Beahavá Ubeemuná
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Parashat Pekudei     1 de Adar Bet 5768     Shabat Shkalim     No 658


"Y los bendijo Moshé"
Rav Azriel Ariel

La terminación de la construcción del Mishkan (Tabernáculo) es descrita en detalle: "Fue terminada toda la obra del Mishkan… y trajeron el Mishkan a Moshé…" (Shmot 39:32-33). Y la reacción de Moshé: "Vio toda la obra, y he aquí que la habían hecho como le había ordenado el Eterno, así la hicieron. Y los bendijo Moshé" (Shmot 39:43).
Un gran momento de entusiasmo: Dos meses y medio de trabajo intensivo han culminado!. Ha llegado el momento de la plasmación del objetivo de la salida de Egipto: "Y sabrán que Yo soy el Eterno, su D's, que los saqué de la tierra de Egipto para residir Yo entre ellos" (Shmot 29:46). Y los Hijos de Israel logran cumplir: No hacen otro becerro de oro, sino que construyen el
Mishkan y sus utensilios exactamente "como le había ordenado el Eterno, así lo hicieron". Y por ello, Moshé los bendice: Cuál es la bendición más adecuada en ese momento, cuando se siente todo eso?.
Los
midrashim – y Rashi en su comentario, basado en ellos – citan la bendición de nuestro Rav Moshé: "Les dijo, que la Presencia Divina resida sobre la obra de sus manos" (Rashi, Shmot 39:43). Hay dos anhelos que se expresan en esa bendición: En primer lugar, el deseo que el Mishkan cumpla su cometido, como fue dicho "harán un santuario para Mi, y Yo residiré en medio de ellos" (Shmot 25:9).
Pero hay otro aspecto en la bendición de Moshé: Él no se limitó a bendecir que la Presencia Divina se manifieste en el
Mishkan, sino que dijo "sobre la obra de sus manos". El Mishkan tiene valor justamente por ser la obra de Israel. Y así dicen nuestros sabios (Ktuvot 5A): "Dijo Bar Kapara, son más grandiosas las obras de los tzadikim (justos) que la creación de los cielos y la tierra. Respecto a la creación de los cielos y la tierra dice el versículo 'Mi mano fundó también la tierra, y mi mano derecha extendió los cielos' (Ishaya 48:13). Mientras que respecto a las obras de los tzadikim, está escrito 'en el lugar de Tu morada, que Tú has preparado, Eterno, en el Mikdash que Tus manos, Señor, han afirmado' (Shmot 15:17)". La creación del mundo expresa sólo una "mano" Divina, mientras que la construcción del Mishkan expresa dos "manos": La mano Divina, y la mano humana que actúan juntas. Y para ser más exactos: Hay dos manos Divinas, la mano que actúa en forma directa, en forma milagrosa, y la mano Divina que actúa en el mundo a través del cuerpo y la personalidad del hombre, en forma natural. El sentido de la bendición de Moshé es muy profundo: Que la Presencia Divina – celestial – resida en las obras de las manos de los constructores del Mishkan – terrenales, humanos. Justamente por tratarse de una obra terrenal, humana, es merecedora que se manifieste en ella la Presencia Divina - cuya meta es la plasmación de la Palabra de D's en la tierra.
