Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Emor     3 de Iyar 5771     No 816


Banderas “Y saldrá un retoño del tronco de Ishai”
Rav Azriel Ariel
(reimpresión)

En los rezos de Iom HaAtzmaut (Día de la Independencia) la Rabanut HaRashit (Supremo Rabinato) de Israel determinó que se lea la profecía de la gueulá (Redención) que comienza con el versículo: "Aún vendrá el día, cuando reposará en Nov" (Ishaya 10:32). No viví en esa generación, que fue merecedora de determinar los rezos de ese día, ni tampoco pude averiguar por qué lo hicieron así. Es sabido que esa Haftará fue tomada del rezo del último día de Pesaj fuera de Israel, y él vincula la primera gueulá – la gueulá de Egipto – con la última gueulá. Y a pesar de ello, intentaré aclarar por qué fue elegido justamente ese de entre todas las decenas de capítulos de consuelo maravillosos y emocionantes no menos que él – y quizás más aún.
Gran parte de los capítulos que hablan de la
gueulá en los libros de los profetas tratan del proceso en sí, cómo sucederá. Pero aquí, no es descrito el proceso sino que su resultado: ¿Cómo se verá el mundo después de la gueulá? Mientras que los demás capítulos nos presentan sólo un aspecto o algunos aspectos, esta profecía expone casi toda la imagen completa.
¿Cómo se verá la sociedad de Israel? Se nos presenta el corregimiento espiritual, a nivel de los líderes – "y reposará sobre él el espíritu del Eterno, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de conocimiento y de temor al Eterno" (Ishaya 11:2), e incluso a nivel público, general – "porque la tierra estará llena del conocimiento del Eterno, como las aguas cubren el mar" (Ishaya 11:9). El corregimiento social
a través de la justicia – "juzgará con justicia a los pobres... y será la justicia cinto de sus lomos, y la fe ceñirá su cintura" (Ishaya 11:5). Y la injusticia será exterminada – "no lastimarán ni herirán en toda Mi santa montaña" (Ishaya 11:9). Paz y seguridad plenos y eternos – "morará el lobo con el cordero, y el tigre con el cabrito se acostará... y el león como la vaca comerá paja" (Ishaya 11:6-7).
Ese corregimiento no se limita al plano nacional, sino que también se extiende al plano internacional. Mientras que los vaticinios de la gueulá en la Torá hablan sólo del regreso de Am Israel (el Pueblo de Israel) a su tierra y de su éxito económico y espiritual – cuando los gentiles parecen ser sólo castigados por las injusticias que le hicieron a ese pueblo – el profeta Ishaya completa la descripción, y presenta la misión genérica humana del Pueblo Judío en el momento de la gueulá. "Y ocurrirá en aquel día, que el renuevo de la raíz de Ishai será como estandarte para los pueblos, a él acudirán las naciones y será glorioso su lugar de descanso" (Ishaya 11:10). Y a eso, se le suma el retorno de los exiliados – "reunirá a los esparcidos de Iehudá" (Ishaya 11:12), y también serán reunidas los diez tribus perdidas, "izará un estandarte para las naciones y convocará a los dispersos de Israel" (Ishaya 11:12). Habrá muchos escollos frente a los exiliados que regresan a la tierra de sus antepasados, pero serán quitados del camino: "Y el Eterno destruirá totalmente la