Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Vaishlaj     14 de Kislev 5772     No 846


Rav Eran Tamir ¿Para qué fue instituido el dinero?
Rav Eran Tamir

Nuestro patriarca Iaacov instituyó la moneda de comercio, como figura en nuestra Parashá: “Y llegó Iaacov sano y salvo a la ciudad de Shjem… y acampó frente a la ciudad” (Bereshit 33:11). Comentaron nuestros sabios: “‘Acampó frente a la ciudad’ – dijo Rav: Les instituyó una moneda” (Shabat 33b) [en hebreo, la palabra “vaijan” puede ser interpretada como “acampó”, o también “cayó en gracia”. N. del T.]. Es extraño: ¿Acaso nuestro patriarca Iaacov no encontró algo más importante para las generaciones futuras que instituir una moneda?
El Rav Kuk explica (Ein Aya, Shabat Alef, Pág. 210) que el principio básico que se encontraba frente a los ojos de nuestro patriarca Iaacov cuando instituyó la moneda, es el deseo de generar un vínculo, una relación y unidad entre las personas. Sólo de esa forma podrá manifestarse el bien pleno en el mundo.
Es decir: Mientras que no había una moneda para comerciar, las personas negociaban con el trueque, intercambiando sus productos. Los lazos sociales eran muy limitados. Por ejemplo: Si uno plantaba pepinos y otro criaba gallinas ponedoras, por lo general no habría ninguna relación social entre ellos, a no ser que el uno necesite de la producción del otro. Ellos vivían el uno al lado del otro, pero no juntos. De momento que Iaacov instituyó la moneda – que todos utilizan y necesitan – las relaciones comerciales abarcaron a todos, porque todos utilizaron la misma moneda, lo que los vinculó y de esa forma generó un lazo interno y auténtico entre los seres humanos. Y como dice el Rav Kuk: “Mientras no existía la moneda, sabía la persona que podía tener provecho de las obras de su amigo sólo cuando le son necesarias y también su amigo necesite las de él. Pero si no se encontrarán esos dos puntos, no podrá apreciar el bien que recibe de su amigo. Pero cuando el punto álgido de la moneda como medio de comercio fue incluido, en todo momento que tiene excedentes de su producción, lo puede vender a cambio de monedas. Y de esa forma se aumenta el sentimiento de amor que es la base de la moral, a través del añadido de oportunidades continuas”.
Lamentablemente, una de las razones que separa a las personas en el mundo es el dinero, que genera egoísmo, odio, envidia, competencia, luchas entre las personas e incluso entre pueblos. No fue esa la intención de nuestro patriarca Iaacov cuando instituyó la moneda, que se llama también “zuz” en arameo, ya que toda su intención no es sólo “moverse” de una mano a otra, sino que también “mover” las personas una hacia la otra [en hebreo, moverse es lazuz. N. del T.].
La crisis económica mundial, que nos incumbe a todos, debilitó también a Majón Meir, que se encuentra en dificultades. ¿Qué es más apropiado que devolver el dinero a su papel correcto – como medio de unión entre las personas – apoyando un instituto que todo él es amor por el Pueblo de Israel? 

