Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Noaj     1 de Jeshvan 5771     Rosh Jodesh     No 787


Rav Lior Engelmann Cuando todos piensan lo mismo
Rav Lior Engelmann

El Diluvio arrasó con todo, y exterminó todo ser viviente sobre la faz de la tierra. La concepción según la cual cada persona vive para sí misma y está dispuesta a pisotear a su prójimo en el camino de la realización de sus metas se desmoronó, y produjo el fin del mundo. Dos cambios cardinales surgieron en el mundo a raíz del Diluvio – uno de ellos fue hecho por D's, y el otro por los hombres.
El primer cambio tiene su expresión en el acortamiento de los años de vida de las personas. Antes, las personas vivían muchos años, cientos de años, incluso casi mil años, y trajeron al mundo hijos después de cientos de años de vida. Después del Diluvio la vida de las personas fue acortada, y el embarazo de Sara a los 90 años de edad fue considerado un milagro. El segundo cambio tiene su expresión en el comportamiento social, que cambió de un extremo al otro: En vez de un mundo en el que la persona se encuentra en el centro – y en nombre de la preocupación por sus necesidades se permite a sí misma tomar todo lo que está al alcance de su mano – nació un mundo en el que reina la unificación, hay una idea que unifica a todos "en toda la tierra había una sola lengua y un mismo propósito" (Bereshit 11:1). De pronto, se gestó la fraternidad, y en vez de "la tierra se había llenado de extorsión" (Bereshit 6:11) encontramos "y cada uno dijo a su compañero" (Bereshit 11:3).
La descripción de esa generación tal parece lo más cercano a los Días del Meshiaj (Mesías). Tal parece que el mundo se transformó en una sola asociación, una misma lengua y una misma cosa. La humanidad se unifica alrededor de un mismo ideal, y todos se ayudan con alegría, hasta tal punto que el que lea los versículos le resulta muy difícil entender por qué D's "arruina" toda esa fiesta de unidad, arguyendo que "he aquí que son un pueblo único y todos tienen una misma lengua, y esto han comenzado a hacer. Y ahora, nada se les retendrá de todo lo que planean hacer" (Bereshit 11:6).
También el pecado de la construcción de la Torre de Babel no está claro. Los Midrashim describen que la intención era subir al cielo y luchar contra D's. Parte de los comentaristas escribieron que el pecado se encuentra en la concentración en un lugar determinado, en vez de poblar todo el mundo. Pero los versículos no revelaron el secreto del pecado, y por lo visto hay alguna razón.
Entonces, ¿cuál es la raíz del problema de la Generación de la División, una generación que es descrita por los versículos en forma tan positiva?
El Netzi"v (Rav Naftali Tzvi Iehudá Berlín) de Voloshin explica que en forma intencional no fue escrito el pecado de esa generación, y cuál es la idea corrupta en base a la cual la humanidad se unificó. No fue escrito - porque no nos importa. El hecho que todos dicen lo mismo, y piensan en forma idéntica, ese es el problema. Una sociedad que es edificada en base a una sola idea, y no permite expresarse a toda la gama de ideas es una sociedad "flaca", superficial y peligrosa. El asentamiento concentrado en un mismo lugar y la construcción de una torre que tenía por meta, según el Netzi"v, para controlar a todos y verificar que  ninguna persona se aparte del camino común, nos muestran una sociedad que se edificó a sí misma alrededor de un régimen de control de pensamientos. Todos deben orientarse según la línea que gobierna, nadie tiene permiso a pensar en forma independiente y hacerse su camino: "Y de momento que las ideas de las personas no son idénticas, temieron que las personas abandonen esa idea y se dirijan según otra. Y por ello cuidaban que nadie salga de su ciudad" (Netzi"v, Bereshit 11:4).
Según nuestros sabios el episodio en que nuestro patriarca Avraham fue tirado a la hoguera ocurrió en la Generación de la División, la generación de la paz, de la lengua única. Esa generación no puede soportar una persona como Avraham, que se atreve a pensar en forma distinta. La hoguera es insinuada en el versículo que dice "cozámoslos en el fuego" (Bereshit 11:3). La torre tenía por finalidad controlar a los que se apartan del rebaño, y la hoguera era para hacerlos temer y castigarlos, como dice el Netzi"v: "Y el que se apartase de la unidad entre ellos, era sentenciado a ser quemado, como hicieron con nuestro patriarca Avraham. Entonces la unidad entre ellos era para mal, cuando consintieron a matar al que no piense como ellos" (Netzi"v, Bereshit 11:4).