lengua del mar egipcio, Y con Su viento abrasador levantará Su mano sobre el río, lo partirá en siete arroyos y hará que los hombres lo pasen a pie" (Ishaya 11:15). Hasta tal punto, que habrá "un camino real para el resto de Su pueblo... como lo hubo para Israel en aquel día en que subió de la tierra de Egipto" (Ishaya 11:16). Y a pesar de toda la dificultad de juntar a todos los judíos, que vivieron separados durante tanto tiempo, el pueblo estará unido y agrupado – "Efraim no envidiará más a Iehudá, e Iehudá no molestará más a Efraim" (Ishaya 11:13). Y en base a ello, se harán merecedores de liberar todos los páramos de nuestra tierra – "volarán por el hombro a los Plishtim al occidente... extenderán su mano sobre Edom y Moav, y los hijos de Amon les obedecerán" (Ishaya 11:14).
Y nuevamente, vuelve el profeta a la meta universal: "Y dirás en aquel día... agradeced al Eterno, proclamad Su Nombre, declarad Sus obras entre los pueblos" (Ishaya 12:1-4). Y no es por azar que el profeta repite los términos que figuran en Shirat HaIam (Canto del Río, cuando salieron de Egipto), un episodio sin igual en cuanto a la Santificación del Nombre de D's frente a los pueblos: "Confiaré en Él y no temeré, porque D's el Eterno es mi fortaleza, mi canto es a Él y Él se ha tornado en mi salvación... cantad al Eterno, porque ha obrado con gloria, que eso sea conocido por toda la tierra" (Ishaya 12:2-5).
Y en paralelo – el agradecimiento por la salvación nacional, y la continuación del renacimiento espiritual, hasta llegar a la restauración de todo el kodesh (lo santo), descubriendo nuevamente los planos más ocultos de la Torá: "Con alegría sacaréis agua de los pozos de la salvación" (Ishaya 12:3), como lo traduce Onkelus "recibirán un nuevo estudio de los más elegidos de los tzadikim (justos)". Y Rashi comenta "descubrirán los secretos de la Torá".
Esa imagen espectacular sólo falta dos componentes: La reconstrucción del Reinado de Israel, y la reconstrucción del Beit HaMikdash (El Templo). La razón de su ausencia, es que sencillamente, cuando el profeta dijo esa profecía aún no había vaticinado su destrucción (después del capítulo 39 – en el que vaticina la destrucción – figuran el reinado y el Beit HaMikdash en las profecías de consuelo del capítulo 40 y más).
Durante muchas generaciones soñamos con la gueulá y la salvación. En las penurias de la galut (exilio) nos fue difícil imaginarnos el mundo corregido de la gueulá. La gran visión se limitó a un sueño encogido: "Todavía no hemos perdido nuestra esperanza... ser un pueblo libre en nuestra tierra" – sin que nos persigan o nos sometan, sin que nos hagan sufrir ni se aprovechen de nosotros, sin humillaciones ni Pogromos. Pero no alcanza con alegrarnos con lo que ya alcanzamos: No debemos descansar sobre los laureles. Quedarse sin una visión, sin un anhelo nacional grandioso, a largo plazo, es un peligro. "Donde no hay visión, el pueblo se da al desenfreno" (Mishlei 29:18). Justamente en el día en que festejamos nuestra independencia, nos presentaremos frente a la grandiosa visión más completa del profeta Ishaya, que es la que le da sentido, contenido y dirección a todas nuestras obras.

