Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

Anterior | Posterior | Archivo | Imprimir | Página inicial


Parashat Ajarei Mot     12 de Nisan 5774     Shabat HaGadol     No 964


Rav Jagai Londin

Las cuatro copas
Rav Jagai Londin

Shabat HaGadol es el Shabat en el que comenzamos la preparación para la noche del Seder. El objetivo de la noche del Seder no es recordar con nostalgia un episodio histórico agradable y nada más. En esa elevada noche nos hacemos consientes, en forma ordenada y sistemática, de nuestra identidad nacional. Nuestro cumpleaños nacional es consolidado en base a cuatro expresiones de gueulá (Redención): “Y os sacaré de debajo de las cargas de los egipcios”, “y os libertaré de la servidumbre”, “y os redimiré con brazo extendido y con grandes juicios”, “y os tomaré por pueblo Mío, y Yo seré vuestro D’s” (Shmot 6:6-7). Desde un punto de vista superficial, tal parece que no hay una diferencia esencial entre el relato de la Salida de Egipto y la emancipación nacional de otras naciones. Pero valiéndonos de un proceso gradual, en el que bebemos las cuatro copas de vino – un líquido que es extraído del interior de las uvas exprimiéndolas – es posible profundizar e identificar cuatro planos que caracterizan esa noche y transforman la Salida de Egipto en la “primavera de la libertad” de todo el mundo.
Primera copa - “y os sacaré de debajo de las cargas de los egipcios”:
La primera copa es también la copa del Kidush: Hasta esa noche toda la humanidad se encontraba sin kdushá (santidad) a primera vista, toda ella bajo “las cargas de los egipcios”. Tal parecía que el destino del hombre será vivir con sufrimiento y esclavitud. Es decir, en contraste con la situación sencilla del mundo mineral, vegetal y animal cuyo sustento le es provisto en forma natural sin un esfuerzo especial – la persona necesita trabajar duro para procurarse sus necesidades. El género humano se ve obligado a adaptarse a la situación natural, en vez de lo contrario. En la Salida de Egipto fue aclarado que la verdad es al revés: Am Israel (el Pueblo de Israel) declama que la humanidad es capaz de salir de las limitaciones del mundo material ordinario. El resto de los componentes del mundo – minerales, vegetales y animales – son subyugados por la creación natural, sin libre albedrío. La persona, en contraste, es llamado a elegir el bien, santificar la realidad a través de su tremendo esfuerzo, y de esa forma liberarse de las limitaciones de la naturaleza, salir de “las cargas de los egipcios” – y ser libre.
Segunda copa -  “y os libertaré de la servidumbre”:
La segunda copa la bebemos cuando terminamos el relato de la Hagada: No alcanza con salir de las cargas de los egipcios, es necesario también liberarse de su “servidumbre” – lo que se hace a través de la aclaración del narrado del relato. Es decir, aparte de ser conscientes que no estamos subyugados al sufrimiento de la vida natural, no estamos esclavizados en este mundo, parte de la aclaración de nuestra identidad nacional es la convicción que tampoco somos esclavos de ningún factor ajeno a nosotros: No sólo no somos esclavos del Faraón en Egipto, tampoco lo somos al culto a otros dioses que rindieron nuestros antepasados en un principio. ¡Somos personas libres! Esa es también la razón por la cual el hilo que hilvana la Hagada es hacerle preguntar a los niños: Cuando una persona está esclavizada a otros no se interesa por la razón de la labor. Pero cuando la labor es una expresión de su identidad propia, entonces es evidente que debemos aclarar “¿qué es esta labor para ustedes?” (Hagada de Pesaj).
Tercera copa - “y os redimiré con brazo extendido y con grandes juicios”:
Luego de haber comido, con la tercera copa bendecimos Birkat HaMazon: Luego de habernos liberado de las limitaciones de la naturaleza (“y os sacaré”) y habernos liberado de los elementos ajenos (“y os libertaré”) – nace una nación que redime el aspecto material grosero. Am Israel fue redimido de Egipto “con brazo extendido y con grandes juicios”, de forma que se encuentra por encima de las leyes de la naturaleza. Las naciones del mundo forman su identidad nacional lentamente, en base a las necesidades existenciales de la vida como economía y seguridad. El nacimiento de Am Israel en contraste es como la Matzá (pan ácimo) que es horneada con celeridad – se transforma la masa en pan en un momento, en forma concentrada y maravillosa. De la misma forma que nuestro nacimiento nacional no es en base a un proceso natural, también se encuentra dentro de nosotros la capacidad de verter una dimensión sobrenatural en las necesidades de la vida como beber y comer. Hasta tal punto que llegamos al Afikoman – el pan celestial [se puede explicar Afikoman = Afiku Man, saquen el Man, el pan celestial que comieron nuestros antepasados en el desierto. N. del T.]. Es decir, una comida que no se come porque nuestro cuerpo está hambriento – ya que debe comerse saciado – sino que una comida por la kdushá solamente.
Cuarta copa - “y os tomaré por pueblo Mío, y Yo seré vuestro D’s”:
La cuarta copa se bebe recitando el Halel: Luego de los tres niveles de liberación de la esclavitud llegamos a la meta: “Y os tomaré por pueblo Mío”, una situación que en forma natural nos hace recitar cantos de alabanza a D’s. Fue determinado en la halajá que en un principio no se debe hacer ninguna interrupción comiendo o bebiendo entre la tercera copa y la cuarta. Es decir, es aclarado que no se puede separar entre la Salida de Egipto y el ser tomados para rendirle culto a D’s. Toda la meta de la liberación de las limitaciones de la naturaleza, de la esclavización a factores ajenos y del hundimiento en el materialismo – es para “Yo seré vuestro D’s”.
Ahora sólo nos queda servir la quinta copa, paralela a la gueulá futura – “y os llevaré a la tierra acerca de la cual juré que la daría a Avraham, Itzjak e Iaacov y os daré a vosotros en posesión” (Shmot 6:8). La copa que, con la ayuda de D’s, beberemos el año que viene en Ierushalaim reconstruida (basado en Gvurot HaShem, Mahara”l de Praga, cap. 60).


