Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Kdoshim     26 de Nisan 5771     No 815


“Amarás”... al gentil?
Rav Azriel Ariel
(reimpresión)

Es sabido cómo le contestó el anciano Hilel a esa persona que para convertirse, pretendía que le enseñen toda la Torá parado en un sólo pie: “Lo que tú odias, no se lo hagas a tu prójimo – esa es toda la Torá, y ahora ve a estudiar el resto” (Shabat 31A). También es bien conocida la frase de Rabí Akiva: “‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’ (Vaikra 19:18) – esa es una regla genérica de la Torá” (Bereshit Rabah 24). Y así fue determinado en la halajá: “Toda persona debe amar a cada miembro de Am Israel (el Pueblo de Israel) como su mismo cuerpo, como dice el versículo ‘amarás a tu prójimo como a ti mismo’ (Vaikra 19:18)” (Ramba”m, Hiljot Deot 6:3).
Pero más allá de la halajá, se encuentran las virtudes de los piadosos. Nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk zt”l muchas veces citaba a Rabí Jaim Vital, que dice en su libro “Shaarei Kdushá” – un libro que dirige a la persona para alcanzar la inspiración Divina: “El quinto portón, donde se aclara el nivel del piadoso... y también se trata de temas más severos que el resto... en primer lugar, en cuanto a las virtudes... y amará a todas las criaturas, incluso a los gentiles...”.
Ese amor – por toda persona que fue creada a imagen y semejanza Divina – debemos profesarlo por varias razones. La primera, es por nuestro amor a D’s mismo: “No se puede dejar de amar a D’s... y no se puede evitar el colmarse de amor por toda la creación que Él hizo. Ya que la abundancia del resplandor Divino alumbra todo, y todo es una expresión de la deseada gracia Divina. La Bondad de D’s abunda toda la tierra” (Midot HaReayá, Ahava 3).
Y lo amplía su hijo, el Rav Tzvi Iehudá Kuk en sus charlas (Sijot, Parashat Vaiera): “El que realmente ama al Creador, ama también a todas las criaturas de Él... en contraste, hay un tipo de personas que no se relacionan bien con las criaturas, son pesimistas. Ellos están ‘enojados’ con D’s, lo critican, y por ello también están enojados con Sus criaturas”.
También el papel de Am Israel – corregir el mundo con el Reinado de D’s – nos exige una actitud positiva para con los gentiles: “No se puede llegar de ninguna forma al elevado espíritu de ‘alabad al Eterno, anunciad Su Nombre, haced conocer entre los pueblos Sus hazañas’ (Tehilim 105:1) – sin un amor interno, que brota de lo profundo del corazón y del alma, sin el deseo de hacer el bien para todos los pueblos, de enmendar sus adquisiciones, de hacer felices sus vidas. Esa cualidad es la que posibilita al espíritu del rey Meshiaj (Mesías) revelarse en Am Israel” (Midot HaReaya, Ahava 5).
Y por ello “el amor por las criaturas debe vivir en el corazón y en el alma, el amor por cada persona, y el amor por todos los pueblos, el deseo de su elevación y renovación – espiritual y material. Y el odio, debe ser dirigido sólo hacia la maldad y la inmundicia del mundo” (Midot HaReaya, Ahava 5).
Un maestro que no ama a sus alumnos, debe dimitir. Y de momento que Am Israel no puede dimitir - no puede dejar de ser “una luz para las naciones” (Ishaya 42:6) - no puede tomar una actitud básica negativa para con los gentiles. El odio debe ser focalizado contra los malvados y los enemigos, debe centrarse en la maldad y la hostilidad de ellos, y no debe difundirse a los aspectos positivos que existen en ellos. “Nosotros penetramos en las profundidades de la Bondad, y no debemos dejarnos llevar por la corriente del odio, incluso contra el enemigo más terrible...” (Orot HaKodesh Guimel 326).
Una actitud de amor para con los gentiles le confiere una dimensión de profundidad al amor nacional, al amor por todo Am Israel: “El amor por la nación podrá elevarse con todo su esplendor y grandeza - espiritual y práctica - sólo en una persona con un alma rica en amor por todas las criaturas y por todo hombre. Y la antipatía que hace ver a todo lo que se encuentra fuera de los límites de la nación singular... sólo fealdad e impureza – es parte de la terrible oscuridad que arruina toda la edificación del bien espiritual, que toda alma sensible anhela su resplandor” (Orot HaKodesh Dalet 405).
