Beahavá Ubeemuná
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Parashat Vaieji     13 de Tevet 5768     No 647


Rav Zeev Karov “Anhelo Tu socorro, oh Señor”
Rav Zeev Karov
(Reimpresión)

Cuando las personas se encuentran en dificultades y les es difícil vislumbrar alguna solución, tienden a decir: “Anhelo Tu socorro, oh Señor” (Bereshit 49:18), o “no tenemos en quien esperanzarnos, sólo en nuestro Padre en el cielo”.
Semejante sentencia puede ser expresión de dos posiciones espirituales distintas y opuestas:
A) Hay quien expresa con esa oración su desaliento de la realidad en general. No cree que sea posible hacerle frente a sus dificultades con las fuerzas que él posee - ni con las de ninguna persona. En realidad, tampoco cree que D’s lo ayudará a salir de esa situación: En su opinión él ya intentó e hizo suficiente, y la anhelada salvación no llegó. Piensa que si de alguna forma llegará la salvación, seguramente sólo podrá ser a través de la intervención Divina. El Creador del Mundo hará algún milagro, y traerá la salvación. La expresión “no tenemos en quien esperanzarnos, sólo en nuestro Padre en el cielo”, en realidad es una deformación de la expresión original de la Mishná, que dice: “En quién debemos esperanzarnos?” (Sota 9:15). No se trata de una tergiversación casual, sino que de una posición que induce a la persona a ser pasiva, y no actuar con D’s sino que “permitirle” al Creador del Mundo demostrar su fuerza. El hombre se sentará en su sillón, y sólo observará la intervención del Creador.
B) Hay quien expresa de esa forma la sobreestimación de la capacidad humana. Él vio a un valiente guerrero que lucha y triunfa, o un fuerte e inteligente ejército, y su entusiasmo fue tan grande, que llegó a pensar que la capacidad humana tiene existencia autónoma. Cuando vuelve a su cordura y reconoce que la capacidad humana es poderosa y vigorosa sólo gracias a la ayuda Divina, brota de él la declamación: “Anhelo Tu socorro, oh Señor”.
Muchos de los comentaristas explican que el versículo “anhelo Tu socorro, oh Señor” lo dice Iaacov cuando en su visión profética ve a la tribu de Dan hacia el final de la época de los Shoftim. “Cuando vio nuestro patriarca Iaacov la bravura de Shimshón, dijo; a pesar que este bravo hombre triunfará, no es correcto alabar su valentía. Y en efecto, cuando se enorgulleció diciendo ‘con la quijada de un asno he matado mil hombres’ (Shoftim 15:16), de inmediato ‘mas sintió mucha sed’ (Shoftim 15:18). Hasta que dijo ‘Tú has dado por mano de Tu siervo esta gran salvación’ (Shoftim 15:18), reconociendo que la bravura y la victoria son de D’s, como dice el versículo: ‘Anhelo Tu socorro, oh Señor’” (Daat Zkenim, uno de los autores de Tosafot).
No es por azar que la época de los Shoftim concluye con el juez Shimshón, el bravo. De todos los jueces, no hubo ninguno tan bravo como él - y a pesar de ello, es el único juez que cayó en manos del enemigo. Nuestra fe no nos enseña a ser pasivos: La persona posee grandes capacidades para actuar e influir sobre la realidad. No se debe confiar en el milagro, ya que el hombre es capaz de actuar, ni tampoco debe abandonar su tarea. Nuestra Torá no es una doctrina de haraganería. Es la voluntad de D’s que actuemos según las leyes de la naturaleza. Pero existe también la otra cara, que nos exige comprender ciertamente el concepto de naturaleza y el origen de la capacidad humana. Nuestra concepción se encuentra lejana del materialismo moderno, pero también lejana del fatalismo Musulmán. La naturaleza es importante, pero no lo es todo. El Creador del Mundo es quien gobierna sobre la naturaleza, y le entrega al hombre la capacidad de construir y crear.
“Anhelo Tu socorro, oh Señor”, nos trasmite dos mensajes. En primer lugar; no me desaliento, yo se que el Señor del Mundo gobierna y dirige, y también cuando a primera vista no parece ser así, se trata de una ocultación. En segundo lugar; yo tengo fe que D’s me dará fuerzas para socorrerme. En quién debemos esperanzarnos en nuestras acciones?. En el Señor del Mundo. Esa no es una posición pasiva, no es holgazanería ni desaliento. Esa es una posición de seguridad, según la opinión del Daat Zkenim; cuando Iaacov vio la bravura de Shimshón no se dejó deslumbrar, y reconoció a quién pertenece la bravura y la salvación.
