Beahavá Ubeemuná
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Parashat Pinjas     16 de Tamuz 5768     No 676


Rav Iaacov Filver Las hijas de Tzlofjad
Rav Iaacov Filver

Por lo general, se piensa que según las fuentes judías la mujer es pasiva y secundaria frente al hombre. Acostumbran a verla como una criatura sumisa y dominada por los hombres, que ella intenta complacer. Y a primera vista, así parece de algunos versículos: "No es bueno que el hombre esté solo, Le haré una ayuda opuesta a él" (Bereshit 2:18). O cuando preguntan "donde se encuentra tu esposa Sara?", Avraham contesta "se encuentra en la tienda" (Bereshit 18:9). Y sobre todo, lo que dijeron nuestros sabios (Ialkut Shimoni, Shoftim 42): "La mujer correcta, es la que cumple con la voluntad de su marido".
Pero de varios lugares en la Torá encontramos otro perfil de la mujer: No una criatura sumisa y subyugada, sino que exige que sea aceptado su punto de vista, y cuando es necesario critica e incluso actúa en forma contraria a la voluntad del hombre. El primer ejemplo de una mujer que toma iniciativa – no muy halagüeño – ya lo encontramos en el Pecado del Primer Hombre: Ella fue la que tomó la iniciativa, y él se dejó llevar por ella. Como él mismo dice: "La mujer que Me diste, ella me dio del árbol y comí" (Bereshit 3:12). Pero después, encontramos mujeres que su iniciativa fue una bendición, y tuvieron una influencia decisiva en el futuro de Am Israel (el Pueblo de Israel). Nuestra matriarca Sara – a pesar de su recato y de encontrarse todo el tiempo en la tienda – ya desde un principio era un partícipe igualitario con Avraham, como dice el versículo: "Las almas que habían hecho en Jarán" (Bereshit 12:5) – comenta Rashi que "Avraham convertía a los hombres, y Sara convertía a las mujeres". Y cuando se trata de la educación de Itzjak, ella discrepa con Avraham, y D's consiente con la opinión de Sara, como Le dice a Avraham: "Todo lo que Sara te diga, escucha su voz" (Bereshit 21:12). Y al respecto, dijeron nuestros sabios (Shmot Rabah 1): "Avraham era secundario frente a Sara en profecía".
Como Sara, también Rivka no consiente con su marido Itzjak, y tomando la iniciativa hace que la bendición de Esav recaiga sobre Iaacov. También encontramos que Rajel y Lea se comportan en forma independiente, y contrariamente al programa de Iaacov son ellas las que edifican la casa a su manera. También Tamar, la nuera de Iehudá, no consiente con su resignación, toma la iniciativa y gracias a ella fuimos merecedores del fulgor del Meshiaj (el Mesías). A la lista de las mujeres que toman la iniciativa, debemos agregar a Miriam: Ella critica a su padre – que perdió la esperanza de la redención y se divorció de su esposa. Ella devuelve la situación a su lugar, y gracias a su firmeza nació nuestro Rav Moshé.