La Generación de la División no es una generación de unidad, sino que de uniformidad. No es un símbolo de los Días del Meshiaj, sino que de los oscuros días de la Cortina de Hierro y el régimen de control de pensamientos. Cuando las personas no son libres de pensar en forma individual, mientras que a primera vista se ve paz y tranquilidad, es una tranquilidad imaginaria, es una paz de una secta que está dispuesta a vivir en paz sólo consigo misma, y no es capaz de aceptar al que es distinto. En los Días del Meshiaj vivirán el lobo con la oveja – el lobo no obligará a la oveja a transformarse en lobo, ni tampoco lo devorará si continuará siendo oveja. Ambos permanecerán distintos en su forma de vida, pero se unirán en base a una elevada y noble idea. La visión judía de esos días en los que todo el mundo se unificará en una sola asociación, es una visión de muchos y poderosos matices que se unificarán en base a su propia elección, alrededor de un ideal Divino grandioso, bajo el cual hay lugar para todos, sin borronear las identidades y sin obligar a doblegarse bajo el gobierno déspota del que se encuentra en lo alto de la torre.
El pecado de la Generación del Diluvio es el pecado de la lengua única, cuando los pensamientos son "planchados" y se es obligado a pensar de una forma determinada. Es el pecado de la falta de fe en un ideal grandioso que es capaz de unificar alrededor de él personas distintas, a través de su propia elección y conciencia plena. Es el pecado de un determinado matiz que se impone sobre muchas personas, una generación que si hubiese logrado todo lo que se proponía, tiraría a nuestro patriarca Avraham a la hoguera.
Ese es un pecado que a menudo justamente las personas idealistas cometen, cuando en nombre de una idea auténtica a sus ojos borran sin compasión todo el que no se endereza con la línea que gobierna. Es el pecado que exige la división de la humanidad en distintas lenguas y distintos matices, y su diseminación sobre la faz de toda la tierra. 

Midreshet Majón Orá

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Rav Shlomó Aviner Rav Tzfoni
Rav Shlomó Aviner
(reimpresión)