El regreso de Am Israel a su tierra, las victorias en las guerras, el éxito del desarrollo industrial y la impresionante construcción, indujeron a las personas a ver la capacidad humana como la que dirige y actúa, en forma autónoma. Esa sensación nos lleva necesariamente a una crisis. Hay quienes la crisis los desalienta, y hay quienes esa crisis los induce a declamar la expresión auténtica, “anhelo Tu socorro, oh Señor”. Por un lado, “el hombre... es correcto que ame la naturaleza, el orden y la graduación que le permiten actuar, y no sólo ser influenciado. Y esa es una gran plenitud del hombre, que desee realmente ser el que actúa... pero el milagro lo transforma, y pasa a ser influenciado” (Ein Aia, Shabat). Por ello, cuando le hacen un milagro a una persona, le quitan de sus méritos. Cuando la persona se sienta pasiva, y sólo pretende observar como espectador cómo D’s hace todo por él, le quitan sus méritos.
Por otro lado, la persona debe reconocer cuál es la fuente de su capacidad de acción: Quien reconoce que D’s le da sus fuerzas no se desalentará, y no pretenderá que los demás “trabajen” para él.
Desde el principio del libro Bereshit hasta su fin, estamos estudiando esa complejidad. El Creador del Mundo nos ha dado la capacidad de acción, de gobernar y cambiar, pero “si el Señor no construye la casa, en vano trabajan los que la edifican” (Tehilim 127:1). D’s no abandono la tierra, no la abandona, ni la abandonará.

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Rav Shlomó Aviner Las kipot tejidas se fortalecen
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: Nosotros – los datiim leumim (religiosos nacionalistas) – recibimos golpes por todos lados: La expulsión de Gush Katif (los asentamientos judíos de la Franja de Gaza), la amenaza a las ieshivot hesder (los centros de estudio de la Torá que conjugan también el servicio militar), los problemas en el ejército y más. Eso me hace sentir deprimido. Es más, los dirigentes de nuestro público parecen sentir como que nada ha pasado: Todo continúa como siempre, no hay ningún cambio de concepción o camino. Qué aprendimos?. A qué conclusiones hemos llegado?. Tengo la sensación que algo muy importante ha ocurrido y todo se está desmoronando, pero nuestro mundo – continua como si tal cosa!. Eso me deprime más aún.
Respuesta: Mi querido amigo, tú cometes un triple error.
1. Tú te equivocas cuando sólo te interesas por el público dati leumi – y no por todo Clal Israel (la totalidad genérica de todo el Pueblo de Israel). Te parece que todo se centra en un pequeño grupo del grandioso y santo Clal Israel. Por ello, te debo recordar que D's elige a todo Clal Israel, hace renacer a todo Clal Israel – y no sólo a un pequeño grupo, los datiim leumim. D's ama a todo Su pueblo Israel, elige a todo Su pueblo Israel, nos eligió de entre todos los pueblos – a todos. Lo que le ocurre ahora a todo Clal Israel es: Reconstrucción de la tierra, regreso a Tzion, edificación del estado, fortalecimiento del ejército y el regreso de la Torá a su hogar. Por favor, no te hundas en tu individualidad, mira con generalidad.
2. Te equivocas cuando estás deprimido, cuando te entristeces. Hay que estar alegre siempre. Está prohibido estar de luto ni por un momento, y también está prohibido estar deprimido ni un segundo. Hay en el mundo quienes nos quieren ver derrotados, nos quieren ver deprimidos: No!. No estaremos ni un segundo sin alegría. Estamos aquí en nuestra tierra como en una vitrina, y todo el mundo nos mira. Dije una vez que no estoy dispuesto a rasgar mi camisa cuando vea alguna zona de nuestra tierra bajo control de los árabes: Que ellos rasguen sus vestiduras por todo lo que nosotros construimos!. Estamos en medio de la batalla - y en medio de la batalla no se llora. Esa lucha no comenzó con Gush Katif ni con Amona, sino que es una lucha por todo, que lleva más de cien años: Una lucha por la tierra, por el Sionismo, por la Torá, por la educación y todo lo que está relacionado con el renacimiento de lo kadosh (santo) en la tierra santa. Debemos luchar sin cesar, y no tenemos tiempo para sentirnos desgraciados o estar de luto. Tus lamentaciones son una enfermedad de la galut (el exilio). Tenemos fe en nosotros mismos, en nuestra nación y en nuestro país. No nos enorgullecemos por encima de los demás – pero tampoco estamos enfermos, sintiéndonos desgraciados o con una humildad incorrecta. No permitiremos que ninguna debilidad penetre en la nación.