No solo mujeres contadas, sino que todas las mujeres en forma genérica se encontraron en un nivel espiritual muy alto en varios episodios. Por ejemplo, en el Pecado del Becerro de Oro y en el Pecado de los Espías, como dice el midrash (Bamidvar Rabah 21): "En esa generación, las mujeres corregían lo que los hombres arruinaban. Cuando Aharon les dijo 'despréndanse de las caravanas de oro que están en las orejas de sus mujeres', ellas no querían entregarlas y protestaron. Ellas tampoco participaron del Pecado del Becerro de Oro. Y cuando los espías contaron calumnias… ellas no participaron de su opinión".
A esa prestigiosa lista – de las mujeres con iniciativa, que no dan por sobreentendida la opinión de los demás – se le suman en nuestra Parashá las hijas de Tzlofjad, "ellas le tenían cariño a la Tierra de Israel. Los hombres habían dicho 'impongamos a un jefe, y regresemos a Egipto' (Bamidvar 14:4),  mientras que las mujeres dijeron 'danos posesión' (Bamidvar 27:4)" (Bamidvar 27:1, Rashi). Ellas exigen su derecho, y no renuncian a él – pero no se enojan, ni presentan su exigencia escandalosamente. Ellas presentan sus argumentos en forma muy inteligente y convincente. Saben que su éxito depende de la unión, y por ello en un principio se reúnen y consultan juntas cómo presentar su exigencia, como cuenta el midrash (Sifri, Bamidvar 27:1): "'Se acercaron las hijas de Tzlofjad' (Bamidvar 27:1) – cuando escucharon que la tierra será dividida entre las tribus, y las mujeres no recibirán ninguna parte de por sí solas, se reunieron para consultar qué hacer". Y cuando se dan cuenta que los hombres no le prestarán atención, confían en D's, como dice el midrash (Sifri, Bamidvar 27:1): "Se dijeron, la misericordia de las personas no es como la misericordia Divina. Las personas se apiadan más por los hijos que por las hijas, mientras que D's no. Él se apiada de todos, como dice el versículo 'y Su misericordia es para con todos' (Tehilim 145:9)". Al respecto, comentó el Malbi"m: "Cuando las hijas de Tzlofjad se convencieron que no puede ser que D's no se apiade de ellas y no les entregue alguna parte en la tierra, se presentaron ante Moshé". Y cada una presenta su argumento: "La primera, dijo 'nuestro padre murió en el desierto'. La segunda, dijo 'y él no estuvo entre la asamblea que se reunió contra el Eterno, en la asamblea de Koraj'. La tercera, dijo 'por qué ha de ser omitido el nombre de nuestro padre?'. La cuarta dijo 'por no tener un hijo varón?'. Y la quinta, dijo 'danos posesión en medio de los hermanos de nuestro padre'". Moshé se ve obligado a presentar su caso frente a D's mismo. Y D's consiente, como dice el versículo: "Correctamente hablan las hijas de Tzlofjad!" (Bamidvar 27:7). Y al respecto, dijeron nuestros sabios "bienaventurado es el mortal que D's le da la razón!". 

