Beahavá Ubeemuná
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Parashat Naso     9 de Sivan 5770     No 768


Rav Iaacov Filver La bendición de los Cohanim
Rav Iaacov Filver


El ideal de la persona es “al Eterno he puesto siempre delante de mí” (Tehilim 16:8), o “tenLo presente en todos tus caminos” (Mishlei 3:6) - es decir, estar vinculado directamente con D’s y no a través de mediadores. Como describe el profeta Irmya (Irmya 31:33) la plenitud de las personas en el fin de los días: “Y no enseñarán más cada cual a su compañero, y cada cual a su hermano, diciendo conoced al Eterno, porque todos ellos Me conocerán, desde el menor de ellos hasta el mayor de ellos”. Pero hasta ese entonces la persona no puede elevarse sino que a través de la ayuda de los superiores a él, y ese era el papel de los  Cohanim (sacerdotes), como dice el versículo: “Enseñarán Tus juicios a Iaacov, y Tu Torá a Israel” (Dvarim 33:10). A pesar de ello, explica el Rav Kuk en su libro “Orot” (Pág. 54) que la actitud frente a los Cohanim no debe ser como mediadores, como intermediarios entre la persona y D’s, sino que como un eslabón que vincula a ambos, como el hilo que hilvana dos trozos de tela y cuida que no se separen el uno del otro. Los Cohanim son los que ayudan a la Nación de Israel a estar vinculada con su Padre en el Cielo.
El Rav Kuk explica también la necesidad de acercarse a D’s a través de algún agente externo: “Cuando la persona particular se acerca a D’s, no lo hace a través de sus fuerzas menores, sus bajas tendencias, sino que a través de lo más elevado que se encuentra dentro suyo, que lo vuelca todo al lado de la vida clara y Divina. Así también el organismo nacional y humano, no se merece y no puede acercarse a D’s a través de sus fuerzas menores, sus sentimientos turbios y poco claros, que son confundidos por sus sentidos… por ello, la persona y la nación elevan lo más sublime que hay en ellos y lo consagran a la vinculación con D’s”. Según sus palabras, los Cohanim no tienen como función tomar el lugar de la persona, sólo tienen por misión ayudarla a acercarse a D’s con sus fuerzas y aptitudes, y no suplantarla.
El papel del Cohen es el servicio Divino, y una de sus funciones es bendecir a Am Israel (el Pueblo de Israel). El Jatam Sofer en su libro de oraciones explica que la bendición de los Cohanim no se refiere sólo el bienestar en este mundo, brindarle a la persona lo bueno en el mundo material: “El eterno te bendiga” (Bamidvar 6:24) – con riqueza y dinero. “Y te guarde” (Bamidvar 6:24) – que esa riqueza y ese dinero sean resguardados de todo daño. Pero también después de ser resguardados, la bendición no es plena, por la envidia y la codicia de los que te rodean. Por ello, en la segunda bendición dice: “Tenga de ti compasión” (Bamidvar 6:25) – caerás en gracia a ojos de los vecinos, que se alegrarán con tu riqueza y honor. Pero también después de ello todavía la bendición no es plena, porque la persona no se contenta con lo que tiene, y toda su vida lucha consigo misma. Por ello agrega el Cohen y lo bendice: “Te conceda la paz” (Bamidvar 6:26) – que tengas paz dentro tuyo, que te alegres y te contentes con lo que posees. Pero las bendiciones de este mundo en sí no son siempre una bendición, a veces se transforman en una terrible maldición: Si la vida de la persona no tiene sentido, no tienen una meta más allá que los placeres de los sentidos, cuando su rutina diaria es levantarse por la mañana, comer y beber, ser honrado y bello a ojos de las demás personas, y cuando llegue la noche  - que fue creada para dormir – irá a descansar para levantarse al otro día nuevamente, y a así todos los días… E incluso si será merecedor de tener hijos que heredarán todas sus riquezas, ¿qué valor tiene su bendición si también la vida de sus hijos no tendrán sentido, como la de su padre? Por ello, la actitud para con las bendiciones de este mundo debe ser como un medio, y no una meta en sí. La meta es la felicidad y gracia que la persona se hará merecedora, en una vida de fe conjugada con el culto a D’s y el estudio de Su Torá, y entonces con la ayuda del Cielo será merecedor de la bondad auténtica.
Y al respecto rezamos: “Ha implantado vida eterna entre nosotros, que abra nuestro corazón a su Torá”, para que “no trabajemos en vano, y no criemos hijos para el desastre”, D’s no lo permita, sino que rogamos que Él abra nuestro corazón para Su Torá. Por ello, la bendición triple de los Cohanim que es la bendición de este mundo, en sí no es una bendición plena, y necesita de la complementación poniendo el Nombre del Cielo sobre los Hijos de Israel, como dice el versículo siguiente: “Ellos pondrán Mi nombre sobre los Hijos de Israel” (Bamidvar 6:27). Y entonces, conjugando la bendición material con la bendición espiritual, Am Israel será merecedor de la bendición del Cielo: “Y Yo los bendeciré” (Bamidvar 6:27).