3. No es cierto que estamos cayendo: Por el contrario, todo el tiempo vamos subiendo. Somos sólo un 10% del público, pero nuestra influencia es mucho mayor. No nos enorgullecemos, no decimos que nosotros representamos a todo Am Israel (el Pueblo de Israel) – pero el hecho es que vamos aumentando nuestra potencia en todos los campos. Casi en todos lados hemos plantado destellos de luz: Ieshivot y Colelim (centros de estudio de la Torá), núcleos toranim, escuelas, talmudei Torá (centros de estudio para niños pequeños), ulpenot (centros de estudio para muchachas), más y más. Gracias a D's, las personas están sedientas de Torá. Por ello, es un error asustarnos a nosotros mismos – como el soldado novicio que se encuentra en el campo de batalla y piensa que todas las balas que silban están dirigidas sólo a él. También cuando ocurre algo en contra de nuestra voluntad, eso no quiere decir que esté siendo dirigido en contra nuestra, sino que sencillamente la realidad es compleja. Y te diré un secreto: De la misma forma que tú le tienes miedo a los otros, ellos te temen y le temen a lo que tú representas – y ambos se equivocan totalmente. Ocurrió una vez que un hacendado se emborrachó en una taberna, y le juró a los presentes que su oso vencerá en la batalla al oso del hacendado rival. Cuando volvió a su hacienda y recobró su sobriedad, se acordó que no tiene ningún oso adiestrado. Entonces, le ordenó a su judío que compre una piel de oso y la vista: De lo contrario, él y su familia serán exiliados. El pobre judío no tuvo más remedio que disfrazarse de oso, y se presentó en la taberna temblando de miedo frente al terrible oso adversario que se encontraba frente a él. Él quedo clavado en su lugar, pero los apostadores lo empujaron en dirección al oso contrincante, que se acercaba paso a paso. Cuando se encontró a su lado, entendió que ha llegado su último momento, y gritó: "Escucha, Israel!". Y para su sorpresa, escuchó al otro oso decir: "El Eterno es nuestro Señor, el Eterno es uno!"... De todas formas, vamos fortaleciéndonos. Pero reconozco que podríamos fortalecernos más aún. Por supuesto, no porque tenemos codicia de poder, sino que porque en nuestras manos se encuentran las llaves de la luz, para nosotros y para toda la nación: Las llaves del renacimiento del kodesh (lo santo), para el pueblo kadosh en la tierra kdoshá!. Pero, cómo?.
Explicó un importante profesor – experto en procesos sociales – que realmente tenemos mucha influencia, pero bajo dos condiciones:
1. Que permanezcamos unidos – y no divididos, culpando los unos a los otros, cuando cada fracción toca su trompeta.
2. Que cesemos de hablar en un tono amenazante e incomprensible – que asusta a todos.
Por supuesto, él tiene razón.
Pero antes que nada, debemos liberarnos de un error óptico: Tener éxito no quiere decir que siempre triunfaremos. Esa forma de pensar es infantil, es una obsesión. La evaluación debe ser genérica, y a largo plazo. El embarazo de la mujer es largo, y a veces duro, pero ella lo soporta con sacrificio y valentía, cuando la alegría futura endulza su sufrimiento: Ella sabe tomar en cuenta todo el proceso, desde el principio hasta el final – y no se deprime.
Como lo hemos dicho, estamos en medio de la batalla – y no se hacen 7 días de luto en medio de la batalla. Y por supuesto que no 77 días o 777...
Sí, de una vez por todas: No somos unos pobrecitos, por el contrario, somos fuertes!. Vamos de lucha en lucha, con fe y seguridad. No para nosotros, sino que para todo Am Israel, y junto con todo Am Israel.

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
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