Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Vaiakhel - Pekudei     23 de Adar 5772     Parashat Para     No 860


Rav Iaacov Filver Por dentro y por fuera
Rav Iaacov filver

¿Cómo hizo Betzalel el Arón (El Arca)? Dijeron en el Talmud Ierushalmi (Shkalim 6:1): “Hizo tres cajas, dos de oro y una de madera. Puso la de oro dentro de la de madera, y la de madera dentro de la de oro, y lo recubrió con oro”. De todos los utensilios del Mishkan (El Tabernáculo) el Arón simboliza la Torá, y de la forma en que fue construido aprendemos las cualidades necesarias para el talmid jajam (erudito del estudio de la Torá). Del recubrimiento por dentro y por fuera aprendió Raba (Ioma 72B): “Todo talmid jajam que su interior no es como su exterior, no es un talmid jajam”. Y debemos aclararlo: Una persona que es llamada “talmid jajam”, que estudió los versículos, estudió la Mishná, estudió la Gmará, hasta que sabe toda la Torá – porque de lo contrario no se lo llamaría talmid jajam, como dijeron nuestros sabios “he creado al Ietzer HaRrá (mal instinto), he creado también la Torá como su condimento” – ¿cómo puede ser que a pesar de ello sea hipócrita?
La respuesta a esa pregunta nos la dice la persona más inteligente que hubo, el rey Shlomó (Mishlei 17:16): “¿Para qué el dinero en mano del necio? ¿Para comprar sabiduría? ¡Si no tiene corazón!”. Y lo explica Rabí Ionatan (Ioma 72): “Pobre del talmid jajam que estudia la Torá, y no es temeroso de D’s”. Porque ocuparse sólo del conocimiento de la sabiduría, cuando el estudiante adquiere conocimientos pero en paralelo no complementa su mundo interno, no garantiza que el estudiante será un talmid jajam auténtico. Cuando falta el corazón, a pesar de tener muchos conocimientos, no sólo que no será sabio, sino que será necio.
Algo parecido escribió Rabeinu Bejaiei en su prólogo al libro “Jovat Halevavot”. Luego de haber aclarado la importancia de la obligación del corazón, llega a la conclusión que el que estudia la Torá no puede contentarse solamente con el estudio de la “obligación de los órganos”, es decir, las acciones de las mitzvot, que complementan sólo el aspecto exterior de la conducta de la persona, sino que en paralelo debe estudiar también la “obligación del corazón”. Y así escribe allí: “Porque la intención y el provecho de las mitzvot de los corazones son que nuestras expresiones e intenciones sean las mismas en el culto a D’s, y cada uno consentirá con el otro, no le discutirá ni lo contradirá”. Y agrega allí que esa persona, cuyo interior y exterior son iguales, “es el que es apodado por los versículos ‘íntegro’, diciendo ‘serás íntegro con el Eterno, tu D’s’. Y respecto al cual su interior y su exterior no son iguales ‘su corazón no fue pleno con el Eterno, su D’s’. Y también fue escrito (Ishaya 29:13): ‘Por cuanto este pueblo se Me acerca con su boca, y con sus labios Me honra, pero alejan de Mi su corazón, y no son fieles a Mi pacto’”.
La necesidad de rendirle culto a D’s – que no se limita a acciones técnicas superficiales solamente, sino que deben ser conjugadas con la intención del corazón – la encontramos también en la construcción del Mishkan. En todas las fases de la construcción la Torá recalca la necesidad de conjugación del corazón en ese proyecto. Comenzando
con la donación para el Mishkan, donde no alcanza la entrega técnica sino que debe ser donada de corazón, como dice el versículo: “De toda persona cuyo corazón lo haga donar tomaréis ofrenda para Mí” (Shmot 25:2), “cuantos tuvieron corazón espontáneo” (Shmot 35:22), “todo hombre y toda mujer cuyo corazón los impulsó a que trajesen algo para toda la obra que el Eterno, por conducto de Moshé, había mandado hacer” (Shmot 35:29). Y no sólo la donación, sino que también después que fueron juntados los materiales donados de corazón para la edificación del Mishkan era necesario que los constructores del Mishkan no sean sólo albañiles técnicos, sino que también de ellos es exigido el agregado de la colaboración del corazón: “Y tu le hablarás a todos los sabios de corazón, a quienes Yo he colmado su espíritu de sabiduría, para que hagan” (Shmot 28:3), “y en el corazón de todos los hombres hábiles he puesto sabiduría” (Shmot 31:6), “y toda mujer sabia de corazón hilaba con sus manos” (Shmot 35:25), “a los cuales Él ha llenado de sabiduría de corazón para hacer toda suerte de obra de artífice” (Shmot 35:35). Y todo eso, por la necesidad que dijeron en el Zohar (Shmot 162:2): “D’s pide el corazón”, la acción recibe su importancia sólo cuando expresa la intención interna de la persona. 

