Beahavá Ubeemuná
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Parashat Jaiei Sara     22 de Jeshvan 5768     No 640


Rav Shlomó Aviner Extranjero y habitante
Rav Shlomó Aviner
(Tal Jermon - Torá, Pág. 363)

Cuando nuestro patriarca Avraham demanda la Mearat HaMajpela (la Cueva de Majpela) de los Jititas, define su identidad con una terminología paradójica: “Extranjero y habitante soy entre vosotros” (Bereshit 23:4). El habitante es el que se encuentra fijo en un lugar. En contraste, el extranjero deambula y se encuentra en un lugar determinado sólo en forma temporal.
Nuestro patriarca Avraham define el judaísmo a través de un par de conceptos contrarios: Al mismo tiempo, nos sentimos como habitantes y como extranjeros en la realidad. Hay que entender: No se trata sólo de una definición política, sino que también metafísica. Es cierto que desde el punto de vista práctico, nuestro patriarca Avraham realmente es un extranjero y un habitante – ya que esta tierra le pertenece, y es su habitante, pero en la práctica él deambula en ella como un extranjero.
El rey David – a pesar que no se encontraba en esa situación – también dijo: “Soy un extranjero en la tierra” (Tehilim 119:19), “porque extranjero soy contigo” (Tehilim 39:13).
Somos ciudadanos y extranjeros en este mundo. Es conocido el cuento del autor del libro “Jafetz Jaim”, cuya casa estaba amueblada muy sencillamente. Cuando un turista le preguntó: “Dónde se encuentran los muebles de usted?”, le contestó: “Dónde se encuentran los suyos?”. Le contestó el turista: “Yo me encuentro aquí en forma temporal”. “Yo también!”, le contestó el Rav.
Por otro lado, nos identificamos con el mundo, y lo apreciamos. No despreciamos este mundo, sabemos cuál es su valor y su importancia desde el punto de vista Divino, pero debemos recordar que nosotros no pertenecemos a él. Nosotros llegamos de otro mundo. Nuestra alma fue tallada del Trono Divino. Rabí Iehudá HaLevi escribe en uno de sus poemas: “Soy un extranjero y un habitante sobre la tierra”. Somos ciudadanos de este mundo, pero originarios de otro mundo distinto.
El hombre debe reconocer que el auténtico asentamiento no es en este mundo, sino que en D’s: “Extranjeros y habitantes son ustedes conMigo”. En relación a Él, somos extranjeros y habitantes. Si ustedes se sienten como extranjeros en este mundo, están conMigo. Y en contraste, si ustedes se ven a sí mismos como habitantes y dueños de este mundo, entonces ustedes echan a D’s afuera. El que viene a convertirse y refugiarse bajo las alas de la Shjina (manifestación de la presencia Divina), es llamado “Guer” (extranjero). Pero es justo lo contrario: Si se convirtió, ya no es un extranjero!. Pero es que todos somos extranjeros, y él recibe la condición de “extranjero”, como nosotros.

Am Israel (el Pueblo de Israel) es un pueblo que se siente como extranjero, incluso cuando se encuentra en su propia casa. Por ello, nuestro patriarca Avraham le exige a los Jititas: Ustedes deben entregarme la Mearat HaMajpela. Somos un tipo de personas nuevo, que ustedes no conocieron hasta ahora: Somos al mismo tiempo ciudadanos y extranjeros en esta realidad. 

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Rav Shlomó Aviner El enemigo eterno
Rav Shlomó Aviner