Midreshet Majón Orá

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Rav Shlomó Aviner Sin precio
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: Si los árabes nos atacan, ¿acaso está permitido devolverles, “ojo por ojo”? Lo único que los disuade es que los ataquen a ellos o dañen sus pertenencias. Y también si Tzaha”l (el Ejército de Defensa de Israel) o la policía desarman un asentamiento o un establecimiento, atacaremos árabes, para que sepan que si hay locos entre ellos, también dentro nuestro los hay. Locos que no se los puede controlar, anormales, y de esa forma se logrará disuadirlos. Un balance de terror, un método eficaz. En su momento, Shimshón así hizo y surtió efecto.
Respuesta: Un pésimo método. No se asienta Eretz Israel (la Tierra de Israel) a través de malas virtudes y trasgresiones. Por el contrario, “por nuestros pecados fuimos exiliados de nuestra tierra”. Una regla importante de la halajá: No se cumple una mitzva a través de una trasgresión.
Nuestra disputa con los árabes es de quién es esta tierra. ¡Es nuestra tierra, y no de ellos! Pero eso no nos permite matarlos, atacarlos, robarles o incluso ofenderlos. Por el contario, de esa forma debilitamos nuestra contienda nacional y la rebajamos al plano de peleas entre vecinos. Y por supuesto que no se ataca un árabe por las acciones de otra persona.
En su momento, cuando se formaron los núcleos para asentarse en el Shomron (Samaria) nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk, dijo que está permitido asentarse sólo en territorios que le pertenecen al estado. Y explicó: No tenemos ningún problema con Ajmad o Mustafa. No se trata de un conflicto personal con un árabe determinado, es un conflicto nacional.
La pregunta en sí es señal de debilidad y confusión. Demuestra que hay quienes no comprendieron qué hacemos aquí hace más de cien años: No se trata del asentamiento de judíos particulares determinados, sino que de Am Israel (el Pueblo de Israel). El que decide es Am Israel, y ningún otro individuo particular.
En la pregunta misma se encuentra escondida la premisa que el gobierno de Israel es un gobierno hostil para con la tierra – como el Mandato Británico en su momento. Es cierto que bajo el gobierno británico hubo operaciones clandestinas, y también en ese entonces había una discusión terrible si toda organización clandestina puede tomar esas decisiones, o sólo la nación. Pero en ese entonces no teníamos un país, y ahora gracias a D’s lo tenemos, y según todas las opiniones él es el que decide.
Tampoco en la época de Shimshón había un estado, y los plishtitas gobernaban sobre Israel – por ello Shimshón obraba sólo. Y también él lo hizo bajo un encubrimiento de peleas personales, para que Am Israel no tenga que pagar el precio de sus acciones. Y todo lo hizo inspirado por D’s, según la kdushá (santidad) Divina.
Empezando por cobrar un precio de los árabes, hay quienes van más lejos aún y hablan de hacer lo mismo para con Tzaha”l y la policía – como si ellos fuesen nuestros enemigos, como si ellos tuviesen que ser considerados traidores que nos quieren entregar a los enemigos.

Tzaha”l – en su grandeza – no informa de todas esas acciones, de todas las piedras que le tiran, de todo lo que lo fastidian, de todos los insultos – porque a fin de cuentas él ama a todo Am Israel, y se sacrifica por todo Am Israel. ¡Qué ejército grandioso! En el libro “Pele Ioetz”, inciso “Salvación” son citados nuestros sabios: “Incluso los vacíos de Am Israel están colmados de mitzvot como una granada” (Brajot 26A). ¿Cómo puede ser? Se está hablando de aquellos que “cumplen la mitzva de salvación de judíos, que de esa forma son juzgados para bien, incluso más que los grandes sabios de Am Israel”. Y si así es tratándose de personas que salvan individuos particulares de Am Israel, por supuesto cuando se habla de Tzaha”l que salva a todo Am Israel, y toda Eretz Israel, y toda la santificación del Nombre de D’s de Israel y todo el honor de Am Israel. Ellos no informan, pero se lamentan mucho y duelen que ustedes – las personas que ellos protegen, que todos saben que si Tzaha”l no hará su tarea, no podrán hacerle frente a los enemigos ni un solo momento – esa mismas personas los hieren y los ponen en peligro.
Pero nuestro consuelo es que esas personas que hablan de cobrar precio son una ínfima minoría, las márgenes del margen, y debemos decir la verdad, a veces los hacen responsables de acciones que no cometieron. No hay ningún talmid jajam (erudito del estudio de la Torá) que haya determinado la halajá que se puede hacer algo así, ni tratándose de árabes ni tratándose de Tzaha”l y la policía. Hay sólo muy pocos talmidei jajamim que se puede entender de sus palabras que insinúan eso de alguna forma. O algunos que les dicen a sus discípulos: ¡Está prohibido!, pero ellos sienten que les guiña el ojo.
Hay que tener mucha misericordia de esos marginados, que se disparan a sus propios pies y se alejan a sí mismos de Clal Israel (la totalidad genérica de Am Israel), de una forma que no tiene ningún provecho ni es moralmente correcta.
Y por eso, de una vez por todas, cambiar la forma de reaccionar es una decisión de toda la nación, y no una resolución clandestina de individuos particulares. No trates de convencer por la fuerza a todos de tu verdad. El que decide es el pueblo, y él no le teme a nada, ni a los enemigos ni a nada. Y tampoco te tiene miedo.
Gracias a D’s avanzamos, nos fortalecemos, nos unimos, nos elevamos – y nuestro D’s marcha delante nuestro.

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
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