones son ciertas.
Por el contrario, cuando hay un padecimiento de virtudes hay que dirigirse al otro extremo, dice el Rambam (Shmoná Prakim LaRambam, cáp. 4). Él lo indica en cuanto al particular, y el Rav Kuk lo amplió también tratándose de todo un público (Arpelei Tohar). Si la sociedad se deja llevar tanto tras la inmundicia de los medios de comunicación, debemos privarnos en forma extrema de ellos.
Mirar programas sin contenido, depravados, mentirosos y violentos se llama "ser normal"?!. No es así: Nosotros, que nos dirigimos por los senderos de la pureza, somos los normales. Nosotros, que respiramos aire puro, que no fue contaminado, somos los normales. Nosotros, que saneamos nuestros pensamientos, somos los normales.

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