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Rav Shlomó Aviner Se necesita orden
Rav Shlomó Aviner

Shalom. Yo pertenezco a la Unidad Especial de Patrullaje – en siglas, Iasa”m (unidad de la policía de Israel). Yo se que no es un adjetivo amado. El adjetivo “policía” no es amando, y el adjetivo “iasamnik” (perteneciente a la Unidad Especial de Patrullaje) lo es mucho menos. Eso me ofende mucho, pero yo continúo. Podría haber elegido otra profesión, y también hoy en día puedo elegir cambiarla, pero yo continúo.
Es cierto, ese es mi oficio para ganarme el sustento - pero también es mi ideal. A veces me apodan "Nazi", por el uniforme gris que visto. Eso es lo que más me ofende. Yo no soy Nazi. Mi abuelo y mi abuela fueron asesinados con crueldad por los nazis. Siendo un niño, me prometí a mí mismo: ¡A mí no me pasará, a nosotros no nos pasará! Yo consagraré mi vida para cuidar que ninguna persona inocente sea dañada, ni por gentiles ni tampoco por judíos – que lamentablemente, también eso ocurre.
Yo me ocupo mucho de desórdenes y revueltas. Si, no es simpático, pero con una mano en el corazón, ¿qué pretenden ustedes? ¿Que esto sea una andarla musía, y cada uno haga lo que le plazca? Por ello, soy un luchador bien adiestrado y siempre dispuesto. Ese es mi puro orgullo. Cuando me llaman, yo corro enseguida, listo con todo lo que se necesita – salgo a combatir en algún incidente de crimen severo, contra la violencia, los terroristas y todo tipo de delincuentes armados. Si, yo me arriesgo por ustedes, y tengo amigos que cayeron cumpliendo su deber - que D’s los vengue. Yo fui herido dos veces, y vi la muerte de cerca tres veces. Por ustedes. Si, por ustedes.
Yo no soy religioso. Tampoco estoy en contra de la religión, pero no recibí educación religiosa. A pesar de ello yo llevo en mi bolsillo un papelito envuelto en nylon, que una vez me dio un Rav: “Hay muchos de Am Israel (el Pueblo de Israel) que en apariencia se ven como vacíos, pero tienen a su mérito esa mitzva, que salvan a Israel, y gracias a ella ellos sobrepasan a los grandes sabios de Israel” (Pele Ioetz, Hatzalá). Por ustedes, mis hermanos (no digo “queridos hermanos” porque no me gustan los términos hipócritas, ya que me encontré con demasiadas personas que dicen “queridos hermanos”, pero ellos sólo aman a los que se les parecen, y odian a los que no), yo luché por ustedes en la primera y segunda Intifada (rebelión armada de los árabes) – por lo menos digan gracias.
Y lo principal, recuerden que soy una persona como ustedes, con esposa e hijos, y no soy un animal político. Soy una persona que ríe, respira y come. Hay incluso mujeres en nuestras unidades, que son delicadas, y como toda persona comen, beben y amamantan sus hijos. Es cierto, a veces yo doy golpes, pero no porque me guste. ¡Yo lo odio! Pero si son las órdenes, ¡órdenes son órdenes!
¿Ustedes escuchan? Yo soy disciplinado, responsable, de forma que se puede confiar en mí en toda situación, también la más difícil. Soy la punta de la lanza, contra el terrorismo, el crimen y también desórdenes y revueltas. No tengo otra posibilidad, sólo “hablarle” a las personas en el idioma que ellos entienden. Es su culpa. El que siembra vientos, cosecha tormentas.
Yo tengo un uniforme gris, y llevo una vida gris. Es para que ustedes puedan vivir una vida agradable y tranquila. A veces cuando estoy de guardia, día y noche, bajo el sol candente y sufriendo el terrible frío, en Shabat o día festivo, se me cuelan pensamientos de envidia por los que disfrutan todos sus días en su agradable casa. Si, yo los envidio. Y rápidamente, cambio de pensamiento diciéndome: Es gracias a mi mérito.
