Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Ajarei Mot - Kdoshim     6 de Iyar 5772     No 865


Rav Ioram Eliahu

Descender para elevarse
Rav Ioram Eliahu

Después que en la Parashá Ajarei Mot la Torá nos habla de la prohibición del incesto, nos advierte y dice: “No os contaminéis con ninguna de estas abominaciones, porque por medio de todas ellas se han contaminado las naciones que voy a echar de delante de vosotros, de tal modo que se ha contaminado la tierra, por lo cual Yo visité su iniquidad sobre ella, y la tierra misma vomitó a sus habitantes. Vosotros, pues, guardaréis Mis leyes y Mis decretos, y no habéis de hacer ninguna de estas abominaciones… porque todas estas abominaciones cometían las personas de aquella tierra, los que la ocupaban antes de vosotros, y fue contaminada la tierra, no sea que la tierra os vomite a vosotros, cuando la hubiereis contaminado, como vomitó a la nación que la ocupaba antes de vosotros” (Vaikra 18:24-28). Nuestros sabios (Shabat 33) aprendieron de ello que “por culpa del incesto el exilio llega al mundo, y son exiliados y llegan otros habitantes en su lugar”. El Ramba”n (Vaikra 24:25) explica que “todo eso es por el alto nivel de la tierra y su kdushá (santidad)”. De momento que D’s mora en Eretz Israel (la Tierra de Israel), ella no puede soportar semejantes transgresiones. Lo que no es así fuera de Eretz Israel, “a pesar que todo le pertenece a Él, la pureza no es plena de momento que los sirvientes de D’s gobiernan allí”. Es decir, las demás tierras del mundo se encuentran bajo el gobierno de ministros y reyes, y por ello no se puede alcanzar en ellas la pureza en forma plena. Pero en Eretz Israel - donde “los ojos del Eterno, tu D’s, están siempre sobre ella, desde el principio hasta el fin del año” (Dvarim 11:12) - se expresa la kdushá con plenitud. La tierra no puede soportar semejante impureza, y vomita a los que la impurifican (ver comentario del Ramba”n allí, en extensión).
El Rav Kuk en su prólogo al libro “Shabat HaAretz” nos presenta un punto de vista profundo en cuanto a la meta de la galut (exilio). No se trata solamente de “por nuestros pecados fuimos exiliados de nuestra tierra” (rezo de Musaf), sino que se trata de un proceso de cura de la enfermedad que a consecuencia de ella llegó la galut. Así describe la situación corrupta: “Cuando el alma de la nación se debilita, la cualidad espiritual de la tierra no puede cumplir su papel… y la tierra se impurifica, y su pecado es recordado, y la tierra vomita a sus habitantes… esos dos principios básicos, la nación y la tierra, que cuando son sanos le agregan el uno al otro esplendor, comenzaron a influir el uno al otro en su enfermedad para mal, hasta que se hizo obligatoria la medicina misericordiosa y cruel, la terrible operación - el distanciamiento de la nación de la tierra”. El Rav llama a ese proceso “medicina misericordiosa y cruel” – porque con todo lo difícil que es, solamente a través de ella podremos sanearnos auténticamente. Y el Rav continúa explicando cómo se cura la enfermedad:
“En la desgracia misma de la nación, cuando se ha quitado de su interior la potencia de la vida nacional y su esencia dañina, comenzó el resplandor espiritual a elevarse lentamente dentro de ella de los niveles que descendió… Israel en el exilio se despreocupó de todos los asuntos seculares… orientó sus ojos y su corazón sólo hacia los elevados cielos”. Bien explicó al Rav Kuk mi maestro y Rav, el Rav Uzi Kaljaim zt”l en su comentario al prólogo del libro “Shabat HaAretz” (Shirat Uma LeArtza): “Para castigar a Israel era posible traer algún pueblo lejano que los someta, gobierne sobre ellos y los mortifique por sus pecados, pero de momento que la vida nacional se pervirtió y absorbió elementos ajenos negativos… era necesario utilizar un tratamiento extremo, a través de una terrible operación – separación de la nación de su tierra”. La separación del pueblo de su tierra era la única solución para corregir la nación. Y continúa el Rav Kuk y explica cómo es que eso funciona, “la desconexión de la tierra alejó al pueblo de los asuntos materiales, de la vida de gobierno y reinado, Am Israel (el Pueblo de Israel) comenzó a encerrarse en su mundo espiritual y todo el largo tiempo de su descanso… el anhelo de la nación en todos los largos años de la galut se restringió a asuntos espirituales elevados y nobles” (Orot Israel, 6:4). De forma que el remedio de la nación llega por un camino contrario y extremo en relación al sendero que los hizo llegar a la enfermedad. Continúa el Rav Uzi y explica el proceso, que “de todas las pertenencias nacionales en la galut se quedó la nación sólo con la Torá, y el pueblo se vio obligado a centrarse en las pertenencias espirituales solamente, la Torá y las mitzvot, y fueron amados con todo el alma, y por esas pertenencias fue capaz de entregar su vida cuando fue necesario” (Shirat Uma LeArtza, 23). Ese proceso, escribe el Rav Kuk, pulió no sólo a los individuos particulares, sino que “el espíritu de la nación en general, y lo eleva junto con el espíritu de la tierra, que fue humillado en los malos años… y de esa forma comenzaron los caminos de Tzion en luto a exigir su función, y el pueblo que cesó de andar por ellos comenzó a añorar y a pensar en volver a sus ciudades y su tierra, encontrar allí una vida plena, una vida que colma y completa todo lo falto desde el punto de vista material y espiritual también” (Shabat HaAretz). Ese despertar de la nación en general, explica el Rav Uzi, “es la expresión del claro comienzo de la Gueulá
(la Redención) que nos salva de las falsas visiones – el basado de los aspectos materiales, que serán los cimientos para la revelación del segundo aspecto de la Gueulá, el renacimiento del kodesh (lo santo) con la manifestación de la Presencia Divina en Israel”. Ese proceso que fue descrito por el Rav Kuk se va plasmando frente a nuestros ojos, cuando D’s hace regresar Su pueblo a Tzion. Y luego del fortalecimiento de la base material, llega el momento de “renovar nuestros días como antaño según la interpretación textual, como lo fue en el pasado, gobierno y reinado, Beit HaMikdash (El Templo), Sanhedrin (Suprema Corte de Justicia), Cohanim (sacerdotes) y leviitas cumpliendo su papel, y la cima de la Gueulá, con el renovado de la profecía, el elevado vínculo espiritual entre Kneset Israel (el alma nacional del Pueblo de Israel) y su D’s, como en el pasado. La visión de la Gueulá de Israel marcha en su doble erguimiento, material y espiritual, con el renacimiento del aspecto material y el renacimiento del kodesh, y la preparación de la vida práctica hacia la plasmación de la visión de los profetas, y el consuelo de Israel en el futuro” (Rav Uzi Kaljaim, Shirat Uma LeArtza 26).
Las palabras del Rav Kuk y sus discípulos nos van alumbrando la Gueulá que se plasma frente a nuestros ojos, y nosotros nos dirigimos a D’s y a Él orientamos nuestros ojos para completar ese proceso, pronto, en nuestros días. 