De acuerdo a ello podremos comprender el comentario de Rashi a continuación, valiéndonos de las insinuaciones del Rav Kuk (Shmona Kvatzim 3:348). La bendición de Moshé no termina allí, sino que él agrega el último versículo de "Tfila LeMoshé" (Tehilim 90): "Que el agrado del Eterno, nuestro D's, esté sobre nosotros, afirmando la obra de nuestras manos. Afirma la labor de nuestras manos". Ese es el punto central del versículo: El vínculo entre las obras del hombre (nuestras manos) y la manifestación de D's en el mundo (el agrado del Eterno, nuestro D's). Ese vínculo se encuentra en la base de la obra del Mishkan. La creación del mundo es llamada "melaja" (obra, en hebreo): "D's concluyó en el séptimo día Su melaja que había hecho, y cesó en el séptimo día de toda Su melaja que había hecho" (Bereshit 2:2). Y también la construcción del Mishkan es llamada "melaja": "Vio toda la melaja, y he aquí que la habían hecho como le había ordenado el Eterno" (Shmot 39:43). Pero el pecado del Primer Hombre en el Gan Eden (Paraíso) maldijo la obra humana: "Maldita será la tierra por tu causa" (Bereshit 3:17). Él fue expulsado del Gan Eden Divino por haber comido del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal – y hacer prevalecer su egoísmo a su misión. Cuando la obra humana no tiene por objetivo la meta que D's fijó – como insinúa el versículo "la que D's había creado, para hacer" (Bereshit 2:3), a través del hombre – entonces es maldecida. La labor de la construcción del Mishkan nos devuelve al Gan Eden perdido, nos devuelve al nivel de "para trabajarlo y cuidarlo" (Bereshit 2:15) - anterior a la expulsión. La corrección se logró cuando toda la obra se hizo exactamente "como le había ordenado el Eterno" – para cumplir con la Voluntad Divina, sin mezclarla con intenciones y aspiraciones humanas egoístas. Y es así que cuando Moshé ve la obra, enseguida los bendice de esa forma.
El "agrado" del que se habla, es el regreso al
Gan Eden: Cuando la obra es hecha para cumplir con la Voluntad Divina, eso colma a la persona de una sensación agradable. "El placer y el agrado Divinos, son el contenido más elevado que surge a través del resplandor Divino, que se expresa a través de todos los marcos de vida y existencia" (Olat Reaya Bet 74). En esa situación se elevan y se fortalecen las obras humanas, cuando son orientadas a la corrección del mundo con el Reinado Divino. Su corrección llega en dos planos: "Afirmando la obra de nuestras manos" – a través de nuestra labor y esfuerzo. Y también "afirma la labor de nuestras manos" – a través del contenido Divino que se esconde en ellas.
De esa forma corrige la construcción del
Mishkan toda la obra humana, en todo lugar y en todo momento, y la devuelve al nivel del Gan Eden. Y por ello, cuando termina cada Shabat y volvemos a la vida laboral, rogamos: "Que el agrado del Eterno, nuestro D's, esté sobre nosotros, afirmando la obra de nuestras manos. Afirma la labor de nuestras manos". 

