Beahavá Ubeemuná
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Parashat Shmot     20 de Tevet 5768     No 648


Rav Iaacov Filver "Cada persona y su hogar vinieron"
Rav Iaacov Filver
(Reimpresión)

La meta más importante que se encontraba ante Iaacov al llegar a Egipto, era asegurar la existencia del pueblo judío en el exilio. Para lograrlo, realizó varias acciones, dos de las cuales mencionaremos aquí: Iaacov sabía que lo que aseguraría la existencia del pueblo judío era su destino nacional que comenzó con Abraham, como está escrito: “Porque yo lo he conocido, a fin de que mande a sus hijos y a su casa después de él, que guarden el camino del Eterno, haciendo rectitud y justicia…” (Bereshit, 18:19). Este destino no se cumple por sí solo sino que depende de una empresa educativa, la que fue iniciada por nuestro patriarca Avraham, tal como lo describe ampliamente el Rambam (en Hiljot Avoda Zará, Cáp. 1): “Y comenzó a declamar en voz alta a todo el mundo para anunciarles la existencia de un solo D’s para todo el mundo y Él merece que se realice el culto… y compuso libros y anunció a su hijo Itzjak, e Itzjak se sentó, enseñó y advirtió, Itzjak le anunció a Iaacov y lo nombró para enseñar, y enseñó entonces a todos los que lo acompañaban. Iaacov enseñó a todos sus hijos, diferenciando a Levi, a quien nombró jefe y lo sentó en una ieshiva (centro de estudio de la Torá) para enseñar el camino de D’s y la preservación de las mitzvot de Abraham. Entonces, ordenó a sus hijos que siguieran ese camino, para que no se olvide el estudio, lo que aumentó con los hijos de Iaacov y sus acompañantes. Y surgió en el mundo una nación que conocía a D’s”.
Cuando Iaacov estaba por descender a Egipto, advirtió respecto al futuro, ante la posibilidad que en el exilio fuese a perecer toda la empresa de su vida. Por lo tanto, incluso después que D’s le dijo: “No temas ante tu descenso a Egipto”, Iaacov no permaneció de brazos cruzados confiando únicamente en la promesa, sino que emprendió varias acciones para asegurar su existencia como pueblo.
La primer acción fue: “y envió a Iehudá a Iosef a enseñar (‘lehorot’, en hebreo) ante sí”, como interpretó el Midrash (Bereshit, 95): Qué es enseñar (‘lehorot’)?. Establecer un hogar en el cual se enseñe la Torá, que las tribus estudiasen allí”. Iaacov no se conformó con un marco de estudio común como el que dirigía entonces la tribu de Levi, sino que envió a Iehudá a que estableciese una casa de estudios más estable. Precisamente, esta acción de Iehudá ayudó al pueblo de Israel durante la esclavitud, como encontramos a través de las palabras de Paró (El Faraón). Pregunta el Midrash: Qué significa los “divrei sheker” de los que tanto temía Paró? “Nos enseña que estudiaban Meguilot de un Shabat a otro para afirmar  que D’s es su redentor, según el hecho que descansaban en Shabat”.
La segunda acción que emprendió Iaacov fue asegurar la integridad de la familia judía, sabiendo que era la garantía para la continuidad de la existencia del pueblo judío.  Como está escrito: “Cada persona y su hogar vinieron” – es decir, cada familia. Dijeron nuestros sabios (Midrash HaGadol): Tal como sabía Iaacov que los egipcios estaban colmados en infamia, por lo tanto casó a sus hijos y a los hijos de sus hijos con mujeres antes de llegar a Egipto” - incluso destinó mujeres a Jatzrón y Jamol que eran pequeños para que no se casaran en Egipto. A esto agregó la educación al recato y la fidelidad a la vida familiar, lo que Am Israel (el Pueblo de Israel) adoptó en sus hogares, como dijeron nuestros sabios: “Cuando descendieron a Egipto eran todos recatados, cada uno de ellos en su tienda, como está escrito: 'cada persona y su hogar vinieron'… Reuben no miraba a la esposa de Shimón ni Shimón a la esposa de Reuben, sino  que cada cual en su propia tienda”. Y cuando Amram expulsó a su esposa Iojeved, Miriam vio un peligro para el futuro ante la posibilidad de disgregación de la familia judía e hizo todo para lograr devolver la paz en el hogar de sus padres. De ellos aprendió todo el pueblo judío.
Debemos aprender de esto que el estudio de la Torá y la integridad de la familia son la principal garantía para asegurar la existencia del pueblo judío.