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Rav Shlomó Aviner Obedece al médico 
Rav Shlomó Aviner

Bendito sea D's, que nos dio vida y nos hizo llegar a estos días, en que la medicina moderna hace maravillas increíbles. Pero también en los tiempos de antaño – en que había médicos que no eran tan expertos – nos ordenó la Torá "y hará que se cure" (Shmot 21:19): El médico tiene la obligación de curar, y también el enfermo tiene la obligación de curarse. Como es sabido, todo tratamiento que es necesario para curar a la persona aplaza las prohibiciones de la Torá – de la forma y condiciones estipuladas en la halajá – y no debe hacerse el "piadoso" en ese caso.
Una persona enferma que debe comer en Iom Kipur (el Día del Perdón) y se niega, al respecto dijo la Torá (Bereshit 9:5): "La sangre de las almas de ustedes reclamaré" (Shuljan Aruj, Orej Jaim 518, Mishná Brurá 5). Toda mitzva que le dijeron los médicos acreditados que no la cumpla, o que haga alguna trasgresión – hará como le dicen los médicos, y no debe hacerse el "piadoso" (Shu"t Minjat Itzjak, 2:102:2). Porque la persona no es dueña de su cuerpo, él le pertenece a D's (LeOr HaHalaja, del Rav Zevin 710).
Como es sabido, si la persona hiere a su prójimo debe pagarle también tratamiento médico, como dice el versículo "y hará que se cure" (Shmot 21:19. Baba Kama 85B). Pero el autor del Tur innova que eso no se refiere al caso que el herido no obedece al médico: Si así es, no tiene la obligación de pagarle el tratamiento!.
El que pone en peligro su salud al no obedecerle al médico, trasgrede la prohibición de la Torá de "cuiden muy bien sus almas" (Dvarim 4:15). Y el que no se comporta como se debe según la medicina preventiva, no cuida su salud ni la higiene, trasgrede la mitzva de "andarás en Sus caminos" (Dvarim 28:9). Como comenta el Ramba"m: "Tenemos la obligación de andar por los caminos rectos intermedios, y ellos son los senderos buenos y correctos respecto a los cuales dice el versículo 'andarás en Sus caminos'" (Hiljot Deot 1:5). Y entre ellos, "puesto que mantener sano e íntegro al cuerpo es parte de los caminos de D's" (Hiljot Deot 4:1).
Presta atención, cuánto se esforzaron nuestros
Rabanim (Rabinos) kdoshim (santos) en la Gmará por comunicarnos los conocimientos más selectos de la medicina de su tiempo - para que cuidemos nuestra salud. Y nuestro gran Rav, el Ramba"m – a parte de sus muchos escritos médicos – consagró un capítulo entero en su libro de halajá a ese tema (Hiljot Deot, Cáp. 4). Y recalca: "Todas estas buenas costumbres que te he comunicado, son sólo para personas sanas". Escribe el Rav Gaón (genio del estudio de la Torá) Iejiel Mijal Toktzinski: "El médico es sólo un emisario del Médico de Todas las Criaturas, que le dio permiso para curar en su misión. Pero de momento que el médico cumplió su misión, y le comunicó al enfermo las leyes de la medicina, los alimentos que debe comer y cómo debe comportarse – el enfermo debe obedecerle. No menos de lo que se obedece las leyes del 'Shuljan Aruj' (El libro de halajá por excelencia), como ordena la Torá 'cuiden muy bien sus almas'" (Guesher HaJaim, 1:1:2).
El
Gaón, Rav Israel de Salant cumplía con devoción y cuidado todas las mitzvot. "Y de esa forma, también cuidaba con devoción y meticulosidad el tema de la salud, por la obligación de 'cuiden muy bien sus almas'. Es cierto que ese cuidado no es acostumbrado, y muchas personas no lo hacen así, pero Rabí Israel se extrañaba mucho de ello, y acostumbraba a decir: El enfermo está exento de las mitzvot – salvo 'cuiden muy bien sus almas'. Y viene el Ietzer HaRrá (mal instinto) y lo induce a desdeñar también esa mitzva…".
Un profesor de la ciudad Baden en Alemania acostumbraba a contar con estupor que de todos los miles de enfermos que lo visitaron en su vida, encontró sólo uno que tomo realmente en serio todas sus prescripciones, y las cumplió 100% con meticulosidad: El Rav Lifkin, de Rusia.
"Una vez entraron en su cuarto, cuando estaba en Halberstadt y lo encontraron frente a un libro en alemán, haciendo gimnasia con meticulosidad según lo que explica y muestra el libro - como le ordenó el médico". La actitud de Rabí Israel frente a la orden de "cuiden muy bien sus almas", es que se trata de una obligación como cualquier otra
mitzva, y las órdenes de ese médico eran para él como determinaciones de la halajá, como las que están escritas en el "Shuljan Aruj" y hay que cumplirlas hasta el último detalle. Una vez, lo vieron después de la puesta del Sol mirando el cielo, para determinar exactamente cuándo salen tres estrellas. Resultó que los médicos le ordenaron que descanse durante tres días de su estudio. Rabí Israel cumplió con meticulosidad su prescripción, y al finalizar el tercer día estaba esperando exactamente hasta el último momento. Explicó: "Está prohibido demorar el estudio, ya que tenemos la mitzva de estudiar Torá. Pero de la misma forma está prohibido empezar a estudiar antes que termine el tercer día, ya que tenemos la obligación de cuidar nuestra salud" (Sefer Tnuat HaMusar, de Rav Dov Katz 315-316).
"Y el hombre se convirtió en alma viviente" (Bereshit 2:7) – "el alma que puse en ti, dale vida" (Taanit 22B).

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
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