Beahavá Ubeemuná
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Parashat Shmot     23 de Tevet 5767     No 599


Rav Shlomó Aviner Pasando de “familia” a “pueblo”
Rav Shlomó Aviner
(Tal JermónTorá. Pág. 90)

De los hijos de Israel que llegan a Egipto en número de 70, surge y se cristaliza una nueva entidad: “Y los hijos de Israel fueron fecundos, y aumentaron abundantemente y se multiplicaron y se hicieron muy fuertes, y el país se llenó de ellos” (Shmot 1:7). Los individuos particulares desaparecen, la familia desaparece, y en su lugar surge algo amplio y popular - poco claro al principio - que se cristaliza y se consolida paulatinamente hasta que llega a su forma plena y orgánica: “He aquí que el Pueblo de los hijos de Israel...” (Shmot 1:9).
Pregunta: En qué etapa los hijos de Israel dejan de ser una “familia” de 70, y pasan a ser un “pueblo”?. Cuántas personas son “pueblo”?.
Respuesta: La entidad nacional también tiene una expresión numérica – el número 600.000 tiene un valor singular. Cuando salimos de Egipto éramos 600.000. También cuando entramos en Eretz Israel (la Tierra de Israel), y nuestros sabios dicen que en el momento de la gueulá (Redención) seremos 600.000 (Ialkut Shimoni, 918). Y en efecto, en el comienzo de la formación del Estado de Israel habían 600.000 judíos en el país. Pero la entidad nacional no se define solamente en forma cuantitativa: La formación de una nación es un proceso, que convierte muchos individuos particulares en un cuerpo orgánico, en el que sus partes están unidas, actúan e influyen unos sobre los otros. Paró (el Faraón) siente en determinado momento que frente a él se encuentra un pueblo, que esas personas conforman un algo único.
Dentro de la nación, hay también grandes individuos que son mencionados por su nombre propio – pero ahora no son considerados como particulares, cada uno por separado, sino que como parte de un pueblo, y para el pueblo. Y así deben ser medidos: No sólo desde el punto de vista de su valor personal, sino que principalmente desde el punto de vista de su valor para el pueblo. D’s le dijo a Moshé: “Yo aparecí a Avraham, a Itzjak y a Iaacov como el D’s Todopoderoso, pero con Mi nombre, Eterno, no Me di a conocer a ellos” (Shmot 6:3). Los patriarcas – con toda su grandeza – no fueron merecedores de que D’s se revele frente a ellos como “El Eterno”, pero ahora: “Por tanto, di a los hijos de Israel, Yo soy El Eterno” (Shmot 6:6). Am Israel (el Pueblo de Israel), como pueblo, sí se hace merecedor. No es por mérito de la grandeza de nuestro Rav Moshé: Por el contrario, desde el punto de vista personal, hay que lamentarse por los patriarcas que ya no están!. Cuando el sufrimiento aumenta en Egipto y la gueulá se demora, Moshé regresa frente a D’s y protesta: “Por qué has hecho mal a este pueblo?. Y por qué me has enviado?” (Shmot 5:22). D’s le contesta: “Es una pena por los que se fueron y ya no se encuentran aquí. Muchas veces Me revelé a Avraham, Itzjak y a Iaacov con el nombre de D’s Todopoderoso, y no les hice conocer Mi nombre Eterno – como te lo hice conocer a ti – y a pesar de ello, ellos nunca protestaron. Le dije a Avraham: Levántate, y anda por la tierra a lo largo y a lo ancho... cuando quiso enterrar a Sara no encontró donde, hasta que compró un lugar a cambio de una gran suma – y no protesto... y tú, al principio cuando te envié Me dijiste: ‘Cuál es Su nombre?’ (Shmot 3:13). Y finalmente, dices: ‘Pues desde que vine a Paró para hablarle en Tu nombre, él ha maltratado a este pueblo, y Tú no has librado a Tu pueblo’ (Shmot 5:23)!” (Shmot Rabah, Vaera 6:4). No es el nivel personal de nuestro Rav Moshé que nos hace meritorios, sino que el nivel del pueblo. Y por ello, Moshé podía negarse cuando le fue comunicada su misión: “Por favor, D’s, envía, Te ruego, por mano de quien quieras enviar” (Shmot 4:13). La gueulá de Am Israel llegará – ya sea a través de Moshé o de otra forma: No depende de Moshé, él es sólo un emisario. Y por lo menos en forma teórica, puede ser otra persona el enviado. De esa forma, podemos comprender entonces lo que le dijo D’s a Moshé después de que el pueblo pecó en el Pecado del Becerro de Oro: “‘Desciende, porque tu pueblo ha pecado’ (Shmot 32:7) – desciende de tu nivel. Toda la grandeza que te entregué, era para Am Israel. Y ahora, que Am Israel ha pecado, para qué te necesito?” (Brajot 32A).

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Rav Shlomó Aviner Muchas gracias
Rav Shlomó Aviner

Muchas gracias por el libro que me enviaron para mi Bat Mitzva. Comencé a leerlo, y es muy interesante.
Muchas gracias por haber venido en el día de nuestro casamiento. Nos alegraron mucho.
Muchas gracias por el hermoso regalo que nos obsequiaron en nuestro casamiento. Nos será muy útil.
Muchas gracias por el hermoso vestido que le compraron a nuestra nueva beba. Les agradecemos en su nombre.
Muchas gracias, señor Rav, por la clase. Lo que usted dijo fue muy importante para mí.
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Seguramente ustedes se han dado cuenta: De ahora en más, hemos decidido agradecer.
Muchas gracias, Mamá, por la comida.
Muchas gracias, Papá, por la ayuda.
Muchas gracias, Papá y Mamá, por todo lo que ustedes hacen por mí, día a día.
Muchas gracias, Soldados de Tzahal (el Ejército de Defensa de Israel), que protegen a nuestro pueblo y a nuestra tierra.
Muchas gracias, Policías, que cuidan de nuestra seguridad.
Muchas gracias, señor médico, y también a ti, la enfermera.
Muchas gracias, mi querida esposa, te debo tanto!.
Muchas gracias, mi querido esposo, que me dices “muchas gracias”.
Muchas gracias, maestra, que me has enseñado.
Muchas gracias, D’s, que me has devuelto mi alma, y que me has entregado el alma y el cuerpo, que me das Sol y Luna, que me has dado Torá y me has dado una tierra, y un país, y un ejército, y la gueulá (Redención).
Muchas gracias, mi amigo, que me escuchaste en los momentos difíciles.
Muchas gracias, por haber intentado ayudarme – a pesar que no lo lograste. Aprecio mucho tu esfuerzo.
Muchas gracias, Rav, que siempre en las circunstancias difíciles puedo hablar contigo, siempre te encuentras disponible.
Muchas gracias, por haberme sonreído, cuando todos me miraron con mala cara.
Muchas gracias, por haberme dicho “muchas gracias” – es muy poco común. Me emocioné.
Muchas gracias. Muchas gracias. Muchas gracias...
 

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