¡Felices fiestas - próximamente la salvación completa! 

Midreshet Majón Orá

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Rav Shlomó Aviner El Kibutz HaDati
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: Tengo una idea brillante, y me extraña que no lo hayan pensado antes: Edificar un asentamiento religioso en el que todo se conduzca según la Torá, para que todos sepan que la Palabra de D’s abarca todos los campos de la vida. No sólo la del individuo particular – lo que también se da en la ciudad, en la que gracias a D’s hay muchas personas buenas y tzadikim (justos) –  sino que también la del público general, también él se conducirá según la Torá. Yo se que en Iehudá y Shomron (Judea y Samaria) hay asentamientos religiosos – que se multipliquen – pero la definición más adecuada para ellos es más bien de un barrio de personas religiosas. Yo me refiero a un asentamiento que vive y palpita, que crea, en el plano económico, del ejército, social y por supuesto espiritual, en forma sincera para el país, cuando todo es iluminado según el resplandor de la Torá.
Respuesta: Una muy buena idea. Seguramente te alegrarás de saber que ya pensaron en ello anteriormente, y también lo llevaron a la práctica: Ese es el Kibutz HaDati (la Comuna Religiosa). Esa es exactamente su meta: Santificación de todos los campos de la vida y todos los sistemas según la Torá.
Por supuesto, no todo es perfecto. Ni tampoco yo lo soy, ni tú. Esa es la meta, esa es la aspiración, y se esfuerzan en esa dirección todo lo pueden. Los grandes ideales según los cuales se orienta el Kibutz HaDati no son derivados de la cultura occidental, ni del Código de Hamuravi, ni de la Bhágavad-guitá – sino que de nuestra Torá kdoshá (santa). El trabajo agrícola – es Torá. En general, todo trabajo que le procura el sustento a la persona y fortalece al país es Torá. Un régimen igualitario y justo – en base a la Torá. El servicio militar – por supuesto que es Torá. Ser partícipes de la vida del país –no es necesario explicar que es parte de la Torá.
Y el sacrificio por el pueblo y la tierra, ¿de dónde llega si no es de la Torá? Seguramente tú sabes que en la Guerra de la Independencia todos los Kibutzim religiosos se encontraron ubicados en el frente de batalla, y fue el Kibutz Tirat Tzvi que detuvo el ataque del Ejército de Salvación. Los kibutzim de Gush Etzion se encontraban en una situación muy difícil, cuando intentaron detener al enemigo. Todos murieron en la lucha – pero lograron salvar a Ierushalaim. Hubo casos en los que el enemigo llegó hasta los patios del kibutz, y no es necesario mencionar cuántas personas cayeron. Y hasta hoy en día, les es muy simple que se enrola en el ejército con sacrificio y alegría, no es necesario ni hablar de ello, es sobre entendido.
En general, el amor por la tierra es el alma del Kibutz HaDati. La mayoría de los miembros son derechistas amantes de Eretz Israel (la Tierra de Israel), y la minoría son izquierdistas que aman a Eretz Israel (no, no se trata de un error de imprenta).
¿Y el año lectivo agregado de trabajo voluntario no es parte de la Torá? Sin trompetas, es una gran mitzva, sin duda. Y eso sin mencionar a muchos jóvenes que se dirigen a estudiar a ieshivot (centros de estudio de la Torá) y Mejinot, y muchachas en midrashot (centros de estudio de la Torá para muchachas). Y eso sin mencionar a los muchos centros educativos que se encuentran dentro de los kibutzim religiosos mismos.
Es cierto, pasaron muchos años, es cierto que ahora hay un proceso de regreso a propiedades particulares, pero el kibutz quedó fiel a su raíz inicial, que en aquel entonces era apodado: Baja”d (El Pacto de los Colonos Religiosos). Yo todavía recuerdo cuando en la puerta de nuestro snif había un cartel que decía “Bney Akiva Baja”d”, y nosotros como niños no sabíamos exactamente qué quería decir Baja”d
Y en general, lo que te relato no lo escuche o me lo contaron: Yo viví en un kibutz durante 8 años. Es cierto que ya hace mucho tiempo no vivo en el kibutz, pero no lo abandoné porque me oponga a su idea, sino que tenía que cumplir mi obligación en otro lado. Pero en mi ser, continúo ligado al kibutz, en mi pensamiento y en mi corazón.
Dicho sea de paso, si mencionamos el Kibutz HaDati, no debemos olvidar también el Movimiento Kibutzi Secular. Él tiene muchos méritos, como la punta de lanza del renacimiento nacional. Y si bien escuchamos muchas veces que fueron los asentamientos los que elevaron el estandarte de la colonización, no es del todo cierto. Seguro que no en el plano de la producción económica.
Esa es la regla, el Kibutz HaDati es realmente una vida de la totalidad genérica, el individuo particular no vive allí aislado, sino que es elevado con las alas del público. Es cierto que desde ese entonces fueron fundados asentamientos religiosos de muchos tipos: Moshav Shitufi, Moshav Ovdim, Ishuv Kehilati y otros – pero el principio fue el Kibutz HaDati, que seguro todavía no pasó a ser parte de la historia.
Por ello, mi querido amigo, te felicito por tu idea, y agradécele al Kibutz HaDati que lo pensó y lo plasmó ya hace tiempo.
 

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
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