Midreshet Majón Orá

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Rav Shlomó Aviner Has perdido una buena muchacha
Rav Shlomó Aviner

Me da lástima por ti. Rechazaste esa muchacha, diciendo que no es hermosa: Te equivocas. En la Mishná está escrito que todas las hijas de Israel son hermosas. Tú arguyes que no te enamoraste de ella porque no es hermosa? – es justo lo contrario!. Cuanto más te enamores de ella, apreciarás cuán hermosa es...
El Mahara"l explica que también una muchacha tuerta o coja (Ktuvot 17A) es hermosa a los ojos de su novio, porque él la ama (Netivot Olam, Netiv HaEmet). El filósofo Voltaire dijo: "Si le preguntarás a un hombre de color qué es bello, te dirá: Una mujer de color. Si le preguntarás a un chino, te dirá una china. Si le preguntarás a un gato – te dirá una gata. A un sapo, te dirá una rana. Y si le preguntarás a un filósofo, te contestará un montón de palabras incomprensibles". Lo  principal, es que halle gracia a tus ojos. Ester hallaba gracia a los ojos de todos – a pesar que no era bella. Por el contrario, tú tienes que ser hermoso – es decir, no debes ser repelente. Por ello, viste ropas limpias, báñate y cepilla tus dientes. Recuerda!: Una muchacha es una criatura delicada. Pero si tú buscas justamente una muchacha hermosa – verifica de antemano, antes de encontrarte con ella. Pero si escuchas mi consejo: Cuando la ames, verás cuán hermosa es.
Si ya hablamos de delicadeza – debes saber que la asustaste con tu áspero estilo, con tus bromas que son adecuadas para muchachos. En mi opinión, tampoco son buenas para muchachos - y por supuesto que no para muchachas. Recuerda: Una muchacha es una criatura delicada.
En general, acaso tu sabes que un encuentro de ese tipo no es para que impartas disertaciones y hables todo el tiempo con tigo mismo, sobre ti mismo, sobre tus logros y tus importantes aportes a la humanidad?. No repitas la profunda e interesante clase que escuchaste de tu Rav!. Y cuando en medio de tu encuentro con ella contestaste la llamada de tu teléfono celular – eso fue el colmo!. Todo el tiempo hablaste, mostraste tu mercancía y no la escuchaste a ella. No es de extrañarse que no te impresionaste de la muchacha: Ella no se pone en venta, es recatada. Ella también tiene una coraza – porque demasiadas veces la ofendieron. Muchas veces la ofendieron por el tipo de muchachos que le propusieron y lo que ocurrió en los encuentros con ellos. Por ello, ella se hizo una coraza: No podrás conocerla de una vez. Sólo cuando te granjees su confianza poco a poco ella mostrará quién es.
La rechazaste porque ella estudia en la Universidad: Por supuesto que una Mijlalá (centro de estudio para muchachas religiosas) es más kdoshá (santa), pero tú no te casas con la Mijlalá ni con la Universidad, sino que con la muchacha. Ella es justamente como una fulgurosa perla en medio de la Universidad, pura y limpia.
La asustaste: Llegaste al encuentro con tu auto, y después no la llevaste a su casa, a duras penas consentiste acercarla a alguna parada de ómnibus – oscura y lejana – y todavía no entiendes qué le hiciste?!. Tú sencillamente no entiendes nada!. Muy bien que rompieron sus relaciones: Ella no se perdió nada, por suerte así se dieron las cosas.
