Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Ekev     20 de Av 5770     No 778


Rav Eran Tamir Antes y después
Rav Eran Tamir

La Torá escrita habla sólo de dos brajot (bendiciones) – como obligación y como privilegio de la persona que pertenece a Am Israel (el Pueblo de Israel): Birkat HaMazon (bendición después de comer pan) – que es mencionada en nuestra Parashá, “comerás y te saciarás, y bendecirás” (Dvarim 8:10) – y Birkat HaTorá (bendición antes de estudiar Torá). (Véase Brajot 21A, Ramba”n en sus acotaciones al precepto positivo 15, Pri Jadash en Shuljan Aruj, Orej Jaim 47). Según la interpretación sencilla, tal parece que esas dos bendiciones son un modelo del que aprendemos todas las otras, como las bendiciones cuando se disfruta de algo, o cuando se cumple una mitzva, etc. Ya que la persona tiene la obligación de agradecimiento y reconocimiento generales para con el Creador (Olat Reaya Alef 1):
Darle las gracias a D’s que nos proporciona el alimento y el sustento desde el punto de vista físico, que es expresado en Birkat HaMazon.
Darle las gracias a D’s porque nos entrega la Torá, el temor a D’s, el alma, la vida eterna desde el punto de vista espiritual, que tiene su expresión en Birkat HaTorá.
Pero debemos notar que en cuanto a la abundancia material que D’s nos entrega, bendecimos después de comer, mientras que en cuanto a la abundancia espiritual, bendecimos antes del estudio de la Torá. ¿Por qué? ¿Qué quiere decir esa diferencia?
Podemos decir que hay 4 diferencias fundamentales entre el alimento físico y el alimento espiritual:
El punto álgido del alimento físico es su provecho, el resultado práctico de comerlo. “Comerás y te saciarás”: Sólo después de haber suplido la carencia - el hambre - se puede bendecir. En contraste, en cuanto al alimento espiritual lo principal no es ¿qué provecho tengo de él? ¿Acaso es conveniente? Lo más importante no es el provecho, el resultado práctico, sino que el encuentro mismo, la pertenencia, el vínculo con la Torá misma, que tiene su expresión en la bendición antes del estudio - antes de obtener algún provecho, como el conocimiento y las pautas prácticas, que no son lo principal (Ein Aya Brajot, Pág. 103-104).
Después que la persona comió, puede llegar a enorgullecerse, como dice el versículo “engordó Ieshurún y pateó” (Dvarim 32:15). Pero cuando la persona se colma desde el punto de vista espiritual – de Torá y temor a D’s – se llena de humildad sin límites, ya que cuanto más estudia, entiende hasta qué punto está lejos de su Creador.
El encuentro con el alimento físico tiene un fin, que se expresa en el saciado: “Comerás y te saciarás”, y entonces bendecirás. Ya mencionamos que el aspecto material del mundo necesita de límites y marcos, y por ello la bendición se recita después de haber comido. En contraste, el encuentro con la Torá y su estudio, sus valores y la vida espiritual de ella, es ilimitado, no termina ni nunca terminará. No hay algo así como “te saciarás”. Por el contrario, cuanto más se “come” desde el punto de vista espiritual, la sed aumenta más y más. Por ello, bendecimos “antes”: ¿Qué sentido tiene bendecir “después”? Nunca se llega al después…
La actitud de la persona en cuanto a su alimento físico es personal, individual y egoísta. Sólo después que la persona se sació en forma personal, debe bendecir. Pero la actitud frente a la Torá y su mundo espiritual es todo lo contrario: Todo el punto de la Torá es ser parte de Clal Israel (la totalidad genérica del Pueblo de Israel), a través del cual nos hacemos merecedores de estudiar la Torá en forma personal, cuando lo principal no es guardarla sólo para nosotros, sino que enseñarla a los demás (ver Ramba”m, Hiljot Talmud Torá).
En una época en que muchas personas buscan el provecho práctico, y con sus logros se llenan de orgullo, en una época en que muchos viven de acuerdo a límites y marcos imaginarios, cuando todos los proyectos tienen principio y fin, y se corre de un proyecto al otro, en una época en que muchos se consagran a su crecimiento particular y egoísta, nos abriremos a la inmensidad Divina ilimitada, nos orientaremos a la entrega a los demás, a través de la pertenencia general y el alumbrado de Birkat HaTorá a Birkat HaMazon en todos los aspectos de nuestra vida, y seremos merecedores de la gueulá (Redención) plena pronto. 

