Beahavá Ubeemuná
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Parashat Bahar - Bejukotai     22 de Iyar 5769     No 717


Rav Iaacov Filver “Y recordaré la tierra”
Rav Iaacov Filver

En los últimos tiempos, distintos sectores de la sociedad israelí han cambiado su actitud frente a Eretz Israel (la Tierra de Israel), y para ellos es algo así como un tipo de mercadería: Trozos de la patria se transformaron en naipes de juego, y sin ninguna dificultad están dispuestos a renunciar a ellos a cambio de algún falso espejismo de “paz” imaginaria. En contraste, en la Torá el vínculo del pueblo con su tierra es tan fuerte, que el derecho a la tierra es comparado con el mérito de los patriarcas. Como dice el versículo: “Y recordaré Mi pacto con Iaacov, y también Mi pacto con Itzjak, y también Mi pacto con Avraham recordaré, y recordaré la tierra” (Vaikra 26:42). El vínculo de Am Israel (el Pueblo de Israel) con su tierra es un vínculo eterno, como dice el versículo: “Y te daré a ti y a tu simiente después de ti la tierra de tus peregrinaciones, toda la Tierra de Knaan, en posesión perpetua” (Bereshit 17:8). Y así lo explica el Rav Bejaiei en su comentario (al final de la Parashá Lej-Leja): “La tierra les será una pertenencia perpetua, que sólo ellos heredarán y asentarán. Y si quizás serán exiliados, volverán a ella, porque es una heredad eterna para ellos, y no pertenece a las demás naciones. Y es una gran señal para Am Israel, que desde el día en que fueron exiliados ninguna nación se asentó en su tierra, quedando ella destruida y desolada – hasta que regresen a ella”.
¿Cómo se forjó ese vínculo? El tema es aclarado en el libro “Tehilim”: “El pacto que hizo con Avraham, y Su juramento a Itzjak, y estableció para Iaacov como estatuto, a Israel por Pacto Eterno, diciendo; a ti te daré la Tierra de Knaan, lo que te ha tocado por herencia. Cuando no eran más que unos pocos, muy pocos, y extranjeros entre ellos...” (Tehilim 105:9-12). El Rav Kuk en su comentario al Sidur (libro de rezos) explica que el vínculo de Am Israel con su tierra no es semejante al vínculo de otros pueblos: El vínculo natural de todo pueblo con su tierra se desarrolla con el correr del tiempo, a través de muchos incidentes y una gran población que se reúne para vivir juntos y asentarse en forma fija en una tierra. De forma que el acostumbramiento y la climatización generan un amor histórico, que influye en las generaciones futuras. Pero Am Israel no se vinculó con la Tierra Deseada de esa forma: Ninguno de esos componentes participaron en la formación de ese vínculo. El vínculo de Am Israel con su tierra comenzó antes que el pueblo se consolide en su tierra, como dice el versículo: “Cuando no eran más que unos pocos, muy pocos, y extranjeros entre ellos”. Pocas personas, en un tiempo muy corto, antes de haber llegado a la tierra para asentarse en ella, cuando se encontraban en ella como extranjeros. De forma que no había ninguna razón natural para que ese vínculo se genere. No fue una evolución histórica humana natural la que lo generó, sino que se trata de una creación Divina, a través de Su orden y Su pacto, una ley y una promesa eterna, “lo que Él dijo, se cumplió” (Tehilim 33:9).
De la misma forma, no fuimos nosotros los que le conferimos a la tierra su propiedad singular. Su singularidad y su kdushá (santidad) fue anterior a su entrega a Am Israel, y justamente por ello le fue entregada esa tierra a Am Israel. Como es aclarado en el Midrash: “Le dijo D’s a Moshé, la tierra Me es apreciada, e Israel Me es apreciado. Haré entrar a Israel que me es apreciado a la tierra que me es apreciada” (Bamidvar Rabah 23). Y también dijeron nuestros sabios allí: “Hay personas que son agradables, y sus vestimentas no lo son. Hay quienes son desagradables, y sus vestimentas son agradables. Israel son agradables para la tierra, y la tierra es agradable para ellos. Como dice el versículo ‘yo tengo una buena tierra’ (Tehilim 16:6)”. La kdushá propia de la tierra nos hace concluir lo que dijo el Rav Kuk: “Eretz Israel no es algo superficial, una adquisición externa de la nación, sólo como un medio para alcanzar la meta de la unificación, o garantizar la subsistencia física o incluso espiritual de ella. Eretz Israel es una unidad esencial, enlazada con un vínculo de vida con la nación, apegada a través de sus cualidades internas con su existencia” (Orot 9). Según ello, no puede justificarse una actitud que ve a Eretz Israel sólo como un refugio para el pueblo errante, o como una patria a la cual el pueblo está unido con lazos históricos solamente, cuando todo su objetivo es que Am Israel encuentre en ella su descanso y su terreno, un lugar donde pueda llegar a su prosperidad económica y elevar su nivel de vida. Porque según esa concepción, no hay ninguna diferencia dónde se encuentre en el globo terráqueo Am Israel, y en qué zona de Eretz Israel se asiente – a condición que tenga un trozo de tierra que le permita vivir con suficiente seguridad personal y nacional. La concepción judía original aprecia a Eretz Israel por sus cualidades espirituales singulares, y está sedienta de hacer despertar su polvo del letargo, para poder cumplir en ella su meta: Hacer llegar la gueulá (Redención) para la Nación de Israel y para todo el mundo, corregir el mundo con el Reinado de D’s. 