Si pensábamos que ya no es necesario preocuparnos por el peligro del cristianismo – nos equivocamos terriblemente, y olvidamos que la esencia teológica del cristianismo es su aspiración – en el plano de la fe y en la práctica – de borrar a Am Israel (el Pueblo de Israel).
El Padre Augustino – una de las personas más importantes en la Iglesia – determinó que de momento que los judíos rechazaron al dios-hombre-hijo y causaron su muerte, ellos mismo fueron rechazados por el dios-padre. Los cristianos fueron elegidos en su lugar, y desde ese entonces ellos son el verdadero Pueblo de Israel (Verus Israel) para siempre. Y la conservación del judaísmo en una situación de humillación, es el testigo eterno de la autenticidad del cristianismo. Crisostomus – el padre de la Iglesia – recalcó que el asesinato del dios exige una venganza sin límites.
La demonificación del judaísmo y la culpación colectiva del asesinato del dios, acarreó toda una historia manchada de sangre y los hace responsables del antisemitismo y del Holocausto. Por supuesto, debemos cuidarnos de las generalizaciones: Bien sabemos que hubo muchos cristianos que ayudaron a los judíos en el Holocausto, y sacrificaron su vida por salvarlos – pero estamos hablando de la religión cristiana, en forma genérica.
También la famosa Segunda Asamblea del Vaticano, de los años 5722-5725 - que produjo cambios dramáticos, y fue inaugurada con un emocionante rezo del Papa Iojanan 23: “Una señal de Kain se encuentra en nuestra frente. A lo largo de las generaciones, nuestro hermano Hevel estuvo tumbado en el suelo, cuando nosotros lo hicimos desangrar o llorar” – no pudo eximir totalmente a Am Israel de la culpabilidad del asesinato del dios. Con la publicación de la “Nostra Carta” la Iglesia borró la culpación colectiva, pero en su lugar culpó a la dirección de los judíos, es decir al Sanhedrin (Suprema Corte), a los “pharians” – que como es sabido, es el peor insulto entre los cristianos. Porque si hubiese dado otro pequeño paso, el Vaticano se estaría suicidando.
Pero por detrás de ese gesto se esconde una política católica pro-árabe - bajo una cobertura de neutralidad – y el apoyo a organizaciones terroristas – bajo una cobertura de justicia y humanitarismo – y todo tipo de artimañas para debilitar la estabilidad del Estado de Israel.
En cuanto a los Protestantes, también ellos cambiaron su estrategia y se convirtieron en nuestros “amigos”, “Cristianos Amigos de Israel”, amigos de Iesh”a (Iehudá, Shomrón y Aza), amigos de cualquier cosa en Israel – como el abrazo del oso, que despedaza a su presa.
El objetivo – ya sea oculto o no – de sus publicaciones, es liquidar al Estado de Israel con anestesia general – es decir, conversión al cristianismo, lo que es más peligroso que el asesinato. “Es peor el que lo hace pecar, que el que lo mata”.
Nos chupan la sangre con su actividad misionera. Tienen 8000 misioneros de jornada completa, y varias decenas de miles que trabajan medio horario dispersos en el país, disfrazados de personas que vienen a ayudar a todo tipo de desgraciados: Pobres, enfermos, habitantes de Iesh”a o expulsados de Gush Katif (los asentamientos judíos de la Franja de Gaza).
Y también a través del canal del arte – que justifica cualquier cosa. Por ejemplo: El día 15 de Tamuz en el hostal de Ramat Rajel hubo un encuentro misionero, en el que habían emocionantes paseos personales, vivencias, cantos y música de los mejores artistas misioneros.
Y también en la fiesta de Sucot – que fue transformada en una festividad cristiana para el caso – hubo una semana de acontecimientos que incluyeron ceremonias y ritos, drama, cantos y bailes, cuando la cima fue un espectáculo gigante en Binianei HaUmá, en el que participaron conocidos disertadores y compositores misioneros.
Los invitados eran cristianos y también judíos, cuando le fueron impartidas instrucciones precisas a los cristianos de cómo mezclarse entre los judíos y acercarlos. Y también fue repartido material misionero.
Programas artísticos de ese estilo nos son conocidos de los últimos años, y son una inocente cobertura para atrapar judíos, también utilizando caracteres judíos como el Shofar (cuerno), Lulav (las cuatro especies), talit y Sifrei Torá (rollos de la Torá).
La organización general, está a cargo de “La Embajada Cristiana Internacional en Ierushalaim” – una conocida organización misionera – que agrupa muchas otras organizaciones. Sobre todo los “Judíos Mesiánicos” – que según fuentes acreditadas cuenta con unas 15000 personas en Israel, cuando parte de ellas ya se convirtieron al cristianismo.
Pensamos que nos liberamos de ellos. Pensamos que son nuestros amigos. Pero nos equivocamos. Nuestros amigos son los judíos: No los “Judíos Mesiánicos”, sino que los judíos correctos e íntegros.

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
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