Midreshet Majón Orá

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Rav Shlomó Aviner Espiritualidad barata
Rav Shlomó Aviner

Toda persona sobre la tierra – ya sea judío o gentil – tiene sed espiritual. La razón, es que aparte del aspecto animal que hay en la persona, que aspira a placeres materiales – permitidos o prohibidos – posee también un aspecto espiritual, un alma, “imagen y semejanza Divina”, que aspira a lo espiritual. Como está escrito respecto al versículo “el alma no se saciará” (Kohelet 6:7): Es como una princesa que se casó con un pueblerino, y él le brinda todo – pero eso no la sacia, porque ella es una princesa, y añora el palacio real. Así también el alma, ella es la hija del fuego celestial y no puede encontrar descanso sin algo espiritual.
En efecto, la persona se agita entre la tendencia materialista y la tendencia espiritual. Y a veces se siente desgarrado entre ellas, y busca una solución estable entre esas dos tendencias. Una de esas soluciones es la espiritualidad barata, que no le exige mucho a la persona y le permite a su tendencia animal bárbara extenderse sin barreras. Esa espiritualidad vivencial barata se viste de diversas formas, pero es una misma cosa con vestimentas distintas.
La última moda de esa espiritualidad barata es lo que se llama la “Nueva Era”, que surgió hace 50 años en todo el mundo occidental – incluyendo nuestra tierra kdoshá (santa).
Esa Nueva Era no es uniforme, se presenta de distintas formas, cuando el denominador común es una mezcla de doctrinas y creencias pseudo-científicas, una miscelánea de religiones viejas y nuevas, una nueva religión en gestación, conjugación de religiones paganas, mística y filosofía, que tiene mucha afinidad con el mundo alternativo: Religión alternativa, medicina alternativa, ciencia alternativa.
La Nueva Era simpatiza con la meditación, la comunicación espiritual, energías, medicina holística, ángeles, espíritus y demonios, también extraterrestres, combinación científica como la interpretación espiritual inventada de la teoría cuántica, vinculación mística entre todas las religiones, regirse según impresiones e intuiciones, expresión del potencial espiritual personal – pero el principio básico central, es siempre las religiones del lejano oriente.
Toda esa mezcla de “espiritualidad personal según tu gusto” es consecuencia del post-modernismo, que borró todos los valores de la vida y vació de sentido la vida. De momento que no hay una verdad o ideal absolutos, quieren llenar el vacío con la ayuda de mística y ciencia a medias que prometen la felicidad – lo que es un caldo de cultivo para la charlatanería religiosa.
De esa forma, la espiritualidad se adhiere a la cultura de consumo tan común del occidente. De la misma forma que en el centro de compras le ofrecen a la persona una amplia gama de artículos para su uso, también se le ofrece una amplia gama de vivencias espirituales según su gusto personal.
Pero nosotros, los discípulos de nuestro patriarca Avraham y nuestro Rav Moshé, decimos que espiritualidad – es el culto a D’s. Ya preguntaron nuestros sabios: ¿Cómo llegará la persona a la vinculación con D’s – como dice el versículo “y te adherirás a Él” (Dvarim 11:22)- si Él es como un fuego devorador? Y contestaron: Condúcete según Sus virtudes. Él es llamado “misericordioso”, tú también debes ser misericordioso…
Los devotos de la Nueva Era judía-religiosa están muy defraudados de esa explicación: Ellos no buscan buenas virtudes, sólo vivencias de vinculación con D’s. E incluso dicen que esas palabras de nuestros sabios son una interpretación lejana del versículo, y no su interpretación literal. Pero ellos se equivocan. Es cierto que tratándose de temas materiales la vinculación se logra con la cercanía física – como pegando dos papeles juntos. Pero en temas espirituales, vinculación quiere decir semejanza. Los semejantes están vinculados. Las parábolas de la Nueva Era – como “tocar la luz”, “vincularse con el D’s” – son muy lindas, pero son alucinaciones. Esa es la interpretación correcta del versículo: Ser misericordioso, no ser egoísta. Esa es la gran elevación en dirección a D’s.