Pero tenemos prohibido que el amor por toda la humanidad borronee el reconocimiento de Am Israel como el Pueblo Elegido y su papel - lo que nos exige un amor mucho más profundo por todo judío. Debemos recordar que el amor por todo judío es una mitzva de la Torá, un precepto positivo como dice el versículo “amarás a tu prójimo como a ti mismo”, y también una prohibición: “No odiarás a tu hermano en tu corazón” (Vaikra 19:17). Mientras que el amor por todo ser humano y la limitación del odio por el enemigo, es una virtud de los piadosos.
“El amplio corazón que a veces pretende incluir... toda la humanidad en el amor singular por Am Israel, debe ser verificado. Cuando el reconocimiento de la santidad de la esencia espiritual intrínseca singular de Am Israel permanece en su cualidad, y de acuerdo a esa claridad se difunde el amor por todo pueblo y por cada persona – esa es la virtud de nuestro patriarca Avraham, que fue llamado ‘padre de muchos pueblos’ – ‘y serán bendecidas en ti todas las familias de la tierra, y en tu simiente’ (Bereshit 28:14). Pero a veces el principio de ese amplio amor llega a través del entumecimiento del sentimiento y el apagado del resplandor sagrado del reconocimiento de la elevada singularidad espiritual de Am Israel. En ese caso, se trata de un amor venenoso, y sus acciones están repletas por dentro de una terrible destrucción, y se debe alejar de ese tipo de amor como de un toro rabioso...” (Orot Israel 8:5).
Ese es el “sendero de oro” por el que debemos dirigirnos como Pueblo Singular, que marcha entre las familias de los pueblos.
“Y acontecerá que en los postreros días, el Monte de la Casa del Eterno será establecido como cabeza de los demás montes, y será ensalzado sobre los collados, y afluirán a él todas las naciones. Pues caminarán muchos pueblos, y dirán; venid, y subamos al Monte del Eterno, a la Casa del D’s de Iaacov, a fin de que Él nos enseñe en cuanto a Sus caminos, porque también nosotros queremos andar en Sus senderos. Entonces saldrá la Torá de Tzion, y de Ierushalaim la palabra del Eterno” (Ishaya 2:2-3).

El Ramja"l (Rabí Moshé Jaim Luzato) nos enseña un importante principio básico en su libro “Derej HaShem”: “Así hizo la Elevada Sabiduría, que todo lo que fue corregido y todo gran resplandor que alumbró en algún momento” – todo acontecimiento o todo milagro que le ocurrió a Am Israel (el Pueblo de Israel) en una fecha determinada – “cuando se vuelve a ese momento, seremos alumbrados por un resplandor similar al primero, y se renovará lo que fue corregido en aquel entonces”. Cuando se repite la fecha en la que ocurrió un milagro, entonces D's hace que se vuelva a revelar ese gran resplandor, y la persona puede absorberlo, captarlo, y elevarse con él como los que se encontraron en el momento en que ocurrió el milagro en el pasado.
Bien lo explicó el Rav Elimelej Bar Shaul zt”l en su libro “Min HaBeer” (Pág. 222): “No se debe apreciar el acontecimiento como algo que pasó… sino que debemos considerarlo como un acontecimiento de su momento, y para todas las generaciones… el acontecimiento abrió un portón, y ese portón no se volverá a cerrar nunca. Y toda generación se presenta frente a ese portón y ve las mismas imágenes iniciales”.
De ello podemos entender por qué fuimos ordenados cumplir todas las mitzvot relacionadas con cada festividad, porque esas mitzvot son los medios a través de los cuales nos vinculamos y captamos esa abundancia, “la esencia de la festividad es como un maravilloso vestido, que cuando la persona lo viste se eleva por encima del tiempo y el lugar, y llega al momento y al lugar del acontecimiento… el disco solar que alumbró con su brillo al principio, en aquel acontecimiento, vuelve a ser colgado cada año en ese mismo día” (Min HaBeer, Pág. 222).
