Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Vaieji     12 de Tevet 5772     No 850


Rav Eial Vered La locomotora trasera
Rav Eial Vered

Hace un tiempo viajamos con nuestros hijos al sur. Por el camino, para alegría de todos, vimos al costado un tren que surcaba en dirección al sur. “Niños, vean, un tren” dije, y enseguida me hice merecedor de un sinfín de preguntas: ¿A dónde viaja? ¿A qué velocidad anda? ¿Quién llegará antes: Nosotros, él? Y finalmente, uno de los nenes preguntó: Pero, papá ¿cómo hace el tren para dar vuelta?
"¿Cómo hace? El tren no da vuelta. La locomotora que se encuentra al frente tira de los carrones tras ella, y cuando llega a su destino, sencillamente comienza a andar en dirección contraria, empujando todos los carrones que antes tiraba" – le contesté. El tren no da vuelta: La locomotora cambia de sentido, a veces tira andando adelante, y a veces empuja andando para atrás – pero es la misma locomotora.
Me acordé de esa charla en nuestra Parashá, Vaieji. El episodio en el que Iaacov bendice a sus hijos es maravilloso. Cada tribu recibe su cometido, el animal que lo ejemplifica, la bendición especial de ella.
Cada función es aclarada, y vemos al frente la tribu de Iehudá, el líder, el que dirige, rey y juez. Y en contraste – la tribu de Dan en la retaguardia, la tribu menor, el que marcha atrás de todo el campamento.
A primera vista, dos polos opuestos. Dos funciones distintas. Estar al frente y dirigir, o andar tras todos y ser el que recoge a los que la marcha les es difícil. Pero en realidad, las líneas de semejanza entre Iehudá y Dan son muchas.
Ambos son comparados con un león: Iehudá por Iaacov, “cachorro de león eres, Iehudá” (Bereshit 49:9) y Dan por Moshé, “Dan, cachorro de león, que salta desde el Bashan” (Dvarim 33:22). Ambos se ocupan del juicio: “No se apartará el cetro de Iehudá” (Bereshit 49:10), y en paralelo “Dan juzgará a su pueblo como uno de las tribus de Israel” (Bereshit 49:16). Ambos envían un representante para la construcción del Beit HaMikdash (El Templo): Betzalel de Iehudá, y Aholiav de la tribu de Dan.
Ambos dirigen su campamento: Iehudá lleva el estandarte del campamento de él con Isajar y Zvulun, mientras que Dan lleva el estandarte del suyo, con Asher y Naftali.
Entonces, no se trata de dos polos opuestos sino que dos tipos distintos de liderazgo. Hay un liderazgo que conduce, que arrastra tras él y dice: “Tras mío”. Y hay un liderazgo que contiene a todos, que recoge todo, que se encarga que nada quede atrás, que todo lo perdido vuelva a su dueño – ya sea una pérdida física o espiritual.
Dan es el que se ve obligado a tratar con los débiles, los que ya no tienen fuerzas para seguir andando. Ellos quieren abandonar la marcha, descansar a un lado, han perdido las esperanzas, y por supuesto que justamente allí los espera Amalek, para atacar los rezagados, esas almas perdidas que se han cansado.
Pero justamente allí se encuentra Dan, andando lentamente. No busca prestigio y no quiere ir al frente, sino que con una paciencia infinita recoge todos los débiles, los alienta, los juzga para bien, y los hace volver.
La tribu de Dan tiene muchas personas. Así traduce Ionatan Ben Uziel: “El hijo de Dan, Jushim” (Bereshit 46:23) – "los hijos de Dan son expeditivos y negociantes, y no hay número para su cantidad".
Se trata de una tribu que tiene muchas personas. Todo grupo humano está organizado en forma piramidal. En la cabeza – se encuentran las personas más cultas y sabias, que son siempre la minoría. Y en la base – la muchedumbre, muchas personas, sencillas en su forma de ser. Esa es la tribu de Dan. Sencillez y naturalidad sanas, que no se complican con demasiadas cavilaciones, sino que viven la verdad con sencillez y rectitud, también si no siempre son capaces de explicarlo de la mejor forma.
El oprobio en el entierro de Iaacov era espantoso. Esav se encuentra en la puerta de Mearat HaMajpela (la Cueva de Majpela), y arguye que es su posesión: Se trata de un asunto político complejo y delicado, que exige un trato diplomático cuidadoso, y es necesario traer documentos y pruebas de los archivos, y ya es enviado Naftali, y quizás es necesario hacer algún tipo de acuerdo de concesión justo, general y duradero que sea aceptado por ambas partes… Todo eso lo ve Jushim, el hijo de Dan - que es un poco sordo - y no entiende todo lo que ocurre. Y justamente por eso reacciona en forma espontánea: "Les dijo, ¡¿y hasta que vuelva Naftali de la tierra de Egipto el cadáver del padre de mi padre estará esperando ser enterrado, vergonzosamente?!" Tomo un palo, y le dio un golpe en la cabeza a Esav.
La tribu de Dan fue merecedora de un liderazgo natural, que marcha tras el campamento. Un límite trasero que no puede ser traspasado, natural, sencillo y sano, que no desiste de nada.
Parte de ese liderazgo le es necesario a Am Israel (el Pueblo de Israel). Ambos extremos del círculo que se encuentran alejados, son también los más cercanos. Iehudá y Dan edifican juntos el Mishkan (Tabernáculo) de Am Israel: El liderazgo natural, que dirige, la reinal conducción de Iehudá, y también ese liderazgo que marcha a la retaguardia, de Dan. Pero cuando Dan es llamado a tomar una encumbrada posición, se queda en su sencillez, todavía se llama a sí mismo “el último de las tribus”… “Porque Aholiav se consideraba el último, y por ello realmente él podía edificar el Mishkan y sus utensilios. Y se puede explicar según lo que fue dicho, dijo Rabí Ioshua Ben Levi, cuando el Beit HaMikdash existe, la persona ofrece su sacrificio de Ola, y recibe la recompensa de la Ola. Ofrece Minja, recibe la recompensa de la Minja. Pero el humilde, el versículo dice que es como si ofreciese todos los sacrificios juntos, como dice el versículo ‘sacrificio de D’s, el espíritu quebrantado’ (Tehilim 51:19). Y no sólo eso, sino que también su rezo no es menospreciado, como dice el versículo ‘el corazón quebrantado y contrito, D’s no despreciarás’ (Tehilim 51:19) (Sanhedrin 43B, Sota 5B). Y también dicen que el Rebe Rav Bunim z”l citó a su padre, el Maguid de Wodislav z”l que el que ofrece Ola, siente como si él ha hecho algo – ofreció un sacrificio, y por ello recibe recompensa por ello. Pero el que es humilde, sabe que no ha entregado nada, y por ello realmente es más elogioso que el que ofreció un sacrificio. Es como si ya hubiese sacrificado todos los sacrificios, porque no siente que hizo algo valioso en absoluto. Y así fue respecto a Aholiav, que también después de haber edificado el Mishkan, todavía pensaba que es de la última tribu" (el Beit Israel, zt”l). 