Pero el devoto de la Nueva Era – sobre todo en los últimos 20 años – se encuentra muy ocupado en sí mismo, una especie de narcisismo espiritual en el que la persona dirige todos sus esfuerzos en dirección suya. Hace 50 años, la Nueva Era se ocupaba sobre todo de la paz y el amor, la buena voluntad mundial, la luz y la tranquilidad. Pero la segunda parte de la Nueva Era se ocupa en el desarrollo personal, en la autoconciencia, en la expresión de las aptitudes de la persona, en su calidad de vida y la plasmación de sus aspiraciones, en tocar el destello Divino que hay en él, para realizarse a sí mismo en su vida en este mundo, etc.
Por supuesto, D’s no niega el amor propio: Por el contrario, él ordenó “amarás a tu prójimo como a ti mismo”, o sea que la persona debe amarse a sí misma. Pero un religiosismo de amor propio no es lo ideal. Los devotos de la Nueva Era protestan: ¡Si la persona sólo le rendirá culto a D’s según los criterios de la Torá, no alcanzará su felicidad y su satisfacción interna! Por supuesto, no es cierto. No fue en vano que nos enseñó Rabí Meir al principio del último capítulo del tratado “Avot” que el que se ocupa de la Torá por la causa en sí se hace merecedor de muchas cosas – hay allí una larga lista. Él no es pobre y desgraciado, sino que por el contrario, está lleno de vida. Pero su intención en este mundo, es rendirle culto a D’s.
Ese sentido del culto a D’s falta en la Nueva Era. D’s no es conceptuado como una entidad que se encuentra frente nuestro, sino que más bien como una fuerza de vida que colma todo el universo, un mar de unidad, un espíritu ilimitado, una corriente inicial, un principio universal, una entidad única, energía cósmica. Volvimos al panteísmo que identifica al mundo con el dios, un tipo de paganismo de los más materialistas. Según ello, D’s no me conoce en absoluto, no me ve, no me ordena, no me juzga, no castiga ni recompensa. Es una energía general, de la cual yo absorbo cuanto pueda abriéndome a ella. Y lo que me importa, es el dios dentro de mí. El dios que llena todo el mundo, y por lo tanto también se encuentra dentro de mí. Él no es el “Señor del Mundo, que reinó antes que todo fuese creado”. Tampoco es señor o rey, sólo energía que es entregada a todo el que esté interesado en ello.
El dios se transformó en un artículo para el consumidor – como en el antiguo paganismo. En forma similar al centro de compras que antes mencionamos - en el que hay muchos artículos distintos de todo tipo para que la persona elija lo que le plazca según su gusto y sus posibilidades económicas - así también la Nueva Era ofrece toda una gama de espiritualidad de todo tipo, en oferta y a mitad de precio, incluso gratis, sin invertir ningún esfuerzo. Lo principal, es la vivencia espiritual. Esa es la meta.
Por ello, ese cóctel espiritual tiene una variedad enorme, según un modelo elástico: Canalización y conocimientos de fuentes espirituales elevadas, curación y crecimiento personal, pseudo-ciencia y pseudo-medicina, neo-paganismo y mística, paz interior y armonía, amor y paz, realización personal e individualismo, consumo de productos sencillos – que a pesar de ello son muy caros, lo que es llamado burgo-bohemia. En ese mercado de espiritualidad post-moderno encontrarás casi todo para saciar tu deseo espiritual. Incluso el estilo de cuentos y películas como la “Guerra de las Estrellas”, “Harry Potter” – cuando estos utilizan las energías buenas y aquellos las energías malas del universo. Se trata de un mundo elitista, en el que triunfan sólo los que se hacen merecedores de ese resplandor, o de esa oscuridad. Es un mundo cerrado en sí mismo, sin D’s.
Comprendemos la defraudación del vacío post-moderno, pero la salvación no llegará a través de esa mezcla de espiritualidad, creencias, conceptos y dioses.
Espiritualidad no es un pasatiempo, no es un picnic. Es el culto a D’s a través del esfuerzo y la labor, y es ella la que le proporciona la felicidad auténtica a la persona. “Bienaventurados los que se encuentran en Tu casa”. “Bienaventurado el pueblo a quien así sucede”. “Bienaventurados los que se conducen con integridad”.

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
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