Según ello podemos entender que “en cada generación la persona debe verse como si él hubiese salido de Egipto, ya que no sólo a nuestros antepasados redimió, sino que también a nosotros nos redimió” – y no se refiere a que también nosotros salimos alguna vez de Egipto, sino que como agrega el Ramba”m; “como si él mismo ha salido en este momento de la esclavitud de Egipto”. Es decir, “en este momento ha salido, en este preciso momento ocurrió esa gueulá (Redención)… nada se ha perdido, nada ha pasado, sino que ocurre en este preciso instante. El que se sienta al lado de la mesa del Seder en la noche del 15 de Nisan en este año no sólo recuerda el milagro de la gueulá de Egipto, sino que lo revive en sí mismo, realmente lo vuelve a vivir en ese momento. Vive ahora la gueulá del ahora, y es su alegría en su corazón ahora, porque en lo profundo del ser no hay distancias de tiempo” (Min HaBeer, Pág. 222).
De acuerdo a ello podremos entender lo que dice el Rav Jarla”p zt”l en su maravilloso comentario a la Hagada (Mei Marom, Pág. 6): “
Por ello, cada uno debe esforzarse… para prepararse al encuentro de ese día, para recibir todas las elevadas comprensiones y las maravillosas luces que surgen y se revelan en esa noche y en ese día”, “y como en aquel entonces, en el momento de la salida de Egipto, así también cada año cuando se santifica la Noche de la Vigilia para D's, cada uno de los miembros de Israel se hace merecedor que D's mismo – como si así fuese – se encargue de él en forma personal. Y cuando realiza el Seder y también todo el primer día de la fiesta, él se encuentra con D's. El resplandor del alma se le revela a cada uno, con todo su santo esplendor y su contenido – no de acuerdo a lo que se merece según sus acciones y su esfuerzo – y se revela con toda su grandiosidad todo ese día. Y el que se hace merecedor de prepararse para aprovechar ese resplandor del alma y vincularse con él – el nivel que alcanza es indescriptible. Y ese resplandor alumbra en él todo el año, de la misma forma que se reveló en ese momento”.
Seremos merecedores de prepararnos como corresponde y captar esa enorme abundancia que nos es otorgada, y en base a ella nos colmaremos de espíritu de libertad, ya sea en el plano particular como en el plano general, siendo un pueblo libre de toda esclavitud a otras naciones, y pronto D’s nos mostrará sus maravillas como en aquel entonces, en esta época. 

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Rav Shlomó Aviner El derecho de retorno de los árabes
Rav Shlomó Aviner
(reimpresión)

Pregunta: El sionismo es un movimiento correcto, desde el punto de vista moral, porque trata de corregir la injusticia que se cometió con un pueblo, que fue desterrado, y trata de devolverlo a su patria. Pero debemos reconocer que los árabes se encuentran en una situación similar. La construcción de nuestra tierra, en base a la moral, es lo que garantiza su continuación y éxito. Por lo tanto, estoy interesado en saber; el “derecho de retorno” de los demás pueblos también es mencionado en el Tanaj?.
Respuesta: Por supuesto, de la misma forma en que está escrito “y haré tornar el cautiverio de Mi pueblo Israel” (Amos 9:14), también está escrito “haré tornar el cautiverio de los hijos de Amón, dice el Señor” (Irmya 49:6). De la misma forma en que está escrito “entonces el Señor hará tornar tu cautiverio, y se compadecerá de ti, y volverá a recogerte” (Dvarim 30:3), también está escrito “y haré tornar el cautiverio de Egipto” (Yejezquel 29:14).
El que plantea ese paralelismo, es no menos que nuestro gran comentarista, Rashi: “Es grandioso el d
ía en que vuelven a reunirse las diásporas, y es muy dificultoso, como si D’s mismo tuviese que tomar de la mano a cada uno y sacarlo de donde se encuentra, como dice el versículo “y vosotros seréis recogidos uno a uno, hijos de Israel” (Ishaya 27:12)” (Rashi, Dvarim 30:3). La reunión de las diásporas es tan importante, que es como si El Señor del mundo retorna todo el Pueblo de Israel, uno a uno, a su tierra. Y el agrega: “Y también con respecto a los demás pueblos es así; “y haré tornar el cautiverio de Egipto” (Yejezquel 29:14)” (Rashi, Ídem.). Entonces, la reunión de las diásporas no es un concepto exclusivo del Pueblo de Israel, sino que El Señor del mundo desea que cada pueblo goce de un proceso similar.