Midreshet Majón Orá

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Rav Shlomó Aviner Es tan sencillo amar
Rav Shlomó Aviner

Es tan sencillo amar, sonreírle a la vida, escuchar el canto de la vida, dejarla acariciarte, dejarle a nuestros corazones abrir una ventana al sol del amor, que nos transforma en mejores.
Amaremos a D’s, amaremos a Am Israel (el Pueblo de Israel), a toda persona, a toda criatura, a todo animal, a todo grano de arena, a toda planta y a toda flor. Amaremos toda la Torá, toda mitzva, toda costumbre, toda halajá, toda letra, toda buena virtud. Amaremos nuestra tierra, toda ciudad, todo asentamiento, toda montaña, todo cerro. Amaremos al amor, el temor, la seriedad, amaremos la alegría. Amaremos, amaremos. Es tan sencillo amar. Es tan natural.
Amaremos el aire puro, amaremos el celeste del cielo, el alma plena de esperanza, el valor y la valentía. Amaremos el agua y el polvo, la lluvia y la nieve. Amaremos decir “por favor”, amaremos decir “gracias”. Amaremos el ser buenos, amaremos el ser sensibles, amaremos todo lo que vimos, todo lo que escuchamos, todo lo que experimentamos. El pasado, el presente y el futuro. Los jóvenes y los ancianos, las niñas y los niños. Amaremos. Amaremos. Es tan sencillo.
Amaremos el alma plena, tan plena. Amaremos nuestros buenos momentos, y también los momentos difíciles. Amaremos el estar en nuestro hogar, y también cuando somos extraños en casa ajena. Amaremos este mundo, amaremos el Mundo Venidero.
Amaremos nuestro sendero en nuestro mundo, amaremos cruzar el río marchando a un mundo distinto. Amaremos encontrar a D’s aquí, amaremos encontrarlo allá. Es tan sencillo amar.
Amaremos descansar allá, recibir la recompensa de nuestro esfuerzo, amaremos cantar con los ángeles allá. Amaremos esforzarnos aquí, amaremos aguantar con nuestro cuerpo aquí, amaremos rendirle culto a D’s aquí. Es tan sencillo.
Amaremos a D’s aquí, amaremos a D’s allá, amaremos a D’s en todo lugar. Amaremos amar.
Amar.
 

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
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Director del Departamento ibero-americano
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