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Rav Shlomó Aviner Hay que denunciarlos
Rav Shlomó Aviner

Lamentablemente, hay padres que maltratan salvajemente a sus hijos. E incluso hay quienes ellos u otros parientes cercanos los violan – ya sean niños o niñas. Eso se da en forma parecida en el sector religioso como en el que no lo es de la sociedad. ¿Por qué? Porque nadie los denuncia. Y hasta que deciden denunciarlos – porque la situación ya es insostenible – o hasta que todos se enteran, los incidentes se multiplican.
¿Y por qué no los denuncian? “¡Lashón HaRrá (calumnias)!”. “Eso puede arruinar toda la vida de esa persona, no es decoroso, será una vergüenza – para él y para su familia”. Por supuesto, no es cierto: Ese tipo de informe no se encuentra en la categoría de Lashón HaRrá, y es una mitzva informar a las autoridades. El niño es pequeño, no puede protegerse a sí mismo: ¿Quién lo protegerá? Si algo así ocurre fuera del marco familiar, quizás la familia lo defenderá. Pero cuando algo así ocurre dentro de la familia misma, el niño no tiene salvación, está perdido.
Por ello, todo el que se ha enterado de algo así debe denunciarlo. Por supuesto, antes que nada hay que hablar con los padres, o con el maestro que lo maltrata. Si ellos dejan de maltratarlo y comienzan un tratamiento, todo estará bien. Pero si no, es obligación denunciarlos a la policía o las autoridades del servicio social.
En el público jaredi (ultra-ortodoxo) hay quienes arguyen que está prohibido denunciarlos: Está prohibido entregarlos para que sean juzgados por jurados de gentiles si se encuentra en el exterior, o para que sean juzgados por jurados del Estado de Israel en Israel. Pero eso tampoco es cierto: Se trata de peligro de muerte para el niño. El autor del libro “Nishmat Avraham”, cuenta que le presentó esa pregunta a los grandes sabios de la generación – el Gaón (genio del estudio de la Torá), el Rav Shlomó Zalman Oirbaj, el Rav Valdenberg y también el Gaón, el Rav Eliashiv – y todos le dijeron que es una mitzva denunciarlos. El que los denuncia no es considerado “Moser” (que entrega en manos de gentiles un judío): Por el contrario, el padre o el pariente o el maestro que maltrata al niño – ya se trate de un maltrato físico o sexual – son considerados “Rodef” (que persigue a un judío), y el que entrega un Rodef en manos de los gentiles no es considerado Moser. Esos grandes Rabanim (Rabinos) dijeron que incluso si a raíz de ello ese niño será quitado de la familia y será introducido en un instituto que no es religioso o será adoptado por una familia que no es religiosa, debe denunciarlos. Y en el exterior, incluso si será puesto en un instituto de gentiles, debe denunciarlos. ¡Se trata de peligro de muerte! Por supuesto, hay que hacer todo lo posible para que ese niño llegue al lugar correcto, pero también si puede que eso ocurra, debe denunciarlos (Nishmat Avraham, Tomo 4, Pág. 207).
Por ello, todo el que lo sabe debe denunciarlos. A veces, los madrijim en el movimiento juvenil se dan cuenta que el niño está tenso, o angustiado: Deben informar a las autoridades en el movimiento juvenil. A veces se nota que algo le pasó al niño: Esta triste, no actúa, esta deprimido, cerrado en sí mismo... todos esos son síntomas que deben preocuparnos. O por el contrario, de pronto se comporta en forma muy agresiva, y maltrata a otros niños: Muchas veces la víctima se transforma en agresor.
En pocas palabras, todo ese tipo de cosas deben ser denunciadas - y de inmediato.
Una vez le pregunte a personas que conocen el tema:
"¿Cómo puede ser que una persona religiosa, temerosa de D's, que estudia Torá pueda comportarse de esa manera?". Me gritaron: "¿Por qué te haces el que no entiendes? ¿Tú realmente piensas que una persona anormal que estudie Torá se transformará en normal? ¡No! ¡Debe preocuparse de recibir tratamiento!".
Por supuesto, ellos tienen razón. Por ejemplo: Vemos que el Ramba"m no escribió solamente muchos libros que hablan del estudio de la fe y de la halajá, sino que también le pareció importante escribir el libro "Shmoná Prakim", que habla del cultivo de las virtudes. Puede que una persona normal cuando estudie Torá, en forma natural corregirá sus virtudes. Pero el que se encuentra en un punto de partida muy bajo, con eso no alcanza: Necesita un tratamiento especial. Y volviendo a nuestro caso, esa persona necesita un tratamiento psicológico para poder controlarse a sí mismo.
¡Apiádense del niño!
En resumen: Si tú ves algo así – debes salvar al niño y denunciarlo. ¡Enseguida!
Y que D's se apiade de nosotros.

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
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