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Rav Shlomó Aviner Somos hermanos
Rav Shlomó Aviner

Venimos a recordarles algo antiguo – nuevo: La hermandad. Todos los Hijos de Israel somos hermanos. Así fuimos creados, y así nacimos.
Cuando salimos de Egipto estábamos sumergidos en 49 Portones de Impureza (Zohar), y casi se borró todo lo que habíamos aprendido de nuestro patriarca Avraham (Ramba"m, Hiljot Avoda Zara, al final del Cáp. 1). Pero nos quedó algo, lo principal: Seguimos siendo hermanos. No cambiamos nuestros nombres, ni nuestra lengua ni nuestras prendas – y no hablamos Lashón HaRrá (calumnias). Y por mérito de ello fuimos redimidos.
Es cierto que nuestro Rav Moshé dijo "en efecto, se ha sabido" (Shmot 2:14): "Ahora yo comprendo por qué sufrimos - por las calumnias. Yo salvé un hebreo de manos de un egipcio que lo golpeaba, pero personas malvadas lo difundieron, y ahora estoy en peligro" (Rashi, allí). Pero no todos hablamos Lashón HaRrá (calumnias). Y los que sí hablaron - no salieron de Egipto, o se quedaron por el camino. Sencillamente, ellos no son hermanos.
En la Hagada  de Pesaj se le dice al hijo malvado: "Si tú hubieses estado allí, no habrías sido redimido". Entonces, cómo salieron malvados de Egipto?!. Es que se trata de un malvado que "se excluye de la comunidad" (Hagada de Pesaj). Porque si se era malvado en otros campos, pero continuaba unido por el lazo de la hermandad – habría salido de Egipto.
La hermandad que se consolidó en Egipto fue la corrección del odio entre hermanos que surgió contra Iosef, y el enorgullecimiento de los hijos de las esposas de Iaacov frente a los hijos de las sirvientas. En Egipto, todos nos convertimos en hermanos haciéndole frente a las mismas dificultades. Y esa hermandad fulguró con todo su esplendor con nuestro Rav Moshé: "Y salió a sus hermanos" (Shmot 2:11). Esa es la base fundamental. Y en contraste, dijeron basándose en el versículo "y hubo oscuridad… nadie pudo ver a su hermano" (Shmot 10:22-23): Cuando la persona no sabe ver su hermano – esa es la más grande oscuridad.
Ese es también el punto del año de Shmita (descanso de la tierra). Es comprensible que el Beit HaMikdash (El Templo) fue destruido y fuimos exiliados por el asesinato, el culto a otros dioses y el adulterio – que son pecados terribles. Pero, por no cumplir la Shmita?!. Hasta tal punto?!. Explica el Rav Kuk en su prólogo al libro "Shabat HaAretz" y su artículo "Nejamat Israel" (Maamarei HaReaya): En el año de Shmita se expresa la hermandad. En ese año no se dice "mis pertenencias son mías, y las tuyas son tuyas", sino que "mis pertenencias son tuyas". Toma, hermano. La producción es de todos. Es para que todos la comamos - y no para comerciarla, ni para desperdiciarla, ni siquiera para hacer con ella medicamentos!. Porque si seremos hermanos, no estaremos enfermos. Eso le gusta mucho a la tierra, y entonces ella entrega una producción triple. Kain fue maldecido: "Cuando trabajes la tierra, no te volverá a dar su fuerza" (Bereshit 4:12) – porque él lastimó la hermandad. En el año de Shmita vuelve a expresarse la hermandad, y entonces la abundancia de la tierra también vuelve a surgir.
"Por nuestros pecados fuimos exiliados de nuestra tierra", por el odio gratuito (Ioma 9B) – porque dañamos la hermandad. Ahora, la hermandad ha vuelto – y nosotros hemos vuelto a nuestra tierra. Si, ha vuelto la hermandad!. Nuestra nación está colmada de hermandad!. Sí!. Por supuesto, todavía hay una pequeña minoría de personas que odian – en todas las fracciones de la sociedad. Pero es una minoría insignificante: Si hay 50.000 como esos en toda la nación – es menos de un 1%. Pero en todo marco que las personas se encuentran, hay hermandad.
En toda familia hay judíos de distintos tipos, que pertenecen a distintas corrientes – y ellos se aman y se ayudan. En todo lugar de trabajo hay todo tipo de trabajadores y todos ellos trabajan juntos, con amistad. Y sobre todo en el ejército. Sin hermandad entre los soldados – se puede cerrar el ejército!. Hermandad entre los soldados, quiere decir que cada uno está dispuesto a sacrificar su vida por su hermano. Eso no es amor gratuito?!. Y no sólo cuando hablamos de grandes héroes que recibieron condecoraciones por su actuación en la Segunda Guerra del Líbano y guerras anteriores – sino que todo luchador.
No somos iguales, pero estamos unidos. Tenemos diferencias de opinión, pero nuestros corazones no están distanciados. Lucharemos por nuestro punto de vista, pero no olvidaremos que somos hermanos. No clamaremos "córtenlo", no diremos "tanto para mí como para ti no será, córtenlo" (Melajim Alef 3:26, Orot, Orot HaTjia 20).
No formamos parte de la "Comisión de Búsqueda de los Defectos de los Otros". Eso es una locura. Eso nos divide. Eso es impuro.
En vez de culpar – construye!. Construye la tierra, construye la nación, construye la hermandad.
 

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
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