Rav Shlomó Aviner

La primera y última redención
Rav Shlomó Aviner
(reimpresión)

La redención no es algo que ocurrió una sola vez. Comenzó con el éxodo de Egipto y prosigue a lo largo de todas las generaciones hasta la redención completa. En forma constante y perpetua, “los hijos de Israel salieron con mano alta” (Shmot 14:8). El Mahara"l de Praga explica en la introducción al libro “Netzaj Israel” que el potencial de la redención futura se encuentra ya incluido en la primera redención.
Sin embargo, existe una gran diferencia entre esas redenciones, tal como lo explica nuestro maestro el Rav Kuk (Maamarei HaReaya  pag.164). La salida de Egipto estuvo acompañada por la prisa, “la prisa del pueblo de Israel y de los egipcios” (Brajot, 9) y por sobre todo, la Providencia actuó de prisa. Salimos de Egipto rápidamente, como una flecha lanzada por un arco.
Éramos un grupo de esclavos dentro de Egipto, fuimos levantados rápidamente por una mano maravillosa, y hemos sido transformados en una gran nación, llena de poder y de fuerza para separar a este pueblo recién nacido del caos y la oscuridad del entorno.
Sin embargo, acerca de la redención futura está escrito: “Porque no saldréis con precipitación, ni con fuga os iréis” (Ishaya 52:12). Debemos andar a paso lento y no escapándonos del mundo entero.
El mundo ya no es el mismo mundo corrupto y abominable de Egipto. Tiene muchas chispas de luz. En el curso de varios miles de años, hemos logrado introducir en ese mundo mucho bien y bendición. Hemos logrado resistir con gran entrega y hemos propagado luz entre todos los pueblos. Por lo tanto, no es un momento para separarnos en forma absoluta y repentina. Sino más bien, es un momento para absorber todo lo puro de ellos, alejando al mismo tiempo todos los rastros de idolatría que contienen.
Debemos hacer una gran tarea de esclarecimiento entre nosotros: ¿Cuáles son las buenas cosas que hemos absorbido durante nuestro prolongado exilio, que forman ya parte de nosotros? ¿|Y cuáles son las impurezas de las que debemos limpiarnos? Es imposible realizar esta tarea en forma apresurada.
Cuando esta tarea sea concluida, tendrá efecto en toda la humanidad: “Visión que tuvo Ishaya, hijo de Amos, concerniente a Iehudá y a Ierushalaim. Y acontecerá que en los postreros días, el monte de la casa del Señor será establecido como cabeza de los demás montes, y será ensalzado sobre los collados, y afluirán a él todas las naciones. Pues caminarán muchos pueblos, y dirán: ‘Venid y subamos al monte del Señor, a la casa del D’s de Iaacov, a fin de que Él nos enseñe en cuanto a Sus caminos, porque también nosotros queremos andar en Sus senderos’. Entonces saldrá la Ley de Sión y de Ierushalaim la palabra del Señor” (Ishaya 2:1-3).
Por este sendero no es posible marchar en forma apresurada. Por lo tanto, no debemos preocuparnos demasiado si vemos que la luz y  la oscuridad coexisten en nuestra jornada. Así decimos en la Hagadá de Pesaj: “Se acerca un día que no es día ni noche”... Tal como escribió el profeta Zjaria: “Y será un día señalado (ese día conocido es del Señor), no será ni día ni noche; mas sucederá que al tiempo de la tarde habrá luz” (Zjaria 14:7). Rashi explica: “‘No será ni día’  - no brillará como la luz del mundo venidero. ‘Ni noche’ - no una época de problemas, como la época de la esclavitud del exilio”. La Hagadá de Pesaj prosigue: “Sublime, sabes que el día te pertenece y la noche también”. Tanto el día como la noche forman parte del esquema de la conducta divina.
Debemos hacernos de coraje y paciencia, tal como decimos en la plegaria de Halel: “Conservo la fe incluso cuando digo: ‘estoy muy afligido [aniti]’. Dije en mi premura cada hombre es falso”. Una interpretación de la palabra “aniti” es la del Talmud Ierushalmi: “Esperé”. Esto nos permite la interpretación del versículo: Si hablo a partir de la fe, entonces estoy dispuesto a esperar mucho tiempo; pero si exijo que se haga todo con premura, entonces digo que todo es falso”.
Junto a la aplicación es necesario paciencia. Los problemas que no tienen solución ahora,  con la ayuda de D’s, serán resueltos en un año, en dos o en varios años.
Cuando hay fe, hay paciencia.