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Asumiendo responsabilidad
Rav Iaacov Filver
(Beahavá Ubeemuná No537)

Noaj nació en un mundo corrupto, como dijeron nuestros sabios (Bereshit Raba 25): "Cuando D's creó al Primer Hombre lo hizo dueño de toda la creación. El buey obedecía al arador, y también el surco lo obedecía. Pero de momento que él pecó, dejó de ser así: El buey no le obedecía al arador, ni tampoco el surco". Y a partir del pecado del Primer Hombre el mundo continuaba decayendo más y más, llegando a la máxima bajeza en la época de Noaj, hasta tal punto que el versículo atestigua que "dijo el Eterno; no demoraré para siempre el veredicto del hombre" (Bereshit 6:3). Y no sólo las criaturas se pervirtieron, sino que la naturaleza misma también: "No cosechaban lo que sembraban. Sembraban trigo, y cosechaban espinas y cardos". Al principio, Noaj asumió su responsabilidad y no era indiferente a las necesidades de su generación. Los vio arando con sus propias manos, y les fabricó arados, hoces y azadones. Y por su significativo aporte a la vida social dijeron sus congéneres: "Éste nos ha de consolar de nuestra obra y del trabajo de nuestras manos" (Bereshit 5:29).
Noaj ayuda a la sociedad, pero sus esfuerzos son en vano: La sociedad saciada le responde olvidándolo, y continúa decayendo en la corrupción y el saqueo. Y los que comenzaron con ello, fueron justamente las personas más encumbradas, los hijos de los jueces (Bereshit 6:2, Rashi). Y de ellos comenzó a propagarse la corrupción en toda la multitud, hasta que toda la tierra se corrompió y se colmó del saqueo. Noaj "andaba con D's" (Bereshit 6:9), y dicen nuestros sabios (Midrash HaGadol): "Se comportaba con recato, candidez y rectitud frente a su Creador". No solamente se sintió traicionado, sino que también fue perseguido por su generación (Vaikrá Raba 27). Por todo ello, Noaj reaccionó desconectándose de su generación: Por lo visto no pudo soportar la traición de su gente, no olvidó ni les perdonó, y a partir de ese momento deja de asumir su responsabilidad colectiva, se desvincula de su generación y se encierra en su familia. Y cuando D's le dice: "El fin de toda carne ha llegado delante de Mí" (Bereshit 6:13), Noaj no intenta clamar misericordia por su generación - como hizo Avraham por la gente de Sdom, y Moshé por el pueblo en el Pecado del Becerro de Oro. Y cuando D's le ordena construir un arca, él no acude al pueblo para advertirle e intentar provocar su arrepentimiento, sino que permanece en su casa. Mientras que la intención de D's era que viéndolo construir y trajinando la gente le pregunte a qué se debe, y quizás se arrepientan. Y en efecto, cuando Noaj comenzó a talar pinos, ellos se reunieron y le preguntaron: "Noaj, qué haces?". Y él les respondió: "Estoy construyendo un arca, porque D's me ha dicho que provocará un Diluvio". Pero ellos hicieron caso omiso de sus palabras (Midrash Tanjuma).
Avraham también tuvo todas las razones de Noaj para enojarse con su generación. También él fue perseguido por su generación - hasta tal punto que lo arrojaron a la hoguera. También él podría haberse desentendido de su responsabilidad colectiva y después de su salvación encerrarse en sus cuatro codos, desconectarse de la gente de su generación y edificar una familia ejemplar. Pero Avraham no se comportó de esa forma: Él no intenta ajustar cuentas con la gente que pretendió matarlo, sino que toma la iniciativa, como dice el Rambam (Hiljot Avoda Zara, cáp. 1): "Comenzó a declamar en alta voz a todo el pueblo, y hacerles saber que hay un solo D's de todo el mundo, y a Él se le debe rendir culto. Y marchaba de lugar en lugar, declamaba y reunía a la gente, de ciudad en ciudad, de reinado en reinado, hasta que llegó a la Tierra de Knaan". El Rav Kuk describe la reacción de Avraham así (Erej HaTjia, Orot pág. 135): "Y nos imaginamos un gran alma, gigantesca, con todas sus grandes aspiraciones, con su enorme anhelo por la libertad y la luz, y su gran pena, su fuerte dolor por la humillación del universo - el alma de Avraham, cómo se amarga viendo la felicidad, el resplandor que está listo para ser brindado para todos, para todos los seres vivientes, para todas las almas… de qué forma el león se libera de su prisión, toma la vara con ira, destroza las efigies, declama con fuerza por la luz, al D's único, el D's del Mundo". Y continúa el Rav Kuk escribiendo allí que ese anhelo de Avraham - no ser indiferente a las derrotas del género humano - fue tomado por la Nación de Israel como la base de su vida nacional, según su destino histórico.
Y también en nuestra época, en estos momentos en los que nos encontramos, podemos identificar ambas tendencias, la de Noaj y la de Avraham: Hay quienes exigen desconectarse de nuestros hermanos - que lesionaron a los habitantes de Gush Katif (los asentamientos judíos de la Franja de Gaza), "no olvidar ni perdonarles", cesar de ser los "corregidores del mundo" y dejar de asumir la responsabilidad colectiva, ocupándose sólo de su propia casa. Y en contraste, la otra tendencia, de continuar asumiendo la responsabilidad colectiva y obrar para el bien de toda la generalidad de Am Israel, siendo partícipes de todos los campos de la sociedad israelí. El punto no es si perdonar o no: Acaso podemos permitirnos abandonar a nuestros hermanos que se equivocan y pecan?. Cuentan en la Gmará (Brajot 10A) respecto a los bravucones que habitaban en la vecindad de Rabí Meir y lo hacían sufrir mucho, hasta tal punto que él le rogó a D's que ellos mueran. Le dijo su esposa Bruria: Está escrito "sean los pecados consumidos de sobre la tierra" (Tehilim 104:35), y no "los pecadores". Debes rogarle a D's que se apiade de ellos, se arrepientan sinceramente y dejen de cometer maldades.

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