Entonces, existe un v
ínculo entre cada pueblo y su tierra. El Maharal de Praga explica en su libro “Netzaj Israel”, en el que analiza el exilio y la redención de Israel, que un pueblo puede vivir en forma natural, o en forma anti-natural. Para llevar una vida natural, son necesarias tres condiciones: Que los miembros del pueblo vivan juntos, en su tierra, e independientes (Cáp. 1). Esa definición, no se refiere exclusivamente al Pueblo de Israel: Es una definición general, común a todo pueblo de la tierra. De la misma forma que toda persona que existe -que fue creada a “imagen y semejanza de D’s”- tiene derecho a vivir de acuerdo a su carácter y naturaleza, todo pueblo tiene ese derecho. “En repartiendo el Altísimo herencia a las naciones, cuando hizo separarse a los hijos de Adam, iba fijando los límites de los pueblos” (Dvarim 32:8).
Cuesta prestar o
ídos a la idea que debemos preocuparnos por el interés y bienestar de los árabes, que derraman nuestra sangre día a día, y nos afligen con crueldad desde que volvimos a nuestra tierra, pero en esencia, no somos un pueblo guerrero. No deseamos la destrucción del mundo, y ni siquiera la de nuestros enemigos.
Es algo maravilloso, que el Pueblo de Israel a lo largo de todas las generaciones, a pesar de que los dem
ás pueblos lo hicieron sufrir tanto -un sufrimiento terrible y espantoso, indescriptible- terminó siempre su oración diaria no con la esperanza de que ellos sean aniquilados, sino que por el contrario, con el franco deseo de prosperidad de todos los pueblos: “corregir el mundo con el reinado de D’s, y todas las personas invocarán Tú nombre, y los malvados de la tierra tornarán a Tí, reconocerán y sabrán todos los habitantes de la tierra que ante Tí toda rodilla debe inclinarse, y que toda lengua debe hacerte votos de fidelidad” (Oración diaria, “Aleinu leshabeaj”). Más maravilloso aún es que esa oración fue instituida por Ioshua Bin Nun (Kol-vo 16), el conquistador de la Tierra de Israel. Así somos nosotros, a pesar de que nos vemos obligados a luchar para liberar y defender nuestra tierra, no por eso perdemos nuestra visión universal.
Es obvio que tenemos que defendernos de nuestros enemigos, pero al mismo tiempo no debemos guardar un rencor eterno al pueblo
árabe, o los pueblos árabes, y debemos aspirar a que también ellos gocen de su derecho de retorno. Por supuesto que no es fácil de realizar en un instante, sobre todo en estos días, pero cuanto más convencidos estemos de la importancia de el “retorno de las diásporas”, también de los árabes -para nuestro bien y el bien de toda la humanidad- encontraremos cómo realizarlo, y cómo salvar los obstáculos, y seguramente también las personas idealistas de todo el mundo apoyarán ese elevado objetivo moral: Devolver cada pueblo a su tierra. Qué grandioso será ese día, como dijo Rashi: “Es grandioso el día en que vuelven a reunirse las diásporas.... y también con respecto a los demás pueblos es así“.
Realicemos el derecho de retorno, y devolvamos a sus tierras de origen los
árabes de Israel!.
Esta es nuestra tierra, la Tierra de Israel, como lo dice su nombre, y los
árabes inmigraron con el correr del tiempo, sobre todo en vísperas de la Guerra de Independencia, como lo sabe toda persona que estudia historia (Por ejemplo, el libro “From time inmemorial”, de la investigadora estadounidense Joan Peters). Y será grandioso el día del retorno de las diásporas de los árabes que se encuentran con nosotros a sus tierras. Será la acción más correcta, desde el punto de vista moral, para ellos, para nosotros, y para toda la humanidad. 

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
E-mail:
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