¡Rrriiing!
Yo abro la puerta. Me encuentro con un hombre de apariencia esplendorosa y simpática, que enseguida conquista mi corazón. Viste una camisa blanca, una kipa grande de shabat, tiene una luenga barba y una amplia sonrisa. Se parece a mí, cuando estudiaba en la ieshiva (centro de estudio de la Torá).
- "Shalom, ¿quién es usted?"
- "Tzfoni. Soy el Rav Tzfoni".
- "Es un placer para mí recibirlo. Por favor, entre, siéntese".
El huésped abre un portafolio del que toma varias hojas.
- "He venido sencillamente a ayudarle, a asesorarle".
- "¿Por qué merito me hice merecedor?"
- "Yo lo aprecio a usted, desde que estudiamos juntos en la ieshiva. ¿No recuerda?... No importa. Comencemos con la persona más cercana a usted: Su querida esposa. Realmente, es un cónyuge maravilloso… - pero su punto débil, es el recato".
Emití un suspiro.
- "Si", continuó el Rav Tzfoni, "todo el mundo le debe su existencia al recato - y se desmorona por su falta. Seguramente te habrás dado cuenta que ella no se cubre el pelo exactamente como corresponde según la halajá. ¿Por qué no se lo haces notar?"
- "Se lo dije una vez, y ella se ofendió y se encerró en sí misma".
- "¿Y qué con eso? ¡Es tu obligación! A las mujeres, hay que mantenerlas a raya. Es tu responsabilidad. ¡No renuncies! Si renuncias, ella continuará desmoronándose".
- "Si… me parece que eso es lo que está ocurriendo".
- "Tú vez que tengo razón. Debes exigir. Las mujeres son débiles: Hay que ser autoritarios con ellas - y no sonreírles".
- "Realmente, dudé si decirle o no. Tú me estimulas".
- "Y si hablamos de sonreírle a mujeres, debes hacerlo en otro lugar. ¿Conoces a Pnina Berguer?"
- "Si, de mi trabajo. Una mujer joven, pobrecita…"
- "Debes estimularla, reforzarla. Le es difícil en su vida conyugal".
- "Le hablé una vez. Ella vertió todo su corazón… Pero cesé de hacerlo, porque no es recatado".
- "¡¿Qué tiene que ver con el recato?! ¡No se trata de una charla sin meta alguna! ¡Es por la buena causa, es una bondad, "un mundo de bondad será edificado"! ¡Ese es el momento adecuado para una charla íntima!"
- "Así pensé, pero no me atreví".
- "Para eso yo estoy aquí".
- "Pero, ¿cómo conoces todos esos datos personales?"
- "¿Realmente, no lo sabes?" - dijo con una sonrisa enigmática y divertida. "Pero continuemos. Otro tema también muy importante: Tus padres. También con ellos eres demasiado blando. En tu casa, comes sólo estrictamente Kasher LaMehadrin (escrupulosamente kasher). Entonces, ¿por qué cuando comes en su casa tu comes de todo, sin pestañear?"
- "Pero es kasher…"
- "Kasher, kasher… ¡tú sabes perfectamente qué quiere decir kasher! Debes decirles terminantemente: ¡Si no es LaMehadrin, nosotros no venimos! Punto final. Ellos no se ofenderán: Por el contrario, te apreciaran por tus claros principios. Y si se ofenden - es su problema, no el tuyo. Tú les haces un bien, y ellos te lo deben agradecer de todo corazón. El respeto por los padres no prevalece sobre el cuidado del shabat ni la kashrut".
- "Tú tienes razón, soy blando".
- "Si, ese es nuestro problema, el público Dati-Leumi (Religioso-Nacionalista). No somos estrictos, y no nos atrevemos a decir en voz alta: ¡La Torá por encima de todo!"
- "Perdón otra vez, pero ¿cómo sabes todo eso respecto a mí?"
- "Ya te lo he dicho, hemos estudiado juntos en la ieshiva".
- "Realmente, no me di cuenta. De todas formas, yo valoro mucho tu ayuda. Te diré la verdad: Cuando me hacen acotaciones, me ofendo y me revelo. Pero tú sabes cómo hablar, con tanta sensibilidad…"
- "No te dejes engañar por mi apariencia: ¡Cuando es necesario soy muy terminante, y tengo una cara totalmente distinta! Tengo siete apariencias distintas…"
- "¿Qué cuento místico es ese…?"
- "¡Nada de mística! Sencillamente, yo cumplo mi rol de distintas formas. Contigo, se puede hablar con gentileza, y es todo un gusto".
- "Te agradezco las alabanzas. Tú me entiendes tan bien, como por adentro".
- "También cuando hablabas a solas con el Rosh Ieshiva (director de la ieshiva), yo estaba allí. Todo lo que estudiaste, yo también lo estudie".
- "Déjate de jugar a las adivinanzas, y dime de una vez: ¿Quién eres tú?"
- "¡¿Realmente no me reconoces?!" Un destello diabólico brilló en sus ojos. "¡Yo soy tu Ietzer HaRrá (mal instinto)!"
- "¡¿Tú?!¡¿Pero tú te ves tan sensible, tan inteligente, tan tzadik (justo)…?!"
- "¡Justamente! ¡Ese es el truco! Yo soy el Ietzer HaRrá que se esconde en ti, y se disfraza de Ietzer HaTov (buen instinto). ¡Por ello me llamo Tzfoni [tzfoni = oculto, en hebreo. N. del T.]! ¡Soy el Rav Tzfoni! ¡Que tengas un mal día! ¡Los peores deseos para ti!"

"'Y alejaré de vosotros al enemigo tzfoni' (Ioel 2:20) - que se encuentra oculto en el corazón de la persona" (Suca 52A). "Ese tipo de Ietzer HaRrá se encuentra en los tzadikim (justos), devotos y celadores - y es el más peligroso. Ese es un Ietzer HaRrá que llega disfrazado, oculto, como por un túnel subterráneo. Se esconde a sí mismo, y hace los peores pecados - por la buena causa. Lashón HaRrá (calumnias), desprecio de los talmidei jajamim (eruditos del estudio de la Torá) y controversias" (Nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá, Sijot sobre Mesilat Iesharim, Cáp. 5, inciso 4, pág. 132. Ver Sijot Rabeinu, Dvarim, pág. 474. Aruj LaNer a Sucot, allí. Shu"t Meshiv Dabar, 3:10).

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
E-mail:
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