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Rav Shlomó Aviner

Las leyes de tránsito
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: ¿Acaso una trasgresión de las leyes de tránsito es también una trasgresión de la halajá, de las leyes de la Torá?
Respuesta: Por supuesto. Por dos razones – que cada una es suficiente:
La primera razón, es peligro de muerte. Las leyes de tránsito no fueron inventadas sin sentido. Son leyes internacionales, y dicho sea de paso también los carteles y los semáforos en nuestro país van de acuerdo a los reglamentos internacionales, porque de lo contrario no podríamos adherirnos a las organizaciones internacionales. Son cosas que fueron investigadas y probadas para aumentar la seguridad de las personas. En nuestro país, D’s no lo permita, mueren por año varias centenas de personas en accidentes de tránsito – es decir, varias veces tanto la cantidad de los que cayeron en las guerras de Israel y los atentados terroristas.
Ocurrió una vez que un talmid jajam (erudito del estudio de la Torá) escribió un artículo titulado “El Segundo Enemigo del País”. Y explicó: El segundo enemigo del país son los árabes, pero el primero son los accidentes de tránsito.
¡Una trasgresión de las leyes de tránsito es peligrosa! No te hagas el vivo, diciendo: No es peligroso, yo no veo ningún peligro. Y es un hecho: Trasgredí la ley y no me pasó nada. ¡Es peligroso! Fue comprobado según criterios objetivos. Por supuesto, no hemos dicho que todo el que trasgrede alguna ley de tránsito producirá un accidente, pero tratándose de leyes se debe utilizar el principio generalista: No se puede diferenciar entre un caso y otro.
Esa es la primera razón. La segunda, es el vigor de las leyes estatales según la Torá. La persona debe respetar las leyes del país también según la Torá, por tres razones:
1. Dina DeMaljuta Dina [la ley del reinado, tiene vigor. N. del T.] – el principio que también es válido tratándose de cualquier otro país. El que vive en Inglaterra debe respetar las leyes inglesas, y si no le parecen correctas - que se vaya a otro país. Por supuesto, en nuestra tierra no le diremos a ningún judío que si no le parecen correctas las leyes que se vaya a otro país (véase Ra"n, Nedarim), pero de todas formas es obligación respetar las leyes, porque estas tienen vigor según la Torá.
2. Tovei HaIr [asamblea de la ciudad. N. del T.] (Baba Batra 8). Las personas elegidas por la ciudad tienen la capacidad de fijar leyes que tendrán vigencia en ella, y es obligación respetarlas. Y no hay diferencia si se trata de las personas elegidas por la ciudad para dirigir la ciudad, o por el país para dirigir el país.
3. Jukei HaMelej [leyes del rey. N. del T.]. Es cierto que no tenemos un rey en nuestros días, pero el Rav Kuk demuestra en extensión (Shu”t Mishpat Cohen) que parte de los atributos del rey pasan a todo liderazgo que haya recibido el consentimiento del pueblo, es decir, el Gobierno de Israel. Por eso, puede decidir salir a luchar una guerra – y no es considerado asesinato. Y puede recaudar impuestos – y no es considerado robo.
Tres razones que nos obligan a respetar las leyes de tránsito – aparte del peligro de muerte.
 

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
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