Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Lej Leja     8 de Jeshvan 5775     No 991


Rav Eran Tamir

“Escudo de Avraham”
Rav Eran Tamir

Una de las virtudes básicas de D’s es la bondad y la entrega, y es ella la que fue acuñada por D’s como la característica típica de nuestro patriarca Avraham: “Tú le has dado… bondad a Avraham” (Mija 7:20) -  una bondad no solo dentro de Am Israel (el Pueblo de Israel), sino que para con todo el mundo, como dice el Rav Kuk (Shmona Kvatzim 7:166): “La bondad de Avraham incluye todas las criaturas del mundo”, ya que “un mundo de bondad será construido” (Tehilim 89:3).
Y hay que preguntar, de momento que la virtud de la bondad es un regalo maravilloso que nuestro patriarca Avraham recibió, ¿qué se esconde entonces en las palabras de D’s a Avraham en nuestra Parashá, cuando le dice “Yo te protegeré” (Bereshit 15:1)? Como decimos en nuestros rezos diarios, cuando alabamos a D’s diciendo “Escudo de Avraham”. ¿Qué protección necesita Avraham?
Explica el Rav Kuk (Orot HaKodesh 4:399): “La tendencia a la bondad necesita gran protección, ya que el que tiene esa virtud y tiende a entregar a todos, puede también llegar a ser influido por todos, así es la naturaleza de esa virtud, cuando la influencia retorna al que influye, de la misma forma que entrega”. Es decir, la bondad es una actitud y un vínculo entre el que entrega y el que recibe. Ese vínculo y esa influencia en forma natural son en ambas direcciones, y por ello el que entrega en su bondad e influye en forma positiva puede llegar a ser influido en forma negativa del que recibe su bondad, por el vínculo que hay entre ellos. Las malas influencias pueden ser negativas en sí mismas, o positivas en sí pero no adecuadas para el que las recibe, por diferencias de carácter, papel, metas y similares entre el que entrega y el que recibe.
Por ello, “a Avraham le fue prometido que será protegido, y no será dañado por su influencia que se vertía para todos, y llegaba a buenos y malvados: ‘Yo te protegeré’. Y en las profundidades de la Torá la protección es para cada uno, según su medida…” (Orot HaKodesh 4:399).
Entonces, nuestra virtud esencial como simiente de Avraham es la bondad, la entrega y la influencia positiva, y en base a ello nos vemos obligados a vincularnos con la realidad que nos rodea, con todos sus complejos aspectos – con el mundo material, con la sociedad que nos envuelve, con las demás naciones del mundo, etc. Pero para expresar esa bondad en forma correcta D’s nos entregó dos mecanismos de protección: En primer lugar, acuñó dentro de nosotros la esencia de la protección – “Yo te protegeré”, como una autodisciplina que se revela en forma natural en nuestro ser. Y en segundo lugar, nos entregó un medio que plasma en la práctica la esencia de la protección natural en forma correcta, y es el vínculo con la Torá, su estudio y su cumplimiento.
Sabremos que con la ayuda de D’s nos asiremos de nuestra doble esencia, la medida de la bondad y la entrega por un lado, y la definición de los límites claros y absolutos que también ellos fueron acuñados dentro nuestro, y “esperan” ser revelados a través de nuestro esfuerzo en nuestra Torá, ya sea como personas particulares en cuanto a la sociedad que nos rodea, ya sea como todo Am Israel en cuanto a la humanidad.

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Rav Shlomó Aviner

Mi esposa no trabaja
Rav Shlomó Aviner

Mi esposa no trabaja. Yo trabajo, y traigo un sueldo a casa – en contraste con mi esposa, que no trabaja.
Es cierto que ella trabaja como cocinera, lavadora, a veces sicóloga y a veces doctora, policía o juez cuando es necesario, un poco sanitaria, un poco electricista y por supuesto maestra, jardinera, y todo el tiempo empleada de manutención y vigilancia, cuidadora de niños y bebes. Pero por supuesto, eso no es trabajar.
Yo trabajo ocho horas – ella 24. Yo trabajo cinco o seis días a la semana – ella trabaja siete días. Yo tengo descanso en Shabat y Iom Tov – ella no. Yo tengo días de enfermedad y vacaciones – ella no. Un estudio en EE.UU. mostró que un ama de casa consagra unas 92 horas semanales promedio en su papel. Y a pesar de ello, yo arguyo que ella no trabaja.
Ese mismo estudio determinó que si un ama de casa tendría que recibir sueldo por su papel, ganaría unos 50000 shekel por mes. Y a pesar de ello, cuando me preguntan: ¿En qué trabaja tu esposa?, yo contesto que ella no trabaja.
Me olvidé mencionar que para cumplir con todos esos papeles ella no estudió en la universidad u otro tipo de instituto, ella es autodidacta, aprendió sola con el tiempo, lo que ahorró decenas de miles de shkalim de estudios. Y por supuesto, no tiene ningún título. Entonces, yo les pregunto: ¿No es cierto que ella no trabaja?
Me olvidé mencionar también que ella es también un poco economista, empleada de manutención y chofer. Pero eso sólo de vez en cuando. La mayoría del tiempo ella cuida niños, y lo maravilloso es que ella cumple varios papeles en paralelo al unísono sin confundirse: Con una mano cocina, con la otra llama por teléfono, con la tercera mano sostiene al bebé, con la cuarta mano lava la ropa, con la quinta mano ayuda con los deberes y con la sexta mano barre con la escoba. Con una pierna zarandea el cochecito del bebe, con la otra pierna apoya al niño pequeño que se aferra de ella, con la tercer pierna… comprendieron el principio. También tiene ojos en todas las direcciones. En cuanto a su cerebro, es infinito. Pero si me preguntan, yo acostumbro a decir que ella no trabaja.
Tampoco sus clientes son fáciles. Ellos se pelean, discuten, se quejan, vienen con exigencias: “Uf, mamá, no es rico, yo estoy hambriento, no hay lo qué comer en esta casa”. Por ello, es necesario que haya una persona que reciba las protestas, y sea un experto en calmar a las personas. Y yo les pregunto: ¿Ella trabaja?
¿Qué hay con que se merece 50000 shkalim por mes? El dinero no lo es todo en la vida. Lo más importante es la posición social, el honor. Y en general, esos 50000 shkalim no se los ve, son virtuales. Así es, ella no trabaja.
Si ella realmente quiere trabajar, hay una solución sencilla: Que sea ama de casa en lo de la vecina, y entonces volverá a casa con su sueldo de 50000 shkalim. Y con ese dinero, le pagará a la vecina que será ama de casa en su lugar. ¡Finalmente podré decir que ella trabaja!