Por supuesto, yo también tengo esposa e hijos, y disfruto con ellos - pero a veces me llaman a mi deber en medio de mi comida, en medio de un juego con los hijos, en la mitad de la noche cuando estoy durmiendo en mi cálida cama – y yo corro, siempre listo.
En Tzaha”l (Ejército de Defensa de Israel) presté mi servicio en una unidad combatiente, y todos en mi unidad de patrullaje también prestaron su servicio en unidades combatientes, es para mí como una continuación del servicio militar. Pero Tzaha”l es obligación, mientras que Iasa”m es voluntario. También Tzaha”l es más o menos definido, mientras que ahora me encuentro dividido entre muchas tareas: Escolta de personalidades y de acontecimientos, atentados, lucha contra el terrorismo, disolución de manifestaciones, lucha contra tráfico de drogas, detención de sospechosos violentos, evacuación de construcciones ilegales, casos de violencia extrema, etc. No elijo lo qué hacer, siempre estoy listo a las órdenes. A veces es una tarea agradable, a veces lo es muy poco. Pero no hay remedio, también de eso depende la existencia del país. Me culpan que soy violento, y es tan poco cierto. Es justamente lo contrario. Si supiesen cuantas ofensas yo debo soportar, cuanto me desafían – y yo callo, y callo. En mi vida como ciudadano yo no soy tan tzadik (justo), el que me ofende le devuelvo con la misma moneda. Pero cuando visto uniforme, tengo prohibido perder los estribos.
Las personas me fastidian, y yo callo. Reconozco que dos veces cuando desempeñaba mi papel perdí los estribos y reaccioné en forma desproporcionada. Fui juzgado, reprimido y castigado. Me lo merecí. Pero el peor castigo para mí, es que me defraudé de mí mismo. ¿Qué puedo hacer? No soy un ángel. Cuando me dicen “Nazi”, me recuerdo mi abuelo y mi abuela, y la sangre me sube a la cabeza. Comprendan: No me justifico, sólo me explico.
Dicho sea de paso, tres veces me culparon de algo que no hice. Fui investigado, todo resultó ser mentira, y fui limpiado de toda inculpación. Pero cuánto tiempo fue desperdiciado, cuánta malasangre, cuánta tensión. Tengo amigos en la unidad que fueron encarcelados, pero reconozcan la verdad: Esos casos extremos son muy poco frecuentes. No lo justifico, pero cuando se juzga, hay que cuidar la proporción de las cosas. Y nosotros debemos cumplir nuestro deber en situaciones con mucha tensión. Y los que actúan en contra de la ley y sobrepasan los límites deben tomar en cuenta que también la reacción puede sobrepasar los límites.
Pero no volveremos a la Época de los Jueces, cuando cada uno hacía lo que quería, y entonces en la nación había mucha violencia espantosa, por todos lados y en todo lugar. Y por ello, en un estado, el único que puede utilizar la fuerza es la policía.
¿Qué proponen ustedes? ¿Un caos? Cada derechista no soporta que los izquierdistas hagan barullos, sólo a él le está permitido. Y todo izquierdista no soporta que los derechistas hagan barullos, sólo a él le está permitido. Y ambos no soportan que los árabes hagan barullos, etc. Incluso en la cancha de futbol se necesita orden. No puedo entender cómo se transforma un deporte en una zona de violencia. Pero debo estar también ahí.
No, ustedes no saben cuántas veces los salve, cuántas veces arriesgué mi vida por ustedes. No, no soy violento, pero es cierto que soy severo, no le tengo miedo a nadie, y no me hecho atrás en ninguna confrontación. Tengo un broche de luchador, y no me lo regalaron. Estoy listo a su servicio.

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
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