Es una pena que te ocupaste de Guimatriot (cálculos basados en el valor numérico de las letras hebreas), y por eso anulaste la proposición. Todo eso son tonterías, no tienen ninguna fuente acreditada en la Torá, ni en la Mishná, ni en la Gmará ni en la halajá. Dicen que la Guimatria del nombre del marido tiene que ser mayor que la Guimatria del nombre de la mujer. Por suerte, nuestros patriarcas no prestaron atención a ese detalle!: Avraham = 248, y Sara = 565. Itzjak = 208, y Rivka = 307. Iaacov = 182, Rajel = 238 y Lea = 36. Es decir: Todos habrían perdido su pareja, salvo Lea – que justamente Iaacov pensó que no es la mujer que le fue predestinada!. Si hubiesen tomado en cuenta la Guimatria – hoy en día no habría Am Israel (el Pueblo de Israel)!. Por ello, déjate de tonterías.
Y si hablamos de números – quién dijo que el muchacho tiene que ser mayor que la muchacha?. Por supuesto, una diferencia importante de edad no es buena, pero una diferencia pequeña – por ejemplo, un tercio – es aceptable, en ambos sentidos. Por ejemplo: Si tú tienes 30 años de edad, podrás casarte con una muchacha que tenga 20 años o 40 años!. No está escrito en la Torá que el muchacho tiene que ser mayor que la muchacha, y la experiencia demuestra que no tiene por qué ser así. Pero que sea maduro – por supuesto que es indispensable.
En cuanto a nuestros patriarcas, me acordé de otro detalle: No quisiste una muchacha de una "mala familia", pero debemos recordar que Avraham se caso con una muchacha de una "mala familia". Tampoco Rivka nació en una "buena familia". Lea y Rajel no tenían un padre tzadik (justo) o talmid jajam (erudito del estudio de la Torá) precisamente... Lo principal, es que la muchacha sea tzadika. Así escribió Rabí Refael de Ialdula en su libro "Jupat Jatanim": “Tus acciones te acercarán o te alejarán”.
Qué espantoso, lo que te escuché decir: Te negaste a encontrarte con una muchacha de la "comunidad incorrecta"!. Y cuál es esa comunidad? – una comunidad distinta de la tuya. Eso se llama Sinat Jinam (odio gratuito), y no quiero agregar ni una palabra al respecto.
Por qué le dijiste a la muchacha: "En realidad, yo me las arreglo muy bien como soltero, no me falta nada, pero hay una mitzva de casarse"?. Muy bien de tu parte que le haces un favor!. Dijiste algo peor: "Me conviene casarme, para vencer mi Ietzer HaRrá (mal instinto) y mis malos pensamientos"!. También dijiste otras cosas ofensivas, pero me avergüenzo de citarlas. Recuerda!: Una muchacha es una criatura delicada.
Y quién te permitió contar chismes? – no tengo ni idea. Te atreviste a contarle a tu amigo qué ocurrió en tu encuentro, y compartir con él tu experiencia!. Todo lo que la muchacha te contó sobre sí misma y sobre sus sentimientos es un secreto!. Hubo una vez una persona que contó lo que escuchó en el Beit HaMidrash (centro de estudio de la Torá) 22 años más tarde - y lo echaron, por andar contando secretos! (Sanhedrin 30-31). Cuida tu lengua!.
Te metiste en la vida privada de esa muchacha!. Le dijiste cómo debe vestirse y qué profesión estudiar!. Te enojaste porque ella llegó tarde – porque sólo a ti te es permitido demorarte. Por supuesto, tú determinas dónde deben encontrarse, y ella tiene que andar buscándote lejos. Ella dijo que tiene frío afuera, y quiere encontrarse contigo en otro lado – y nuevamente te enojaste, porque ella te cambió el programa!. También sus pasatiempos criticaste!.
Yo también le dije a ella que corte las relaciones: "Ese muchacho es un marido violento en potencia, no te arriesgues".
Si continuarás así, tus cabellos se volverán blancos y serás parte de medio millón de solteros que hay en el país. Por ello, arrepiéntete, busca una muchacha con buen corazón – que es lo principal. Y te alegrarás con ella, "alégrate con la mujer de tu juventud" (Mishlei 5:18).

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
E-mail:
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