Midreshet Majón Orá

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Rav Shlomó Aviner Elección de pareja
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: Nuestra decisión en cuanto a la pareja es acompañada de muchas cavilaciones y dudas, y además le tenemos temor a la vida conjunta futura. Es cierto que en este momento nos parece que somos afines, pero ¿quién sabe qué será dentro de unos años? Todas las personas cambian, ¿cómo podemos saber que entonces sentiremos afinidad?
Respuesta: En efecto, es una decisión importante, una de las más importantes de la vida, con severas consecuencias. Por ello, es justificable que haya serias dudas. Pero si dudaremos demasiado y exigiremos una seguridad absoluta – como si se tratase de un problema matemático – nunca nos casaremos. Por ello, alcanza con dos criterios para elegir pareja: Estimación y amor. Lo más importante es la estimación, es decir, el conocimiento racional que en efecto, esa persona me es afín, con ella podré edificar un hogar, ella tiene buenas virtudes, temor a D's, y sobre todo un buen corazón.
Luego, llega el turno del sentimiento – es decir, el amor. "Amarás a tu prójimo como a ti mismo" fue dicho respecto a todo judío, y la cima es para con el cónyuge.
Por ello, es bueno y correcto que antes del matrimonio sientan amor. Y nuestra obligación es cuidar ese amor, que no se desgaste sino que aumente – lo que es más fácil que crearlo de la nada.
Esos dos criterios son la base, y ahora comienza la labor... Ahora, salen a una marcha conjunta.
Somos sólo personas, no ángeles del cielo. Y también hay diferencias de opinión, de voluntad y sentimientos. También después del casamiento se encuentran defectos que no eran sabidos, y puede que surjan nuevos defectos o diferencias de opinión frente a dificultades futuras.
Se debe trabajar, el matrimonio no es sólo un placer. Matrimonio es labor, responsabilidad, un pacto en todas las situaciones – agradables, o no.
A través de la labor conjunta se llega a la dulzura. Y en esa labor hay también errores y derrotas – ya dijimos que sólo somos personas.
Me dijo un amigo: "Estoy saliendo con una muchacha, pero tiene defectos. Uno, dos, tres y cuatro".
Le contesté: "Tiene muchos otros, los verás después del casamiento".
Me dijo: "
¿Cómo lo sabes?".
Contesté: "Así son las personas.
¿Qué pensabas? ¿Que te casarías con un ángel? No hay una muchacha así. Y si hubiese, no te elegiría como pareja, porque tú no eres un ángel. Entonces, es una pareja destinada del cielo: Un no-ángel con una no-ángel. Dos personas juntas".
Lo que decimos, es que la labor conjunta es posible. Es una obligación, es posible y son capaces. El filósofo Kant dijo "tu debes – por lo tanto, tu puedes".
¿Y cómo se hace ese trabajo de coordinación mutua? A través del raciocinio y la palabra, que es su sirviente. Hay que hablar, hablar mucho juntos. Es aconsejable hablar por lo menos una vez al día durante media hora respecto a lo que pasó en el correr del día. Se comienza con algo bueno, se termina con algo bueno, y en el medio se habla de algo que necesita ser corregido. Al principio no es agradable, pero finalmente si.
Quizás ustedes digan:
¿Nuestros sabios dijeron que no se debe hablar demasiado con la mujer, incluso su esposa (Avot 1:5)? Contestó el Jazon Ish: Salvo el primer año del matrimonio, en el que hay que esforzarse y vincularse a través de la conversación. Y nuevamente preguntarán: ¿Nosotros ya pasamos el primer año? Hay muchos que repiten el año lectivo...
Esa es la regla: No dejar las cosas sin tratamiento. Antes de dormir, se hacen las paces, no se deja acumular las tensiones hasta que se transforman en una carga pesada, que cuesta liberarse de ella. Se la descarga día a día, y se comienza un nuevo día.
"
¿Cómo podemos saber si somos afines y también lo seremos en el futuro?" La respuesta es simple: No somos afines, pero en nuestras manos está el serlo.
Es una labor interesante, una labor maravillosa, a veces difícil, pero muy dulce.
Si ustedes se estiman y se aman, alcanza con ello. Comiencen a andar, y el resto lo organizarán marchando juntos – como dicen en el ejército.

Mazal Tov

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
E-mail:
sfaradit@emeir.org.il, editorial@alumbrar.org